Se clavó por última vez en su interior, Kouyou curvó su espalda hacia atrás cuando le sintió tan profundo, nunca había estado arriba durante el sexo, y esto le estaba gustando, controlar el ritmo y la profundidad de las penetraciones, había llegado al clímax hacia un par de minutos y ahora le tocaba Akira tener un orgasmo, con esa última estocada se derramó en su interior con una agradable sensación que se dispersaba desde su entrepierna hacia el resto de su cuerpo.
Se quitó de encima de Akira y se sentó en la cama aún con la semilla de Akira escurriéndose entre sus piernas.
-Deberías faltar hoy también. - Shima volteo a verle, quería decirle que sí y quedarse otro día más a su lado, pero ya había faltado ayer y tenía que reinsertarse de nuevo.
-No puedo faltar hoy... Y tú también tienes que ir, tienes que ir a hablar con mi profesor para que me pueda reintegrar.
-Tu profesor es un imbécil.
-Para ti todos son imbéciles.
-Pero tu profesor destaca, se mete en lo que no le incumbe, apuesto que te va a preguntar hasta cuantas veces vas al baño en el día.
-No exageres - tomó unas toallas secas del armario para ir a bañarse, no podía presentarse en esas circunstancias, con el cuerpo todo sudado.
- ¡Hey! ¿A dónde vas?
- Me tengo que duchar... Y tú también deberías hacerlo.
-Después lo hago, cuando termine con tu estúpido profesor tengo que ir al gimnasio, desde que te fuiste no he ido.
No quiso responderle, sabía que Akira decía ese tipo de cosas para dar lástima y manipularle, era uno de los tantos trucos que tenía bajo la manga.
Después de ducharse desayunaron juntos, no hablaron mucho, tampoco tenían mucho de qué hablar.
-Me alegra que Takashima se reintegre después de dos meses, pero ¿Que le había ocurrido específicamente?
-Se fue a vivir con su madre y ella lo echó hace un par de días. - la naturalidad con la que pronunció esas palabras Akira le produjeron una extrañeza al profesor, sabía que Kouyou provenía de una familia poco convencional, pero no esperaba algo así de ellos.
-¿Y se puede saber por qué te echó de su casa, Takashima? - Akira alzó una ceja, miró al menor con una expresión de "te lo dije", esperando a que respondiera algo, cualquier cosa, lo que fuera.
-No le puedo decir
-¿Y por qué no? - la actitud chismosa del profesor le estaba cansando a Akira, tenía ganas de plantarle un puñetazo en la boca si es que no dejaba de preguntar idioteces.
-No quiero que se entrometa en los problemas que tengo en casa.
-Takashima, comprende que necesitó saber sobre tu situación actual por si necesitas ayuda.
-Si no quiere hablar no lo obligue - Akira respondió de forma un poco agresiva, tenía que detener el interrogatorio de una vez por todas.
-Está bien - el hombre mantuvo la compostura. - Bienvenido de nuevo Takashima. - el aludido sonrió débilmente.
-Hoy te vendré a buscar.
-¿Qué?
-Es peligroso que andes solo por la calle. - Kouyou se detuvo en seco fuera de la puerta de su sala de clases, todo ese cuidado tan repentino le extrañaba bastante.
-¿Cual es el truco?
-No hay truco - Akira sonrió con su propia respuesta, y el menor también, se quedaron en silencio un par de segundos antes que hablara Shima.
-No era necesario que me fueras a dejar hasta la sala de clases.
-Creí que ibas a estar nervioso y por eso te acompañé... - se encogió de hombros - ¿Te da vergüenza que te vean conmigo?
-No, no es eso... Me produce curiosidad por qué eres tan sobreprotector conmigo.
-Porque me di cuenta de que por no tener mis ojos encima de ti te pasan cosas malas. - Kouyou se sintió un poco dolido, no fue por las palabras que escuchó, fue por que recordó todo lo que le había ocurrido. Le dieron ganas de llorar. - No te pongas así Shima, sabes que mi intención no fue hacerte sentir mal.
-Lo sé, pero fue inevitable recordar todo. - Akira le abrazó como si tuviera el deber divino de hacerlo, tenía que consolarle, no le gustaba verle llorar.
Por suerte no lloró, tenía demasiada fuerza en el alma como para ponerse a llorar en ese momento. No se había dado cuenta pero toda la clase los estaba viendo sin creer que había vuelto el introvertido de la clase.
-Me tengo que ir Shima... - Le quedó mirando extrañado, no había escuchado lo que le dijo - ¿quieres que te vaya a dejar a tu escritorio o qué?
-No, mejor vete ya... - Akira le dio un fugaz beso en los labios como despedida.
-Nos vemos luego Kou.
Yuuki se pasó toda la hora intentando sacarle algo de información, no tenía ni idea de qué había pasado en esos dos meses, pero estaba feliz de ver que había vuelto su mejor amigo.
-Al menos me puedes decir quién era ese que te vino a dejar
-No es nadie.
-Entonces "nadie" te besa como si nada.
-Exacto.
-Al menos dime si te acostaste con él - Yuuki sabía que iba a tener un sí de respuesta.
-Lo hicimos un par de veces, eso es todo.
-¿Y qué tal estuvo? - Yuuki adoptó una posición que Shima reconocía como la de "cuéntamelo todo".
-¿Por qué tanto interés en ello?
-Porque me causa curiosidad saber
-Lo hicimos antes de que viniera para acá.
-¿Entonces estás viviendo con él?
-… Eso creo…
-Ummm… Como yo no soy tan reservado como tú, te voy a contar mis buenas noticias... Adivina que... ¡Volví con Yuu! - la noticia le cayó por que una patada en el culo ¿Había vuelto Yuu con Yuuki? Según el mayor, Yuuki le tenía las bolas hinchadas por lo pendejo que era. - No es maravilloso ¿verdad?
-Felicidades Yuuki.
-Hoy va a venir a buscarme, nos iremos después a su departamento, tú sabes a que...
No sabía que decir, tenía la cabeza hecha un lío, esperaba que Yuu no le viera cuando salieran de clases, mucho menos que se le acercara a hablarle. No quería ni pensar en cómo sería si se llegasen a encontrar Yuu y Akira...
-Te habíamos extrañado Reita, hacia meses que no hacías acto de presencia por ningún lado - una de las chicas le acarició el rostro con un dedo como queriendo insinuar algo. La otra tenía una mano apoyada en el marco de la puerta principal.
-Estuve muy ocupado estos dos últimos meses, eso es todo. - quería ignorar a ese par, pero la tentación estaba rondando cerca, era como tener servido un banquete en sus narices, era sólo alarga la mano y tomar todo lo que quería.
-¿Tienes lo que te pedimos? - la segunda chica habló.
-Por supuesto, si no me convertiría en un pésimo distribuidor. - con un gesto dejó que pasarán las dos chicas.
Creía que la transacción iba a ser corta, que al final las chicas no se iban a ofrecer tan abiertamente y que tampoco iba a aceptar ello.
El banquete estaba servido, y consumió todo lo que quiso las veces que se le apetecieron...
No veía a Akira por ningún lado, esperó un par de minutos más, lo más probable era que se había olvidado de ir a buscarle, o peor, se andaba revolcando con cualquier persona que se atrevió a acercarse a preguntarle el nombre.
Yuu estaba cerca, se había encontrado con Yuuki y ahora se estaban besando desaforadamente, como si le estuvieran restregando en la cara a Kouyou que estaban nuevamente juntos. Hizo caso omiso a ello, prefirió ver hacia otro lado esperando la llegada de Akira... Si es que de verdad iba a venir.
Dobló en una esquina esperando que aún estuviera ahí el menor, y ahí estaba, con una expresión media triste, media desilusionada ¿le había pasado algo?
-creí que ni me esperarías... - Kouyou no respondió - Hey ¿te pasa algo?
-No, Nada, vámonos de aquí - su tono denotaba algo de rabia en el fondo.
-Si tú lo dices. - le pasó un brazo por el hombro y le acercó a su cuerpo antes de ponerse a caminar. Vio otra cosa extraña, había un tipo de cabello negro que no paraba de mirarlos a ambos.
-¿Y a ti que te ocurre?
- Hay un tipo que nos está mirando demasiado.
-¿Quien?
-Ese que está allá, tiene el pelo negro y anda de traje.
-Es el nuevo novio de un amigo, ya vámonos. - Akira tenía un remoto recuerdo del chico que estaba aferrado del brazo, al parecer en algún momento le vendió cocaína en un bar y además de eso hubo un contacto mucho más íntimo en el baño. - Hey, vámonos.
Notó que la habitación estaba extrañamente ordenada, la cama estaba hecha y la ropa sucia que normalmente esta esparcida por el piso ya no estaba, había hasta cambiado las sábanas de la cama, y como siempre, las había puesto al revés.
-¿Qué te pasó?
-¿De qué?
-Ordenaste, limpiaste, hiciste la cama... ¿Por qué te comportas así ahora?
-Nunca es tarde para cambiar ¿no crees?
-Espero que no te dure sólo un par de días...
-Te prometo que no va a ser así - Akira estaba a sus espaldas, le acarició las caderas y subió sus manos hasta su cintura, le empezó a besar el cuello y a aumentar el contacto físico, tenía más que claro que era lo que quería, y no le iba a decir que no esta vez, aunque dos veces en un día era mucho.
Quedaron frente a frente, Kouyou se había volteado para poder besarse de forma más profunda, Akira aprovecho ese gesto y se abalanzo sobre el cayendo ambos a la cama, sus manos se escurrieron bajo la camisa del menor, sus lenguas se entrelazaban en un compás lento y adictivo que les hacia subir la temperatura de sus pieles, y cuando estas estaban más que ardientes intercambiaron unas miradas que expresaban lo deseosos que estaban ambos.
En ese momento, si le hubiesen dado la oportunidad de destruir a absolutamente toda la humanidad para que le dejasen follarse en paz de una buena vez a Kouyou lo hubiera hecho, justo cuando estaba a punto de comenzar con lo bueno alguien tenía la osadía de golpear la puerta en busca de que le atendieran.
Akira gruño cuando se separo de Shima, se acomodo la ropa antes de salir a ver quién era, aunque estaba casi seguro de saber quién era…
Y no se equivocaba…
-¿Qué haces aquí?
-¿Que qué hago aquí? Dejé mis lentes de sol aquí hace un par de días – intento entrar pero Akira se interpuso en su camino - ¿Qué haces?
-Tienes que irte, estoy ocupado. – Quería deshacerse lo más pronto posible de Ruki, había aparecido en el momento más inoportuno.
-No estás solo ¿cierto? – Estaba intrigado, normalmente Reita no se comportaba así, siempre que se hacía presente ahí le recibía con los brazos abiertos.
-No, vete.
-¿Se puede saber quién es? – No le respondió, solo levanto una ceja un poco molesto con tantas preguntas – Es Kouyou ¿o no? – Su silencio le hizo entender que era cierto, se cruzó de brazos molesto con la decisión de Reita - ¿Es en serio? ¿Sabes que es lo que vi hace dos días? Lo vi con un chico de la mano en la calle.
-¿Qué?
- Lo que oyes, tu putita se anda manoseando con cualquiera.
-No es cierto.
-¿No me crees? Pues ve y pregúntale, apuesto a que te lo va a negar todo como la puta que es. – no predijo que Reita pudiera responder de esa forma, golpeándole la mejilla con su puño, lastimándole la piel. Se acaricio la zona dañada sintiéndose aun asombrado.
-No te refieras así de Shima.
-Bien… haz lo que se te de la puta gana. – se fue de ahí sin volver a mirar atrás, estaba furioso con Reita, no sabía cómo era posible que le recibiera así como así después de todo lo que paso.
Se iba a asegurar de quitar de su camino a todo aquel estorbo que encontrara, en especial a Kouyou…