Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Donde Las Flores No Crecen por TeruNishimura

[Reviews - 40]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

   -¿Que te ocurre Kouyou?- Yuuki le miraba con incertidumbre en los ojos y molestia en los labios.

   -Nada... - intentó evadir la pregunta

   -Si no llevaras pantalones te juro que creo que eres una chica... Dices exactamente lo mismo que ellas... "Nada"  " haz lo que quieras"... Hey ¿me estas escuchando?...

   -Si- la verdad era que no.

   - Entonces ¿me puedes decir que mierda te ocurre?

   - Estuve con alguienayer… - tenía que mentir, Yuuki no se podía enterar de nada.

   - ¿Como era? ¿Era lindo?

   - Me siguió... Me pidió fuego para empezar a hablarme... Me preguntó la edad... Yo le mentí por supuesto y me llevó a su apartamento... Me desvistió y lo hicimos en el piso... Fue maravilloso...- no era así... Se lo hicieron a la fuerza y no sintió  placer en lo absoluto.

   -Maldita zorra suertuda... Sabía que te hacías el tonto pero no creí que era por algo así.

   -¿Que creías? - a él solamente se le ocurriría preguntar estupideces.

   -No lo sé, siempre que peleas con tu padre te pones así.

Hizo como si jamás hubiera escuchado eso, prefirió hacer oídos sordos a esos comentarios... Acaso el era así de predecible... Con tan solo mirarle a los ojos se podía saber que era lo que le ocurría. La cabeza le daba vueltas... ¿Desde cuándo que no comía? Parece que desde ayer en la mañana, hoy no le había apetecido comer después de sentir las sucias manos de papá sobre su cuerpo.

De un momento a otro se desplomó en el piso sin entender alguna razón de nada.

   -¡Kou!

Yuuki no alcanzó a tomarle.

 

 

 

 

 

Sintió que ya no existía (o eso quería creer) era como volver a estar en el vientre de mamá, libre de toda culpa y castigos, no quería nacer, sabía más que nadie que el mundo se estaba volviendo un verdadero infierno, las personas solo lograban pensar en su bienestar y pasaban sobre cualquier cosa que se interpusiera en su camino. Volvió a tener miedo.

Se sobresaltó al sentirse tibio de nuevo, ¿de verdad estaba dentro de mami otra vez? No, él estaba cubierto por una manta... ¿Una manta? ¿Dónde estaba? Ah, era la enfermería.

   -No sabía que tu amante fuera así de salvaje, creí que me lo habías contado todo- Yuuki estaba al otro lado de la cama.

   -¿A qué te refieres?- su cabeza daba más vueltas que un tiovivo. Sentía que ya había nacido y ahora era un niño descubriendo el mundo y todo que había a su alrededor.

   -Cuando caíste como saco harinero al piso te llevé hasta aquí y cuando te examinaron habían muchas marcas en tu cuerpo… creía que no te gustaba jugar rudo

Se sobresaltó y se miró asustado... Había marcas en varias partes de su cuerpo. Los recuerdos le azotaron la memoria casi de inmediato, sintió miedo y asco de sí mismo. La escuela se enteraría de lo que papi hace cuando mami le dejó y tendría mucho más problemas que los que tenía ahora. Mierda.

   -¿Que le dijiste a la enfermera?- suponía que le había mentido.

   -Le dije que hace unos días tuviste un accidente y caíste por las escaleras… y al parecer me creyó todo

   -Ah, gracias...

   -Era mi deber como tu mejor amigo ¿no?

Mentira sobre mentiras, más mentira alimentada por una mentira más grande, mamá mentira las acoge a todas y las protege.

   - Te noto distinto... ¿Te tinturaste?- el cabello rojo de Yuuki brillaba con más fuerza que de costumbre.

   -Creí que no me ibas a preguntar... Mira, ¿recuerdas a Yuu?

   -No exactamente...

   -Era un moreno muy alto... Salí con él la semana pasada... Bueno, ayer me invitó a su apartamento para "ver" películas... Tú me entiendes, y ya se me veían las raíces, así que me Tinturé rápido antes de irme a la cama y por lo menos me quedó bien... Aunque como me dormí con el pelo mojado deje la funda de la almohada anaranjada, ¿te lo puedes creer? ¡Hey! ¿Me estás escuchando?

   -¿Crees que me manden al hospital?

   -¿Qué? ¿Por qué?

   -Me duele mucho el cuerpo y estoy algo mareado.

   -¿En Serio? ¿Ya se te pasó el efecto del analgésico?- no respondió la pregunta, solo se limitó a mirar por la ventana perdiendo las palabras a través del aire que decía su amigo.-... Llamaré a la enfermera, estás mucho más pálido que de costumbre.

 

Cerró los ojos e intentó volver a dormir, quería olvidar aunque sea el dolor físico que tenía, del emocional jamás podría sanarse, estaba enfermo, era una maldita enfermedad crónica que no tenía cura, al igual que su padre, el también estaba enfermo, pero lo de él era distinto.

 

 

 

 

 

 

Caminó hacia su casa lentamente, no sentía tanto dolor, antes de irse le habían aplicado mas jeringas rebosantes de analgésicos y calmantes, la enfermera le había propuesto derivarlo a un hospital si seguían las molestias,  el solo le limitó a sonreírle de manera tímida y decirle que estaba bien, que solo quería ir a casa y dormir hasta que acabara su existencia y la de toda la humanidad.

Miró la puerta, metió la llave en la cerradura y la giró, rogó que Akira no estuviera ahí, que le hubiera tocado entrega hoy y estaba lejos de casa, pero soñar es fácil.

Entró y no había ruido de nada, el silencio carcomía los muebles al igual que el tiempo, en el pequeño comedor diario aún estaban los platos de comida que él había servido en la noche... Ni si quiera se había dignado a hacer algo en casa, solo se dedicaba a traer pendejos calientapollas que se acostaban con él y luego se iban como si jamás hubiera pasado nada.

Entró a la habitación de Akira y sobre la cama mal hecha aún dormitaba el mayor, al parecer había ido al gimnasio en la mañana.

Se puso a recoger la ropa sucia, que estaba regada por el piso de la habitación, en el momento en que se inclinó sintió una punzada de dolor en su culo, se quejó débilmente y comenzó a recoger lo que había tirado por ahí... Encontró los pantalones que ayer usaba Akira cuando... Acarició las manchas de sangre que había impregnado la tela, al parecer no serían fáciles de quitar.

Se acercó más a la cama para recoger unos calcetines cuando el brazo de Akira le tomó por sorpresa y lo arrojó a la cama.

   -Llegas tarde Kou... ¿Dónde estabas?

   - En la escuela, me desmayé hoy y tuve que quedarme hasta tarde en observación.

   -¿Qué? ¿Y estas bien?

   -Supongo - se encogió de hombros. Nunca entendió por qué su padre actuaba así, su abuela le había dicho que tenía un trastorno mental que le hacía ser de esa forma, era algo así como ¿Limítrofe? ¿Trastorno limítrofe? Era algo así, pero le hacía cambiar de estado de ánimo a diario, a veces amanecía muy simpático y otras le golpeaba sin razón aparente.

   -Tengo hambre... ¿Qué tal si ordenamos pizza y comemos aquí?

   -Yo... Tengo que lavar la ropa, hay mucha ropa sucia...

   -Pero hazlo mañana ¿sí? Eso puede esperar... Yo ahora quiero que te quedes aquí y que comamos juntos.

   -Déjame que ponga todo esto en la ropa sucia y vuelvo, te juro que no me voy a tardar.

   -Está bien... - le dejó ir, y cuando el menor se intento levantar de la cama, se quejó por el dolor que sentía y a penas pudo volver a ponerse de pie. 

Tomó de nuevo la ropa sucia y la llevó hasta un cesto que se encontraba abandonado en el pequeño balcón que usaban para tender la ropa mojada y utilizar la vieja lavadora que la veía ser utilizada por mamá hace muchos años atrás.

Se dirigió a su habitación, hace meses que no dormía ahí, Akira le había obligado a pasar todas las noches con él... Miró las paredes, la pintura se había descascarado por el paso de la humedad y el tiempo, buscó en sus cajones su ropa para cambiarse, dejó el  uniforme estirado sobre la cama, se dio cuenta de unas pequeñas manchas de sangre en el pantalón... Tenía que lavarlos otra vez.

 

   -¿Kou? ¿Qué haces? - se sobresaltó al escuchar detrás de él la voz de Akira. - Creí que ibas a volver de inmediato.

   -Yo...

   - Acabo de hablar con el repartidor... Llegará en media hora.

   -Ok

   -Ven - le tomó de la mano y le jaló hacia él, Kouyou solo se dedicó a temblar - no te haré nada, tranquilo.

Caminaron hacia la habitación del mayor... Le hizo recostarse sobre las sábanas viejas mientras le miraba a los ojos en todo momento, se puso sobre el menor y comenzó a besarle el cuello, sus manos se deslizaron desde su cintura hacia sus caderas, allí le ejerció presión para que Kouyou no escapara.

   -N-no puedo, aún me duele por lo de ayer - intentó separarle de él poniendo sus manos en los hombros del major, pero sus intentos fueron en vano.

   -No te dolerá esta vez, te lo aseguro - sus dedos ya se habían apresurado a desabrochar los pantalones del menor.

Se asustó de inmediato, cubrió su cara con sus manos y comenzó a sollozar como siempre... ¿Por qué esto le ocurría a él? ¿Que había hecho para merecer esto?

De pronto, como si en algún momento dios le había escuchado sus suplicas, Akira se había detenido y le miraba algo confundido.

   -No me gusta mucho hacerlo cuando te pones a llorar.

   -Entonces ¿por qué ayer lo hiciste de todos modos?

   -Estaba enojado... Y frustrado.

El sonido del timbre avisaba que alguien estaba afuera, pero además rompió la atmósfera que tenían ambos ahí. Akira fue abrir sin decirle absolutamente nada.

 

El tipo de afuera era tan solo un cliente angustiado buscando un poco de felicidad en polvo.

 

   -¿Quién era?

   -Nadie que te importe.

Akira se dejó caer en la cama al lado de su hijo, cansado de no hacer nada en todo el día, había salido ayer, pero no alcanzó hacer nada con los pendejos que ayer había traído, uno se había asustado cuando puso el candado en la puerta, pero le dijo que se relajara, que era para que el pequeño Kouyou no entrara y les arruinara la fiesta. Se lanzó sobre el chico que le notaba a leguas que quería que se lo follaran y lo hicieron sobre el sofá... El otro sólo les miraba y les decía que quería irse, que no le gustaba nada esto y que iba a perder la cabeza en cualquier momento. Akira se encabrono  y mandó a la mierda al pendejo que le jodía a cada momento, lo echó entre patadas y gritos que todos los vecinos escucharon pero se hicieron los imbéciles. No fue una tarde muy amigable ni placentera hasta que...

 

 

 

  

 

 

 

-¿Me haces un favor? - le acarició el rostro lentamente mientras le miraba a los ojos.

   -¿Cual? - estaba un poco asustado, ya tenía más o menos claro lo que le iba a pedir.

   -Creo que no eres muy inocente como para no saber que quiero. - su pulgar delineo los gruesos labios del chico. Kouyou solo  sintió más miedo del que ya tenía.

   -¿y si lo hago después de que comamos? no tengo ganas de hacerlo ahora... En cualquier momento va a llegar el repartidor.

   - Siempre encuentras excusa a todo.

Kouyou cerró los ojos y pensó en lo que tenía que hacer al otro día... Tenía prueba... De biología al parecer, no recordaba mucho, el golpe que se había dado cuándo se desmayó y cayó al piso le revolvió el cerebro al parecer, le había dejado un poco lento... Aunque desde que tenía memoria siempre había sido lento.

   -Tengo prueba... Para mañana.

   -¿Y eso me afecta?

   -Quiero estudiar... Me va pésimo en biología, y tu sabes lo que pasa cuando...- el timbre le interrumpió de pronto.

Esperaba de todo corazón que  fuera el maldito repartidor, tenía mucha hambre y no quería hacer nada en lo que quedaba de día... 

Miró las manchas del techo, no recordaba haberlas visto cuando era niño... Había pasado ya tanto tiempo desde entonces... ¿Era peor su infancia o su adolescencia? De pequeño le había "cuidado" su abuela mientras papá trabajaba y mamá terminaba a duras penas sus estudios.

Si lloraba porque tenía frío o cualquier cosa le golpeaba y encerraba en el sótano, "como la maldita rata que era. La abuela nunca le quiso, si no hubiera evitado muchos accidentes que tuvo... O eso pensaba.

Cerró los ojos pensando en el plan que tenía en mente hace meses, ya faltaba poco para poder concretarlo…

Iba a salir pronto de ahí…

Notas finales:

No me ha sido facil escribir el capitulo, es un poco lento, pero tiene detalles imprecindibles que ayudan a entender mejor la historia, un poco del pasado y quizas indisios del futuro.

Espero recibir sus comentarios...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).