-Makoto, en verdad no quiero ir.- Un suspiro más se hizo presente en esa conversación.
-¡Vamos Haru! Piénsalo un poco, tiene mucho que no salimos todos juntos.
-Pero Makoto… sabes que he estado ocupado con el restaurante, mañana debo abrir temprano y no pued…
-¡Haru, por eso debes venir! Lo has hecho muy bien hasta ahora con el restaurante, mereces un descanso, mañana es Sábado y no creo que pase nada si no abres sólo por ésta vez. Además, ¡no es cualquier bar! Es el Club Strock, Kisumi tiene a varios amigos ahí y de milagro nos consiguió lugar para hoy.
-Lo sé, lo sé, pero…
-Nada de peros, pasaré por ti a las 9, después nos encontraremos con Kisumi y Nagisa en la estación, ¿De acuerdo?- Él de cabello azabache gruñó con molestia que no le importó no disimular.
-De acuerdo.
***
El timbre no paraba de sonar. Sabía que era Makoto, por lo que no quería abrir, pero también sabía que si no lo hacía, tarde o temprano Makoto entraría por la puerta trasera y lo arrastraría a la estación. No tenía caso evitar lo inevitable.
-Makoto.– Abrió la puerta y se movió a un lado para dejar pasar al más alto.
-Creí que no abrirías, Haru.– Hizo una de sus típicas sonrisas.
-De todas formas, no tengo opción.
-Vamos, no lo veas así, deberías verlo como una buena oportunidad para conocer gente nueva y pasar un buen rato.
Se adentró en sus pensamientos, quizá Makoto tenía razón y no era tan malo, hasta hace poco disfrutaba mucho salir de bar en bar con sus amigos; Hasta que empezaron a dejarlo solo por ir a ‘pasar un buen rato’ con cualquiera que conocieran. Aun así, le empezaba a surgir un buen presentimiento, cosa que le subió el ánimo.
-Haru, ¿me estás escuchando?
-Perdón, ¿decías?- El castaño suspiró con resignación, no era que lo estuviera ignorando, pero Haru solía adentrarse en sus pensamientos seguido y cuando lo hacía, no ponía atención a lo que pasaba a su alrededor.
-Decía que si ibas a ir vestido así.- Lo miró de arriba abajo, desaprobando con la miraba lo que llevaba puesto.
-Planeaba hacerlo, pero, ¿qué sugieres?- Makoto sonrió emocionado mientras lo empujaba hacia el cuarto. Una vez dentro, empezó a buscar en el clóset, hasta que por fin sacó un par de prendas y las puso sobre la cama.
Cuando al fin salieron, el ojiazul iba con un pantalón color turquesa ajustado, botines negros, una playera blanca y sobre ésta la chamarra de piel.
-Makoto, sé que estuve de acuerdo, pero no me siento cómodo.- Intentaba acomodarse el pantalón por todos lados, pero era inútil, realmente no le gustaban los pantalones apretados.
-¿Pero qué dices?, antes te gustaba vestir así.
Comenzaba a considerar tirar su vieja ropa. Antes de que pudiera decir algo más, vieron a Kisumi agitando su mano por sobre su cabeza y a Nagisa junto a él gritando sus nombres.
-¡Haru-chan! ¡Mako-chan!-
-Creímos que no vendrían.– Kisumi, como siempre se acercó hacia Haru y pasó su brazo por su cuello. Y como siempre Haru lo esquivó sin delicadeza.
-Perdón por la tardanza chicos, ya podemos irnos.
Subieron al primer tren que llegó, durante el camino Nagisa no dejaba de hablar sobre lo popular que era el lugar, Makoto, que estaba junto a él solo asentía a todo lo que decía. Solo eran unas cuantas estaciones, por lo que no tardaron de llegar a su destino.
***
-¡Woah! ¡La fila es enorme!
-Tal vez deberíamos irnos.
-¡Haru! Ya estamos aquí, no podemos irnos.
-Vamos, vamos, no se preocupen.- El peli rosa sacó de su bolsillo 4 tarjetones y comenzó a caminar hacia la puerta evitando la fila, mientras los demás lo seguían algo dudosos.
-¡Pero si es Kisumi!- Dijo uno de los guardias de la puerta mientras chocaban los puños.
-Hola, chicos.- Sonrió saludando a los demás.
-Tenía mucho tiempo que no venías.- El peli naranja abrió la cinta para que pudiera pasar.
-Lo sé, Sei, pero hoy vine acompañado.- Señaló con su pulgar a los chicos detrás de él.
-Kisumi. Sabes que hoy está lleno.- Le echó una mirada de pocos amigos mientras cruzaba los brazos.
Kisumi agitó los tarjetones frente a él y los puso entre sus brazos sin quitar la sonrisa de su rostro. Seijirou los tomó y suspiró relajando su posición e indicando con el brazo que pasaran. Algunas personas de la fila se quejaron, pero fueron ignorados.
-Solo porque te los dio Rin.
-Gracias, más tarde nos vemos. - Se despidió levantando la mano y por fin entraron.
A pesar de que la fila afuera era enorme, no se veía atestado, podías moverte sin mucho problema.
El lugar parecía dividido, estaba la parte principal donde todos bailaban, aquella era la más llena, después, la barra y hasta el fondo las mesas, las cuales tenían una vista perfecta a un escenario redondo, no muy grande.
-Por un segundo creí que habríamos venido aquí para nada.- Suspiró Makoto poniendo su mano en el hombro de su mejor amigo.
-Sei puede verse un poco duro, pero es su trabajo, debe encargarse de que todo esté en orden y que el lugar sea seguro. Aunque es muy amigable y divertido cuando está fuera de su papel de guardia.
Conforme se iban adentrando al lugar la música se escuchaba más fuerte, así que Kisumi juntó sus manos alrededor de su boca para asegurarse que los demás le escucharan.
-Ustedes vayan a sentarse por allá, pidan lo que quieran, yo iré a la barra a saludar y preguntar por los espectáculos.
-¡Sí, no puedo esperar por verlo!-Nagisa se fue caminando rápido hacia una mesa cercana al escenario, dejando a los otros dos atrás.
-¿Ver a quién?-
-Bueno, al parecer Kisumi le estuvo contando sobre un tal ‘Rei-chan’ y ahora Nagisa no deja de hablar de él.-
-¿Cómo es que nunca me entero de nada?- Makoto soltó una pequeña risa y subió su mano hasta su boca, cubriéndola. Luego suspiró.
-Haru, te lo dije, tiene mucho tiempo que no sales con nosotros.
Se sentaron y Nagisa volvió a hablar sobre Rei, no paraba de decir que era muy guapo. Kisumi le había enseñado varias fotos de él. Después de un rato, Haru se volvió a perder en sus pensamientos, no dejaba de agobiarlo el hecho de que necesitaba contratar ayuda en el restaurante, Makoto y Nagisa lo ayudaban en sus tiempos libres, pero definitivamente eso no era suficiente. Ambos tenían otros trabajos, en los cuales no había horario de entrada ni de salida, especialmente el de Makoto. El problema es que tampoco quería contratar a un desconocido cualquiera.
-Es por eso que nunca te enteras de nada.- Sus pensamientos fueron interrumpidos por Makoto. –Deberías dejar de pensar en el restaurante de vez en cuando.- Y como siempre, leía su mente de una manera que nadie más podría.
-Uhm. - Retiró la mirada y con un tono que llegaba a ser un susurro, se disculpó nuevamente.
-¡Hey! ¿Acaso ninguno me está haciendo caso?– Ambos voltearon a ver a Nagisa, que se veía nada amenazante con el puchero que había puesto. -Siempre es lo mismo.
-Lo sentimos.- Makoto no pudo evitar reír. Y Haru mostró una pequeña, pero visible sonrisa.
Después de un rato de hablar sobre trivialidades, pudieron ver entre la gente la rosada melena de Kisumi acercándose.
-¡Hey, chicos! ¡Ya están por empezar los bailes! El primero en abrir será Rin.
'¿Rin…?'