5 de octubre de 2012
Las semanas han pasado mis compañeros se han ido a la primera práctica de campo, no sin antes tratar de convencerme de que fuera con ellos diciéndome “estas salidas son para que todos estemos unidos”, y sin embargo mi respuesta fue la misma, “no tengo dinero para el pasaje, ni para el material que necesitamos” ellos fueron insistentes, incluso con los que casi no convivo, pero la verdad de todo… era que tenía que ser internada ya que la velocidad del crecimiento de los aneurismas había aumentado y en algunos el tamaño era mayor de lo esperado, alcanzando la clasificación de gigantes cuando me dieron el diagnóstico fue un fin de semana antes de que ellos partieran. Ahora solo tengo como opción esperar a que estos se rompa y finalice mí existencia,
Cualquiera diría que es momento de disfrutar la vida más que antes pero el hecho es que quisiera que ella estuviera a mi lado, me gustaría estrechar su mano y ver su sonrisa o simplemente me bastaría con verla una vez más… solo eso, no más, por desgracia estamos separadas por muchos kilómetros, no tengo un trabajo, ni dinero y menos libertad que me pudieran dar esa alegría tan esperada, pues el estar en el hospital me hace sentir como en una cárcel y tal lo este.
Durante el tiempo en el hospital paso los días en una cama viendo a través de la ventana, con mis libros en las piernas además de cuadernos y bolígrafos, mientras por las noches, sueño con su rostro, con la bella sonrisa que siempre me dedicaba cada vez que nos reuníamos, con la esperanza de vivir para poder verla una vez más. Es como si mi deseo de podernos reunir en algún momento me manteniene a flote.
Recuerdo los momentos juntas en el instituto, las visitas a su casa, su fiesta de cumpleaños, el ir de compras a alguna librería, las visitas a los museos, parques e incluso los almuerzos en algún restaurante de comida rápida.
Casi siempre salíamos a algún lado en compañía de su madre afínales del semestre y terminábamos comiendo en popeye´s o bien la acompañaba a casa donde su me recibían de grata manera, he incluso pasaba tiempo charlando con su hermano como si nos conociéramos de años, porque tanto el como yo teníamos el mismo puesto en nuestras familias, el titulo de ser los mayores y la diferencia de edad con nuestros únicos hermanos era de 8 años, su madre una mujer demasiado alegre y positiva nunca me dejaba negarme cuando se trataba de compartir la mesa con ellos, creo que siempre me veían como un miembro más de su familia, además de que nuestras madres eran amigas, y de que ninguna de ellas esperaba que alguna formara una familia, se habían hecho a la idea de que terminaríamos solteras o casadas con el trabajo sin tiempo para tener responsabilidades más allá de un perro o gato.
En el ligero caso de que coincidiéramos en salíamos temprano de las clases caminábamos unas cuantas cuadras entre platicas de nuestro día escolar los trabajos, tareas por hacer y muy debes en cuando de música, para terminar llegando al Burger King y disfrutar uno de los diferentes desayunos, pasábamos un poco el rato conviviendo todo lo que podíamos o haciendo planes para los sábados en caso de contar con el tiempo y el permiso de nuestras madres, el resto de la semana la veía pasar desde la puerta de mi salón en el primer piso o la miraba con sus amigos, sentada bajo una jacaranda sin soltar el ipod clasic, mientras cruzaba el patio para reunirme con mis propios amigos, debido a que asistíamos a diferentes grupos.