-Ven, vamos Shintarou – dije comenzando a caminar hacia adentro, en dirección a la sala, con la finalidad de encontrarme a mi madre.
-De acuerdo – dijo Shintarou siguiéndome. Cuando llegamos allí, me encontré a mi madre sentada en un sillón, viendo fijamente una fotografía.
-Madre – le dije sacándola de sus pensamientos - ¿Tienes la fotografía donde salimos todos? – pregunte viéndola a los ojos.
-Sí, aquí la tengo, Seijuurou – dijo tomando mis manos, yo la mire serio – mi niño, ya estas grande, feliz cumpleaños, te quiero y quiero que sepas que yo haría lo que sea por ti Seijuurou, lo que sea – me miró fijamente a los ojos y planto un beso en una de mis mejillas.
-Gracias, madre, yo también te quiero – dije aún serio - ¿Me podrías regalar esa fotografía? – pregunte señalando aquella fotografía con el dedo.
-Claro, tómala Sijuurou – dijo mi madre extendiendo su brazo, dándome la foto – pero ¿Para que la quieres? Tú dijiste que odiabas este tipo de cosas.
-Para algo, madre ¿Sabes quién es él? – pregunte mostrándole la fotografía, señalando a Tetsuya.
-No, pero se quién es este niño – me señalo a Ogiwara.
-¿Ogiwara? – pregunte.
-Sí, de hecho es el hijo de los Ogiwara, es muy amistoso – dijo con una pequeña risita – pero, porque me preguntas por aquel niño, ¿Estas interesado en él? – pregunto sonriente.
-Creo… se llama Kuroko Tetsuya ¿Segura que no lo conoces? – pregunte nuevamente.
-No, pero se ve muy adorable y amistoso – dijo sin quitar su sonrisa, para luego levantarse – Bueno, me tengo que ir a arreglar unos papeles, nos vemos Seijuurou, hasta luego Shintarou – Dijo revolviéndome el cabello y luego acercándose a Midorima para también revolverle los cabellos, después se retiró.
-¿Quién es el, Akashi? – Pregunto el peliverde arreglándose los lentes – Déjame verlo – se acercó a mí para que le enseñase la foto.
-Toma, es el niño que está a mi lado, él de cabellos y ojos celestes – dije entregándole la fotografía, él dejo el pequeño peluche de rana en uno de los muebles para luego sujetar la foto con sus dos manos, mirándola fijamente.
-¿E-es un niño? – Estaba muy sorprendido al ver a Tetsuya – pensé que era una niña cuando lo vi hace rato… - comento con un leve sonrojo, pero giro su rostro y acomodo sus lentes para “ocultarlo”, yo solo me limite a mirarlo serio, para después soltar un ligero suspiro y preguntarle por su comentario, casi susurro, reciente.
-¿Hace un rato? – lo mire serio mientras me cruzaba de brazos.
-Sí, es que cuando yo iba entrando, él y dos niños más estaban saliendo, y como uno de ellos dijo tu nombre, captaron mi atención. – dijo ya serio girando su cabeza para verme, acomodándose nuevamente los lentes.
-¿Uno de ellos? ¿Mi nombre? – pregunte un poco curioso, entornando levemente mis ojos.
-Sí, eran dos niños que no paraban de abrazarlo, uno de ellos, de cabello naranja, mmm, este – dijo enseñándome la foto y señalando a Ogiwara – él dijo: “Akashi me agrado mucho, pero no me gusto como miraba a Tetsuya-kun…Tetsu-chan es mío!” dijo eso en un tono juguetón, pero la verdad es que me sorprendí mucho – me comento el peliverde entregándome la fotografía y luego cruzándose de brazos.
-Él es Ogiwara, Shintarou necesito que me ayudes con algo, ven, vamos a mi habitación, esto es privado. – dije y él solo asintió con la cabeza, agarro su pequeño peluche del sillón y camino atrás de mí; subimos las grandes escaleras, encaminándonos hacia mi habitación.
-Siéntate, Shintarou – le dije sentándome en uno de los sillones de mi cuarto.
-De acuerdo – dijo Midorima sentándose – Dime, ¿Qué necesitas Akashi?- pregunto acomodando sus lentes.
-Toma – le entregue de nuevo la fotografía – Necesito que averigües todo sobre él, sobre Tetsuya, donde vive, su edad, su familia, donde estudia, TODO – dije marcando la última palabra, mirándolo totalmente serio.
-De acuerdo, se llama Kuroko Tetsuya ¿Cierto? – dijo mirando fijamente la fotografía, luego de sujetarla en una de sus manos, en la otra descansaba el pequeño peluche de rana.
-Sí, así se llama… - dije sonriendo levemente - ¿Para cuándo crees obtener la información sobre él? – pregunte retomando nuevamente mi rostro serio.
-Bueno, no es tan complicado, por suerte conozco a la señora Ogiwara, ya que es una amiga de mi madre, si lo que tu madre te dijo es cierto y aquel niño de cabello naranja es hijo de los Ogiwara, entonces no será tan difícil preguntar por aquel peliceleste, sin embargo estoy algo ocupado en estos días, ya que mi abuelita me pidió que la acompañe mientras está de visita por aquí, así que dame seis días, en seis días lo averiguo y te traigo la información con cualquier mínimo detalle – dijo Shintarou tranquilo acomodando sus lentes.
-De acuerdo – le dije con una sonrisa de lado en mi rostro, aunque con algo de impaciencia.
-Bueno, me tengo que ir – dijo el peliverde viendo el reloj que tenía en su muñeca, para luego levantarse y guardar la foto en uno de sus bolsillos – Hasta luego Akashi – se despidió extendiendo su mano.
-Hasta pronto, Shintarou – me levante, extendí mi brazo y estrechamos las manos en forma de despedida, él se fue con su pequeño peluche en mano, luego me cambie de ropa alistándome para ir a dormir, apague las luces de mi habitación y me senté en mi cama. Shintarou se fue y yo me quede solo, solo de nuevo, solo pensando en una sola cosa, no, más bien en una sola persona “Tetsuya”, Tetsuya, él y en el plan para que sea mío, para tenerlo a mi lado, aquel plan pronto se ejecutaría y él será mío.
“Cuando un ave es tan hermosa, dejarla libre es un pecado” – pensé posando una sonrisa en mi rostro...
“Aquel día fue la primera vez que una sonrisa se posó en mi rostro…” También fue la primera vez que “él” se hizo presente, poniendo en práctica su primera aparición. – Y en ese mismo instante uno de sus rojizos ojos se tornó de un tono dorado, tan intenso que resaltaba en toda aquella oscura habitación…
“Pronto Tetsuya, pronto serás mío y de nadie más, MI Tetsuya… Mío, Solamente mío.”
Continuará…