“…Lamentablemente a esta ave le arrancaron las alas…”
-Oponerse, no es una opción – sentencio, me estremecí ante aquellas palabras – tenlo en mente siempre – soltó mi mentón y nuevamente se sentó, sirviéndose otra taza de té, suspiro y continuo hablando - ¿Sabes? Creo que con esa expresión te ves muy adorable, Tetsuya – dijo burlón tomando su te - ,pero ya deja de hacerla, apenas es nuestro primer encuentro y no quiero que regreses llorando a tu casa – dijo esta vez serio, sacando un pañuelo blanco de uno de los bolsillos de su pantalón y dándomelo – Límpiate la cara. – ordeno.
-S-Si, gracias – Tome el pañuelo y me limpie.
-Hay otra cosa más que quería decirte Tetsuya.
-¿Q-Que es? – pregunte mientras intentaba calmarme.
-Esta regla es la única que puse para mí mismo, así que quiero que la escuches para que después no te preocupes – suspiro y continuo – aunque estoy seguro de que no lo entenderás ahora, en el futuro lo entenderás, como dije antes es solo para que no te preocupes.
-¿Cuál es? – pregunte curioso, aun limpiando mi rostro.
-No te “tomare” hasta que cumplas los 10 años – confundido alce mi rostro para verlo – Solo cuando cumplas esa edad serás completamente mío, ya que ahora eres muy pequeño, quiero seguir disfrutando un tiempo más de tu dulce inocencia – dijo mirándome fijamente a los ojos, él tenía razón, no entendía para nada sus palabras, pero aunque no las entendía sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo ante lo que dijo y el cómo lo dijo - ,pero si desobedeces alguna de mis órdenes habrán consecuencias, los llamaremos “castigos”, de eso si preocúpate por ahora – su tono de voz era frio al igual que su mirada.
-¿A qué te refieres? – estaba realmente confundido, sus palabras eran confusas, era como si estuviese recitando el contenido de una sopa de letras, realmente no entendía nada – “Con “Castigos” ¿se refiere a que va a golpearme? Yo no quiero ser golpeado, suficiente tengo con mi madre” – pensé preocupado.
-Ya te dije que no te preocupes por eso, siempre y cuando obedezcas todo estará bien, créeme cuando te digo que no te agradara verme enojado, Tetsuya.
-Sí, obedeceré, no te preocupes – agache mi cabeza y mordí mi labio inferior para calmarme, él solo soltó una risilla.
-Buen niño – dijo estirando su brazo para revolver mis cabellos – realmente eres muy maduro, otro niño se hubiera puesto a llorar y a patalear todo el rato, haciendo un berrinche, en cambio tu entendiste muy bien tu posición a partir de ahora, eso me gusta de ti, Tetsuya, eso me encanta de ti – dijo quitando su mano de mis cabellos, luego poso su mirada en los ojos verdes del otro niño, y Akashi continuo hablando, posando otra vez su mirada en mi – Bueno ahora que ya todo está aclarado, los presentare, él es Shintarou – dijo señalando al peliverde con la mano – y él es Tetsuya – esta vez me señalo a mí, levante mi rostro para poder saludarlo.
-Me llamo Shintarou Midorima, mucho gusto – dijo serio el peliverde mientras estiraba su brazo para que estrechara su mano, trague saliva e intente poner mi rostro serio para poder responder a su saludo.
-Tetsuya Kuroko, el gusto es mío – dije un más calmado, estrechando su mano.
-Tetsuya quiero que sepas que Shintarou es como un hermano para mí, desde siempre hemos estado juntos, así que pórtate bien con él, y también harás todo lo que el te diga – me dijo serio el pelirrojo, viéndome fijamente con esos ojos que plantaron miedo y odio en mi ser, yo solo asentí con la cabeza y el continuo hablando – Shintarou desde ahora puedes darle órdenes a Tetsuya, siempre y cuando no abuses de esto o pases los limites, sabes a lo que me refiero – se quedó viendo fijamente al peliverde, con una mirada muy fría – Solo lo tocas si yo te lo digo o te lo permito – entorno levemente los ojos viendo a Midorima con autoridad, en un tono de superioridad.
-Como tú digas Akashi – respondió Midorima indiferente bebiendo su te, Akashi solo sonrió satisfecho, pasaron varios minutos en silencio mientras bebían té y luego se pusieron a hablar temas sobre el horóscopo o incluso ajedrez, yo solo permanecí en silencio con la cabeza agachada, tratando de ocultarme, pues aquello era realmente incómodo.
-Veo que ya estas más tranquilo, Tetsuya – dijo Akashi haciendo que de un pequeño saltito en mi asiento - ¿Ya se te pasaron los nervios? – pregunto, yo solo asentí con la cabeza – No quiero que me contestes con un simple movimiento de cabeza, quiero que me respondas con un “si” o “no”, tus asentimientos de cabeza solo me molestan, así que contesta firmemente a mi pregunta – dijo fríamente, podía sentir claramente sus ojos penetrarme, tanto así que no pude evitar temblar.
-S-Si – dije alzando mi rostro para verlo e intentando poner mi siempre neutral cara, no demostraría mi miedo otra vez, no ahora.
-Así me gusta, que así sea de ahora en adelante, por cierto, tengo algo para ti – se puso de pie, fue a una mesita de noche, abrió el cajón, de ahí saco una pequeña cajita celeste y luego regreso a su asiento – Toma – dijo ya sentado, dándome la pequeña cajita, yo la agarre y la quede viendo por un rato, dudoso, pues esto, mejor dicho él, no me daba confianza para nada - ¿Qué esperas? Ábrela – trague saliva y lentamente la abrí…
-¿U-un collar? – pregunte nervioso, lo que había en esa caja era un collar muy hermoso, la cadena y el digen parecían ser de oro, el digen era redondo y en el tenia grabadas las iniciales “A.S”, de inmediato supe que eran de su nombre, pero lo que más llamó mi atención fue una pequeña gema color rojo fuego, que se encontraba debajo de las iniciales, era un collar verdaderamente muy hermoso, se notaba que era caro y por un instante me pregunte cuantos batidos de vainilla podría comprarme si lo vendiese, de seguro muchos (Kuroko Troll :v Okno xDD), sonreí mentalmente ante esa idea, pero luego se me vino a la mente la idea de que parecía un collar para perros, como si yo fuera uno.
-Sí, un collar, ¿Te gustó? – pregunto viéndome fijamente.
-Es muy lindo, per-
-Lo usaras todos los días a partir de ahora – me interrumpió, yo no quería molestarlo, así que mejor no replique.
-Si, como ordenes Akashi-sama – dije serio y con mi rostro neutral, de verdad quería desafiarlo, y el no actuar débil ante él era la única opción para hacerlo, el sonrió ante mis palabras – Pero por lo menos me podrías decir ¿Por qué razón tengo que usarlo todos los días?
-Pues bien, te lo diré, como ya sabes, ya mismo empiezan de nuevo las clases y este “Obsequio” es solo para asegurarme de que nadie se te acerque, ya que eres mío.
-“¿Qué? E-este niño de verdad está loco, está loco…” – pensé, aquello que acababa de decir era lo más incoherente que he escuchado hasta ahora, yo no era ningún objeto.
-Tranquilo Tetsuya, dámelo – dijo, yo obedecí y se lo di, él se levantó y camino parándose tras de mí, se agacho y coloco el collar en mi cuello – ven, sígueme – me tomo de la mano y me levanto del asiento para que lo siguiese, llevándome así hasta un gran espejo de cuerpo completo - ¿Lo ves, Tetsuya? Te ves hermoso, muy hermoso – susurro en mi oído - ¿No lo crees, Mi Tetsuya?
-S-si – dije, aquel collar en verdad era muy hermoso, sin embargo su significado no me agradaba para nada.
-Muy bien, ¿Qué les parece si conversamos y nos conocemos mejor los tres? – dijo sonriendo, como la primera vez que lo conocí, el Akashi que conocía y que me agradaba.
Tal y como él lo dijo, toda la tarde pasamos hablando, conversando sobre nosotros, sobre cosas triviales, la escuela, y sobre todo libros, ¿Quién lo diría?, ellos dos también eran buenos fanáticos de la lectura, los tres teníamos algo en común, el amor hacia los libros, el Akashi que había conocido, había vuelto, el alegre y amistoso Akashi, poco a poco y sin darme cuenta recupere la confianza en él, aunque no toda, todavía rondaban en mi mente aquellas ridículas reglas y aún tenía miedo del Akashi que conocía hace unas horas, por el momento lo mejor sería obedecer aquellas tontas reglas y no meterme en problemas, ya que Akashi no es mi único “Verdugo”, también lo es mi madre…El tiempo paso rápido mientras hablábamos del horóscopo, tema que por alguna razón saco Midorima-kun, la verdad yo no creía mucho en eso, Akashi tenía sus dudas, pero Midorima-kun era un fiel fanático de los signos Zodiacales.
-Oha Asa dijo que acuario tendría un día agitado, tú objeto de la suerte es un pañuelo, tú color es el celeste – dijo el peliverde mientras me extendía su brazo, en su mano tenía un pañuelo celeste, yo lo mire un poco sorprendido, ¿Cómo sabia mi signo?, el me miraba serio, pero aun así se notaba un leve sonrojo en sus mejillas, aquello me pareció lindo de su parte, aunque un poco raro y algo sospechoso, así que solo tome el pañuelo y le sonreí.
-Gracias – dije amablemente.
-No es nada – dijo el peliverde acomodándose sus lentes, un poco más sonrojado, Akashi solo se rio ante el acto de Midorima-kun, yo hice lo mismo, y por un momento pensé que esto no sería tan malo.
-Bueno, Tetsuya ya tiene que irse – dijo el pelirrojo con una leve sonrisa, algo amable.
-Sí, de seguro mi hermano debe de estar muy preocupado… - dije, grave error, no debí haberme confiado mucho, Akashi me miro serio nuevamente y pude notar un leve brillo algo escalofriante en su ojo izquierdo, temblé ante eso, lo mejor que pude hacer fue levantarme y dirigirme hasta la puerta de salida de la habitación – N-nos vemos, Gracias por todo – hice una reverencia, abrí la puerta y Salí corriendo hasta la salida, me subí al auto y me marche a mi casa, estaba realmente nervioso, ni Akashi, ni Midorima me contestaron, pero creo que eso fue lo mejor, suspire ante aquella idea y luego tome con mi mano el digen del collar, lo observe, de verdad me gusto, nunca antes había tenido algo tan bonito y brillante, era hermoso.
-Ya llegamos, joven – dijo el chofer al llegar a mi casa, sacándome de mis pensamientos.
-Gracias – le dije y me baje del auto, camine hasta la puerta de mi casa y toque dos veces, mi madre no abría la puerta, así que toque insistentemente hasta que ella salió – Buenas noches, madre – salude, pues ya eran las 7 y media de la noche.
-Vaya, vaya, Tetsuya – dijo burlona, ni siquiera tuvo la amabilidad de devolverme el saludo, se hizo a un lado y yo pase, ella cerró la puerta y siguió con sus tontas burlas – Veo que tuviste mucha suerte hoy, veo que ya tienes dueño – de verdad no entendía el porqué de sus palabras lastimeras, ¿Acaso no se daba cuenta de que me lastimaba? O… ¿Lo hacía a propósito? Se supone que soy su hijo, tan solo tengo 5 años, ese tipo de palabras no tengo por qué escucharlas, aunque ella se veía realmente ridícula peleando conmigo, un niño.
-¿A qué te refieres? – le pregunte desafiante, no estaba de humor para soportarla.
-Pues, solo decía que ese collar es muy hermoso, se nota es costoso, de verdad te queda muy bien… - poso una sonrisa en su rostro, una sonrisa algo sádica – es justo como un collar para perros, de esos que se pierden fácilmente y son desobedientes… Justo como tú, Tetsuya – su voz a pesar de tener un tono burlón, era fría, muy fría, abrí levemente los ojos y justo cuando iba a contestar a sus insultos, ella continuo – Akashi acaba de llamarme – dijo en tono desinteresado – dijo que… te vigilara, ¿Sabes?, yo también creo que es una buena idea que te alejes de mi dulce Chihiro, eres un mal ejemplo, así que solo te diré una cosa…más te vale obedecer, sino quieres ser “Castigado” – ordeno, temblé ante tales palabras salidas de la boca de mi propia madre ¿Acaso estaba de acuerdo en que me quede solo, en que me aleje de mi querido hermano? - …Eso de quedarte completamente solo, te queda bien – por primera vez su actitud me daba asco, ella nunca fue linda conmigo, pero al menos tampoco era tan cruel, esta vez quería vomitar cada vez que la escuchaba - …Ya vete a dormir, mi adorable Chihiro estaba preocupado por ti, él es tan dulce, por eso tu no le dirás sobre “Esto”, él no debe enterarse, actúa normal y ni se te ocurra hablar, desde hoy… aléjate de el – dijo y se fue a la sala, pudo notar al subir las escaleras que estaba viendo el televisor y que en la mesita de al lado del sofá había una botella de whisky, tal como lo había pensado, ella estaba borracha, otra vez comenzó a beber, había pasado un año desde la última vez que lo hizo, con todo el trabajo que nos costó a mi hermano y a mi convencerla de dejar aquel vicio, ahora todo ese esfuerzo era derrumbado en un so odia…
“Fueron muchos los días de esfuerzo construyendo algo bueno…Ahora, solo basto un día para derrumbarlo todo.”
Subí a mi habitación, la cual estaba oscura, supuse que mi hermano ya se encontraba durmiendo, ya que solo estaba encendida mi lámpara al lado de mi cama, justo cuando estaba cerrando silenciosamente la puerta, una voz algo enojada me detuvo - ¿Dónde estuviste todo este día, Tetsuya? – era mi hermano, estaba enojado, con una expresión que nunca antes había visto en él.
Continuará…