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Stratholme por ACKris

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Notas del fanfic:

Bien, este es mi primer fic multifandom de tres de mis grupos favoritos.

Va dedicado a dos personas que, a pesar de que las conozco desde hace muy poco tiempo, han llegado a significar mucho en mi vida: Gaby y Ana. Os quiero, chicas.

Espero que disfruteís del fic.

Besoooos^^

Notas del capitulo:

Primer capítulo del fanfic. Voy a colgar el primero y el segundo ya que cuando alguien lo leyó *cofcofgabycofcof* me dijo que el primer capítulo era aburrido, así que he decidido colgar los dos a la vez.

Besoos^^

Capítulo 1. La casa del bosque



El cielo de Seúl brillaba a pesar de las grisáceas nubes que lo cubrían. Jung Baekhyun observaba las gigantescas maletas depositadas enfrente de su escritorio con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

- No quiero ir- dijo cuando su hermano pequeño irrumpió en la habitación para buscar unos libros.

- Vamos hyung, ¡si de pequeño te encantaba!

- No quiero ir- repitió.

- Irás igual, lo sabes, ¿no?

Baekhyun frunció más el ceño (si era posible) y giró el rostro, enfadado.

- No pienso ir.

- Tú mismo- dijo Taehung elevando levemente los hombros y luego bajándolos con un suspiro-. Ya te las arreglarás con mamá, papá y Daehyun- caminó hasta el umbral de la puerta y se detuvo. Miró un momento a su hermano, que volvía a observar las maltas y sonrió con nostalgia-. Solo te diré que me hacía mucha ilusión volver allí contigo y revivir esos recuerdos de pequeños que desgraciadamente olvidaste- y dicho esto se fue.

El castaño suspiró y se dejó caer hacia atrás en la cama, rozando con la cabeza la pared sin llegar a tocarla. Repitió la conversación con Taehyung en su cabeza y maldijo aquel maldito conductor borracho que lo había atropellado hacía ocho años. Por culpa de aquel accidente Baek estuvo más de seis meses en coma, perdió la habilidad de hablar y caminar, además de todos los recuerdos de antes del accidente.

Despeinó su cabello con las manos por culpa de la frustración. ¿Por qué él? ¿Por qué tenía que haber pasado por todo aquello? ¿Por qué demonios después de eso no dejaba de herir a la gente de su alrededor con su actitud tan fría y cortante? Ahogó un grito de rabia y se levantó de la cama. Por una vez haría las cosas bien, aunque no quisiera. Quería volver a hacer feliz a su madre.

Se puso la chaqueta, revisó dos veces que lo llevaba todo y entonces salió de su habitación corriendo cargando las maletas. No se fijó en que su hermano pequeño lo observaba sonriendo orgullosamente.

- ¿Estás listo, cariño?- preguntó su madre mientras ayudaba a su padre a cargar las maletas a una de las furgonetas que habían alquilado para todo el verano. Baek asintió mientras la mujer acariciaba su rostro y sonreía tristemente- Sé que no te hace especial ilusión ir allí, pero ya sabes que la abuela ya es anciana y está en esa edad en la que...

- No mamá, quiero ir- la interrumpió.

- ¿Seguro?- su voz sonó sorprendida.

- Sí- mintió, aunque no era del todo una mentira, al fin y al cabo quería ir sólo para hacer feliz a su familia.

La mujer volvió a sonreír y abrazó a su hijo.

- Gracias- susurró-. Gracias por ser el mejor hijo que una madre podía desear.



* * *



Los primeros en llegar a la casa de los Jung fueron los Park, acompañados de su tío Teddy.

- ¡Jimin! ¡Junghong! -gritó el menor de los Jung mientras corría a abrazar a sus mejores amigos como si hiciera meses que no los veía a pesar de que los había visto hacía apenas dos días.

Ambos correspondieron el abrazo. El más alto de los tres (y curiosamente el menor) levantó a los otros dos del suelo y los sacudió de un lado a otro.

- ¡Ya, suéltanos!- lo riñó su hermano.

- ¡Estoy nervioso!- dijo una vez los dejó en el suelo.

Los otros dos pusieron los ojos en blanco mientras suspiraron divertidos. Junhong llevaba días repitiendoles lo nervioso que estaba por pasar unos días fuera de Seúl, ya que desde que sus padres murieron hacía ya casi nueve años nunca había salido de la ciudad. Fue un milagro que su tío y actual tutor los hubiera dejado irse a otro pueblo en la otra punta del país, aunque supusieron que las recurrentes llamadas de la señora Jung afectaron bastante en su decisión.

Bang Yongguk sonrió tiernamente al ver aquella escena desde dentro del coche. Hacía tiempo que se había fijado en el pequeño rubio que en aquel momento hacía un tierno puchero mientras su hermano lo regañaba y su mejor amigo lo miraba divertido.

- Yo bajo- le susurró Himchan a su hermano, mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad.

- Vale, dile al señor Jung que he llegado y que aparcaré el coche en el garaje.

El pequeño asintió y salió del coche para reunirse con su mejor amigo.

- ¿Y tu padre?- dijo nada más divisar la castaña cabellera de Baekhyun. Él se dedicó a mirar a los lados y encogió los hombros.

- Por ahí. No sé.

- Hola Himchan- la señora Jung sonrió al reconocer al joven, que hizo un corta reverencia-. ¿Buscas a mi marido?- el moreno asintió. La mujer estiró el cuello y le hizo una señal a su hijo mayor para que se acercase-. ¿Sabes dónde está tu padre?

- Hola Himchan. Está en el garaje.

- Ei- saludó el moreno. La mujer asintió y le pasó a Daehyun la caja que llevaba en las manos y entró en la casa a buscar otra.

- ¿Y tu hermano?- preguntó el primogénito Jung.

- Aparcando el coche. ¿Queréis que os ayude?

- Sí por favor- la voz de Baek sonó desesperada. Odiaba aquello, había demasiadas maletas, y eso que solo eran las de su familia.

Los Do no tardaron mucho en llegar. Seokjin fue el primero en bajar y corrió a abrazar a su primo pequeño.

- ¡Mi TaeTae! ¡Cuánto tiempo hace que no te veo!- dijo apretándolo contra su pecho.

- Dos meses hyung, solo dos meses. ¡Y hemos hablado por Skype cada día!

Seokjin agarró los mofletes del pequeño y empezó a moverlos haciendo que su primo pusiera unas extrañas y divertidas caras que hicieron reír a todos, incluso a Kyungsoo, que a duras penas podía cargar todas las maletas.

- Hyung, ¿qué tal si dejas a nuestro primo en paz y me ayudas con esto?

- Ah si, lo siento.

Kyungsoo negó sonriendo y le pasó a Seokjin sus maletas, el cual corrió con ellas hacia sus otros dos primos y repitió exactamente lo mismo que hizo con el pelinaranja.

- Este chico es tan raro...- suspiró el menor de los Do.

- Es un Kim, todos los Kim son raros- dijo Taehyung.

- ¿Tú también?

- El que más, creo yo- respondió Jimin en su lugar y echó a correr antes de que su amigo terminara de procesar aquello y lo golpeara.

- ¡Serás! ¡VEN AQUÍ PARK JIMIN, NO TE SALDRÁS CON LA TUYA ESTA VEZ!

- Tu familia es rara- dijo de broma Yongguk, que recién había llegado del garaje.

- ¿Tú crees?- respondió su mejor amigo.

- Seh.

Ambos rieron y fueron a cargar las demás maletas junto a Kyungsoo y el señor Jung.



* * *



Se dividieron en dos grupos para ir en las furgonetas. El primero consistía en los dos Bang, Daehyun, Baekhyun, Kyungsoo y la señora Jung. El segundo estaba formado por Taehyung, Jimin, Junhong, Seokjin y el señor Jung.

- Bien chicos, escuchadme. Llegaremos en seis horas. Pararemos a comer en algún restaurante y cuatro o cinco veces para ir al baño, ¿de acuerdo?- dijo el señor Jung.

- ¡Sí, señor!- gritaron todos a la vez.

- ¿Lo tenéis todo? Pensad que la tienda más cercana a casa de la abuela Kim está a casi una hora.

- Sí señora Jung.

- Bien, ¡vayámonos! ¿¡Quién somos!?- gritó el señor Jung a los que iban a subir a su furgoneta.

- ¡Los Hongdae Power!- gritaron todos.

La señora Jung rió y fue hacia su furgoneta, no sin antes darle un beso a su marido y susurrarle un te quiero.

Todos subieron a sus respectivos transportes uno en uno. La primera furgoneta, la de los Hongdae Power (nombre del equipo de fútbol del colegio en donde jugaban de pequeños, antes de que Kyungsoo y Seokjin fueran a vivir a Japón), arrancó y salió a la carretera mientras se oían gritos y música de su interior. Todos los ocupantes del vehículo gritaban a pleno pulmón las letras de las canciones de moda mientras reían y hacían idioteces.

Por otro lado, en el coche de la señora Jung sonaba música clásica que solo Yongguk, Daehyun y la conductora oían, ya que el resto llevaban sus audífonos puestos.



* * *



Tras la parada para comer, al cabo de cuatro horas, todos fueron quedándose dormidos, a excepción de los hermanos Jung. Daehyun llevaba los audífonos puestos mientras que el castaño se los había quitado hacía un rato y empezaba a dormirse mientras escuchaba Para Elisa de Beethoven.

- Baekhyun, ¿estás despierto?

- Sí- respondió mientras se estiraba en el asiento.

La mujer lo observó unos momentos por el retrovisor y sonrió.

- Gracias.

El chico se limitó a sonreír para luego caer en los brazos de Morfeo durante las siguientes dos horas.

Soñó con unos extraños ojos verdiazules debajo de un flequillo de cabello gris y también con una gran, blanca y recta sonrisa que hizo que su corazón se detuviera.

- Chanyeol- murmuró en sueños.

Su madre lo miró sorprendida por el retrovisor y luego sonrió. Aquel era el nombre que su hijo le había puesto a aquel amigo imaginario que tenía cuando iba a la casa de su madre. Su marido se había estado mofando de él diciendo que por fin volvería a reunirse con su “amiguito del alma”, como le gustaba llamarlo.

- Chanyeol- repitió ella riendo.



Mientras tanto, en el coche del señor Jung algo parecido estaba pasando.

- Tae.

- ¿Si papá?- respondió éste apartando de su hombro a un dormido y babeante Jimin.

- ¿Te acuerdas de Hoseok?

- Oh Dios, otra vez no- dijo mientras hacía una mueca de desagrado.

- ¿Crees que volverás a verlo?

- Papá, tenía seis años en ese entonces. ¡SEIS! Está claro que era un amigo imaginario- bufó cruzándose de brazos, indignado.

El señor Jung rió y negó con la cabeza.

- Sí, puede ser. No es normal que haya niños con el cabello rojo oscuro.

- Papá...

- Y los ojos también rojos, más raro aún. Y el amigo de Baekhyun... ¿cómo era? Cha... Cha...

- Chanyeol papá. Llevas repitiéndolo desde que mamá nos dijo que pasaríamos aquí el verano- la voz de Taehyung sonó cansada.

- Sí, eso. Ese tenía el cabello blanco y ojos azules. Creo que Dae es el único normal en esta familia.

- Dae y mamá. Baek, tú y yo somos iguales.

- ¡Oye! ¿Me estás llamando anormal?

- Sí. Y en toda tu cara.

El señor Jung soltó una sonora carcajada y su hijo no tardó mucho en acompañarlo. Cuando reían ambos se parecían mucho (para no decir que eran iguales).

- Serás...

Taehyung sonrió abiertamente y le dio un codazo a Jimin, quien volvía a babear encima de su hombro.

- ¡Auch!- se quejó el pelinegro- Eso duele...

- Deja de babear encima de mi hombro.

Jimin (quien todavía no había abierto los ojos) se giró hacia el lado contrario y volvió a dormirse.



* * *



Llegaron a las cuatro de la tarde tras haber atravesado un gigantesco bosque del cual todavía no veían el final. Aparcaron en frente de la única casa que había por allí, una enorme mansión de cuatro plantas bastante bien arreglada, y divisaron a lo lejos como dos personas, una alta y otra bastante encorvada, se acercaban atravesando aquel enorme jardín.

La señora Jung corrió a abrazar a su madre, que lloraba de felicidad. La anciana iba vestida con ropa sencilla, de un solo color.

- Mi querida Hyemin... ¡Estas preciosa!

- Buenos días suegra.

- Hyunjoon... ¡cuánto tiempo! ¿Y mis nietos? ¿Dónde están mis nietos?0

- ¡Aquí está el más guapo, abuela!- gritó Seokjin acercándose a ella con los brazos abiertos.

- ¡Mi pequeño Seokjin! Mira que guapo estás...- dijo apretándole una de las mejillas-. ¡El pequeño Taehyung! Oh, estás guapísimo. Eres igual que tu padre, ¿lo sabías?

- Sí abuela...

- Oh, ¿a quien tenemos por aquí? ¡El pequeño Yongguk!

- Ya no soy tan pequeño, señora Kim- dijo el moreno, divertido.

La anciana rió y fue a abrazar al mayor de sus nietos.

- Mi Daehyun, mi precioso Daehyun...

- Te he echado mucho de menos, abuela.

- Y yo a ti, pequeño. ¡Kyungsoo! Ah, eres igual que tu madre.

Baek fue el último de los familiares a quien la mujer saludó. Aunque él se mostró frío al principio, no tardó mucho en sonreírle a la anciana que aún le parecía una desconocida.

Los demás se fueron presentando uno a uno tanto a la anciana como al servicio de la casa. La mansión constaba de ocho sirvientas, un mayordomo, cuatro jardineros, dos chefs, tres pinches de cocina y cinco personas encargadas del mantenimiento de la casa. Por la noche, todos ellos se iban a sus respectivos hogares, todos menos Kibum, el mayordomo, que se quedaba a cuidar de la anciana señora.

- Kibum, acompaña a los chicos a sus habitaciones- ordenó la anciana.

- Sí señora- el joven de gatunos ojos hizo una leve reverencia-. Acompáñenme, señoritos.

- Las maletas...

- Esas las llevarán los empleados, señor Park.

Echaron a caminar por el enorme jardín lleno de flores y setos tallados a mano. Subieron hasta la tercera planta, en donde estaban las habitaciones de invitados y las repartieron entre ellos.

En la primera habitación dormían Jimin, Junhong y Taehyun, ya que era la única que constaba de tres camas. En la segunda los hermanos Do, aunque estaba claro que Kyungsoo terminaría durmiendo solo y Seokjin acabaría en la habitación de alguno de sus primos. La tercera habitación fue para Himchan y Baekhyun. Se la quedaron porque, a pesar de ser casi la más pequeña, tenía el armario más grande y aquellos dos tenían mucha ropa.

- Pues nos toca la pequeña- le dijo Daehyun a su mejor amigo.

- Supongo- abrió las puertas y casi se cae al ver lo gigantesca que era aquella habitación-. ¿Y esta es la pequeña?

Daehyun rió ante la cara de asombro de su amigo.

- Sí, es la pequeña- el rubio se tumbó en una de las camas y suspiró.

- No sabia que tu abuela es millonaria.

- Multimillonaria- aclaró el otro-. Ella lleva las empresas que mi abuelo fundó y, aunque no lo creas, lo controla TODO. Nada pasa dentro de su empresa sin su consentimiento, ¡incluso las internacionales!- se abrazó a una de las muchas almohadas depositadas encima de la cama- Y todo eso pasará a las manos de mis padres cuando ella muera y luego a las mías cuando me gradúe.

- ¿Y eso no es bueno?- Yongguk había empezado a acomodar sus cosas.

- Demasiada responsabilidad. Creo que me buscaré un socio o dos. O le dejare la empresa a alguno de mis hermanos... No, eso no. A saber que hacen con ella.

Ambos rieron.

- Sí, es cierto. Oye, tengo hambre. Bajemos a comer algo, va.

- ¡Sí, señor!

Abandonaron juntos la habitación entre risas mientras hablaban de trivialidades.

Va a ser un buen verano” pensó Daehyun al ver como su hermano menor corría de una habitación a la otra saltando en las camas y el mediano de los tres reía suavemente de algo que Seokjin había dicho. “Sí, definitivamente será un buen verano”.

Notas finales:

Espero algunos reviws,me servirían de mucho.


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