Todo parecía tranquilo en la gigantesca mansión. Todos habían terminado de cenar y restaban tumbados en sus respectivas camas, durmiendo o hablando. Incluso la habitación de los pequeños era más bien silenciosa.
- Chicos- dijo el pelinaranja mirando al techo de encima de su cama-. ¿Y si salimos ahora al bosque?
- ¿A esta hora?
- Sí- el chico se giró en la cama para mirar a sus amigos-. ¿Por qué no?
- Es de noche- el rubio hizo una mueca-. Y está oscuro. Hay animales...
- Que aburrido eres, Junhong- dijo Taehyung volviendo a su posición.
Aquello le sentó algo mal al rubio, que frunció el ceño enfadado.
- No soy aburrido, soy previsor. Imaginate que nos pasa algo, no sé, nos perdemos o así. ¿Entonces qué? Seguro que no hay cobertura...
- De pequeño siempre iba a aquel bosque con Baek y nunca nos perdíamos- dijo el chico-. Hay más de un camino marcado.
- O eso o os ayudaba tú amigo imaginario, Hoseok- bromeó Jimin, que hasta entonces no había dicho nada.
- ¡Kya!- Taehyung le tiró una almohada a su mejor amigo, el cual la esquivó con un rápido movimiento- Estáis pesados con Hoseok, eh- Jimin rió-. Mirad, me da igual si no queréis venir, yo voy.
- ¿Por qué tienes tantas ganas de ir?- el pelinegro se levantó de la cama a la vez que su amigo.
- Porqué quiero- abrió el cajón de la mesita de noche y sacó una linterna-. Os parecerá una gilipollez, pero es como si algo me llamase a ir.
- ¿Hoseok?
- ¡Kyaaa! ¡Cállate de una vez!
Jimin sonrió y se acercó a él para coger otra linterna.
- Yo voy- dijo mirando a su hermano.
* * *
- Sigo creyendo que ésto es una mala idea.
Taehyung se giró para iluminarle la cara.
- Allí tienes el camino de vuelta. Si quieres volver hazlo, no pasa nada- le señaló los pies.
- No quiero volver solo...- susurró el rubio mirando hacia el suelo.
Siguieron andando por el bosque en silencio, disfrutando del sonido de la noche.
- Tíos, he oído algo.
- Será un conejo o algo así.
- ¿Por la noche?
- Existen los animales nocturnos.
- No me jodas. Pero esto no es un animal, os lo juro que no suena como uno...
- A ver, veámoslo.
Los chicos se pararon y pudieron oír perfectamente unas ramas y hojas rompiéndose por el peso de algo que los pisaba. Se miraron entre ellos y se quedaron un rato en silencio. Por instinto se acercaron los unos a los otros, manteniendo el contacto entre si. El ruido cedió y, mientras se giraban hacia allí, de entre los arbustos de detrás suyo salieron dos puerco espines gigantes. Los chicos suspiraron aliviados y dieron la vuelta para seguir con su camino cuando, de repente, vieron un rostro iluminado. Las reacciones de los chicos fueron diversas; Taehyung echó a correr hacia dentro del bosque con la linterna apagada, Junhong se quedó estático por el miedo y Jimin le dio un puñetazo en la cara a aquella persona que los había seguido.
- ¡Soy yo! ¡Soy Yongguk!- dijo como pudo mientras se agarraba la nariz que empezaba a sangrar.
- ¿¡Qué haces aquí!?- preguntó agitado el pelinegro más bajo.
- ¿Seguiros, quizás? Ah, joder, creo que me has roto la nariz.
La linterna que se le había caído a Junhong iluminaba a un Yongguk arrodillado con la cabeza gacha y un Jimin con la respiración acelerada y el puño al lado de su pecho preparado para otro golpe. El rubio miró a los lados (aún en estado de shock) y se dio cuenta de que allí faltaba una persona.
- Chi-chicos... ¿Y Taehyung?
* * *
No paró de correr hasta que llegó a un claro, el cual era iluminado por la luna y en donde se veía sin necesidad de ningún tipo de luz artificial. Respiró hondo y esperó a que su respiración se normalizarse antes de mirar a los lados y comprobar que sus amigos no lo habían seguido. Una enorme ansiedad empezó a invadirlo ya que por allí no se veía ningún tipo de camino y no se acordaba por donde había venido.
- Calma Taehyung, tranquilizate, poniéndote nervioso no conseguirás nada.
Respiró hondo varias veces aunque no consiguió calmarse. Notaba unos ojos clavados en él a pesar de que no había nadie.
- Joder... Joder...
Sin darse cuenta empezó a llorar. Se cubrió la cara con las manos y dejó que las lágrimas fluyesen por sus palmas y cayesen al suelo, no sin antes mojar sus mejillas y sus manos.
La había cagado, lo sabía de sobras. Junhong tenía razón; aquello había sido una muy mala idea, pero, como siempre, Taehyung se dejaba guiar más por su instinto que por su razón y aquella vez la había cagado enserio. Sus fuertes sollozos amortiguaban gran parte de los sonidos de su alrededor y, sobretodo, se los amortiguaban a él. Siguió llorando un buen rato hasta que se calmó. Entonces, tras secar sus ojos, levantó la cabeza para mirar donde estaba, aunque lo que vio fue algo que nunca esperaría ver.
Un chico más alto que él lo miraba sonriente. Estaba a un escaso metro del pelinaranja, que estaba a punto de echarse a correr.
Observó aquel cabello rojizo y aquellos ojos del mismo tono, que lo miraban divertidos. Su mirada bajó a su nariz y luego hacia la sonrisa del desconocido, que brillaba tanto o más que la luna. Por un momento Taehyung creyó que estaba en una especie de pesadilla bastante realista.
Parpadeó varias veces y luego se talló los ojos para comprovar si estaba alucinando o no, pero en el momento que el sonido de una estridente y jovial risa salió de entre los labios del chico Taehyung no lo pensó dos veces y se echó a correr, con la mala suerte de que tropezó con la raíz de un árbol y cayó de bruces al suelo.
- ¿Estás bien?- oyó que preguntó el desconocido.
Taehyung se quedó mudo. A medida que el chico avanzaba, el pelinaraja se alejaba arrastrándose hacia atrás, hasta que chocó contra un árbol. “Ya está” se dijo “. Vas a morir asesinado por un loco en el bosque de al lado de casa de tu abuela, y todo por no escuchar a Junhong”. Cerró fuertemente los ojos y entonces habló.
- Si vas a matarme, por favor, que no sea demasiado doloroso. No soy una mala persona- susurró, aunque en realidad, algo de su interior le decía que aquel chico no iba a hacerle daño.
Abrió los ojos un instante y vio como el pelirrojo lo miraba sorprendido.
- ¿Matarte? Oh Dios mio Taehyung, vaya cosas te inventas- el chico rió y se sentó cruzando las piernas enfrente del perplejo pelinaranja.
- ¿No.. No vas a matarme?
El desconocido levantó una ceja y rió.
- No. ¿Por qué iba a hacerlo?
- No sé...
- ¿De dónde te has sacado esa idea de que quiero matarte?
- Hombre...- el chico se abrazó las piernas y miró al pelirrojo directamente a los ojos. Cuando vio que aquellos brillantes y preciosos ojos le sonreían no pudo evitar sonrojarse y apartar la mirada. El otro sonrió tiernamente ante tal acto- Si se te acerca un desconocido en un bosque a medianoche es porqué es uno psicópata de esos y te quiere asesinar, ¿no? No sé, digo yo...
Esperó oír una risa de parte de aquel risueño desconocido, pero en cambio recibió un cortante y frío silencio. Giro la cabeza para miralo y se dio cuenta de que el chico miraba al suelo. Se veía realmente afectado, como si estuviese completamente decepcionado. Aquellas rojizas orbes dejaron de brillar de felicidad y lo hicieron de tristeza y melancolía. Taehyung pudo distinguir pequeñas lágrimas que empezaban a formarse en los bordes de sus ojos.
- Taehyung... - dijo el chico con la voz rota- Tú... realmente no me recuerdas, ¿verdad?
El pelinaranja frunció el ceño.
- ¿Te conozco?
- Tae...- se secó las lágrimas que empezaron a caer por sus mejillas y clavó sus ojos en los de Taehyung- Soy Hoseok.