Vivir en mi piel era cada día más sofocante, entré a la casa con los audífonos puestos, sumido en la música y en mis asquerosas sensaciones, el psiquiatra decía que era un episodio de des-realización o tal vez podía ser uno de despersonalización, sea lo que fuera, cada vez era más frecuente y eso solo lo hacía aún más molesto. Quería llorar, romperlo todo, desbaratar mi piel salirme de ella, salirme de esto.
-¿Por qué no puedo ser un niño normal?- susurré soltando una risa nerviosa.
“Porque tienes una mente enferma, tienes un trastorno disociativo, es como un cáncer, la gente sobrevive al cáncer tu puedes sobrevivir esta mierda y ser normal… hay demasiada gente normal allá afuera, el mundo necesita más gente que se atreva a ser diferente”. Rezongó la voz de mi cabeza.
-Cállate, no necesito tus malditos comentarios frívolos y técnicos justo ahora.- Me respondí a mí mismo.
Las lágrimas brotaban y caían, poco me importaba que me vieran… ¿Qué los hombres no lloran? ¡Ha! Buen chiste. Si los hombres no lloran no me interesa ser un hombre. Había algunas personas riendo en los pasillos del edificio de apartamentos estudiantiles de la facultad. Pasar en medio de ellos y sentir sus asquerosas miradas de lástima, sentir como se burlaban a mis espaldas, tan vacío, tan mediocre. Mi pulso era un asco… un desastre, tiré la llave intentando entrar a mi apartamento y el… él y su maldita buena actitud, su putísisma buena voluntad obvio… ¡OBVIO! Tenía que recoger la llave y abrir la puerta para mí.
-No deberías beber tanto, ya no puedes ni abrir.- se rió y me miró dándose cuenta que lloraba.
-Oh lo lamento, fue una broma estúpida no debí. Cano… yo… me siento como un completo imbécil ahora. ¿Estás bien?- Terminó de abrir la puerta y me quitó mi bolso lleno de libros.
Estudiar tanatopraxia era algo raro, digo fue incomodo que cuando él puso el bolso y este calló al suelo mis herramientas de embalsamar cayeron al suelo. Habíamos hablado varias veces, Blad era educado y excesivamente social… Era la clase de tipo encantador que todos aman, el típico maldito que se caga en las curvas de los que reprueban, el que tiene toda la materia inmaculada y fresca. Adorado por profesores, chicas, ya saben esa misma clase de basura trillada de siempre. Él estudiaba alguna ingeniería pero podría dar catedra de muchas cosas. Nunca le dije que estudiaba aún así su cara al ver el suelo era como esos anuncios de MasterCard. “NO TIENE PRECIO”.
-Cano… ¡¿Qué qué hiciste?!- Dijo mirándome horrorizado pensando lo peor. Pues al parecer no era tan culto.
-Lárgate Blad… Lárgate o serás el próximo. –cubrí mi cara con la mano y me esforcé por no reír pero aun así las lágrimas no se detenían.
-Estudia tanatopraxia Blad, no ha asesinado a nadie y solo está con sus dramas de siempre, no te preocupes ,déjalo, no pierdas tu tiempo con él. Si estás aburrido podemos ir al cine.- Mi hermana metiche apareció siempre tan… desgraciada, sobrada y puta.
-Ya la oíste, está dispuesta a abrirte las piernas yo que tu… aprovecharía que hoy si tomo una ducha.- Recogí mis cosas y me dispuse a largarme para encerrarme en mi habitación, estaba seguro que alguien como él no perdería la oportunidad de tirarse a mi hermana.
Sus risas hicieron eco a mis espaldas.
-Gracias Krystal pero no pierdo mi tiempo, está más que claro que ustedes no se llevan nada bien. También parece que no saben que yo no tengo esa preferencia sexual. Eres linda, solo que me gustan… más peludas, con voz grave y… el detalle más importante. Pene.-
“No te vuelvas… sigue caminando ignóralo, no no ARCANO NO LO HAGAS” gritó la molesta voz en mi mente.
-¿Pateas con la izquierda? Enserio… ¿O mi hermana te da asco y es la mejor manera de quitarte el tiro? ¿Sabes? Me vale mierda… vete de nuestro apartamento yo estoy bien ¿Sí? Gracias por todo.- Abrí la puerta de mi cuarto y sentí su mano en mi hombro.
-El hecho de que sea gay no significa que me guste cualquier estúpido ni que solo busque sexo, y no estoy aquí por modales… si necesitas algo… si quieres hablar estoy aquí en el apartamento de al lado. No puedes contar con tu hermana… y estás lejos de tu familia, al igual que yo. Me iré… pero prométeme… que si algo pasa… me vas a buscar.- Su voz sonó terriblemente decidida.
Le miré y pude ver mi demacrado reflejo en sus anteojos. “¿Por qué es tan gentil con nosotros? La mayoría se indignan y se van… ¿Por qué sigue aquí? Solo es mi enfermedad… No quiero ser molestia. No debería preocuparle con mis problemas y mis sensaciones para algo le pagamos al psicólogo, dile que está bien… deja que se vaya”
-Lo prometo te buscaré pero no es nada, no estoy deprimido ni nada, solo tengo una clase de problema conmigo mismo.-
Sus brazos me envolvieron apretándome contra él. Éramos del mismo alto, pero su olor, su olor era sumamente casero, acogedor, tan único, tan suyo, tan cómodo… me hacía sentir en casa, “casa”, recordé todo, recordé a mi madre regalándome diciendo que no importaba que me fuera… abandonándome… después de años de constantes golpes y gritos… de años… de… Me descompuse… solo lloraba, lloraba sin poder articular palabra alguna mientras temblaba frenéticamente, si el me soltaba… los pedazos de mi alma que quedaban, los pedazos de mi corazón se caerían en miles de irrecuperables trozos.
Escuché el eco de las risas odiosas de mi hermana en el fondo… Papá siempre la protegió, ella no sufrió lo que yo… él nunca me creyó… ¿Por qué nadie cree que a los niños también nos duele que nos golpeen? ¿Por qué nadie cree que también hay tipas cerdas que violan niños? ¿Qué hice yo para que nadie me creyera? ¿Nacer hombre?
Seguía tembloroso, pero con mis ojos llorosos me trague todo el orgullo y le mire a los ojos y le tomé violentamente por el cuello de la camisa.
-Te metiste en algo serio… en algo sumamente serio, bueno… aún no… puedes salir por esa puerta olvidar que existo… dejar tu curiosidad y tus malditas buenas intenciones… o puedes intentar… ser mi amigo y conocerme… y entenderme pero si dices que si… no podrás irte, nunca sin que yo te eche… si lo hicieras… usaría esas herramientas como crees que las use porque ¿Sabes? NO me importa mi vida… por eso estudio algo para dedicarme a la muerte. La prisión no me asusta… suicidarme tampoco. Disecaré tu cadáver hermosamente si me traicionas o me decepcionas.- le mire con seriedad.
“Suenas como un otaku neko yandere tsundere nya pikachu cuchaw eres increíblemente impulsivo, deberías pensar las cosas antes de hablar”.
-Cállate.-
-Pero no dije nada…-
-No era contigo.-
-Entonces ¿Con quién hablas?-
-Con el…- señale mi cabeza.
-Bueno… si… seré tu amigo y podrás volver mis testículos un llavero si fallo.-
-Bien, hazme un té iré a calmarme, tomaré un baño… hablamos luego en mi habitación lejos de la puta.- Le solté y miré con asco a mi hermana encerrándome de mala gana en el baño y dejándome caer al suelo sujetando mis piernas contra mi pecho.
“Nada es real, nunca lo ha sido, nunca lo será” “En realidad, no sé de qué hablo la mayoría del tiempo, estoy tan asustado como tú”.
Resonaba la segunda voz dentro de mi cabeza.
Mordí mi labio inferior y puse mi reproductor en los parlantes que tenía en la ducha, los gritos de Craddle of Filth rebotaban contra la cerámica y los espejos, abrí la llave del agua caliente sintiendo como todo se llenaba rápidamente de cálido vapor y arrebatadamente tironeaba y rasgaba un poco mi ropa intentando quitármela con frenesí.