ÿþMe llamo Aomine Tetsuya y actualmente vivo con mi hermano Aomine Daiki en un pequeño departamento; tengo seis años y ya se cocinar y limpiar. Mi hermano suele tener diferentes trabajos para poder mantenernos pero en el que más esta es en una construcción como albañil. Su piel se volvió muy morena por estar mucho tiempo bajo el sol, su cabello azulado se volvió grisáceo y sus ojos azules ya no tienen ese brillo de antes; por eso, me eh desempeñado para no ser una carga más para mi pobre hermano.
Cada vez que él llega de trabajar a las 8 de la noche yo ya le tengo lista la comida y su ropa. Suelo arrullarlo en el sillón para que se pueda dormir, se aferra a mi cada noche pensando que algún día lo dejaría solo.
No voy a la escuela, no es porque no quiera sino porque no podemos darnos tantos lujos; Daiki siempre se lamenta no poder conseguir más dinero para que retome mis estudios. Por suerte a cinco kilómetros de aquí se encuentra una escuela, suelo ir a escuchar la clase sentado debajo de una ventana del salón con una libreta en mano, hasta ahora nadie me ha cachado.
Hoy en la mañana me despierto temprano para poder hacerse el desayuno y el lonche a Daiki. Me baje de la cama descalzo y con la camisa de él puesta (pos no tenía tanta ropa) y camine por el pasillo del departamento, a mi lado derecho se encontraba la sala con una pequeña televisión sobre un taburete ya viejo de madera, una mesita donde solemos comer y el sillón favorito de Daiki donde se encuentra dormido.
Más a delante del pasillo-antes de la entrada-se encontraba la muy pequeña cocina. De desayuno le hice unos huevos con tocino y de lonche unos tacos de lo que quedo del huevo; ya no había huevos en la cocina así que otra mañana más no poder desayunar.
-Listo Daiki-puse el desayuno en la mesa y aun lado del plato su lonche.
-Huele delicioso Tetsu.
-Gracias.
Me senté en el piso para poder verlo comer, me gruñían las tripas pero no tenía el corazón de quitarle "el taco de la boca a mi hermano" que trabaja todos los días por mantener este departamento.
-Termine. Ya me voy Tetsu. Cuídate.
Se levantó del sillón y se puso sus viejos tenis de hace tres años, con sus pantalón de mezclilla rasgado de las rodillas y su camisa blanca de tirantes. Antes de salir se acercó a mí y me dio un beso en los labios.
Me quede limpiando hasta las 12 que era donde salía de la casa para poder llegar a las clases de 12:30. Me puse unos shorts azules y una camisa blanca. Cerré la puerta con la copia de la llave y baje por las escaleras.
-Buenas tardes Aomine-me saludo el portero.
-Buenas tardes-le sonreí.
A pesar del hambre que eh pasado y los momentos difíciles me da por siempre sonreír.
Eran las 12:30 y las clases ya estaban por empezar así que saque mi libreta junto con el lápiz del morral y me senté en un viejo banco que tenían allí, agudice el oído y comencé a escribir lo que decía la maestra. Hoy vimos lo que eran las fracciones, estaba muy emocionado porque había aprendido algo nuevo hoy; sonó la campana de salida a las 5:30 y antes de que todos me vieran salí corriendo de allí.
A dos cuadras de la escuela estaba una panadería donde trabajaba Kagami Taiga. Es una persona muy alta que jugaba basquetbol en su adolescencia ahora tiene 35 años, suele regalarme un poco de pan para que no pase hambre.
-Saliendo de la escuela Tetsuya-me saludo.
Tiene el pelo rojizo y de las puntas lo tenía más oscuro, sus cejas estaban dividías, ojos color rubí y piel bronceada.
-Ya sabes Kagami.
Suelo quedarme un rato a platicar con él mientras como un pedazo de pan dulce con tantita leche que suele regalarme. Nos encontrábamos en la cocina donde él hace su magia para poder hacer los panecillos de chocolate que me encanta; todo me parece increíble en aquel pequeño cuarto.
-Veo que tenías hambre ¿Desayunaste?
Kagami estaba enterado de mi condición económica pero él estaba igual que yo aunque un poco mejor; no podía aceptar más que comida y eso que le dudaba un poco.
-No. Se acabaron los huevos cuando le hice el lonche y el desayuno a Daiki.
-Eso es malo. Tienes que comer estas en desarrollo-se cruzó de brazos.
-Lo sé, pero, mi hermano se esfuerza mucho y no quiero preocuparlo más diciéndole que la comida se está acabando.
Le oculto muchas cosas a mi hermano pero es por su bien según me dijo un padre hace pocos meses en el que fui a confesarme por pensaba que guardarle cosas a mi hermano era pecado. El padre muy amablemente me dijo Si lo haces con un bien, Dios no te castigara porque sabrá que haces lo mejor .
-Como también que no sabe qué vas a la escuela.
Segundo extrae que hago en mi vida a espaldas de mi hermano.
-O el día que tuviste temperatura por deshidratación.
Ese día había comido algo en descomposición que provoco que se me soltara la panza, en la madrugada iba muchas veces al baño que termine por deshidratarme. Kagami fue el único que estaba enterado.
-Ok le eh ocultado muchas cosas a mi hermano pero es por su bien.
Mire el reloj de la pared y eran las 6 en punto a las 7 llegaba Daiki del trabajo, solo tenía una hora para poder hacerle de comer.
-Kagami ¿Me pude regalar tres huevos?-le pedí con la mirada abajo.
No me gusta pedir por más que me esté muriendo de hambre no me gusta pedir sin pagarlo.
Kagami sonrió y se fue a buscar algo entre unos estantes después regreso con una bolsa llena de huevos, pan recién salido del horno, 1/4 de jamón, 1/2 de quedo y leche.
-Eso es mucho yo solo le pedi tres huevos.
Dejo la bolsa en mis manos y me dijo:
-No quiero que pases hambre-acaricio mi cabeza.
-Sabes que no me gusta las cosas gratis ¿Qué quiere que haga a cambio?
Kagami se llevó su mano hacia su barbilla en señal de que está pensando.
-El sábado quiero que me ayudes en la panadería, pienso que eres bueno en las matemáticas así que en lo que yo horneo tú me ayudas en el dinero ¿Te parece?
-Sí.
Una oportunidad se me está presentando para poder ayudar a mi hermano y no la voy a desaprovechar.
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