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Porque no puedo odiarte por Ale yaoi

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ÿþRegrese a mi casa corriendo con la bolsa de Kagami siendo sujetada por mis dos manos, eran las 6:30 así que comenzaría con hacer algo rápido con lo que me habían regalado  un lonche pensé. Busque un cuchillo entre los cajones y comencé por cortar en rebanadas finas el pan, el jamón y el queso. Con un vaso de leche ya tenía lista el almuerzo y cena.
7:10 Daiki todavía no llega y me está comenzando a preocupar. Me senté en el sillón que el suele dormir y sin saber caí en los brazos de Morfeo.
Uno movimientos en mis hombros me hicieron despertar, era Daiki.


-¿Qué horas son?

-Son las 9 hermanito-sonaba feliz.

-¿Por qué tan feliz?-lo mire con una sonrisa.


El me cargo entre sus brazos y me dio vueltas; me miro a la cara y comenzó a besarme por todos lados hasta que termino en mis labios.


-Ya nunca más pasaremos hambre, Tetsu-tenia lágrimas en sus ojos. Las limpie con mis pulgares.

-¿Conseguiste un buen empleo?


Su felicidad me contagio. Por fin podría ir a la escuela.


-Sí pero no te puedo decir de que, solo quiero que sepas que te amo con todo mí ser y que a pesar de no tener unos padres podremos salir adelante-cayo de rodillas al suelo asustándome un poco.


Escondió su mirada entre mi cuello y comenzó a llorar, lloro todos estos dos años de dolor. Me abrazaba fuertemente con sus brazos que cubrían todo mi cuerpo, yo lo abrazaba del cuello mientras le tarareaba una canción.
Después de un rato de que se calmó comimos el lonche entre risas y chistes; hace mucho tiempo desde que llegamos aquí no teníamos un ambiente como este.


A la mañana siguiente me desperté entre sus brazos, los dos estábamos acostados en mi cama. El solo tenía puesto unos bóxer, podía ver su cuerpo musculoso, sus abdominales bien marcados al igual que sus tríceps. Inconscientemente delineaba con mi dedo su abdomen hasta llegar al elástico del bóxer donde iniciaba un lugar desconocido para mí.


-Más abajo Tetsu-murmuro con los ojos cerrados.

-Daiki yo...-estaba rojo como tomate.

-Por favor Tetsu-me miro con esos ojos azules que tanto me gusta.


Trague saliva y comencé con mi travesía en el cuerpo de mi hermano.
Levante un poco el bóxer para que pueda entrar mi mano y sentí unos bellitos más abajo, me entro curiosidad así que seguí bajando hasta encontrarme con algo largo y grueso que ¿Palpitaba?


-Ah masajéalo.


¿Masajear? ¿Qué? ¿Esto? ¿Cómo?


-¿Cómo?


Daiki abrió un poco sus ojos y me sonrió.


-De arriba para abajo.


Agarre fuertemente esa extensión desconocida por mí y comencé a subir y a bajar mi mano; Daiki hacia sonidos raros con su boca mientras decía mi nombre. La cosa que tenía en mi mano comenzó a sentirse calientita y pegajosa.


-Ah agh Tetsu ah más rápido.


Le hice caso para saber que sucedía poco después Daiki grito mi nombre mientras una esencia espesa mojaba mi mano. Saque tantito de aquella sustancia y vi que era blanca.


-Daiki ¿Qué es esto?


Después de que recuperara su respiración abrió sus ojos y sonrió aún más.


-"Leche" Tetsuya.

-¿Leche? ¿Apoco Daiki puede hacer leche?

-No la leche que solemos tomar esta es una leche muy especial que puede ser para ti nada más.


Recargo su espalda en la pared y me hizo una seña para que me acostara sobre él.
Mis piernas quedaron de cada lado del cuerpo de Daiki mientras mi trasero rosaba aquella cosa.


-Pruébalo-insistió.


Saque mi lengua y lo probé: era salado y difícil de tragar por lo espeso pero sabía bien.

-Sabe bien-dije.


Un sonrojo apareció en las mejillas de Daiki haciéndolo ver tierno.


-Tú también puedes hacer leche Tetsu pero esa leche solo seria para mi ¿Entiendes?

-Yo también puedo-lo mire asombrado.

-Claro.


Me separo de él y me acostó en la cama haciendo que él quedara arriba. Me quito su camisa y comenzó a besar, algo caliente y húmedo quería entrar en mi boca como se sentía tan bien la deje pasar, era su lengua que jugaba con la mia.
Cosquillas en mi estómago comenzaron a surgir y un pequeño dolor abajo. Con sus manos masajeaba mis dos puntos rosas, me sentía bien, y lo deje continuar. Pronto sus manos fueron sustituidas por su boca que me hacía sentir mejor, me mordía dejándome marcas rojas en mi piel.


-ah Daiki duele-tenia lágrimas en los ojos pero no sentía dolor y no estaba triste.


Dejo su labor a medio estómago y volteo a verme.


-¿Dónde?

-Más abajo duele mucho.

-No te preocupes, Tetsu, te are sentir mejor.


Dejo mi estómago y engullo la parte que me dolía. Sentía su lengua recorrerla y a veces la mordía haciendo que las cosquillas en mi vientre aumentara. Se sentía increíble, se sentía rico y más si era mi hermano el que me hacía esto. Algo muy caliente salió de mí como lo que salió de Daiki "leche" pensé. Lo trago todo.


-Daiki ¿Eso era leche?

-Así es Tetsuya y estuvo deliciosa-vi como pequeñas gotas blancas salían de la comisura de sus labios-. Hay que meternos a bañar, en la noche inicia mi nuevo trabajo y vendré llegando en la madrugada para que no me esperes despierto.


Entramos juntos al baño. A las 11:30 Daiki ya se preparaba para irse a trabajar yo en cambio estaba en decirle que voy a la escuela. A las 12 un carro negro vino por él.
Salí disparado de la casa pos no quería perderme una clase. Cuando llegue lo que parecía una maestra se acercó a mí.


-¿Tu eres Aomine Tetsuya?

-Sí.


¿Cómo me conocía?


-Hoy inicia tu primer día de escuela. Una persona de nombre Kagami Taiga vino a inscribirte en la escuela diciendo que llevas un año viniendo aquí a escuchar la clase ¿Es eso cierto?


Su voz no tenía ningún eje de maldad solo mostraba esa sonrisa compasiva que media confianza a decirle la verdad:


-Sí.

-Muy bien ojala hubiera alumnos como tú. Vayamos a tu salón para que te puedas presentar a tu clase y a tu nueva maestra.


Estaba nervioso, por primera vez entraría a esta escuela que eh estado siguiendo por un año.
La puerta de mi salón era color rosa con el numero "1A" con letras fomi. Al entrar había muchos niños de mi edad escribiendo números en sus libretas mientras la maestra los escribía en el pizarrón.


-Buenas tardes, maestra-saludo la señora.

-Buenas tardes, directora.


¡Que! La que tenía no era una maestra sino la directora.

-Vengo a dejarle a su nuevo alumno-con sus manos me empujo tantito hasta el centro del salón para que me pueda presentar.

-Hola mi nombre es Aomine Tetsuya-le sonreí a todos

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