Es irónico cuando la única persona que te puede hacer feliz es la misma que te hace daño…
Era el cumpleaños de Tsuzuku. El ambiente del club Decadence era intenso. Las luces de colores iluminaban las áreas del antro. Mucha gente importante dentro del mundo de la moda, amigos íntimos y compañeros de trabajo eran los partícipes para tal festejo. Koichi se arreglaba de manera magistral dentro del baño de dicho lugar. Su cabello lo llevaba suelto, usaba un corset negro con tirantes cruzados en el pecho, un short negro que dejaba relucir sus hermosas piernas, unos botines de plataforma y sin olvidar mencionar de su usual parche. Se maquillaba y veía en el espejo pensando en la reacción de su novio al verlo. Se sentía feliz de haber organizado su cumpleaños, ya con cuatro años de relación era bien merecido hacerle eso.
-Muy bien, espero que Tsuzuku le encante- sonreía el peli rosa para sí –¿Qué opinas Meto? ¿Crees que a él le guste?-
-Por supuesto- murmuró él con una sonrisa. Estaba bien vestido el menor. Y que a pesar de llevar una peluca rubia y una blusa larga con tirantes y plataformas negras, le daban una apariencia algo gótica y sensual
-Entonces salgamos, solo espero que ya haya llegado- dijo Koichi con voz nerviosa al mirar el reloj de pared- 10:15 p.m.
Tsuzuku caminaba con paso firme por las calles de Shibuya, según MiA, habría un festejo en el club y para el pelinegro, no era muy de su agrado ir, pero estar su amigo de insistente, no pudo negarse. Era 15 de diciembre, su cumpleaños, sin embargo, el clima frio no era impedimento para usar sus usuales ropas: una camisa de red de manga larga que hacían lucir sus tatuajes y pecho desnudo, un pantalón y chaqueta de cuero negro, su peinado de siempre, y unas botas de tacón bajo. Al llegar al antro, vio que no había nadie. Se sorprendió. Para la hora que era debería de estar lleno. Entró con paso dudoso hasta llegar a la puerta donde estaba el antro y al momento de abrir la puerta, las luces se encendieron y mucha gente gritó al unísono: “¡FELÍZ CUMPLEAÑOS TSUZUKU!” Él se limitó a reír nerviosamente, pero sus nervios se fueron al percibir un aroma dulzón y no tardó en reconocer que era Koichi quien lo abrazó por detrás y le daba un casto beso en la mejilla
-Feliz cumpleaños amor-decía el oji azul con una sonrisa
-Koi..- se limitó a abrazarlo. Sentir su cuerpo era algo reconfortante para él- Lo organizaste todo ¿cierto?
-¿Qué comes que adivinas? – replicó con una sonrisa- si no fuese con la ayuda de Meto y MiA, esto no hubiese sido posible
-Muchas gracias- respondió Tsuzuku con una media sonrisa y rodeando con sus brazos la cintura de su novio – hoy te vestiste muy provocativo
-Solo es parte de tu regalo de cumpleaños – susurró Koichi al oído del pelinegro
-Eso me agrada – dio una pequeña risilla, seguido de su novio peli rosa.
La noche pasaba. La música sonaba sin cesar. Los invitados daban felicitaciones al cumpleañero y uno que otro regalo al mismo, haciendo prácticamente una mesa de regalo. Koichi y Tsuzuku no se separaron en ningún momento, disfrutaban estar juntos. Bebían, se besaban, se decían alguna que otra palabra cariñosa; era lo que les gustaba hacer.
-Meto- decía MiA tomando la mano del oji verde con una sonrisa mientras lo conducía hacía una de los asientos del antro- te estaba buscando desde hace un rato-
-Estaba en el pasillo de la entrada a fumar, no te debías de preocupar por mí- dijo él con una media sonrisa- Por cierto, te vez guapo con esa chaqueta que te regalé, luce bien en ti
-Era la ocasión perfecta para estrenarla- replicó MiA con sonrojo- Además te sienta lo rubia
-Solo es una peluca, no te emociones-
-Lo sé- dijo el oji azul con su típica sonrisa y le daba un beso en la mejilla al menor
El reloj marcó las 11:20 p.m. Tsuzuku, Koichi, Meto, MiA y demás amigos estaban sentados juntos en un área intermedia del club, donde la música no era tan fuerte y las bebidas eran servidas al momento.
-¿Así que cumples cuarenta Tsu? – preguntó Hiro mientras bebía su cerveza y pasaba un brazo por el hombro de Masa mientras los demás se reían por la broma
-Cumplo 28 pedazo de testosterona- reía burlonamente el cumpleañero
-Cálmate tatuajes locos, no pensé que atacarías así – replicó Hiro con una sonrisa – No puedo creer que Koichi te aguante, si fuera él me desesperaría
-Jaja, que gracioso – el pelinegro dio un sorbo a su bebida mientras fulminaba con la mirada a su amigo
-¿Y cuánto tiempo llevan juntos?- cuestionó Masa con curiosidad
-Cuatro años querido- respondió con orgullo Koichi- y los que van- y dicho esto, el peli rosa tomo el rosto de Tsuzuku y lo beso tiernamente en los labios, siendo correspondido de inmediato
-Que romántico-dijo MiA con alegría- ojalá que Meto fuera así de meloso conmigo
-Hey!- exclamó el menor dándole a su novio un leve codazo en su brazo- si soy meloso contigo, pero no en público
El resto se rio por la reacción del peli rubio
-Tengo que ir al tocador- se levantó Koichi de su lugar
-No tardes amor- mencionó su pareja levantando su bebida
-No cariño….
-“Ahora si no te escaparás de mí Tsuzuku”- pensó Ryoga al ver a Koichi entrar al baño y viendo desde un extremo del antro a Tsuzuku con su grupo de amigos mientras reían y bebían sin cesar. Se acercó aquella área sin pena. Todos se le quedaron mirando con sorpresa mientras Tsuzuku quien aún reía no se había dado cuenta de la presencia de él.
-Tsu, te estaba buscando- Decía Ryoga detrás suyo, provocando de repente un sobresalto al pelinegro
-Ryoga… ¿Qué haces aquí?- giró él para verle
-Es tu cumpleaños, quise desearte lo mejor y hablar contigo, en privado- dijo con una sonrisa. Los demás se miraban unos a otros sin poder creer lo que estaba pasando
-Está bien, salgamos- determinó el pelinegro mientras se levantaba del lugar- no tardo muchachos, si Koichi me busca, díganle que salí un momento
-Está bien Tsu- dijo MiA con inseguridad
-¿Qué está tramando Ryoga?- murmuró Meto, provocando sorpresa a quienes tenía a su alrededor
Koichi se volvía a retocar el maquillaje y sonreía para sus adentros. Su corazón latía con fuerza y la emoción de seguir festejando y pasar el momento con el amor de su vida era lo que le alegraba, hasta que sintió una punzada en su vientre. Se espantó por un instante el peli rosa. Esa sensación de su cuerpo no le daba un buen presagio. Algo estaba sucediendo….
-Te dije que no vinieras aquí ¿Qué parte de que esto se tendría que mantener en secreto no entiendes?-
-Es que quería verte cariño. Hace una hora te fuiste sin decirme nada y me extrañe. Así que supuse que estarías aquí- replicó Ryoga con un puchero y acariciaba con ambas manos el rostro de su amante
-Ryoga por favor vete. Mañana nos vemos ¿sí?
Koichi salió algo extrañado del baño, camino rumbo a la entrada del antro hasta que escucho una voz familiar, camino con paso sigiloso hasta aquel sonido y su corazón en ese momento dejo de latir
-Tsuzuku te amo- decía Ryoga entre besos mientras era rodeada su cintura por los brazos del pelinegro, haciendo el beso más profundo
-Yo igual te amo Ryoga, eres todo para mi…..
El peli rosa no creía lo que veía, regreso de nuevo al baño, cerró la puerta con seguro y fijándose que no habría nadie, lloró desconsoladamente. Sus lágrimas rodeaban su rostro. Koichi no podía captar lo que había visto. Todo lo que hizo por él, eran en vano. Cuatro años de relación fueron mentira. Sentía que el mundo se le caía encima.
-¿Por qué Tsuzuku, por qué?- decía entre sollozos el oji azul sin poder calmarse. Pasaron unos minutos y respiró profundo. Se miró al espejo y se tuvo que maquillar de nuevo para que nadie se diera cuenta que había llorado. Con gran habilidad logró arreglarse y se fijó que los rastros de lágrimas ya no se notaban. Salía de nuevo y fingiendo demencia, se encamino a su destino.
-Koichi aún no llega- dijo Tsuzuku, quien había regresado a su lugar y miraba disimuladamente a Ryoga, quien se encontraba en el otro extremo del antro.
-Mira! Ya viene- dijo Masa mientras apoyaba su cabeza en el hombro de Hiro y siendo abrazado por este
-Te estábamos esperando- dijo MiA con una sonrisa
-Perdón pero me tarde más de lo debido- replicó Koichi con una fingida sonrisa mientras tomaba asiento y recargaba su cabeza con el hombro de Tsuzuku
-¿Te pido otra cerveza amor?-preguntó Tsuzuku con interés
-No, gracias- respondió Koichi sin mirarlo. Sacó su celular del bolsillo de su short y miró que eran 5 para la media noche. Su cabeza trabajo rápidamente y tomo como una oportunidad para salir del lugar y no ver a Tsuzuku- Discúlpenme pero ya me tengo que ir-
-¿Tan pronto?-preguntó Meto con sorpresa- si apenas el ambiente se está poniendo bueno e íbamos a bailar en la pista
-Lo siento Meto pero no me siento bien-
-¿Quieres que te lleve a casa amor? Nos vamos si gustas, no quiero que te pongas mal, me voy contigo- cuestionó Tsuzuku.
-“Si claro. Ahora te preocupas por mí. Que hipócrita eres”- pensó Koichi- No gracias, quédate. Es tu cumpleaños aun. No dejes a tus invitados. Nos vemos en la mañana- dijo el peli rosa dándole un beso en la mejilla al pelinegro- Adiós muchachos- sentenció él con un gesto en la mano y se encaminaba al pasillo.
Todos se miraron extrañados.
Koichi tomo su chaqueta de cuero y se la coloco por encima de los hombros. No le importaba el frio, nada. Su mente solo le hacía recordar el beso y las palabras que Tsuzuku le daba a Ryoga. Lágrimas en sus ojos salían a flote. Recordarlo le entristecía más. Salió del lugar y se determinó a tomar rumbo a casa. Quería alejarse de todo. Principalmente de Tsuzuku.
-¡Koichi!- exclamó alguien detrás de él.
Koichi paró en seco en medio de la banqueta. No quería ver a nadie. Se sentía usado, triste, realmente estaba mal.
-Koichi….. ¿Estás bien?- decía esa persona detrás suyo
-Chobi…- murmuró sorprendido el peli rosa al girarse y verlo- ¿Qué haces aquí?
-Te vi salir del club solo ¿Ocurrió algo?- preguntó él con preocupación mientras poso su mano en el hombro de Koichi. Este último lo miró boquiabierto, bajo la mirada y en un segundo empezó a sollozar-¿Koichi que tienes? Vamos te llevo a casa-
-No… quiero ir….- respondía entre sollozos. No dejaba de llorar, quería borrar todo lo ocurrido, quería olvidar a Tsuzuku. De repente sintió los brazos de él abrazarle y en automático correspondió
-Koichi no quiero verte triste-dijo el peli azul con preocupación- Te llevo a mi departamento, esta a una cuadra de aquí-
-Está bien- dijo el oji azul mientras se separaba del abrazo y camino junto a Chobi a su casa.
En todo el trayecto hubo silencio. Ninguno se atrevió a decir palabra alguna. Chobi por un instante quiso tomar la mano de Koichi pero se negó. Hasta que la mano de este la tomo, entrelazándola con la propia. Llegaron a un edificio, subieron al ascensor hasta el tercer piso, y finalizaron su trayecto hasta la puerta número 234. Chobi soltó la mano del peli rosa y abrió la puerta. Ambos se adentraron a esta y, al momento de cerrarla, Koichi se abalanzo hacia él, besando con desesperación al peli azul. Este último sorprendido no entendía nada pero al sentir los finos labios del oji azul era como estar en el paraíso. Rodeo con sus brazos la delgada cintura del peli rosa mientras este último pasaba sus manos por el cuello de él, haciendo que profundizaran el beso.
Entre beso y beso, ambos se despojaron de sus ropas hasta llegar a la cama del peli azul. Este recostó a Koichi delicadamente mientras con la mirada admiraba el maravilloso cuerpo del peli rosa. Beso su cuello y su pecho, sacándole leves gemidos. Acariciaba su cuerpo, sus manos se paseaban entre su vientre, sus piernas, en todo. Ya completamente desnudos, Chobi preparó con cuidado al peli rosa introduciendo en su entrada dos de sus dedos y con hábiles movimientos, lo penetraba. Koichi no dejaba de gemir, sin embargo, su mente recordaba aun esa dolorosa escena, a lo que, sin llegar a mucho, mando al carajo lo que tenía con Tsuzuku de una vez por todas y entregándose por completo a Chobi.
-¿Estás listo?-preguntó él al momento de retirar sus dedos de la entrada del peli rosa. Este último solo asintió con la respiración agitada. Chobi tomo su pene y lo introdujo lentamente. Koichi se sobresaltó al sentir el miembro de él dentro- ¿Te lastimé?-volvió a preguntar él con preocupación
-No- respondió Koichi con una media sonrisa- Muévete
Chobi comenzó a embestir lentamente a Koichi mientras este cerraba los ojos y apretaba con ambas manos la almohada que tenía bajo su cabeza. En pocos minutos se acostumbró a la sensación de su miembro y en automático su cadera se movía al compás de las embestidas del peli azul, incitándole a moverse más rápido. Este no tardó en comprender el mensaje, por lo que aumento la velocidad de las embestidas. Koichi sentía placer con cada movimiento que hacia Chobi, gemía su nombre una y otra vez mientras él seguía embistiéndole con fuerza sin causarle daño. Él tomo las manos del peli rosa y entrelazándolas con la suya, siguió embistiéndole más y más rápido.
-Ahhh……Chobi…..ahhh no…. pares….-
-Koichi….
-me…vengo……ahhh!......-Chobi le había dado en su punto sensible y este al ver el rostro de placer del peli rosa, siguió embistiéndole. Los gemidos no paraban, y en poco rato, ambos alcanzaron el clímax, no sin antes de que ambos unieran sus labios en un beso desesperado.
-Te amo Koichi…….
El peli rosa sintió los primeros rayos del sol chocar con su rostro, gruño disgustado y al momento de girar, noto que Chobi lo miraba con una sonrisa, provocando que este se sonrojará levemente.
-Buenos días-dijo el peli azul con alegría- ¿Dormiste bien?
-Sí- respondió Koichi con la cara a medio tapar- ¿Qué hora son?
-Las 10 de la mañana-
-¿¡10 de la mañana?! – Exclamó Koichi saliendo deprisa de la cama y buscando su ropa, colocándosela con rapidez- Necesito irme- decía él al momento de ponerse sus botines y dirigiéndose a la puerta
-Koichi- dijo Chobi detrás suyo mientras lo abrazaba- ¿Te volveré a ver?
-Chobi…. Yo…. Esto es complicado…..- replicó el peli rosa con preocupación mientras separaba los brazos de su amigo de su cintura-
-¿Es por Tsuzuku, cierto?-
-Sí- había dado al clavo. Con solo recordar lo que pasó lo hacia sentirse más triste de lo normal
-Koichi, mírame- sentenció el peli azul. Koichi suspiró sin ganas y lo miró a los ojos- No sé qué paso entre Tsuzuku y tú anoche, pero al verte allí solo, en la calle, se me hacía muy raro. Soy tu amigo pero he estado enamorado de ti desde hace mucho. Y quiero decirte que te amo y jamás te lastimaría-
-Chobi….-
-Piénsalo Koichi, quiero que te tomes tu tiempo y recuerda que yo te amo en serio-
El peli rosa no sabía que decir. No era la primera vez que sabía de los sentimientos que Chobi sentía por él, sino que se sorprendía de la manera en que paso las cosas. Asintió al verlo y se marchó a su casa.
No tardó mucho en llegar a su departamento. Se quitó los botines y abrió la puerta no sin antes ver que Tsuzuku estaba sentado en uno de los sillones de su sala con un cigarro en mano y mirándolo
-¿Qué haces aquí?-preguntó Koichi con sorpresa
-Vivo aquí ¿lo olvidas?
-Uhmmmm…..
-¿Dónde estuviste en toda la noche?- preguntó Tsuzuku con molestia- Te espere y no regresaste
-Estuve con Chobi- soltó de repente Koichi mientras entraba a la recamara y se quitaba su ropa y cambiarse por una más holgada y cómoda- ¿Algún problema?
-Si hay un problema- decía el pelinegro dirigiéndose a la habitación y recargándose en el marco de la puerta- ¿Por qué te fuiste con él en plena madrugada?
Koichi frunció el ceño y miró con lágrimas en los ojos a Tsuzuku. Estaba cansado por cada palabra que este lanzaba y lo miró de frente
-¿Y por qué estabas besándote con Ryoga en el pasillo, eh? ¿Crees que soy estúpido?- Replicó con enojo el peli rosa, haciendo que Tsuzuku se pusiera nervioso- Anda! Dímelo, dime que aun andas con él a mis espaldas! Dime que no me amaste y que solo estos cuatro años fueron una simple porquería-
-Koichi yo… déjame explicarte-
-¡Nada! Te quiero fuera de mi vida, esto se acabó. – sentenció con llanto el peli rosa. Busco en el armario su ropa y las empezó a guardar en su maleta
-¡Koichi deja eso!- se acercó el peli negro hacia Koichi pero recibió una cachetada por parte de este
-No te me acerques…..- Koichi terminó de empacar todas sus cosas y se determinó a irse del departamento
-Koichi espera-
-Lo siento Tsuzuku, pero esto se acabó- dijo él aun con lágrimas a quien consideraba su primer amor, abrió la puerta y salió de aquel lugar sin decir ninguna palabra.