Martes 30 de Junio.
Era tarde, la lluvia caía con fuerza fuera de mi oficina, el viento hacia que las gotas se impactaran en el ventanal a mi espalda. Escuchaba las tenues melodías que había en mi IPod. Mi mente estaba cansada y muy frustrada, no había logrado encontrar un profesor de música para mis hermanas. Mi madre había arreglado una cena para mi hermana junto con un nuevo pretendiente.
Tome mi saco cuando el reloj dio la media noche. Me lo coloque con elegancia y suma delicadeza para salir de la oficina moviendo suavemente mi cabello con mi mano derecha, intentando mis preocupaciones desaparecieran, así logrando algo de desorden en mi apariencia. Apreté el botón del asesor para así poder bajar y subirme a mi auto.
Llegue a la primera planta y avance despidiéndome de Scott el chico de seguridad. Salí por las puertas principales de cristal para caminar a mi Audi R8 Spyder blanco, entre en el secando las gotas en mi cabello. Me coloque el cinturón de seguridad y encendí el motor para irme camino a casa.
Mi móvil comenzó a sonar y antes de llegar a casa, pase a comprar unas paletas para mis hermanas y una para mi madre. Conteste sin mayores problemas y escuche la voz de Cho Hee, la pequeña. Luego de recordarme llevara helado y unas galletas, volví a mi auto para conducir a casa de mis padres.
Humedecí mi labio inferior con delicadeza. La lluvia caía en mi parabrisas y los rugidos de los relámpagos se hacían presentes. Suspire suavemente.
Al llegar a la enorme construcción de color perla, estacione y baje. Arregle mi camisa y mi saco. Nuestra nana me recibió y me sonrió con ternura, como ya era costumbre. Esa mujer había estado en nuestra familia desde siempre. Me ayudo a secarme el cabello y me dijo mi familia estaba en la sala. Se lo agradecí, camine a la sala pero antes de poder entrar un suave sonido me inundo, camine hasta la sala de música y solo pude escuchar la suave melodía que provenía del piano, más una fina y hermosa voz. Antes de poder entrar sentí una mano en mi hombro, me sobre salte y me voltee para encontrarme con mi hermana, menor, bueno, la de en medio.
- Casi te asesino- se rio mirándome.
La observe, estaba hermosa. Vestía un ligero y fresco vestido de seda azul, el cual hacia resaltar su figura. Su rostro levemente maquillado y su cabello negro recogido en un moño elegante. Le tome la mano para hacer diera una vuelta para mí, ella sonrió avergonzada.
- Te vez hermosa Eun.
Eun Soo me sonrió tiernamente para acercarse a mí.
- ¿Sucede algo?
Me interrogo mirando por sobre mi hombro y pasando por mi lado para abrir la puerta que daba a la sala de música. Me volteo para observar al dueño de aquella hermosa y melodiosa voz, pero para mi sorpresa, no había nadie. Suspire para entrar en la sala y acercarme al piano de cola.
- Creí haber escuchado algo...- susurre pasando mis manos con levedad por las teclas de este.
- Debió ser la música de Hee- me sonrió tiernamente.
- Si, debió ser eso.
- Vamos, mi madre me envió a buscarte- cogió mi mano para guiarme fuera de aquella sala.
Una vez en la sala de estar, pude apreciar mas figuras que las que acostumbraba en aquella casa, eran tres hombres y una mujer. Mi padre hizo una señal para que ellos se voltearan y nos observaran.
- Ellos son mis dos hijos mayores.- hablo con orgullo.- Ella es su futura esposa joven Joon, y el bueno, su futuro cuñado, JongIn.
Mire a mi padre y sentí el apretón en mi mano, mire de reojo a Eun, estaba sonrojada levemente y mordía su labio nerviosa. Sonreí levemente e hice una reverencia.
- Mucho gusto en conocerlos, familia Do.- mi vista fue fija en aquel chico bajito- Por favor.
Guie a Eun al lado de su prometido para ver una sonrisa de los labios de aquel chico de ojos marrones y cabello castaño. El chico tomo la mano de mi hermana con nervios y le sonrió dulcemente. Ella correspondió a aquella cálida sonrisa con la típica tierna que esta poseía.
- JongInnie...- sentí un jalón en mi pantalón y mire a Hee, me hizo un suave puchero.
- Hey...- vestía un lindo vestido rojo con lunares blancos, tenía una coleta alta y su cabello negro azabache caía como cascada. Su flequillo bien peinado.- ¿Cómo está la nena más hermosa del mundo?- la tome en brazos para ver cómo me sonreía y acariciaba el rostro, tenía seis años.
- Bien.- me abrazo cálidamente.
- Tengo lo que me pediste.- susurre en su oído para ver a los presentes vernos tiernamente- Te lo daré luego de la cena, siempre y cuando seas buena.- asintió y bese su mejilla- Dios estas tan grande ya.
Reí y la deje en el suelo con cuidado.
La cena paso con rapidez y con fluidez, algo extraño. No podía dejar de pensar en aquel chico de ojos redondos y llamativos. Podía notar que el sabía que lo veía, ya que evitaba el verme y no porque se estuviera haciendo el interesante, porque al parecer no estaba interesado.
- Bueno, KyungSoo es aún un estudiante de Secundaria pero es realmente especial.
*KyungSoo es su nombre*, mordí mi labio al grabar su nombre en mi mente y memoria.
- ¿Es eso cierto?- cuestiono mi madre con entusiasmo.
- Si, señora Kim.- le hablo con respeto y sonrió levedad.
- Bueno, JongIn es...
Me levante de la mesa disculpándome. Las miradas curiosas de todos cayeron en mí, inclusive la de aquel chico. Mordí mi labio levemente y salí de la sala para apoyarme en la pared de la cocina y suspirar. Conteste mi móvil para escuchar la voz de Krystal.
- ¿Dime?- cuestione con calidez.
- ¿Estas ocupado?
- Estoy en casa de mis madres, en una cena.- mire de reojo la mesa y vi la sonrisa en el rostro de mi hermana- ¿Por qué?
- Quiero verte.
Mordí mi labio y suspire para negar.
- No puedo, dile a tu novio.
- Eres un aburrido.
- Puede ser pero no iré, olvídalo.
- ¡Oppa!
- ¿JongIn?- me voltee algo asustado viendo el rostro de KyungSoo, corte la llamada.
- ¿Si?- alce una ceja.
- ¿Podrías decirme donde está el baño?
Observe su cuerpo, su piel de porcelana, sus ojos inexpresivos y hermosos. Sus labios endemoniadamente medibles. Su cuello, sin marcas. Era una tentación andante este chico.
- Claro, es subiendo las escaleras la tercera puerta a la derecha.
Me di la vuelta para volver a la mesa pero su mano en mi brazo me hizo detenerme. Me sorprendí por aquello y alce una ceja.
- Gracias.
Una cálida sonrisa se formó en sus labios, me sorprendí por aquella acción, me había logrado estremecer. Con delicadeza aparte su mano de mi brazo.
- No es nada.
Me aleje de el para volver a la sala y ayudar a mi madre con el postre. Bese su mejilla y terminamos la cena. El prometido de mi hermana fue bien recibido por mi padre, y de parte de la familia Do, mi hermana también. Mis ojos no podían dejar de ver a aquel chico, pero algo en el me molestaba. Claro, le intentaba coquetear y este no se veía enterado, me estaba frustrando.
- JongIn...- la voz de mi padre resono en la sala, lo mire- La Familia Do se quedara esta noche- alce una ceja- KyungSoo es estudiante de secundaria, no podría llegar tarde mañana, por eso tu muy amablemente le llevaras.
- ¿Qué?- nuestras voces sorprendidas hicieron gracia en la sala.
- Eso, mañana a las siete acá.- su voz era seca.
- Padre yo...- KyungSoo miro a su padre con suplica.
- Nada.- le corto el hombre.
- Puedo pedirle a Jun me venga a buscar, no es necesario que...
- Ya está claro.- me coloque de pie- El niño no quiere irse conmigo, no voy a rogarle lo haga.- el chico me miro molesto- Que su amigo le lleve.
- ¿Niño?- cuestiono mirándome feo.
- Si, eres un niño.- acomode mi ropa- Buenas noches, que descansen yo me retiro.
- JongIn...- la voz de Eun me hizo verla.- ¿Puedes llevar a KyungSoo mañana a clases?
La mire sorprendido, si algo conocía muy bien de mis hermanas era que ellas no rogaban. Menos por algo tan trivial. Mire a KyungSoo quien se mantenía haciendo un berrinche.
- Eun.- le corte mirándola- Tu prometido es el, no este niño.
- ¡JongIn!- me reclamo mi madre sorprendida.
- Lo siento, no tengo ganas de esto ahora.- suspire- No dejare que mis hermanas se rebajen por unas personas, menos por unos chicos berrinchudos.- mire a la familia Do, ellos estaban sorprendidos- No voy a retractarme de lo dicho porque, su hijo por muy menor que sea, ya está grande para dejar los berrinches de niño caprichoso.- mordí mi labio- Mi respuesta es no.
- KyungSoo.
- No voy a pedirle perdón a este arrogante.- me miro con superioridad- Él es el típico chico que todo consigue lastimando al resto.
- ¿Disculpa?- hablo mi padre, le detuve.
- Tienes razón.- me acerque a él y quede frente a su rostro- Soy así y si no te gusta, mala suerte.- una sonrisa burlona surco mis labios- No cambiare, menos por ti.- le revolví el cabello y me voltee para salir de la sala y de la casa.
Estaba muy equivocado, ese chico jamás podría interesarme. Dios y pensar lo encontré atractivo. Revolví mi cabello y me subí a mi auto, conduciendo a casa.