Llegó tranquilamente a su oficina y acomodó su cosas, encendió su computadora y fue a prepararse una taza de café, el mundo no era un buen lugar si no comenzaba su trabajo con una taza de café en la mano.
Se sentó en su silla y abrió los libros de los clientes pendientes mientras sacaba carpetas de las cuales transcribia sus cifras, era un poco tedioso su trabajo pero el era feliz de hacerlo, los numeros eran sus amigos y él consideraba tener una vida satisfactoria.
Durante algunas horas estuvo trabajando tranquilo, siendo interrumpido de vez en cuando por alguno de sus compañeros para pedirle algo o hacer una reunión express pero en general su dia laboral habia resultado tranquilo y relajante y pronto llegó la hora de volver a casa, asi que tomó sus cosas, guardo todo, dejando su lugar limpio y ordenado y salió, de regreso a casa.
Le gustaba ir a casa porque era un camino relajante, salía a las seis de la tarde y el cielo lucía muy hermoso a esas horas, además soplaba un aire muy ligero y la mayoria de personas seguían muy activas y podía disfrutar de algun premio en forma de pastel o postre si quería.
Recordó que había una pastelería que había abierto hace poco y le había parecido bastante buena así que tomó un pequeño desvío para comprar un bien merecido postre y si abrian temprano llevaría unos cuantos pasteles o tal vez un pastel grande para todos en la oficina.
Caminó tranquilo hacia la pastelería, y entró en el establecimiento, era muy bonito, con colores pastel y un gran ventanal que dejaba ver dos mesas dentro del lugar, al parecer no era muy comun que alguien pidiera cosas para comer en el establecimiento, solo había una pareja tomando un café juntos, se veían felices compartiendo ese momento de intimidad tan simple.
En el mostrador lo atendió una chica muy linda de cabello castaño largo sujeto en un moño y pecas en la cara, se veía alegre y con gusto tomó su orden.
-Me gustaría un café latte y un pastel individual de moka con frambuesas, por favor-
-Claro que si, ¿gusta algo más?-
-No, por ahora es todo, por cierto ¿a que hora abren?
-Abrimos a las 8, muchos clientes suelen comprar algo para la mañana, desde un café hasta pasteles completos, es la hora del dia en que vendemos mas variedad-
-Es bueno, ¿puedo hacerles un encargo para mañana?-
-Con mucho gusto ¿que desea?-
-Mmmm creo que un pastel de mazapan con fresas estara bien-
-Muy bien, mañana temprano tendremos su orden cuando guste pasar por ella-
-Genial, muchas gracias-
La chica muy sonriente anotó todo, el pagó y fue a sentarse a la única mesa disponible para esperar por su café, a los pocos minutos su orden llegó a la mesa y un chico entró al café, por lo general lo hubiera pasado por alto pero era muy llamativo, era alto y pelirrojo, vestía con un saco rosa y pantalones denim claros, unos tenis y una playera blanca, además de estar cargado con muchas cosas y ser un poco ruidoso y torpe, se encontraba pidiendo algo cuando se le cayeron unas cuantas cosas y decidió correr a la mesa de Julián a dejar sus cosas.
-En un momento vuelvo-
Y se fue de nuevo a la caja para cargar lo que había pedido, pagar y dejar todo sobre la mesa, luego tomó asiento muy comodamente y sonrió a Julián
-Mucho gusto, me llamo Ulises, soy estudiante de diseño industrial y tengo 20 años- dijo muy sonriente el chico mientras con un tenedor comía un poco de la tartaleta de frutas que había pedido
-Un… Gusto, creo, Julián…- estaba bastante sorprendido de la naturalidad con la que el chico se presentó, y la facilidad con que daba sus datos, eso no era muy seguro.
-Mucho gusto Julián, lamento haber sido tan abrupto pero es que hoy estoy demasiado cargado y no habia mesas disponibles- rió un poco y no dejaba de ver a su compañero de mesa
-Esta bien, supongo… - dijo algo extrañado todavia, es sorprendente lo espontaneo que era el chico
-Genial, y bueno, ¿a que te dedicas? ¿Cuantos años tienes? ¿Vives por aquí?- preguntó muy feliz y entusiasta pero al notar la cara de extrañeza de su compañero se calmó un poco y le dio un trago a su café -lo siento, no tienes que contestar si te parece incómodo, me gusta conocer gente nueva aunque sé que soy un poco invasivo al momento de hacerlo jeje-
-No te preocupes, solo es un tanto ummmm extraño para mí- dijo un poco mas tranquilo- Soy contador y tengo 25 años- comentó tranquilamente mientras le daba un trago a su café latte, Ulises sonrió.
-Vaya, eres bastante joven, no es que te veas viejo, solo que aparentas ser mayor por el porte o algo así, que bueno que hayas encontrado trabajo tan rapido, supongo que saliste hace poco de la universidad- Estaba feliz al saber que se había encontrado con un extraño amable y no un borde como muchos.
-Si, tuve suerte, ¿tu ya casi sales?- la conversación se tornaba agradable aunque no dejaba de ser un tanto extraño
-Voy a la mitad de mi carrera, bueno, inicié el tercer año, son cuatro, pero espero poder encontrar trabajo pronto, entre mas rápido mejor- sonrió y luego volteó a ver su reloj sorprendiendose de la hora -Oh dios! Debo irme, un gusto conocerte Julián, espero nos encomtremos de nuevo- dijo precipitadamente y se terminó sus alimentos en dos segundos para tomar sus cosas y salir corriendo del lugar.
Ese sí que habia sido un encuentro extraño, bastante peculiar, pero le había parecido buena persona, sería interesante encontrarse de nuevo.
Se tomó su tiempo para terminarse su pastel y su café y luego salió del lugar despidiendose de la chica del mostrador, caminando a su casa tranquilo y relajado.