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A su manera por Natteshiro

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Notas del fanfic:

Kuroko no Basket no me pertenece esto es simple placer personal 

Notas del capitulo:

Bueno, esto es lo primero que escribo de esta pareja xD Es culpa de Midorima no Harem que me bombardeo con cosas AkaMido :v 

Me encanto la pareja ya que amo a Akashi seme y esto salio de mi rara imaginacion por favor sean amables y diganme como salio :'v

Creo que quedo corto :T 

Me temes, se nota en tu mirada, pero lo siento, no seré indulgente contigo al menos no esta vez, tienes que aprender Shintaro, solo me perteneces a mí.

Los gemidos recorren toda la habitación, el aroma a sexo se siente en el aire y el sonido de ambos cuerpos chocando se muestra presente en aquel acto de posesión. La cama rechinante y el sonido titilante del metal también alude a cada uno de los movimientos, las prendas yacen tiradas en orden aleatorio por la habitación, esa misma que es testigo mudo de aquel apasionado encuentro entre amantes, que a pesar de la lejanía mantienen encendido aquel fuego que refulge con cada encuentro.

Palabras coherentes no se presentan en ningún momento, solo gemidos y gruñidos escapan de los labios en los segundos en los cuales los besos se pausan y no se encuentran recorriendo la perlada piel ajena. El peli-rojo se mueve con maestría, arremetiendo con fuerza el pálido cuerpo bajo el mientras que con su boca muerde sus hombros y pecho, escuchando cada uno de sus desvaríos a causa del placer.  Nota las lágrimas recorrer hasta su cuello y una sonrisa ladina se escapa sin su consentimiento, aquella vista tan erótica, incitando a profanarlo, incitando al pecado.

Aquello nunca fue un acuerdo mutuo, solo el más fuerte consumiendo al débil. Nada más o eso era en un principio, el hambre por recorrer ese cuerpo una y otra vez, la posesividad que causaba en un principio le pareció la perdición.

Solo el acto de unión y placer mutuo, ninguna caricia ni beso, ni una palabra de por medio. Todo era perfecto, hasta que él apareció. Ya no era capaz de controlarse a sí mismo, todo escapo de su dominio. Acelero aún más el ritmo de las embestidas, los gemidos aumentaron y con ellos los brazos de quien se mantuvo quieto desde el comienzo se levantaron en busca de más contacto.

Se separaron, la distancia entre ellos cada vez aumentaba más y al terminar la secundaria ni una fugaz mirada los unía. Partió a Kyoto junto con su padre para comenzar la preparatoria en el Rakuzan. Ambos caminando en direcciones completamente opuestas.

Aferrándose con más fuerza de la necesaria, juntando ambos pechos y limitando su movimiento aquellos brazos acariciaban su nuca y recorrían su espalda.

Nada lo detuvo, pensamientos mensajes y llamadas. No hubo respuesta. Enfureció ¿Cómo era posible que aceptara al otro y no al perfecto?  

No entendía por completo aquello, despecho, posesividad y el remordimiento se combinaban en un solo sentimiento. Él tenía la culpa.

Las manos que hace solo unos momentos se dedicaban a tocar cada extensión de su piel pasaron a su rostro, tocando con delicadeza sus mejillas. Lo sabía, no podía verlo con claridad y aludía al tacto cada vez que sentía la necesidad de saber su expresión, gestos como esos, que dejaban a un lado el orgullo como si de una prenda más se tratara le hacían estremecer. Tomo su mano izquierda y de manera lenta la llevo hacia sus labios dejando ahí un casto beso.

Se sentía colérico de solo pensar en que por primera vez no era suficiente para alguien, más aun al enterarse de que el otro ya iba haciendo nuevas amistades y se afanaba con el hecho de ser la primera persona en por fin mostrarle la derrota, de demostrarle su supuesto error.

Noto como su rostro se tornaba en una sonrisa nerviosa y pequeños suspiros volvían a escapar de sus labios. Volvió a arremeter contra el otro y besaba con aun más fiereza sus labios logrando enrojecerlos aún más en el acto.

Cuando se dio cuenta de ello creyó que era demasiado tarde, supo que lo que él creía perfección era solamente debilidad. Debilidad que manejo su vida, que lo aisló.

Pensó no tendría más oportunidades, inclusive el ver la sonrisa que mostro cuando cayó derrocado, por más que supiera fue lo mejor taladro tanto en su pecho que logro nublar su vista por unos minutos. No quería dejarlo ir, le pertenecía, él fue el primero en tomarlo y anhelaba ser el único, pero sabía no estaba en posición de pedir nada.

El tiempo comenzó a transcurrir nuevamente y las relaciones de amistad que se vieron opacadas por la tiranía que mostraba su otro yo volvían a renacer. Cada uno volvió a como era en aquella época donde la preocupación por mejorar eclipsaba las ansias de ganar. Se encontraron nuevamente, era una mera actuación, como si nada hubiese pasado, como si sus cuerpos nunca hubiesen estado conectados, como si nunca hubieran deseado más toques del otro, que quemaban su piel con un solo roce. Realmente odiaba que quien decía ser su compañero tuviera el privilegio de tener tanta confianza por parte de él.

Sentía tantas ansias por gritar que ese cuerpo le pertenecía, que ya había dejado su marca en ese ser que se erguía ante él, provocándolo de manera indirecta, con esos sonrojos y singular forma de terminar cada una de sus palabras.

No fue fácil encontrar un momento a solas, ya que el más alto siempre era seguido de cerca por el ojo de halcón, pero necesitaba que de sus propios labios salieran las palabras de rechazo, solo eso. No pudo contenerse. El solo escuchar su nombre salir de sus labios acompañado de esa mueca molesta lo excitaba demasiado, haciéndole recordar cada detalle de sus antiguos encuentros. Lo beso, ataco sus labios un hambre voraz en un intento nulo de saciar sus ansias de él.

El clímax se veía cerca, sus miradas se conectaban y sus manos que se entrelazaban eran prueba de que el sentimiento era mutuo.

No fue ni alejado ni rechazado, es más su beso fue completamente correspondido y cuando se separaron solo pudo dar una mirada sorprendida al de lentes para luego sentir como era rodeado por los brazos del más alto. No hacían falta palabras.

 El orgasmo hizo acto de presencia, ambos alcanzaron la liberación siendo el peli-rojo el más agotado cayendo rendido sobre el pecho del otro al instante. Se dieron una mirada cómplice, lo que el más bajo aprovecho para salir del cuerpo de quien hacia momentos apresaba con fuerza su miembro notando como su acto hizo que el peli-verde cerrara uno de sus ojos y dejara escapar un suspiro. Adoraba causar esas expresiones en quien generalmente mantenía un rostro estoico.

La mañana llego tranquila, era nuevamente momento de separar sus caminos, quizá por meses, pero es no podía afectarles menos. Se vistieron a espaldas del otro, estaban a gusto sin siquiera mirarse, era una manera de amar extraña que a pesar de la distancia y las casi nulas muestras de afecto la pasión y el amor seguían presentes, como si su unión recién comenzase, una manera que solo ellos podían entender, era…

 A su manera.

Notas finales:

Espero esto les haya agradado, es lo primero que hago de esta pareja xD algun consejo o sugerencia? 

Ni yo se de donde salio la frase del inicio c: 

Bye bye~ <3


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