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Breaking Up (SiHan/ Super Junior) por Karmilla46664

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Notas del fanfic:

1ª parte de un 2 shot (es que me iba a salir demasiado largo como shot)

Hangeng se miró en el espejo, recolocándose el traje. Los organizadores corrían de aquí para allá, los cámaras y el equipo técnico preparaban la escenografía, la peluquera le daba los últimos retoques a su cabello mientras que el mánager del chino daba vueltas a su alrededor, hablando agitado por el móvil. Vio a través del espejo como una coordinadora coqueteaba con él, por lo que le correspondió con una sonrisa agradecida. Para él era normal sentirse observado y deseado, convivía con ello a diario, por lo que le parecía vulgar.

-Muy bien, primero fotografiaremos los trajes en el Bourdon House; luego haremos las fotografías de exterior. Comenzaremos con el traje blanco y la camisa azul cobalto. De acuerdo, ponte frente al espejo triple. Genial.

Hangeng acataba las órdenes con profesionalidad, posando con seguridad, transmitiendo una imagen elegante y masculina. El cámara le mostraba al director las fotos tomadas, comentando en inglés los retoques que podrían hacerle a las fotos escogidas.

-Creo que tenemos suficientes de este modelo: por favor, continuemos con el traje de corte clásico.

Todos trabajaban duro, tratando de terminar lo antes posible con aquella sesión de fotos ya que quedaban varios eventos a los que acudir. Tan ocupados andaban que nadie se percató del móvil que vibraba encima de la mesa, queriendo inútilmente llamar la atención de Hangeng.

 

 

-Mañana comeremos con los representantes del London Fashion Week pero, en compensación, estarás libre hasta la hora del almuerzo. Quedemos un par de horas antes para arreglarte, al final usarás el traje blanco cortesía de Dunhill, supongo que un poco de publicidad no les viene mal y tú eres un buen modelo. Muy bien, será mejor que descanses, mañana será un día duro-el mánager le palmeó la espalda en señal de solidaridad y le deseó buenas noches.

Cuando se dejó caer en la cama del hotel sintió como su cuerpo se volvía pesado, como si sus músculos se hubieran relajado de golpe tras el contacto con el colchón. Se aflojó el nudo de la corbata y encendió la TV. Tuvieron que pasar diez minutos hasta que recordó que esperaba un mensaje importante, por lo que desbloqueó el IPhone 6 Plus, comprobando que tenía al menos siete llamadas perdidas del mismo número. Pulsó el icono del teléfono, comprobando que daba llamada. Lo puso en altavoz, mientras se quitaba la chaqueta del traje.

-¿Hangeng?-una voz familiar se escuchó al otro lado del teléfono.

-Sí, soy yo ¿Con quién hablo?-dejó de hacer lo que estaba haciendo, pendiente de la contestación que no llegaba.- Oye, voy a colgar.

Dijo, pensando que era algún fan que había conseguido su número.

-Hangeng, soy Siwon -por supuesto que le era familiar esa voz, lo raro era que no lo hubiese reconocido al instante. Tomó el teléfono y desactivó el altavoz, no quería que nadie escuchara esa conversación privada.- Hangeng, ¿me escuchas?

-Sí-dijo con la voz rasposa, de repente se le había secado la garganta. Al ver que el coreano no decía nada, preguntó los típicos formalismos- ¿Cómo estás?

-Bien- de nuevo se hizo el silencio, sólo escuchándose la pesada respiración de Siwon- He leído que estás en Londres y luego irás a Francia.

-Sí: he venido a la London Fashion Week y luego seguiré con las grabaciones de Amazing Race en Francia.

Estaba aturdido, hablaba como un autómata porque su cerebro era incapaz de asimilar que estaba hablando con él. No es que no estuviesen en contacto, pero era escaso y vía electrónica. Llevaba demasiado sin escuchar la voz ronca del menor.

-Yo estoy aquí, en Francia, he pensado que quizás nuestras agendas cuadrasen y con un poco de suerte podamos quedar.

Se le había formado una bola en la garganta, apenas si podía respirar.

-Eeeh, no estoy seguro cuándo iremos a Francia, aún tenemos que hacer cosas- se sentía torpe, no podía hilar pensamientos coherentes.

-No voy a estar mucho tiempo en Europa pero me gustaría que quedásemos-Siwon parecía ansioso y él estaba en shock.- Quizás, si te viene mejor puedo coger un avión a Londres y…

-¿Estás seguro de esto, Shǐ Yuán?

De nuevo la respuesta se hacía de rogar y estaba empezando a impacientarse.

-Completamente- la seguridad con lo que lo dijo fue sorprendente, no esperaba ese entusiasmo.- ¿Tú no quieres que nos veamos?- pero esa seguridad se volvió titubeante al no hallar respuesta.

-Por supuesto- se apresuró a contestar- es sólo que no sé si tendré un hueco libre, ni si a mi mánager le hará mucha gracia que me reencuentre con mi ex compañero de  grupo.

Ambos sabían que habían sido más que simples compañeros, pero ninguno dijo nada ya que no era el momento.

-Bueno, entonces te propongo algo: yo iré a Londres en un par de días y tú decides si tienes tiempo o no para verme. Me hospedaré en el Marriott. Pero de verdad que me apetece verte, Hankyung- ciertamente parecía deseoso de que se diese el reencuentro pero el chino no lo tenía tan claro.

-Te prometo pensarlo- fue su contestación, escuchando un suspiro por parte del coreano.

Aquella noche no descansó bien, ya que los recuerdos se agolparon en su mente. Si no estaba seguro de querer volver a ver a Siwon era para no crear nuevos recuerdos que le torturasen en sus noches de soledad. Quería cerrar ese capítulo de su vida y poder seguir adelante, pero era demasiado difícil obviar los sentimientos que perduraban en ambos.

 

 

Ese par de días pasaron agonizantemente lentos, provocando que Hangeng recordase cosas que su psique había preferido borrar. No había vuelto a hablar con Siwon a pesar de que se moría de ganas de contactar con su ex compañero. Tampoco le comentó al mánager nada, aún no tenía claro si era buena idea abrir de nuevo la caja de Pandora. Para cuando el segundo día llegó, le comía la ansiedad ya que no sabía que pesaba más, si las ganas de verle o el miedo al dolor. Es verdad que había salido con alguna que otra chica pero la huella de Siwon estaba tatuada en su corazón, él era el gran amor de su vida. No podía considerarse gay ya que sólo le había gustado él, por eso hacía más especial el sentimiento. Además, el sexo con las mujeres solía ser decepcionante ya que eran muy pasivas mientras que con su dongsaeng era puro fuego. Ese tipo de pensamientos fueron los que anduvieron atormentándole ese día, aunque finalmente decidió no verle. Cuando se reencontraron en la fiesta de Jackie Chan fue incómodo, no sabía cómo reaccionar ante la dulce mirada del coreano. Le tendió tímidamente la mano, temeroso a ser rechazado por su ex, pero sintió cómo su extremidad era apresada por la cálida mano de Siwon. Aquella había sido la última vez que se habían visto. Pero ahora sería diferente, ellos dos solos, exponiendo sus sentimientos en una habitación. Quizás estaba malinterpretando las cosas y el menor sólo quería reencontrarse con un viejo amigo. Pero no tuvo tiempo de pensar mucho más en esa opción porque su mánager interrumpió sus cavilaciones.

-Han Geng, ha habido un cambio de última hora en tu agenda y tendrás que cenar con un ejecutivo.

El aludido sonrió débilmente, asintiendo, a pesar de que estaba agotado. Lo único que le apetecía era encerrarse en la habitación del hotel a darle vueltas al asunto de Siwon, torturándose por haber dejado pasar la oportunidad.

-¿A qué hora y en dónde debo estar?-preguntó con amabilidad, sabía que su mánager debía estar tan cansado como él.

-Me ha dicho que vendría al hotel ya que ha avisado a última hora. A las ocho estará en el restaurante de abajo, en un reservado para que nadie os moleste mientras conversáis de negocios.

-De acuerdo, pero ¿es algún patrocinador? ¿Algún pez gordo?-lo que menos le apetecía era tener que beber con un ejecutivo. O quizás lo de beber no era tan mala idea después de todo.

-Simplemente improvisa, sé que lo harás bien- y, guiñándole un ojo, se largó dejando al artista confundido.

Estaba ansioso, no sabía que look debía vestir ya que no sabía a quién se tenía que enfrentar. Si escogía un traje sobrio quizás sería demasiado formal pero tampoco quería aparentar lo contrario. Finalmente decidió volver a usar el traje blanco de Dunhill, así de paso promocionaría la marca. Roció un poco de colonia en sus muñecas y clavícula, se colocó el reloj en la mano derecha y se arregló la corbata antes de bajar al restaurante. Respiró profundamente, recordándose a sí mismo que había hecho eso cientos de veces y no tenía por qué preocuparse, sólo sería una amistosa charla de negocios. Un camarero le indicó que el ejecutivo aún no había llegado pero que había pedido que el chino lo esperase en el reservado. Aquello le irritó: no sólo concertaba una reunión a última hora sino que, para colmo, llegaba con retraso. Se masajeó el puente de la nariz tratando de tranquilizarse, bastante crispado estaba ya desde la llamada. Estando en esa postura, escuchó la puerta abrirse, aunque el ejecutivo no se dejó ver debido a que estaba de espaldas cerrando la puerta. Se irguió, adoptando una postura más formal, y pintó en su cara una convincente sonrisa. Pero ésta se desdibujó de su rostro cuando aquel hombre de ancha espalda se giró, dedicándole una sonrisa nerviosa. Su corazón latió con furia y notó un ligero mareo debido a la sorpresa. Ambos se quedaron en sus respectivos sitios, analizándose en silencio, tratando de que el otro no intuyese sus nervios. Esta vez fue Siwon quien dio el paso y se acercó lentamente al chino, tratando de sonreír a pesar de que sus músculos faciales estaban tensos por la excitación. Extendió sus brazos y los dejó caer en gesto derrotado.

-Ya ves que no he podido resistirme a verte-dijo con la voz trémula. El mayor seguía sin poder moverse- Espero que no te importe la pequeña mentira, temía que no quisieras verme. No me has llamado.

El chino carraspeó, tratando de encontrar las palabras adecuadas en su agitada cabeza.

-No estaba seguro si quería que nos viésemos.

Le dolió comprobar cómo la angustia se apoderaba de su amigo.

-Quizás deba irme, siento la emboscada- tenía la cabeza gacha y los ojos tristes.

-No te vayas, Shǐ Yuán- espetó alarmado. De repente la necesidad de tenerlo cerca era mayor que el temor a quedar destrozado. El coreano lo miró con la duda asomándose en sus oscuras orbes, pidiéndole permiso para quedarse. El chino extendió la mano con una ligera sonrisa, aquello le recordaba a la última vez que se vieron sólo que con los roles invertidos. El menor suspiró aliviado, siendo tan evidente que hizo sonreír al otro. Sus manos conectaron, sintiendo cómo una corriente eléctrica les sacudía el cuerpo. Aquel tacto era tan real y necesario… Ninguno se dio cuenta de cómo sus manos seguían juntas mientras sus ojos se encontraban en silencio. Sin pedir permiso, el coreano tiró de su brazo y lo estrechó entre sus musculosos brazos, perdiéndose ambos en la fragancia del contrario. Cuando se separaron sus respiraciones estaban agitadas aunque extrañamente compenetradas.

-¿Has cenado?-preguntó el coreano tras un breve silencio- encargué que nos hicieran la cena pero si no te apetece…

-¡Me apetece!

¿Por qué tenía que ser tan incómodo? ¿Por qué se sentían como dos adolescentes inexpertos teniendo su primera cita?

-He encargado algo de comida nativa, ya que estamos en Reino Unido debemos aprovechar y saborear la comida autóctona- poco a poco Siwon comenzaba a sentirse relajado, dejándose llevar por el momento.

-Estoy deseando de probar algo que no sea ramen instantáneo o comida basura- comentó el chino con una sonrisa sincera.

-Dime, ¿Qué tal tu aventura por las tierras anglosajonas?

El mayor bufó y rodó los ojos, haciendo reír a su dongsaeng.

-Ni te imaginas las ganas que tengo de descansar. Entre las grabaciones de Amazing Race, las promociones de Duhill y la London Fashion Week ando estresado. Aunque tú eres el que más has contribuido en ese estrés.

Siwon se inclinó, apoyando los codos sobre la mesa.

-¿En serio? No sabía que te aterraba tanto la idea de verme.-dijo, acompañándolo con un divertido gesto de cejas.

-Estoy viviendo una pesadilla-continuó con la broma el chino- Entre comer con un pez gordo o contigo, prefiero claramente pasar una aburrida velada profesional.

Ambos rieron suavemente, justo cuando entraban los platos.

-En realidad no he llegado tarde, sólo quería asegurarme de que no saldrías corriendo al verme, por lo que hice que entraras primero.

Hangeng lo miró sorprendido.

-No te recordaba tan retorcido- “ni tan masculino”, pensó para sí mismo. No es que el menor no fuera antes masculino, pero se había convertido en una bomba sexual. Se maldijo por tener esa clase de pensamientos, recordándose a sí mismo que aquello sólo era una reunión de amigos.

-Juntarme tanto con Heechul tiene sus efectos secundarios-rió.

-Yo era bueno cuando me juntaba con él-replicó divertido.

-Siempre has sido más travieso que yo, aunque he cambiado-y vaya que había cambiado, pero como el buen vino, a mejor. Y esa seductora mirada, ¿era invención suya o de verdad el coreano estaba flirteando descaradamente con él? Decidió pasarlo por alto.

-No soy travieso.

-Reconoce que si eres un poco malo-le picó el menor, haciendo que el chino soltara los cubiertos ofendido.

-¡Eh! ¿Por qué dices eso?

-Nada, son cosas mías…

- Shǐ Yuán, dímelo, no me dejes así.

Siwon casi se atraganta con el “no me dejes así”: un inoportuno flashback se le cruzó por la mente, recordando esas mismas palabras en un contexto más obsceno.

-De acuerdo, te lo digo. Luces como si fueras calmado y maduro, siempre con expresión risueña, pero los que te conocemos sabemos que no eres tan así.

-¿Y se puede saber cómo soy?-preguntó molesto.

-Eres de carácter fuerte, y tremendamente pasional. Te ocultas bajo tu angelical rostro pero sé quién eres- hizo un gesto con los dedos simulando que lo observaba.

-Mira quién habló-torció la cabeza, mirándole retadoramente- San Siwon se ha convertido en el peor de los pecados.

El coreano rió modestamente.

-¿Soy una tentación para ti?-preguntó clavando sus dilatadas pupilas en el mayor.

Hangeng apartó la mirada, bebiendo un poco de vino.

-No debemos ir por ahí, se supone que esto es una cena de ex compañeros de grupo.

-Dejémoslo en que es una cena de ex -recalcó el coreano, llamando la atención del otro.

-Esto no es correcto-se limitó a decir seriamente, imponiendo un ambiente incómodo.

-A veces no está mal comportarse incorrectamente.

El chino lo miró con reprobación.

-A ver, en qué fascículo de la Biblia pone que está bien lo incorrecto-preguntó sarcásticamente.

Siwon lo miró con intensidad.

-Geng, el mejor de los pecados es el haberte conocido, y por Dios que no me arrepiento. Si por mí fuera tiraría estos platos al suelo y te lo haría aquí mismo. Pero el pecado sería desperdiciar esta deliciosa cena-sonrió tratando de relajar la fogosidad de su declaración que había dejado aturdido al mayor. Así era él, viviendo el amor como en un dorama.

-No quiero sexo sin sentimientos, me he cansado de eso- admitió, llevándose el cubierto a la boca.

-Quién ha dicho que sea sin sentimientos- parecía que al menor le había molestado esa suposición.

El mayor sentía que hiperventilaba pero no se daría el lujo de flaquear, no delante  de él.

-Por favor, zanjemos la conversación aquí.

-De acuerdo, no quería incomodarte- se rindió el coreano, volviendo a la tarea de comer en silencio.

 

Hangeng se sintió terriblemente mal. ¿Por qué le paraba los pies si en verdad estaba deseando de hacerlo con su dongsaeng desde que lo vio en la puerta? ¿Qué debía hacer, seguir con el plan original o dejarse llevar por ese instinto animal que le atravesaba la columna?

Notas finales:

Ahora os toca decidir vosotras si queréis lemon intenso o que hablen abiertamente de sus sentimientos. Vuestros deseos son ordenes xD


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