Capítulo I: Un día Casual.
Es una lástima que no estés conmigo
Cuando miro el reloj y son las cuatro
Y acabo la planilla y pienso diez minutos
Y estiro las piernas como todas las tardes
Y hago así con los hombros para aflojar la espalda
Y me doblo los dedos y les saco mentiras.
Era un día precioso para ir a un parque, tomar aire y continuar con la lectura de mi libro favorito, pues no eh tenido tiempo de terminarlo con todo el trabajo que eh tenido que hacer últimamente, nuevos diseños, eventos, fotos, modelos, etc. Así que me di un baño, me puse algo cómodo y a la moda –obvio- antes muerto que sencillo. Antes de salir, me vi en el espejo por última vez, sigo igual de pequeño y delgado, hice un pequeño retoque a mi cabello y salí.
Las personas paseaban alegremente, parejas felices, niños jugando, realmente era un día hermoso, puse una manta donde llegara sombra y sol, desde que lo había conocido que tengo la costumbre de ponerme en un lugar donde allá sombra y sol. En fin, me acomode tomando mi libro y comencé a leer. De vez en cuando dejaba el libro sobre mi pecho, y miraba el cielo, les sonreí a las nubes como un tonto enamorado.
-¿Cómo no ves la jirafa? – Decía Reita poniéndose serio.
-Es que no la veo, ¡yo veo un elefante! – Sonreí al verlo, la verdad es que no habían nubes en el cielo.
- Pero Ruki míralo, están ahí, ¡hay muchas jirafas! – Agitaba las manos hacia el cielo.
-Oh ya sé dónde están, ¡están escondidas detrás del elefante! – Le dije animadamente para luego reírnos, me gusta hacer esto con él, quizás era tonto –Y lo era, ya que las personas nos miraban raro al escucharnos- pero nos hacía felices, es uno de nuestros pasatiempos, mirar el cielo, y aunque no hallan nubes con formas, las imaginábamos.
Volví a mi lectura, el libro era bastante interesante, pero ya no podía concentrarme después de ese recuerdo, apenas leía dos párrafos y sus recuerdos volvían a mi mente, como la primera vez que nos conocimos…
Voy camino al metro para encontrarme con Reita, lo conocí por internet, es cinco años mayor que yo y sé que es peligroso y todo eso, mi mamá me lo ha repetido miles de veces, pero él no es como otras personas, es divertido, inteligente, no es como los chicos de mi edad. Al llegar lo busque con la mirada, y ahí estaba, parado al lado de la boletería, se veía muy guapo, pantalones negros, polera blanca, zapatos y… y nuestras miradas se encontraron, el sonrió, y fue la sonrisa más bella que había visto.
- Entonces enano, ¿Dónde me llevaras? – Dijo después de saludarme, la verdad nos juntamos porque le pedí ayuda para estudiar matemáticas, y él sabe mucho, y como no podía llevarlo a casa por mamá, fuimos a una plaza, fue el único lugar que se me ocurrió. Hablamos mucho, desde que lo conocí por internet que hablamos bastante la verdad, el me habla de su ex pareja, cuando me habla de él sonríe, me mostro hasta su foto, se notaba que aún le quería, y no entiendo como ese imbécil pudo perderse ¡tremendo hombre!
Nuestra relación de amistad era de bromas y coqueteo continuo, me gusta coquetearle, es la única persona a quien le coqueteo, pero no solo era eso, sino que también eran charlas filosóficas. Él se convirtió en mi mejor amigo, yo le contaba mis cosas, y el las suyas.
El grito de unos niños me saco de mis recuerdos, y sonreí con tristeza, en esos tres años de amistad, el no tuvo pareja, y yo… bueno yo tuve muchas, pero tenía 15 años, no conocía el amor, y el amor que sentía por mis parejas siempre fue tan… fugaz. Levante la vista, y ahí estaba él, mi corazón comenzó a latir a mil por segundo, quería ir corriendo y abrazarlo, enterrar mi cara en su pecho y sentir tu aroma, pero no lo hice, eso no era lo mío, definitivamente no. Así que solo lo observe, su pelo estaba corto, y se veía bien afeitado, quizás ya es un hombre de negocios, pero aún tenía la costumbre de usar audífonos, quería hablarle, pero ¿Qué le iba a decir? ¿Hola, me recuerdas?, y eso era lo peor, el olvido… Solo que yo no te eh olvidado Reita, no eh olvidado tus besos, ni las veces que me hiciste tuyo…