Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Otaku por Nothing

[Reviews - 148]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Gente, estoy enferma. Mis oídos se taparon, la garganta me arde, los ojos están llorosos y todo eso. Mi madre me ha dicho que mañana me llevara al médico y asumo que en cuanto den el diagnóstico y regrese a mi choza me van a mantener lejos de la computadora para que guarde reposo y me recuperé. 

Así que por eso traígo el capítulo tan pronto. No les recomiendo que se acostumbren porque soy re-vaga y usualmente actualizo cada diez o quince días. (Aunque como ya tengo los primeros cinco capítulos y sólo hay que editar tal vez al principio me verán seguido lol).

Como sea. Gracias a todas las personas que comentaron y que leyeron, los amo mil, nunca cambien (?).

Notas para mejor compresión del capítulo:

El fanfic nació de un reto y en el reto se especifícaba que le diera sentido al hecho de que Naruto fuera capaz de llevar un bebito en su vientre.

He tomado la condición de la intersexualidad que presentan algunos individuos desde su nacimiento y la he modificado para mi beneficio.

Así que, de ninguna manera la intersexualidad es tal y cómo la describo en el fanfic, es mucho más compleja.

No pretendo discriminar, hacer menos, o poner bajo una luz negativa a quien padezca de esta condición, pues la respeto como estudiante de biología que soy. 

Finalmente, una pequeña cita de lo que representa tal anomalía orgánica para quien no haya escuchando antes de esta condición:

"Intersexualidad: La intersexualidad es una condición poco común por la cual un individuo presenta discrepancia entre su sexo cromosómico (XY / XX), gónadas (testículos / ovarios) y genitales (pene / vagina) , poseyendo por tanto características genéticas y fenotípicas propias de hombres y mujeres, en grados variables".

Si tienen dudas sobre esto pueden preguntarme con toda confianza.

Capítulo I

“Akihabara”

Manual de cómo sobrevivir a un matrimonio con un otaku, recopilación de historias y consejos
Por Sasuke Uchiha

Primer día de observación

Sasuke y Naruto estaban teniendo su primera cita unos días antes lo planeado, después de todo se enlazarían dentro de 28 días. Nada mal, considerando que sus padres podrían haberles hecho casar el mismo día que se conocieron.

Pero… ahora mismo…

—¿Naruto cuánto tiempo más vamos a estar formados? —preguntó Sasuke por tercera vez.

El Uchiha recordó los sucesos con desaliento: fue botado de su casa, luego amenazado, que diga aconsejado por su padre  para que fuera a ver a Naruto y lo llevara a algún lugar agradable. Así que a regañadientes tomó su auto y manejo hasta el lugar en el que dejó a su prometido noches atrás.

Como si fuera un capricho del destino, al llegar a la casa de los Namikaze, Naruto estaba saliendo de la mansión entusiasmado mientras gritaba: “hoy será un día de victoria”.

Al rubio le tomó unos segundos notar a su prometido; al ser consciente de él se detuvo a preguntarle que hacía ahí. Sasuke le explicó la situación tan bien como pudo. Naruto comentó que le parecía buena idea que tuvieran una cita pero que en ese instante le urgía ir a Akihabara a comprar un nuevo videojuego.

Sasuke, siendo Sasuke, se ofreció a llevarlo hasta el dichoso lugar, esperando ahorrar tiempo, después de todo Naruto sólo entraría a la tienda, compraría lo que necesitaba y listo, ¿verdad?...

Aunque claro nada sucedió como él lo esperaba. Llevaban tres horas formados por la cantidad abominable de gente había.

—Naruto…

—Calma Sasuke, falta poco para que sea nuestro turno. De hecho hemos tenido mucha suerte, nuestro lugar es bastante bueno considerando que muchos de los que llegaron antes acamparon.

El Uchiha alzó la ceja. ¿Qué clase de persona acampaba porque quería un videojuego? ¿Qué no podían esperar? Suspiró y negó. Vio hacia atrás, había muchos tipos detrás de ellos. Ni siquiera podía ver el final de la fila.

—¿Realmente es tan importante que compres ese juego?

—Llevó semanas esperando por él. —Naruto pegó en el aire, como si hubiese una persona enfrente de él—. Es ahora o nunca, si nos vamos tendré que esperar una semana más en lo que la tienda se reabastece y sinceramente ya he aguantado la ansiedad mucho tiempo. Además hoy van a regalar un llavero de edición limitada.

Sasuke suspiró de nuevo. Su vida se estaba yendo en suspiros. ¿En serio tenía frente a él al hijo de un poderoso empresario? Porque si le hubiese visto en un día común y corriente juraría que era uno más del montón. La fila avanzo después de una hora más con mayor rapidez. Después de cinco horas de estar formados consiguieron el videojuego que Naruto quería tanto y el dichoso llavero.

—Me siento tan feliz… Es como si Aya Hirano me pidiera matrimonio. Mira qué bello es, Sasuke.

—Idiota —susurró Sasuke por lo bajo.

—¿Dijiste algo?

—No nada, tan sólo creo que deberíamos de comenzar con la dichosa cita.

—¡Oh cierto! ¿Qué te parece si vamos a un maid café?

—¿Qué es eso?

—Es un bonito lugar —respondió Naruto—. Ya lo verás.

Sasuke solo asintió ¿Qué tan malo podría ser?

Y ese que tan malo podría ser se quedo en que era muy malo. Mujeres con trajes de sirvientas estilo francés por todas partes no era bueno para la salud de nadie. Muchachos hormonales babeando al ver a las jovencitas de sus sueños, el fuerte olor a flores y a pastel… Naruto viendo a las chicas como si fueran un apetitoso platillo…

—Naruto, agradecería que tuvieras la decencia de fingir que no estás babeando frente a mí porque estás viendo jovencitas vestidas de maid —dijo Sasuke mientras fruncía el ceño disgustado. Al parecer su querido tenía cierta tendencia al fetichismo.

—Lo siento Sasuke, no es que me gusten… sólo… tienes que admitir que se ven tan bonitas. —El menor se llevó su mano a la cabeza y se revolvió el cabello con vergüenza.

—¡Naruto! —Un gritó logró que la tensión se rompiera.

El rubio volteó la cabeza y vio a una chica de cabello rosado corriendo en dirección suya. Ella también tenía puesto un traje de sirvienta.

—¡Oh, Sakura-chan! —exclamó Naruto emocionado.

—¡Viniste!

—Sí… uh, ¿viste el mensaje que te mande hace dos días? Él es mi futuro esposo —dijo avergonzado Naruto mientras miraba a Sasuke.

La chica contempló al azabache y le sonrió.

—Haruno Sakura —se presentó—. Un hombre guapo, ¿eh? Hará tan linda pareja con Naruto.

—Uchiha Sasuke, un placer. Y gracias, supongo.

Sakura sonrió y asintió. Regresó su atención al rubio.

—Oh, Naruto, ¿sabías que Lee está muy emocionado? Le dije que comenzaría a trabajar aquí para que podamos pagar los futuros cosplay que haríamos. Él dijo que no podía quedarse atrás y que buscaría un empleo también. —Sakura se veía realmente emocionada.

—Me alegro por ustedes, espero que me muestren fotos —dijo Naruto.

—¡Por supuesto! Pero bueno, ¿les traigo los platillos especiales de la casa?

—Por favor, Sakura-chan.

—¡Enseguida!

Y sin más la chica salió corriendo de una manera un tanto extraña.

—Tiene demasiada energía contenida en un cuerpo tan pequeño —comentó Sasuke con algo de apatía.

—Supongo que se debe a que tiene un novio con “demasiada energía”. Deberías de conocerlo, es tan extremo.

—Tienes amigos muy raros.

—Tal vez los amigos que tú tienes son demasiado amargados.

Sin saber porqué Sasuke comenzó a sentirse fastidiado.

—Te aseguro que tus amistades son las extrañas. ¿Disfraces a los 18 años? Que inmaduro de su parte —dijo el azabache.

El rubio se levanto y golpeó la mesa con las palmas de las manos, llamando la atención de la gente en el proceso. Enseguida se acercó a Sasuke.

—¡Jodido bastardo Uchiha! —soltó con rabia Naruto—. Deja de ofenderles.

Oh, aquí iban, Sasuke se levanto de igual manera, luego tomó el cuello de la camisa del rubio con rabia y estuvo a punto de replicar cuando una tos fingida les detuvo.

—Vamos, vamos, aún no sé casan y ya están teniendo peleas matrimoniales.

Naruto volteó, encontrándose con Sakura, la cual tenía un sonrojo en el rostro y sostenía una bandeja con postres y dos tazas de café. Con temor se alejó de Sasuke, lo suficiente como para que la mentecilla macabra de su amiga no ideara cosas. Fujoshi. Si hubo algo que a Naruto siempre le asusto de su amiga era que ella tenía un terrible gusto por lo BL. Tanto que aún recordaba la frase que a todos los había dejado un tanto… perturbados: “No me importaría que mi novio me engañase con otro hombre… lo imperdonable sería que no me dejara ver cómo me engaña”.

—Gra-gracias Sakura-chan. —Naruto tomó la bandeja para que la otra saliera de su ensoñación.

—Claro, cualquier cosa me tienen aquí —arrulló Sakura e hizo una reverencia para después irse.

—¡Hey, idiota rubio!

Naruto miró a  Sasuke. Debido a su enojo hizo seña con el dedo medio mientras sacaba le mostraba la lengua.

Por su parte el azabache agarró la mano del rubio y mordió el dedo del chico. Esperando que su prometido no volviera a hacer tales señas. Las maids que iban pasando por ahí se quedaron viendo la escena, bastante encantadas de la vida y al borde de un colapso mental por tanto amor.

—¡¿Qué te pasa, bastardo?! ¡¿Me quieres dejar sin dedo o qué?!

—Deja de hacer ruido y siéntate, fue tu culpa por hacer ese tipo de seña.

Naruto hizo un puchero y luego se puso a refunfuñar incoherencias. Tomó asiento mientras miraba su dedo con lastima, se lo llevó a la boca y lo beso.

—No morirás mi pequeño, Uchiha bastardo no te ha hecho daño letal —susurró el rubio a su dedo.

Sasuke se dio un golpe en la frente. El sol les había hecho demasiado daño a ambos, prueba de ello era su irritabilidad.

—No digas estupideces —regaño el Uchiha.

—Tú no me mandas. Y deja de ser tan aburrido… ¡oh, es cierto, lo olvidaba! Es sólo que eres demasiado viejo como para poder saber cómo divertirte adecuadamente.

Sasuke se levanto bastante enojado, agarró de la muñeca al otro, y lo jaló fuera del lugar, no sin antes aventar unos cuantos billetes a la mesa. 

—No vamos a seguir discutiendo en un lugar público, Naruto, compórtate un poco más.

—El único que no se está comportando aquí eres tú, me estas lastimando imbécil.

Cuando Sasuke notó que la muñeca del otro estaba ganando un color rojizo con rapidez se sintió como un idiota. Su agarré se hizo más débil y finalmente poco a poco le soltó para después deslizar sus dedos y tomar la mano del chico.

—Será mejor que te llevé a casa, no creo que este sea el día adecuado para tener una cita.

Naruto estaba de acuerdo. Quería llegar a su casa y descansar. No supo en qué momento comenzó a dolerle la cabeza, probablemente por eso su buen humor había desaparecido.

Consejo de Sasuke para Sasuke: Nunca intentes tener una cita después de ir a comprar un videojuego con un rubio irascible  y haber estado cinco horas parado bajo el sol quemándote las neuronas, sólo conseguirás caos.  

Segundo día de observación

Nota: Los donceles son aún misterio sin resolver para mí.

Faltaban veinticinco días antes de la boda y ocho días antes de que se anunciara que se casaban. Segundo intento de cita fallido porque en vez de estar afuera con Naruto, estaba ayudando a Kushina a convencer al rubio cabeza hueca para que saliera y fuera a hacerse un chequeo médico.

—¡Lo siento, Sasuke! Y tú que te tomaste la molestia de venir a ver a mi hijo.

—Está bien Kushina, no se preocupe. Le aseguro que en algún momento Naruto querrá o tendrá que salir.

—Sasuke, te aseguro que mi hijo no saldrá de su cuarto, no por su propio pie. Es muy terco, si en días que no tiene cita con el médico nos es prácticamente imposible sacarle porque está viendo algo nuevo o estudiando no sé qué cosa, cuando le dices que hay cita con el médico te declara la guerra —explicó la mujer con un semblante preocupado.

El azabache miró con algo de duda a la mujer.

—¿Por qué Naruto tiene que ir al médico? ¿Está enfermo? No lo entiendo.

—Porque bueno… es debido a su condición. Si él quiere tener un hijo en futuro debe de mantener una buena salud desde ahora.

—¿Así que es normal que esté visitando el hospital?

—Desafortunadamente sí. Después de todo él nació con una condición diferente a la de muchas personas. Recuerdo que incluso hubo un tiempo en el que tuvimos que llevarlo con el psicólogo porque le acomplejaba el hecho de que le llamaran doncel.

Sasuke frunció el ceño con suavidad.

—Cuando Naruto nació, mucha gente dentro del hospital quería verlo porque nunca antes habían visto a alguien con sus características. En aquel entonces los casos eran extraños, mi pequeño fue de las primeras generaciones de personas que no podían ser catalogados como hombres o mujeres. Tenían una condición de intersexualidad*, estaban más allá de ser sólo andróginos. Pero a pesar de todo, aún suenan en mi cabeza aquellas palabras que el doctor nos dijo: su hijo es un bello y sano ser humano.

—Entiendo…

Kushina miró a Sasuke.

—Quiérelo mucho. Sé que mi hijo podrá no ser el mejor partido para ti… pero…

—Todo está bien —dijo Sasuke.

—Dios… y pensar que su condición lo llevó a ser un otaku —murmuró Kushina.

—¿Eh? —soltó el Uchiha.

—Oh verás… nuestro Naruto creció como si fuera un niño y cuando llegó el momento en el que el pudiese comprender lo que sucedía Minato y yo intentamos explicarle. Creímos que nuestro retoño negaría su naturaleza pero sólo lo acepto normalmente, sin gritos ni nada… o al menos eso creímos… No paso mucho antes de que comenzara a encerrarse y negarse a hablar con desconocidos. Meses después comenzó con su obsesión por el anime y todo eso. A pesar de todo, mi esposo y yo no creímos que fuera algo malo, después de todo él parecía realmente feliz con el estilo de vida que adquirió.

—¿Eso no suena como una acción impulsada por un instinto de autoprotección?

—Podríamos decirlo de esa manera. Pero regresando al tema, al momento de que le hablamos de su situación tuvimos que mencionar que si llegaba a embarazarse tendría que tener mucho cuidado pues su embarazo sería de alto riesgo ya que su cuerpo no está tan preparado como el de una mujer… y si lo pensamos bien, incluso hay mujeres que tienen muchas complicaciones cuando están en espera de un bebé. Los chequeos le recuerdan eso y logran asustarlo.

—Suena problemática la situación, y puedo entender un poco su miedo, digo, cualquiera se asustaría si le dicen de la nada que su vida no es tal y cómo la pensaba... ¿Así que Naruto debe de ir a que le revisen por si en un futuro se embaraza?

—En parte, sí. Pero por ahora debemos de arrastrarlo hasta el hospital porque tiene muy mala alimentación. ¡A veces sólo come ramen durante días! ¿Cómo espera crecer más y ponerse más guapo si no se cuida?

Sasuke sonrió ante lo último dicho por Kushina, la atmósfera se había tornando un poco pesada cuando su futura suegra le estaba contando sobre Naruto pero ahora ya se sentía normal.

—¡Entonces saquemos a ese rubiales de su cuarto! —gritó Kushina, decida.

—Sí, Kushina.

—Sasuke, llámame mami, después de todo pronto serás mi hijo en ley —le dijo la pelirroja con una sonrisa de esperanza.

—Mami —susurró Sasuke con un notable sonrojo.

Kushina soltó una risilla al ver logrado su cometido.

Caminaron a la habitación de Naruto con ánimos renovados.

—Vamos Naru-chan. Sal de ahí. —Intento convencer Kushina desde afuera.

—¡He dicho que no, madre! ¡No iré al médico! ¡Déjame aquí! —contestó el rubio.

—Naru-chan, llámame mami.

—¡No!, se oye raro, mamá.

Antes de que Sasuke pudiera hacer algo vio como su futura suegra pateó la puerta con una fuerza impresionante. Abrió la boca ligeramente. ¿La puerta estaba rota?

—Naruto… no quería llegar a esto pero me has obligado…

—¡No! —gritó el rubio escandalizado mientras corría a la cama; se aventó sobre ella y aferró sus dedos al colchón y sábanas.

Por su parte la mujer sonría macabramente. Tomó por los pies a su hijo para jalarlo.

—Vamos, Naruto… —gruño Kushina.

El rubio gimió, sus nudillos comenzaron a ponerse blancos por el esfuerzo. No se iba a soltar, de verás que no.

Sasuke sólo podía ver la escena con confusión.

En algún momento el colchón se elevó, Naruto lo soltó por el miedo de que éste se girara y lo lastimara pero tomó la decisión demasiado tarde pues segundos después él ya estaba en el piso, el colchón se había volteado y le había caído encima.

Kushina siguió jalando de los pies a su hijo sacarlo. Inconsciente, claro, pero lo que contaba era la intención.

Sasuke sólo movió la cabeza negativamente. Se acerco hasta donde estaba Naruto y lo cargo. Notó que el chico era demasiado delgado para su propio bien.

¿Qué sería del futuro Uchiha Jr. si Naruto seguía comiendo de esa manera tan precaria?

—Vamos Sasuke, es ahora o nunca.

Finalmente, después de todo un drama, salieron de la casa para ir corriendo, literalmente, al hospital.

El rubio sólo dio señas de despertar cuando se encontraron en el consultorio. No tardo en darse cuenta de donde estaba. Comenzó a correr en círculos mientras pedía salir.

—Madre, eres tan cruel.

—Tú lo quisiste así, Naruto.

El menor observo a Sasuke en el consultorio.

—¿Qué hace el Uchiha bastardo aquí?

—Naruto…

—Perdón madre, perdón, ¿qué hace mi querido Sasuke aquí?

—Esta acompañándonos, él te trajo cargando hasta aquí para la cita.

—Sasuke, eres un traidor…

—Lo siento, pero tu madre sabe lo que hace.

—Sasuke. Dime mami.

Sasuke se sonrojo, la situación le parecía tan incómoda. Al parecer Kushina disfrutaba de ponerle como un tomate. Y como no ganaba nada peleando, terminó por simplemente asentir.

—¡Naruto! ¡Kushina!

Una voz femenina saco a los tres de su conversación. Miraron a una mujer que acababa de entrar, una rubia de cuerpo envidiable.

—Abuela Tsunade… ha pasado tiempo —saludó el rubio con un aura depresiva.

Sasuke se sorprendió. No todos los días se veía que alguien llamara una mujer que lucía joven, abuela.

—Parece que al fin te trajeron por la fuerza, rubiales cabeza hueca, no cabe duda de que heredaste los genes estúpidos de tu abuelo y tu padre. Kushina ha pasado un tiempo, espero que estés bien. —La mujer miro al azabache examinándolo—. ¿Así que tú serás el yerno de Minato? Nada mal muchacho.

Los presentes asintieron con la cabeza, aunque no por los mismo motivos.

Tsunade comenzó con la consulta, peso, midió y preguntó sobre diferentes cosas a Naruto. Los resultados fueron los que Kushina esperaba: su hijo estaba bajo de peso por lo que tendría que comer mejor y también dormir más porque las ojeras que se cargaba delataban la falta de sueño.

—Quítate la camisa, Naruto.

—¿Eh? No quiero, que se salgan mi madre y Sasuke.

—Naruto, tu madre te vio desnudo toda tu niñez y Sasuke se casara contigo así que te quitara más que la camisa. ¿Realmente tiene sentido que se vayan? Será algo rápido.

Tanto el azabache como el rubio se quedaron de piedra por un minuto. Naruto gruñó y procedió a quitarse la camisa, revelando que si bien estaba delgado no lucía mal. Se sonrojo con fuerza y Sasuke pudo entender por primera vez porque la gente decía que los donceles podían ser bastante bellos.

Tsunade se acerco a su nieto y pidió permiso al chico para poder tocarlo. Éste asintió y se dejo que su abuela tocara donde era necesario.

—Bien terminamos, puedes ponerte la camisa.

—Sí, abuela.

Después de varios inconvenientes más terminaron por salir del hospital.

Sasuke pensó que el mundo era cruel. Su intento por salir con Naruto de nuevo había fallado.

Consejo de Sasuke para Sasuke (recordar muy bien éste si quieres preservar tu vida): Nunca contradigas a tu suegra, más si es pelirroja, se llama Kushina y tiene una fuerza monstruosa.

A las suegras siempre se les aplica el lema de los centros comerciales: “El cliente siempre tiene la razón”. Siendo más específicos se podría decir que “tu suegra siempre tiene la razón”.

 

Notas finales:

Bendiciones (?) Que el dios de lo gay les acompañe.

Disfruten su fin de semana.

Au revoir.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).