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Idea Furtiva por ALICE15

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Notas del fanfic:

Bueno, que les puedo decir, aparte de que ojalá les gusté y a leer nya.

Notas del capitulo:

Es el primer cap de no muchos eso si, pero la verdad solo tengo planeada hasta cierta parte no se cuan largo vaya a quedar todo, me quede hasta las 5 de la mañana haciendo esto, pongo horario, hoy es legalmente jueves, pero actualizo lunes punto. Gracias y a leer.

Capítulo I

Sentía un filtro gris sobre la realidad frente a mis ojos, era una tarde insípida en la cual un chirriante viento helado, pero fino, nacía tímidamente más allá del único horizonte que conocía en ese entonces. Justo ahora, cuando recuerdo tantas cosas que marcaron un invierno particular a mis quince años. Pienso en la manera tan intensa en que aquellos sucesos repercutieron en mis años hasta hoy, ya con veintitrés sobre mis hombros. Todas las memorias que poseo están grises, ya sea porque así las ve mi cerebro en la dorada bóveda en la cual las tiene almacenadas, o por el polvo que, estos ocho años pasados acumularon sobre ellas. Dichos recuerdos tienen también un inicio y como todo en esta vida, un final. Ellos se desenvuelven en el pueblo donde crecí, unas seis vueltas del planeta alrededor de nuestro sol antes de esta historia. Era una tarde en la cual me faltaban ganas, regresaba de una escuela en la que no tenía ni un amigo, razón de esto, muy simple, mi único amigo, el que lo fue toda mi vida desde que nacimos, se había suicidado el verano pasado en vacaciones, su nombre era Andrew. Sus razones para ello me habían vuelto alguien desconfiado de todos y reacio a hablar, ya ni a mis padres les dirigía palabra alguna. Él, antes de morir, cosa que hizo colgándose en la sala de su casa con una cuerda de saltar... más adelante la explicación de por qué la tenía, antes de abandonarme me mando un email, aproximadamente a las tres de la tarde, para morir a las tres y media. A esa hora regresaba su hermana mayor, de 20 años en ese entonces, Leslie, la cual trabajaba de una de la tarde a tres en una cafetería mientras iba a la universidad en una carrera técnica de medio tiempo. Andrew había estado escribiendo su breve carta durante treinta minutos antes de atarse la soga al cuello, subir en una banca del mini bar de su casa de tres plantas, sin contar el sótano o "cueva de hombres" como la llamaba su padre. La silla que uso era más alta de lo normal, eso le facilitó atar el otro extremo de la cuerda en una de las tres columnas de madera horizontales de la sala de su hermosa casa antigua, pero bien mantenida. La columna que resistió su peso sin problemas, pateo la silla y se quebró el cuello al instante. El email contenía únicamente un archivo en Word y un link de una página web que desconocía, en el archivo estaba la carta. Adjunto el archivo en cuestión.


"Querido Giovanni:

Cuando leas esto, sabiendo que tú nunca revisas el correo (eso era cierto) posiblemente esté muerto o de lo contrario estaré como un maldito idiota hospitalizado, por que mi hermana me encontró aún con algo de vida. Sí por mi suerte es el primer caso, eres al único al que le debo alguna explicación. Sé que tal vez te sientas solo, sí tú fueras  quien tomara mis decisiones, también lo estaría yo, pero ya no quería seguir arrastrando los pies detrás de ti. La verdadera razón para mi novedosa falta de voluntad y depresión fue la ocasión en la cual me revelaste algo que desearía no haber sabido, la culpable de todo lo malo, es sin dudas Candace. La chica rubia del salón de la que confesaste estar enamorado. No sé sí solo me lo dijiste a mi o no, pero no me sorprende, ella con su cara delicada, su cuerpo frágil, sus ojos verdes detrás de esas gafas, era una de las chicas más calladas del salón y también una a las cuales más se las molestaba, pero te fijaste en ella. Eso me dejó destrozado, ya desde mucho estaba mal, por el hecho de que jamás te enteraste que yo era gay y todo este tiempo había estado enamorado de ti. Eras con quién había compartido casi toda mi vida y a quién más temía contarle ese penoso secreto, me avergonzaba mucho y no podía con la sensación, hasta hoy, que te escribo esto. Ya no puedo guardarlo y prefiero llevarlo a la tumba que decirlo. Te amo, más que a nada y como sé que colgarse un millón de veces es mejor a verte hablarle a Candace, me despido. Espero no me odies.

Firma Andrew”

Ciertamente en un principio estaba más que atónito, pero luego las lágrimas bajaban, había visto ese email 6 días después de saber lo que le había pasado, por curiosidad, más eso era una sorpresa, esa carta me había revelado 2 cosas. Que mi mejor amigo, alguien a quien pudiera haber amado sin pena, estaba enamorado de mí. Aún hoy, cuando lo imagino declarándose, sé que le hubiera rodeado con mis brazos y plantado un beso en esos labios cuya forma y color recuerdo muy vagamente, le hubiera dicho que lo amaba también. No estaría, para nada, donde estoy hoy. La segunda cosa era que, en lugar de culparme a mí, quién tenía la carga absoluta, culpo a una chica que solo término gustándome una semana después de revelárselo. Lo cual fue una semana antes del suicidio. Esa semana salimos a una tienda de deportes y en lugar de comprar un balón de basquetbol como era el plan, gastamos el dinero o al menos una parte de él, en una cuerda de saltar bastante curiosa. Ya que no nos alcanzaba para nada más, fuimos a un parque amarramos el otro extremo a un árbol y saltamos la estúpida cuerda por turnos durante horas, aunque yo no sabía cómo y fallaba cada tres saltos, no importaba nada, solo estar allí. Seguramente nos veíamos como unos niños inmaduros, pero la pasamos increíble, hasta que me dijo.

—Tengo algo que decirte —asentí y le dije que yo también tenía algo que decirle a él —. Primero tú.

Continuó, asentí y me senté en la banqueta que daba a la gravilla del parque

—Me gusta Candace, de nuestra clase— dije sin vergüenza.

En ese momento una sonrisa, que pareció muy real, creció en su expresión, sus ojos se iluminaron. Le pregunten que tenía él para decir, pero insistió en quedarse imaginado como me declararía a esa chica y como ella aceptaba. Estuvo conmigo hasta la noche, ahora me doy cuenta que no iluminaron sus hermosos ojos cafés, sino que se humedecieron y que había arruinado su propia confesión. Esa misma cuerda acabó con su vida dos veces, y fue mi culpa. Jamás le dije a nadie y no pienso decirle a nadie lo de la carta. Es algo que me llevare a mi tumba. El link de Internet que también estaba incluido, al abrirlo era una nube de Internet que había sido usada para guardar unas imágenes, fotos de mi Andrew y yo juntos. Todos los meses que siguieron, sentía que todos querían saber más de su muerte, pero había jurado guardar su secreto, así que no decía nada y preferí dejar de hablar. No tuve una charla real con alguien casi un año entero, por lo que mi madre perdió el interés en mí y se concentró en mi hermano, el cual tenía 2 meses cuando cambié. Prácticamente era su nuevo Giovanni, alguien con quién no fallaría como madre. A mi padre solo se le gastaron las ganas de intentar recuperarme, fue el único ser al que le seguí importando, en la escuela, la gente con la que hablaba y no era tan cercana a mí, terminaron olvidándome porque yo no les hablaba nunca. Poco me importaba, estaba muy distraído culpándome a mí mismo por destruir mi vida y la de Andrew, hasta ese día que ya no sabía dónde estaba la línea que separa mi vida de lo que era antes. Llegué a casa y solo estaba mamá cuidando a su Nicolás de 1 año e ignorándome del todo, Fui a mi cuarto y comencé a tirar mi tiempo en línea en la computadora, hasta que mamá tocó a mi puerta, cosa rara, me dijo con algo de tristeza en la voz.

—baja, tenemos que hablar.

Le hice caso, puesto que debía ser algo muy importante como para romper su silencio a mi persona. En la sala mientras Nicolás jugaba en una esquina, se sentó frente a mí en los sillones de color morado oscuro, me vio a los ojos y llorando comenzó a hablar.

—Tu padre murió en un accidente de tráfico mientras estabas en clase. Murió al instante cuando le chocaron atrás a gran velocidad, solo me llamaron a la morgue a reconocer el cadáver. Lo supieron por su carnet de conductor en la guantera.

Así fue como suspire, me puse de pie, puse una mano en el hombro de mi madre antes de caminar a mi cuarto y encerrarme.

—así que ahora estoy completamente solo.

Me dije antes de acostarme a dormir, cosa que hacía para escapar de mis emociones cuando estaba al borde de comenzar el llanto o a golpear cosas de la rabia. Me dormí de inmediato, pero en mis sueños estaban Andrew y papá lado a lado, a una distancia impasable, corría y corría, pero jamás pude tocarlos, se habían ido para siempre.


Continúe siendo el mismo despojo de hombre que había sido hasta ese día, pero con el doble de problemas y la mitad de palabras que antes. Las tardes las pasaba en el parque de aquella vez con mi novio, que era la manera en la que comencé a llamar a mi difunto amigo en mi mente. Ya no soportaba ver a mi madre llorar mientras alimentada a mi hermano, a veces aparecía Leslie por ahí y me saludaba, ese era todo el contacto humano que tenía, nada más. Luego, cuando los rayos del sol se iban, caminaba a casa lo más lento posible, aunque lloviese, truene o nieve, para encerrarme y dormirme lo más rápido que podía para no tener que llorar. Así hasta que una noche, cuando estaba a punto de apagar la luz de mi recámara, de paredes blancas, con un ventanal, una tele que permanecía apagada, una consola de un año sin usar, la computadora también algo olvidada, mi celular, que aún era recordado solo por el despertador para ir a la escuela, sonó. Tenía un mensaje de texto, pensé que era publicidad que la compañía telefónica, pero recordé que de ser así, no sonaría, ya que había guardado el número y puesto un timbre silencioso y sin vibración a este, debía ser alguien más, era un número privado, lo leí muy confundido.

“sé que fue un mal día, pero mira el lado bueno 1º sigues con vida 2º no has perdido nada hoy 3º mañana puede irte mejor sí sonríes un poco. ¿Qué tal sí me cuentas lo que hiciste? o ¿Sí me dices cómo te sientes, mejor? ¿Llegaste bien a casa? Bueno, sí estas muy cansado para hablar, ten muy buenas noches Giovanni.”

¿Quién rayos podía ser? nadie de mi clase tenía mi número, mi madre estaba abajo puliendo su nuevo pasatiempo, el alcohol y Nicolás apenas tenía uno y medio de edad, ¿Leslie? o tal vez...

Notas finales:

y que tal? Bueno como esto es una idea muy querida por mi parte la seguiré por gusto y la subo por que me parece genial jajaja, dejen rw para reportar su sensual presencia y manden chocolate psicológico para mostrar que les gusto, hasta el lunes y... Pues eso bye!


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