"Lluvia, lluvia y más lluvia, tal y como me gusta."
-Decía al tomar un sorbo de la taza en frente de él.
Xiao Luhan, un chico de belleza singular, rasgos faciales hermosos y una sonrisa encantadora, en pocas palabras, el chico podría ser el partido ideal de cualquiera, no había persona que se resistiera a él, cosa de la cual ha estado harto por varios años.
Todos lo adoran por cómo es en el exterior, pero nadie se ha molestado en conocer su interior, como es realmente.
Muchos dicen que lo más hermoso de él son sus brillantes ojos, pero si se molestaran ver mejor, notarían el gran vacío que hay en ellos.
Se encontraba en el café de siempre a unas pocas cuadras de su departamento, admiraba la lluvia caer desde su asiento preferido localizado en el fondo del café y al lado del gran cristal con vista hacia la calle más transitada por compradores, el café estaba en un buen punto de comercio en la ciudad, miraba como las figuras de las personas se esparcían por todos lados huyendo del agua caer.
Siempre obtenía descuentos al ordenar su café, otras veces lo obtenía gratis de parte de la casa, todo dependía del estado de ánimo de su mejor amigo y dueño del susodicho café, Kim Minseok.
Xiumin, baozi, min min, entre muchos otros apodos ridículos, esa es la manera en que Luhan le demuestra su cariño.
Este día no era nada extraño, uno sin mucho en particular. Todo iba según su rutina y solo podía ahogar su melancolía en los pequeños sorbos de ese café tan exquisito que aun fuera amargo, no igualaba la amargura que sentía en su interior por solo tener personas en su entorno que solo se interesaban en su exterior y no en su interior.
Ese dia mientras veía las personas huir de las gotas de lluvia como si estas fueran a derretirle o hacerle daño, una extraña y no conocida voz llamo o mejor dicho, cautivo su atención desde lo lejos.
Un chico de porte elegante, pero de un porte que denotaba ser más joven que él, no se puede negar que luce bien en su traje y al parecer es un recién empleado porque no lo había visto en todo el tiempo que tenia visitando dicho café.
Mientras toma de su café, distraído y tratando de escuchar a conversación ajena a si, noto que al terminar el chico de colocar su delantal con la ayuda de una chica que ya si llevaba tiempo trabajando aquí, el levanto la mirada hacia Luhan y se encontró con que igual le estaba mirando. Todo ocurrió en un pequeño lapso de tiempo, un sorbo mas y el café hubo terminado.
Una cálida sonrisa, un lindo gesto. Solo un segundo. Todo quedo paralizado por el momento y hasta los sonidos eran imperceptibles para cualquiera que se encontrara encerrado en esta burbuja. Todo volvió a la normalidad cuando el chico volvió su mirada hacia las manos que realizaban un pequeño lazo en su delantal y luego dedico una cálida sonrisa a su compañera.
Ese día Luhan no sabe qué fue lo que sintió, pero igual tenia deseos de sentir más y la intriga cada vez crecía y crecía sin parar… solo por saber más.
“¿Quieres algo más?, Noto que has terminado tu café…”
-Fue sacado de sus pensamientos al escuchar una vez que si le era familiar. Levanto la mirada y puso ver que Xiumin era quien le dirigía la palabra.
“si… digo, no… gracias, esta todo perfecto”
-Por un instante respondió ante su impulso por querer saber más, pero tenía que mantener todo en calma y no dejarse llevar se simples cosas.
“me alegra que estés satisfecho, no dudes en decirme si necesitas alguna otra cosa. Por cierto, ¿Me esperarías para irnos juntos hoy?, me gustaría que fuéramos a tomar unos tragos de amigos. Estoy realmente cansado y quiero distraerme.
-Decía Xiumin con su clásica y divina sonrisa un tanto nerviosa, pero igual de insuperable.
“¿Estas consiente que está lloviendo allá afuera?”
“Si lo estoy, pero igual tengo paraguas para los dos”
-Con esas palabras logro convencer a Luhan de ir por unos cuantos tragos después de cerrar el café, por suerte este no cerraba tan tarde.
Mientras Luhan esperaba a que su mejor amigo terminara sus labores y fuera despidiendo a sus empleados, noto que ya eran las 9:35 de la noche, la lluvia afuera estaba calmada y ya las personas no correteaban de un lado para otro en busca de refugio. Se podían ver unos cuantos bajo su paragua y unos que otros refugiados en sus propios abrigos.
“Ah… porque acepte…”
-Suspiro mientras veía por el cristal de la ventana. Se levanto de su asiento con deseos de pasar al baño. Tanta espera le disgustaba un poco y al mismo tiempo le cansaba.
Ya llevaba dos tazas de café, sin contar lo que anterior mente había tomado, camino con sus manos metidas en los bolsillos de su pantalón un poco ajustado. Amaba llevar esos rasgados pantalones blancos. Mientras su destino era llegar al baño, su mirada no se despego del piso en madera que adornaba el rustico y a la vez novedoso Café. Justo cuando estaba por entrar al baño, levanto la vista encontrándose con aquel chico que aun no sabía su nombre.
Ambos se apartaron hacia el mismo lado para permitir que el otro pasara, Luhan hacia la Derecha y el chico hacia la izquierda. Ambos volvieron a mirarse y otra vez hicieron lo mismo pero para el otro lado. Ambos no pudieron aguantar una pequeña risa espontanea y el chico decidió permanecer en su lugar mientras hacia el pequeño gesto para que Luhan pasara.
“Lo siento… fue un poco divertido”
-Decía el chico mientras Luhan reía para sus adentros y mantenía sus ojos escaneando discretamente las facciones del chico.
“Está bien, descuida…”
-Esbozo una sonrisa de los labios de forma más cortés posible.
“Por cierto… ¿Me podrías decir tu nombre?... claro, sino es mucha molestia”
-La curiosidad carcomía sus huesos y no se quería ir sin saber por lo menos su nombre.
“SeHun, mi nombre es Oh SeHun”
-Una pequeña sonrisa se dibujo en sus labios al momento que pronuncio su nombre.
“Oh… gracias por decirme tu nombre”
-Se giro sin darle tiempo a que dijera nada y entro a uno de los divisores del los escusados.
“Sehun, el jefe dijo que nos podíamos ir tempranos… ya los clientes están escasos debido a la lluvia y la ventisca fría que azota el ambiente”
Se podía escuchar la voz de la chica de antes decirle a Sehun y este solo afirmo a su respuesta.
“Está bien, iré por mis cosas…”
Sehun se volteo por unos segundos a ver hacia el lugar a donde había entrado el extraño y decidió proseguir con su camino. Mientras, Luhan escuchaba como la voz de Sehun se alejaba y puso respirar justo después de que ya no pudo escuchar mas.
No es un nombre extraño, ni mucho menos tan hermoso, pero en su interior sintió algo extraño y especial… el solo saber el nombre de el chico le lleno un poco ese espacio que yacía vacio.
Después de que todos estuvieran fuera y que el café estuviera cerrado, ambos salieron cubriéndose un poco de la ventisca fría. Gracias a Dios que ya la lluvia se había detenido.
“Oye… estas muy ausente… ¿Te pasa algo?”
-Decía Xiumin mientras la vista de su mejor amigo se encontraba en un lugar perdido. Ambos caminaban hacia un lugar conocido, un lugar donde tomar unos pocos tragos para calentar la húmeda y fría temperatura.
“¿Eh?... ah… no, nada… solo me la he pasado pensando en cosas…”
-Le dedico una sonrisa para que su mejor amigo no se preocupara.
“¿Estás seguro?...”
“Si, no te preocupes lindo boazi…”
-Entre risas le saco la lengua y eso hizo que Xiumin disipara la preocupación que albergaba en el al ver a su mejor amigo en dicho estado.
Ambos tomaron unas cuantas cervezas y para finalizar un trago corto de whisky. Ya cuando era hora de salir hacia sus casas, ambos se despidieron y entre disputas terminaron acordando que iban a pagar la cuenta entre los dos, porque Xiumin no quería que Luhan pagara ya que él le invito para que le hiciera compañía.
Ya estando en su cama, boca arriba… su mente divagaba en cosas del pasado. La mente de Luhan se veía nublada por restrojos del pasado que aun le daban vuelta a su entorno solo para molestar. No podía creer el sinnúmero de personas que se había acercado a él y solo una persona se había interesado en conocerle de verdad, en conocer que había detrás de esa “perfección” ante los ojos humanos.
“La humanidad es una basura… solo importa lo que se ve, lo otro es restos que sobran…”
-Soltó en un susurro antes de quedar profundamente dormido.
Al día siguiente, el clima estaba tranquilo, odiaba tener que despertar temprano para trabajar a medio tiempo en un primer trabajo y luego ayudar en un segundo solo para compensar los gastos que conllevaban el diario vivir.
Ir al Café de Minseok era su única manera de salir de su entorno monótono. Lo que tanto le hastiaba.
“Disculpe… ¿Qué va a ordenar hoy?”
-Luhan se encontraba sumergido en el panorama de las personas mientras estas pasaban por el frente del café, algunas iban hacía sus casa, otras se detenían y entraban al café, y otras tenían un destino incierto.
“¿Disculpa?...”
-Dirigió la mirada hacia quien le preguntaba y sus ojos dieron con aquel chicho…Sehun. Este le estaba pidiendo algo, pero aun no podía entender.
“¿Qué desea ordenar?...”
“¡Ah!... lo siento… quiero un café y un croissant, por favor”
-Sehun anoto la orden y le dedico una sonrisa antes de irse por la orden.
Mientras luhan esperaba por su orden, dejo escapar un pesado suspiro que no fue pasado por alto por aquel chico a lo lejos. Sehun tomo la orden al igual que el atrevimiento de sentarse en la mesa de Luhan.
“Disculpa… la otra vez me preguntaste mi nombre, pero aun yo no sé tu nombre”
-Luhan se encontraba un poco atónito al encontrar que su orden estaba frente a él, pero no era lo único que se encontraba frente a él.
“Oh, lo siento… fui descortés. Mi nombre es Xiao Luhan, Frecuento el lugar porque…”
“… eres el mejor amigo del jefe”
-Sehun termino la oración de Luhan y ambos sonrieron. Luhan agacho un poco la mirada, extrañamente sonrojado.
“Al parecer sabes de mi, aun que no sabias mi nombre”
“No tanto, solo me entere por suzy… ella me dijo que eras el mejor amigo de mi jefe”
-Luhan tomo la taza con sumo cuidado y dio un pequeño sorbo.
“sabes… extrañamente algo de ti me llama la atención”
-Casi Luhan expulsa el café al escuchar al chico. Tomo una servilleta y la paso por sus labios tratando de disimular el que casi se ahoga.
“¿A qué llamas algo?”
“No sé, solo me gustaría ser un poco más cercano”
“A ver… ¿Qué te interesaría saber de mi?”
“Cosas como, tu edad… que te gusta… que no te gusta…”
-Se explicaba Sehun mientras trataba de no parecer muy invasor al espacio ajeno.
“Tengo 25, me gusta el café, el arte, cantar y un poco del futbol. No me gusta la hipocresía y que me utilicen”
“…”
-Sehun no encontraba que decir ante la desprevenida respuesta del mayor. Recién se había enterado que era mayor que él.
“Ahora tu”
“Bueno, tengo 21, no me gusta mucho el café, prefiero el te… me gusta cantar, pero más un poco en sentido del rap, la danza e igual no me gusta que las personas sean deshonestas.
-Luhan sonrió ante su respuesta.
“Al parecer eres mi donsaeng… interesante...”
Ambos entablaron una conversación un poco más en confianza. Luhan por fin sentía esa calidez que poco a poco le abrumaba mientras más le conocía y mientras más el se interesaba en su verdadero yo. Había sido la primera persona en tanto tiempo que no había mencionado su físico como primer factor.
A partir de ese día el iba a visitar el café, no solo por su mejor amigo y porque amaba el café de ese lugar, ahora tenía otra razón… hablar con él, hablar con Sehun.
“Buenas tardes Luhan”
“Buenas tardes Sehun”
-Ambos rieron mientras Luhan tomaba asiento y Sehun tomaba su orden.
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