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Silla Mágica. por MitcheKiller117

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Notas del fanfic:

No soy ChanYeol. No soy BaekHyun. No soy ninguno de los personajes aquí mencionados. Soy solo una soñadora dispuesta a narrar, en su mayoría, locas historias de amor.

Notas del capitulo:

Aclaraciones:


—Diálogos.


"Pensamientos".


Advertencias: Cosas obsenas sin mucho sentido, fluff amoroso y mucha, mucha imaginación.

BaekHyun avanzó intentando parecer tranquilo y estable entre la multitud.

Los aeropuertos, pese a lo que muchas fans pudiesen llegar a pensar, no era de lo más grato o cómodo para ellos. Se sentían frustrados la mayor parte del tiempo, siendo molestamente revisados a cada rato, atareándose con el papeleo para salir fuera o mareándose con la siempre ruidosa multitud.

Pero más que harto de la muchedumbre que no tenía que hacerse a un lado simplemente porque él iba a pasar por ahí, BaekHyun estaba cansado.

Las promociones de Love Me Right habían terminado y él poco se había dado cuenta de ello. Los ensayos en el estudio no habían cesado. La grabación de trozos de canciones probablemente no necesitadas en el futuro tampoco. Baek no entendía demasiado la insistencia de sus jefes en explotarlos, pero acataba las reglas de sus superiores de todas formas.

De entre comercial y comercial, sesiones fotográficas muy elaboradas para revistas prestigiadas, entrevistas y largas jornadas de vuelo para conciertos, BaekHyun raramente se sentía libre de descansar, y ni pensar en las arduas horas que pasaba en el gimnasio quería.

No entendía como Minseok Hyung podía soportar tanto y seguir sonriendo por ahí, levantándose temprano cada mañana para arreglar su habitación antes de comenzar con su rutinario y exhausto horario. El mayor incluso tenía tiempo para despertar con un beso dulce a Chen… Iugh, BaekHyun todavía se preguntaba de dónde había sacado tanta suerte el dinosaurio ese.

Saludó a las fans amenamente durante un segundo y chocó su hombro contra el duro pecho de una persona mucho más alta. El castaño no necesitó girarse para saber de quién se trataba, el suave aroma de su colonia era más que suficiente.

ChanYeol colocó brevemente sus manos sobre sus hombros y redirigió su cuerpo por el buen camino, una breve sonrisa se dibujó en los labios del bajito y la multitud siempre tan observadora estallo en rugidos que involucraban el nombre de esa famosa pareja que tanto le encantaba.

El cubre bocas negro de Park no dejaba mucho a la imaginación y Baek esperaba que el suyo tampoco. Caminaron por un estrecho pasillo, y se perdieron de todos los ojos curiosos.

Sin querer desperdiciar un segundo más de ese agobiante día, el bajito atrapó una de las gigantes manos de ChanYeol entre las suyas y encontró un lugar para cada uno de sus dedos en los huecos que el otro abrió por inercia.

—Baek... — El gigante llamó su atención con voz profunda, aunque el aludido estaba más perdido en la calidez de su palma de lo que imaginaba.

JoonMyun, que les había tomado ventaja por el camino, los miró con el ceño fruncido mientras se aproximaban y ChanYeol sonrió nerviosamente, tirando de la mano de su adorable novio para que se diese cuenta de que lo que estaban haciendo no era grato ni bienvenido en lugares públicos como ese, la mirada del líder siempre lo decía todo, pero a BaekHyun siempre le gustaba mandar todo al demonio…

—Creí que habíamos hablado ya sobre la discreción, chicos.

—Thi Hyung… — SeHun carraspeó cuando se dio cuenta de la forma en que lo que había dicho había sonado y luego miro a sus mayores por encima del hombro. — Sí, Hyung, castígalos.

Baek le sacó la lengua infantilmente, nunca soltando la preciosa mano de su ChanYeol, pero colocándose la otra en la cintura para parecer una diva presuntuosa. —Lo que pasa, SeHun, es que tú nos tienes envidia.

El Maknae entrecerró los ojos mientras el bajito sonreía victorioso. JoonMyun suspiró, llevándose una mano a la cien y Park le dedicó una mirada de disculpa.

—¿Qué voy a hacer con ustedes? Baek, puedes follarte a ChanYeol dentro del avión si quieres, pero no fuera de.

El resto de los miembros comenzaron a reunirse a su alrededor y cuando SuHo vio la sonrisa creciendo en las mejillas de Byun, supo que debía aprender a quedarse callado y preguntar a Yixing qué hacer antes de hablar la próxima vez.

 

 

---

 

 

—¿Conoces las sillas de masajes, gigante?

El que se dio por aludido al apodo lo miró desde arriba, acomodando una pequeña maleta en la repisa sobre sus cómodos asientos, porque sí, les habían pagado primera clase esa vez.

BaekHyun se había sentado prácticamente al poner un solo pie dentro del avión, ChanYeol intentaba entender que el chico debía estar aún más agotado que él con las rutinas que debía seguir en el gimnasio, pero Baek también le había lanzado su maleta para que se hiciese cargo de ella y aunque era ligera y personal, el alto también tenía ganas de gritar que necesitaba un descanso.

—Las conozco, Yoora se compró una para navidad — comentó con monotonía, deshaciéndose del cubre bocas y frotándose el cuello con una de las manos, creando círculos sobre su piel para relajarse — el caso es que la suya salió defectuosa, ahora es solo un sillón más esperando por nosotros en casa.

El bajito hizo un puchero con sus bonitos labios y pataleó un poco a modo de berrinche, ya se había imaginado él lo increíble que la pasaría cuando visitase la casa de los padres de su novio la siguiente temporada.

—¿Por qué los asientos en primera clase no cuentan con masajes automáticos?

ChanYeol río, inclinándose un poco para despeinar cariñosamente al mayor. —Son asientos de primera clase en un vuelo, Baek, no un boleto VIP en un spa.

El castaño apartó su cabeza del agarre de las gigantonas manos de su novio y estiró brazos y pies levantándolos hacia enfrente. — Pues yo necesito uno de esos. Y una silla mágica o algo…

Finalmente tomando asiento a su lado, no sin antes dedicarles una mirada ansiosa a Minseok y Chen que se besuqueaban animadamente en el asiento de atrás, ChanYeol suspiró y buscó la delicada y suave mano de su pareja. — Baek, cielo… Deberías dejar de…

Moviendo las orejas graciosamente casi como si se tratase de un perro, el bajito se incorporó en su asiento y comenzó a negar inmediatamente. — ¡No! ¡No  lo repitas, Park ChanYeol, ya habíamos hablado de esto!

Cuando se cruzó de brazos infantilmente, el gigante rodó los ojos y continuó como si el otro no hubiese comenzado con sus espantosos gritos a perturbar la paz del resto de sus compañeros.

—Estás cansado y tú no necesitas ir al gimnasio, ya te lo dije.

El mayor lo miró fijamente con el ceño fruncido antes de recargar la barbilla en el respaldo del asiento. Se había sentado con las rodillas flexionadas en su espacio y ahora miraba pervertidamente hacia atrás, haciendo oídos sordos de las palabras de su novio.

Park se recargó hacia atrás, esperando el momento en que Baek fuese golpeado por Chen debido a lo mucho que los estaba mirando, pero cuando un par de minutos pasó y el momento no llegó, se giró también, sintiéndose un poco alarmado.

Lo que vio lo hizo pasar saliva ruidosamente, pero tampoco hizo ademán de volverse.

JongDae estaba prácticamente sobre su Hyung, devorando con gracia su cuello y ya habiéndole desabotonado los primeros botones de la camisa. Minseok tenía los ojos cerrados y aferraba sus manos a los asientos negros de cuero, moviendo la cabeza de izquierda y derecha, mordiéndose los labios con fuerza para mantenerse callado, aunque ni a oídos de Baek ni a los suyos pasó desapercibido el gritito que pegó cuando Chen deslizó su boca dentro de la camisa.

Sonrojado y repentinamente acalorado, el de orejas grandes se giró y tiro del brazo de su pequeño para que volviese a sentarse correctamente sobre el asiento.

BaekHyun permaneció un momento mirando el respaldo del asiento de enfrente.

ChanYeol podía sentir las cosquillas bajando de su estómago hasta su parte baja. Todo era culpa del siempre caliente JongDae que andaba por la vida pervirtiendo a Minseok Hyung en los lugares más públicos y peligrosos, BaekHyun siempre se quejaba del hecho de que JoonMyun jamás encontraba las palabras para regañarlos a ellos.

—Deberías dejar el gimnasio. — ChanYeol continuó, volviendo a pasar saliva y mirando por el rabillo del ojo al castaño que ni se movió. — ¿Baek?

El otro se giró para verlo. Sus ojos oscuros brillaban extasiados, dilatados… Su lengua se deslizó lentamente sobre su labio inferior antes de dedicarle un precioso puchero. Sus mejillas estaban ligeramente rosas, parecía un cachorro hambriento… O uno cachondo.

—ChanYeol-ee… — susurró, logrando que el gigante reparase en sus manos cerradas sobre su entrepierna. — ChanYeol-ee, ayúdame.

Perturbado por la petición recién hecha, el menor miró a su alrededor en busca de una excusa realmente buena para no sucumbir ante los encantos de su adorable novio.

Nadie cercano estaba lo suficientemente alerta, a ChanYeol le dieron ganas de saltar por la ventana… La caída realmente no sería demasiado prolongada, tal vez tendría que ir al hospital, pero por lo menos no sería vergonzosamente regañado cuando JoonMyun lo descubriese haciendo algo indebido sobre un caliente BaekHyun imparable.

Cuando volvió a girar la cabeza hacia el pequeño para negarle cualquier cosa, sin embargo, el chico ya estaba mordiéndose el labio inferior con ímpetu y moviendo sugerentemente su zurda sobre el bulto en esos bonitos pero ajustados pantalones que tanto le gustaba ponerse.

—A la mierda…

Cuando ChanYeol se lanzó de rodillas sobre el suelo, BaekHyun estiró las piernas, colocándolas casi de inmediato sobre los amplios hombros ajenos, como si fuese ahí donde pertenecieran.

La imagen de su pequeño con ojos llorosos y expresión necesitada, era lo único que lograba hacer que el siempre precavido gigante perdiera la cabeza y d terminara haciendo cosas como esas. El caso era, de hecho, que Baek siempre encontraba la manera de ponerse caliente en los lugares menos indicados.

Miró por encima de su flequillo negro, encontrándose con que ahora el chico estaba chupándose obscenamente los dedos de su diestra, impulsando la pelvis hacia arriba para posicionarse mejor, y claro, para que ChanYeol pudiese tener una mejor vista… Eso si el gigante lograba deshacerse de esos malditos pantalones.

—Tienes que ser silencioso, bebé.

El bajito asintió pero cuando se movió para bajar la cremallera, Park supo que no podía creerle.

Lentamente, los pulgares del alto se movieron para intentar deslizar suavemente los pantalones hacia abajo. Pero estaban tan ceñidos como otra jodida capa de piel y pronto ChanYeol no tuvo más remedio que tirar desesperadamente de ellos, haciendo reír a su pequeño novio.

¿Cuándo iba Baek a comprarse ropa de su talla?

No le molestaban en absoluto esos preciosos muslos regordetes, al contrario, el gigante los amaba. Amaba también la forma en que el chico lo provocaba caminando coquetamente delante de él sabiendo lo bien que la tela se ceñía a su trasero, pero era tan laborioso quitarlos a la hora de follar, que ChanYeol terminaba arrojándolos con desprecio sobre el suelo la mayoría del tiempo.

BaekHyun se metió una mano bajo la camisa azul de manga larga, como si estuviese desesperado por acariciarse, como si los quedos gemidos emitidos en el asiento de atrás estuviesen martirizando sus oídos.

ChanYeol sonrió victorioso cuando finalmente bajó los pantalones negros hasta sus tobillos, besó la pantorrilla izquierda del bajito amorosamente mientras tiraba de ellos por sus pies y los arrojaba a un lado un segundo después, el muchacho se retorció sobre el asiento, moviendo impacientemente las caderas como si necesitase ser simplemente tomado ahí mismo.

Un camino de besos húmedos fue dejado por el alto, moviendo la boca hacia arriba, deteniéndose en los preciosos muslos que tanto adoraba y acariciando con su zurda la desatendida otra mitad de su pequeño.

—Chan-Chan-ee…

Los suspiros de BaekHyun eran una de sus cosas favoritas.

Lentamente deslizó su zurda en busca del tesoro que Baek guardaba entre las piernas. Puta madre… Estaba tan duro.

Los infantiles bóxer de Bob Esponja que seguramente había robado de su cajón, porque joder BaekHyun tenía esa extraña manía de robarle la ropa interior para ponérsela él, parecían estar a punto de explotar y una sonrisa maliciosa se trazó en la boca del menor cuando movió la cabeza un poco más al norte, acariciando con su mejilla el caluroso bulto.

—Ah…

Satisfecho por escucharlo gemir, el alto levantó la mirada y se apartó bruscamente, prácticamente abalanzándose sobre el castaño para quitarle el móvil de la mano.

—¡¿Pero qué jodidos estás haciendo?!

BaekHyun le sonrió con suficiencia antes de incorporarse para recuperar su teléfono. — Subiendo un video a Instagram antes de que la situación se ponga demasiado caliente.

El gigante lo miró como si hubiese perdido la cabeza y el pequeñito rodó los ojos, reproduciendo el video de apenas tres segundos para él.

Y bueno, ChanYeol mentiría si dijese que no le había puesto muchísimo el hecho de que su novio se hubiese grabado gimiendo y, echando un montón de irrelevantes mentiras, lo hubiese publicado en una de las redes sociales más visitadas a nivel mundial.

Ahora todo el mundo podría ver el rostro de Baek mientras él lo acariciaba, sin saberlo, por supuesto.

La temperatura corporal en su cuerpo aumentó. Eso era casi como porno y ChanYeol siempre había querido filmarse.

—¡Eh, Chan-ee! — BaekHyun hizo un puchero adorable para él mientras lo jalaba por la camisa, no le gustaba en absoluto haber perdido toda esa atención que su novio había estado dándole. — Todavía tengo un problema.

“Y yo también tengo uno” El más alto pensó, volviendo a su posición inicial con una sonrisa picarona.

ChanYeol le quitó el bóxer con la boca, lenta y estimulantemente, como si desease ver al otro explotar sin tener la necesidad de tocarlo siquiera.

BaekHyun se estremeció cuando el frio aire acondicionado del avión golpeó su trozo de carne más sensible, ese mismo amigo que se erguía orgulloso sobre su no tan bonito vientre.

Los muslos de BaekHyun fueron nuevamente levantados, solo que ésta vez el mayor se las arregló para mantenerlos abiertos sobre el asiento de cuero, los labios del más alto besaron el interior de su muslo con cariño.

El castaño adoraba la manera en que ChanYeol le hacia el amor porque aunque era lo suficiente duro como para complacerlo, los detalles como ese nunca desaparecían.

—Uhm, ¡D-Dios!

La gran mano del gigante tomó el pene de BaekHyun entre ella, comenzando a frotar el eje del que se había apoderado. El suyo era un vaivén exquisitamente lento, casi al punto de ser llamado tortura. La otra mano del hombre viajó hasta los botones de su camisa azul, deshaciéndose de ellos uno a uno para observar atentamente al precioso chico que tenía enfrente…

Y era suyo, maldición, suyo.

Jodidamente suyo aunque nadie debía saberlo. Pero él lo sabía y aunque en ocasiones eso no era suficiente, bastaba por el momento.

Su mano se movía de arriba hacia abajo, BaekHyun había comenzado a embestir su palma desesperadamente, moviendo las caderas hacia arriba.

—Joder, C-ChanYeol….

El aludido sonrió cuando presionó la punta, esparciendo las gotas del apetitoso líquido pre-seminal para humedecer el recto del tallo que estaba a punto de engullir sin poner protesta.

ChanYeol, ChanYeol, ChanYeol…

No importaba que fuesen quejas o exigentes peticiones por más. BaekHyun se deshacía en jadeos que únicamente lo nombraban a él y eso lo volvía loco.

Acarició los pezones de Baek con la diestra, poniéndolos duros como una roca demasiado pronto. BaekHyun estaba sudando, sudaba deseo y amor. Ganas de abrazarse al cuello del gigante y morderlo hasta el amanecer, por mucho que el viaje fuese a durar tan solo un par de horas.

Acercó el rostro mientras se pasaba la lengua por el labio inferior, los ojos dilatados de Byun al tanto de cada uno de sus movimientos. Lucía tan apetitoso, que el gigante no dudó ni un segundo en deslizar la lengua fuera para probarlo.

Uhm, tan exquisito como lo recordaba.

—¡ChanYeol!

El aludido se tomó su tiempo para degustar su sabor, recorriendo su falo con esa quisquillosa lengua que tenía, subiendo con parsimonia y juntando los carnosos labios para besar el glande de forma obscena…

Baek casi se viene nada más de verlo. Pero no podía. La mejor parte todavía estaba por venir.

Maldita sea, la diestra de ChanYeol dejó de atender su pecho y descendió a una velocidad apresurada hasta sus pantalones, abriendo la bragueta casi de inmediato para liberar su duro miembro desatendido.

Golpeó juguetonamente el miembro de BaekHyun contra su mejilla, manchándola con un poco de su jugosidad y logrando que el mayor apretase las manos contra el cuero del asiento.

—O-Oh por Dios, C-Chan-ee…

—¿Quieres ver cómo te la chupo, Baek?

Park cerró su mano nuevamente contra su longitud, frotándola esta vez mucho más rápido y el aludido se deshizo en temblores y movimientos afirmativos de cabeza. — ¡S-Sí, p-por favor! ¡Chan-ee!

Los labios juntos del gigante dejaron escapar un quedo shhh antes de saborear con la punta de su lengua el hinchado glande rosado de Baek, trazando círculos a su alrededor.

Su lengua recorrió el falo de la base a la punta, sus manos bajando hasta alcanzar esos rosados y adorablemente pequeños testículos, acariciándolo.

Cuando su boca finalmente se cerró sobre la carne ajena, podía sentirlo palpitar dentro de su cavidad bucal a medida que arremetía contra él, descendiendo de forma lenta y sensual, rozando cada sensible parte que ya conocía de memoria con su juguetón y amaestrado músculo caliente.

Las manos de BaekHyun sobre su cabello no eran más que una letal advertencia de que pronto debería atragantarse un poco. Su garganta no era del todo profunda y, aunque el castaño no era demasiado largo, cuando se sentía necesitado terminaba empujando tan fuerte, que terminaba tocando la campana de ChanYeol.

El gigante inició un lento vaivén sobre su propio miembro mientras succionaba, bombeando apresuradamente, conociendo lo suficientemente a Baek como para saber lo poco que soportaba las caricias que le estaba proporcionando.

Pero nunca tenía suficiente, sus manos tiraron de las hebras de cabello negro del alto, levantando las caderas para follarle profundamente la boca.

—¡Uhm! ¡Yeol-ee! ¡Ah!

Jodidamente ruidoso y caliente. BaekHyun podría ser la perdición de cualquier hombre, pero era suyo, únicamente suyo.

Se sacó el palpitante miembro de la boca, sintiendo como se sacudía un poco, buscando liberar la carga que llevaba dentro. Podía sentir la temperatura en su cuerpo, las perladas gotas de sudor bajar por su frente… Baek lucía adorable, moviendo la cabeza de izquierda a derecha, mordiéndose los labios rojos de tanta presión…

—Joder, BaekHYun, deja de ir al gimnasio…

El aludido frunció las cejas, evidentemente molesto por el comentario. ChanYeol se inclinó para besar su ligeramente abultado vientre antes de sacar la lengua para volver a recorrer su miembro con ella.

El castaño no tuvo tiempo de protestar porque el alto estaba volviendo a succionarlo demasiado pronto, acariciando con una de sus manos desde la parte posterior de sus muslos hasta los suaves testículos.

BaekHyun se aferró al asiento para no caer, sintiendo como ChanYeol tomaba todo de él, moviendo su pelvis impulsivamente.

—Joder, Y-Yeol… Voy a…

Sabía que el chico estaba sonriendo aunque sus movimientos nunca cesaron. Baek echó la cabeza hacia atrás, demasiado aturdido y mareado como para pensar en algo convincente, como para completar una oración, como para dejar de pronunciar de forma suelta e incoherente la letra ese.

ChanYeol, ChanYeol, solo podía pensar en ChanYeol.

Una sensación placentera recorrió su vientre y las cosquillas descendieron furiosamente hasta su miembro, descargando su semilla dentro de esa caliente boca que el gigante poseía.

ChanYeol degustó los delgados chorros de semen en su boca, continuando con el vaivén en su entre pierna un segundo más antes de correrse también en la palma de su mano.

Con un sonido bastante obsceno, el miembro ahora flácido de BaekHyun salió de su boca, y el azabache se limpió los residuos de semen de sus labios pasándose la lengua sobre ellos.

Agitado y complacido, el castaño le sonrió de forma radiante desde el asiento mientras el alto se arreglaba el pantalón.

—Por dios, ChanYeol, eso fue… — murmuró sin aliento, pasándose los dedos por el cabello notablemente húmedo — delicioso.

—Y que lo digas — se burló el menor, tirándole los pantalones encima para que se cubriera esas partes nobles que únicamente a él le pertenecían, y tomando asiento finalmente junto a él.

—Mucho mejor que una silla mágica. — BaekHyun recargó su cabeza en su hombro, sudado y cansado, pero satisfecho.

A ChanYeol le fascinaba esa bonita sonrisa en su rostro cada vez que hacían cosas sucias en donde quiera que fuese.

Antes de que pudiese siquiera pensar en quedarse dormido en el estado en que estaba, el gigante le sujetó la barbilla al pequeño para que lo mirara.

Los ojos de Park eran bonitos, grandes y casi nobles, pero lo que más le gustaba a BaekHyun, era que únicamente lo mirasen a él.

—Me gustas mucho del modo en que eres, Baek…

El aludido rodó los ojos. — No voy a dejar el gimnasio, ChanYeol.

Con un adorable puchero, el mayor se acercó y lo besó brevemente en los labios en repetidas ocasiones. — Pero Baek, me gustan tus jamones…

—¡¿Cómo que jamones?!

El gigante introdujo una mano en la parte trasera de su bóxer, acariciando su trasero desvergonzadamente. — Me gustan mucho, Baek, no quiero que desaparezcan.

Sonrojado, pese a lo hipócrita que pudiese sonar después de lo que acababan de hacer, el bajito golpeó la gigantona mano para apartarla y se sentó correctamente sobre el asiento.  — Eres un pervertido.

—Mira quién habla. — El otro sonrió, besando tiernamente su mejilla. — Baek, no necesitas ponerte en forma, también me gusta tu pancita.

—¡Park ChanYeol!

—Me hace pensar en lo adorable que te verías si te embarazaras, ¿tú también lo imaginas?

Baek lo miró con sus pequeños ojos bien abiertos.

Mami Baek… — Le susurró el alto, dándole otro beso suave en los labios. — Deja el gimnasio — suplicó en un suspiro entre beso y beso — A todos nos encantan tus abdominales de Nutella, yo personalmente pienso que son deliciosos.

El bajito se cruzó de brazos intentando suprimir la sonrisa alegre en su boca, le fascinaba cuando su novio le decía cosas tan bonitas como esa.

No iba a dejar el gimnasio, pero podía dejar que ChanYeol lo pensase si quería, de todos modos los mimos que estaba repartiendo sobre su cuerpecito no le hacían ningún daño a nadie.

Dejar que ChanYeol lo consintiera, estaba bien para él.

 

 

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—¡¿Quién fue el cerdo que manchó este asiento con semen?!

ChanYeol pasó silbando junto a SuHo, no era como que fuese a decirle que no encontró otro lugar donde limpiarse la mano, Chen bien podía hacerse el aludido de todas formas.

BaekHyun, sin embargo, rozó su hombro con el del líder cuando paso por su lado, sonriéndole con suficiencia…

—Tú dijiste que podía follarme a ChanYeol dentro del avión si quería.

Notas finales:

En un fic menos fantástico, las azafatas hubiesen terminado demandando al ChanBaek y al ChenMin por pervertir sus mentes.


No tiene mucho sentido, pero esta es la fantasía de Mitche, quería compartirla con ustedes, no pude detenerme. Sí, en mis sueños ChanYeol quiere sobornar a Baek con sexo para dejar el Gimnasio.


BaekHyun en su "silla mágica".


Foto ghei de OS.


Gracias por leer.


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