Mi vida no había sido nada fácil, mi madre murió al darme a luz y eso me hizo ser el niño al que todos odiaran, no recibí el más mínimo amor por parte de mi padre, ni de mis dos hermanos. Solo tuve el amor del hermano de mi madre pero igual murió.
Mi padre siempre andaba viajando en sus negocios esa era la forma de olvidarse de mi madre, no volvió a casarse y yo disfrutaba saber que él se moría de dolor. Me agradaba ver como todas las personas me tenían miedo; digamos que mi felicidad se basaba en el sufrimiento de los demás.
Era un hombre rico pero ni así me sentía pleno, casi no dormía por ello unas ojeras eran un maquillaje más que hacía temer a todos. El motivo de mi insomnio siempre eran las pesadillas constantes que tenía sobre muertes. Una vez llegue a pensar que estaba loco e intente solucionarlo pero nadie quiso ayudarme.
En la mansión principal vivía con mis dos hermanos, Kankuro y Temari. Dos chicos que al igual que yo eran soberbios, malvados y ambiciosos solo que en menos porción.
Los tres al menos nos coincidíamos en el mismo motivo para vivir y era ver muerto a nuestro padre.
Juntos teníamos un plan el cual llevaríamos a cabo pero yo era muy ansioso y no iba a esperarme a que llegara el momento exacto.
Mi plan era contratar a un franco tirador que pudiera matarlo sin embargo eso dejaría abierto para que se pudiera investigar, así que tuve una mejor idea un choque en el que nadie saliera vivo y así lo hice.
En la tarde recibí un mensaje donde se me informaba que ya todo estaba listo, eso me hizo muy feliz sin embargo una llamada del hijo del abogado de la familia me hizo maldecir.
-señor Gaara, quiero informarle que su padre se casó con un chico de nombre Sai, hoy modifico su testamento y le ha dejado todo a su nuevo esposo.
Lance el teléfono contra la pared, no podía ser cierto –maldito viejo!
Como podía haber salido todo de esta forma! De donde había conseguido mi padre a un esposo? Por qué jamás se me informo de que tenía una pareja? Solo había una respuesta los investigadores que había contratado para seguir a mi padre eran unos inútiles que lo pagarían muy caro.
Pocas horas después se nos avisó que mi padre había muerto en un accidente automovilístico, junto con la noticia de que se había casado y esto corrió como pólvora por todos lados. Todos querían conocer al amado viudo. Mis hermanos y yo nos moríamos de ganas de conocerlo y eliminarlo de nuestro camino.
Salí cuanto antes de Sunagakure, al anochecer llegue a la casa que mi padre ocupaba en Konoha.
Al llegar pregunte por el amado esposo de mi padre y se suponía que andaba haciendo los trámites necesarios, sonreí parecía que este doncel sabia actuar muy bien.
Apenas iba a irme a la sala de estar cuando la puerta se abrió, mire a la persona que entraba quien no se percató de mi presencia. Lo mire detalladamente, era de cuerpo bien proporcionado y moldeado a la perfección, cabello un poco largo y de color negro, piel muy blanca; vestía algo simple, enarque una ceja, esto era una broma era un chico de si no era de mi edad era menor que yo, este no podía haberse casado con mi padre, solo había una forma de saberlo -es un trago amargo saber que mi padre se casó con alguien como tu…- le dije esperando que él no fuera.
Aquel chico volteo a mirarme, sus ojos eran negros, hay que ser sinceros este doncel era hermoso pero para mi sorpresa él era el esposo de mi padre y eso lo convertía en un estorbo y una basura que no se quedaría con nada que tenía que ser mío.
-no dirás nada? ¿Te sorprende saber que no serás el único heredero?- dije mientras lo miraba con odio así como solía hacerlo con todos.
Parece que el doncel me tuvo miedo pero ni así dijo algo, se le notaba muy cansado, sonreí y con voz ronca le advertí –prepárate que nos vamos a Sunagakure ahora mismo…tenemos que hacer un largo viaje en donde nos iremos deteniendo en algunos pueblos para que le muestren sus respetos a mi padre…por cierto mi nombre es Sabaku Gaara- dicho esto me di media vuelta y me fui a encerrar al despacho que ocupaba mi padre; para mi sorpresa en el escritorio había una foto de mi madre. Fruncí el ceño y la agarre, para verla mejor… mi madre cuanto daría por tenerla aquí conmigo.
Suspire y tome la foto. Espere unos minutos y después volví a salir; llame a una de las empleadas para que llamara al doncel, era buena idea tenerlo cercas y destruirlo sin que sospecharan; sin embargo cuando iba a ordenarle a la sirvienta, el doncel bajo vestido de negro y con una maleta en la mano –lo que llevas allí son cosas tuyas o las has robado?
El doncel respiro profundo y yo esperaba que me respondiera de mala forma así podría tener un pretexto más para acabarlo –si desea usted puede revisar mi maleta- susurro y eso me molesto en gran manera, sin decir más solo comencé a caminar a la salida, este chico me enfurecía.
-muévete! – le grite y así juntos fuimos en el mismo auto hasta que llegamos a donde ya estaba la carroza con el ataúd. –vamos a viajar en la misma camioneta atrás de la carroza que lleva el cuerpo- le dije y él no dijo ni hizo nada.
El camino sería muy largo, el doncel no mostraba más que cansancio, no dijo nada y yo no diría nada, el simple hecho de estar en el mismo lugar me asqueaba pero esto era parte de mi plan para hacerle la existencia un infierno.
En cada momento que podía miraba al doncel, en verdad este chico amaba a mi padre? Era algo difícil de creer viendo su inocencia. Sin embargo en este mundo se ve de todo y quien podía negarme que este doncel no fuera un embustero que solo se casó con un viejo por dinero.
En cada uno de los pueblos de camino a Sunagakure nos fuimos deteniendo ya que cada uno de ellos le debía demasiado a mi padre.
-tú debes recibir el pésame por la muerte de mi padre…ya que eres el viudo- le dije cuando nos detuvimos en el primer pueblo, el cual estaba arreglado para recibir el cuerpo, mucha gente esperaba vestidos de negro y con flores en sus brazos.
El ataúd fue bajado de la carrosa para colocarlo en un lugar preparado por las personas del pueblo.
Baje de la camioneta y espere a que el doncel hiciera lo mismo, me acerque a él y le dije de mala manera que se fue al lado del ataúd, en lo que yo permanecía a lo lejos.
El chico hizo caso y mientras la ceremonia se llevaba a cabo yo pensaba en cual sería le mejor forma de matar a este doncel.
Tras unas cuantas paradas por fin llegaríamos a la última, en todas se repetía lo mismo, los mismo discursos, las mismas ceremonias, las mismas flores; esto era hartante.
vi que el doncel ya no aguantaría más sin embargo no me interesaba; lo vi tambalearse y retroceder un poco para irse pero yo le tape el paso –a donde crees que vas?- le susurre.
-l-lo siento…ya no aguanto más…necesito descansar- susurro y yo enarque una ceja.
-ya falta poco para que acabe la ceremonia, espera, al fin que cuando lleguemos a Sunagakure podrás descansar todo lo que quieres, ahora aguanta o es mucho pedir que le des unos minutos de tu tiempo a tu esposo muerto?- el rostro del doncel seguía siendo el mismo, sin ninguna expresión más que de cansancio.
El doncel asintió y espero firme hasta que termino la ceremonia. Subimos a nuestra camioneta y continuamos nuestro camino; la noche había llegado, por fin estábamos a punto de llegar a mi hogar, el lugar de donde no saldría vivo este doncel.
“Sunagakure es un pueblo casi olvidado, donde pasan muy pocas cosas y lo que llega a suceder se comenta por años; aquí se averigua la intención de cada palabra, de cada acción, de cada sentimiento y lo que no se puede averiguar se inventa según el criterio de cada quien. Ahora este pueblo está de luto porque el hombre más rico, bueno y justo del lugar había muerto y sobre todo se espera al famoso Doncel con el cual se casó; del cual sin conocerlo ya era odiado por muchos”.
Por fin la camioneta se detuvo, de él bajo el hijo menor de Rasa, Gaara Sabaku y del viudo desconocido.
Todos murmuraban sin embargo nada cambio se hizo la misma ceremonia que se había repetido en cada uno de los pueblos en que se detuvieron.
Sai miraba el ataúd mientras trataba de resistir; su vida si bien cuando no tenía nada no era sencilla pero era tranquila y le gustaba, ahora que había aceptado el destino que su abuela y aquel hombre le habían marcado era infeliz y si odiaba todo esto.
Cuando la ceremonia había terminado, el presidente del lugar se acercó al doncel. Su nombre era Naruto Uzumaki quien muy amable beso la mano del doncel –lamento mucho su pérdida
Sai solo asintió y miro a un costado entre las personas del pueblo se veía que murmuraban y otro que lo miraban con odio pero claro nadie como Gaara.
-no les haga mucho caso…estas personas se dejan llevar por los rumores- Naruto dijo llamando la atención del doncel -déjeme acompañarlo al cementerio donde será enterrado su esposo
Sai suspiro profundamente, estaba muy cansado pero esperaba que pronto terminara esto para poder huir y poder comenzar desde cero.
Naruto le ofreció su brazo al doncel quien lo acepto; Gaara se acomodó al otro lado del Sai y así caminaron con la gente del pueblo detrás de ellos directo al cementerio.
El entierro se llevó tranquilo hasta que termino. Sai respiro profundo por fin estaba ansioso de poder irse pero eso se vio lejano cuando Gaara se acercó.
–Es hora de irnos a la mansión- sonrió el pelirrojo de forma malvada pues sabía que todavía le esperaba mucho a aquel doncel.
Gaara lo tomo del brazo y camino jalando a Sai; Naruto al ver aquello agarro del otro brazo a Sai y miro al pelirrojo –no me parece correcto que trates de esta forma a un doncel y menos siendo el viudo de tu padre
El pelirrojo frunció el ceño –no te metas en asuntos que no te importan Uzumaki
Naruto sonrió y miro a Sai –si no le molesta yo me ofrezco a llevarlo
Sai iba a aceptar cuando Temari la hermana de Gaara apareció –buenas noches- todos la miraron –te agradecemos tu amabilidad Naruto pero nosotros tenemos el deber de llevarlo- Temari hizo que su hermano soltara a Sai y fue ella quien agarro su brazo de forma amable y se llevó al doncel.
-parece que tu hermana tiene más educación que tu- dijo Naruto de forma burlona
-y parece que algunos no saben cuándo no deben meterse en asuntos de otros- respondió Gaara –es mejor que no te metas en mis asuntos
Naruto negó –esta equivocado…voy a meterme en los asuntos si sigues tratando de esa forma al doncel y no solo será como presidente de este lugar si no como Uzumaki
Gaara miro más serio a Naruto ambos se miraban con odio y de no ser por Kankuro estos dos se abrían agarrado a golpes.
-hermanito vamos están dando un buen espectáculo- Gaara camino alejándose y Kankuro muy amable se retiró –buenas noches señor presidente.
Naruto respiro profundo antes de responder –buenas noches- dicho esto miro como las camionetas de la familia Sabaku se alejaban –ese doncel está en problemas…-susurro.