Frente a la mansión Sabaku se detuvo el auto que llevaba a la familia; los primeros en bajar fueron Gaara, seguido por Temari.
Kankuro bajo y ayudo a Sai a bajar –gracias- susurro cansado Sai
-no tienes que agradecer, apóyate en mi brazo, te ves muy cansado y no quiero que vayas a caer- dijo Kankuro agarrando la mano del doncel y pasándola por su brazo.
Así juntos entraron a la mansión; Sai se sentía extraño por tanta amabilidad pues sabía que los hijos de Rasa querían desaparecerlo.
-¿quieres cenar algo?- pregunto Kankuro a lo que Sai negó
-no gracias…solo quiero descansar
-muy bien te llevare a una de las habitaciones- Kankuro llevo con cuidado al doncel hasta una de las habitaciones –aquella habitación del fondo es mi habitación
Sai asintió y se soltó del brazo de Kankuro para poder entrar a su nueva habitación –gracias otra vez
-no es nada…me agradas, duerme bien- dijo y luego se retiró.
El doncel se metió a la habitación y cerro con llave la puerta, anduvo un rato mientras observaba el lugar, en verdad era enorme y bonita. Sai sonrió y al encontrar el cuarto de baño se desvistió para meterse a la tina de baño para limpiarse antes de acostarse a dormir.
Esta noche el doncel cayó rendido en su sueño pero tuvo pesadillas por lo que despertó temprano y aunque tuviese sueño no podía dormir.
Como a las diez de la mañana llamaron a la puerta de su habitación; temeroso fue a abrir y se encontró con Kankuro quien al verlo le sonrió.
-buenos días
-buenos días- respondió Sai, tal vez este chico no era como sus otros hermanos pensó el doncel.
-es hora de desayunar, solo estaremos nosotros dos, Temari y Gaara volverán hasta que sea la hora de leer el testamento
El solo escuchar la palabra testamento hizo que el cuerpo del doncel se estremeciera; apenas comenzaba su pelea contra los hijos de Rasa.
-bueno, me aras el honor de cenar conmigo?- Kankuro ofreció su mano la cual el doncel agarro y junto bajaron al comedor.
Ambos desayunaron en silencio pero no en uno incómodo.
-sabes, quiero disculparme por el comportamiento de mis hermanos y más por el de Gaara…nosotros no somos malos, veras mi madre murió al dar a luz a Gaara y mi padre cayó en una depresión fuerte por lo que prefería estar viajando que pasar tiempo en casa…esa es una de las razones por las que no nos dolió su muerte…si mi padre se casó contigo debió ser porque el vio algo especial en ti…y yo estoy tratando de descubrirlo…
Sai sorprendido permaneció mirando fijamente a kankuro quien al ser consciente de lo que había dicho y de que el doncel lo miraba de esa forma se sonrojo –yo…lo que quise decir es que…me gustaría conocerte más y que tú nos conozcas
El doncel sonrió y asintió –de acuerdo
Ambos sonrieron y terminaron de desayunar. Kankuro llevo por todos lados de la mansión a Sai quien estaba fascinado por tanta belleza de lugar e incluso se sentía poca cosa en un lugar tan lujoso y grande.
La hora de leer el testamento llego, Gaara, Temari, Kankuro, Sai y el abogado de la familia se reunieron.
El abogado comenzó a hablar –es mi voluntad dejarle a Kankuro la mansión que está en la playa, al igual que se hará cargo de que los negocios y las empresas de la familia se lleven correctamente, a Temari le dejo la mansión que está en Konoha, a Gaara le dejo la mansión de que esta fueras de Sunagakure, pero mi heredero universal es Sai mi esposo, a él le pertenece todo lo que conforma mi fortuna- el abogado termino de leer –eso es todo
La primera en levantarse e irse fue Temari; Gaara muy enfadado salió azotando la puerta, el abogado se despidió de Sai y después se retiró.
Kankuro suspiro –vaya al menos no hubo peleas- bromeo mientras ponía una mano en el hombro de Sai –iré a hablar con mis hermanos- dicho esto se retiró dejando solo al doncel.
-no quiero esto..-susurro mientras se tapaba con las manos su rostro –no lo quiero
La noticia de que Sai era el único heredero de Rasa se comentaba tan rapido por todos lados.
Después de toda la lectura de testamento Sai salió a uno de los jardines a estar solo, ¿Qué pasaría si desaparecía? ¿Sería malo dejarles todo a los hijos de rasa? El no necesitaba nada de eso, el sabia como ganarse el dinero, como vivir bien sin embargo estos chicos siempre lo habían tenido todo.
-estas disfrutando tu triunfo?
Sai se levantó de donde estaba sentado y se giró para quedar de frente a Gaara –no se porque lo dices
Gaara cerro sus manos en puños –no lo sabes? Mi padre te dejo todo! A ti! Un desconocido y a nosotros que somos sus hijos nos dejó prácticamente en la calle!
-sus motivos debió tener además…-el doncel no termino de hablar porque Gaara lo interrumpió
-si tuvo buenos motivos, ¿dime acaso no te daba asco tener sexo con mi padre?! Oh espera se me olvidaba que los de tu clase saben fingir muy bien
Sai no supo bien por qué pero se sintió ofendido y sin darse cuenta le soltó una bofetada al pelirrojo, quien no podía creerse que alguien se hubiera atrevido a golpearlo.
*cambio de escena*
Los demonios de mi pasado me persiguen…al menos al final quiero hacer lo correcto.
Una y otra vez leía la carta que por años mantuve en secreto, la única esperanza de que en algún momento me ayudaría a salvar mi alma.
Soy Madara Uchiha, en mi vida fui la persona más odiada, todo por llevar a mi familia a ser temidos, respetados y poderosos; cometí muchos errores eso lo admito y merecía estar solo.
Soy el primogénito, tuve un hermano de nombre Fugaku; me case por conveniencia con Mito Uzumaki jamás la ame y ella lo supo siempre. Tuve un amante, el amor de mi vida de nombre Hashirama, él lo era todo para mí, el logro darme un hijo que mi esposa jamás pudo. Lamentablemente en este mundo de riqueza y poder, el tener un hijo con el amante es mal visto.
Guarde en secreto lo de mi amante y lo de mi hijo; mi hermano y su esposa murieron asesinados; me quede con la custodia de mis dos sobrinos, Itachi y Sasuke, les di lo que les correspondía, jamás fui bueno con ellos; case a Itachi con Deidara un heredero de otras regiones, eso aumento el poder de los Uchiha; un día llego una carta en el que se me decía que mi amado Hashirama había muerto y que me olvidara de mi hijo, me encerré en mi mundo, poco después mi esposa murió junto con un hijo que iba a darme. Me quede solo, con mucho dinero, con poder pero sin amor; intente buscar a mi único hijo pero su abuela nunca lo permitió.
Hace tres años me entere de que mi sobrino Sasuke estaba enamorado del único heredero de los Uzumaki, al menos quería hacer algo bueno por él, intente arreglar un matrimonio pero mi sobrino comenzó a desarrollar una enfermedad que según los doctores lo iban a matar lentamente. Sasuke se auto encerró en su habitación y yo le prohibí a Naruto Uzumaki que se acercara a la mansión, era solo para que ni él ni mi sobrino sufrieran más.
Actualmente Sasuke está peor, no hay nada que pueda hacer más que esperar.
Guarde la carta en mi caja fuerte, me serví una copa de vino y tocaron la puerta de mi oficina –adelante- respondí y entro el investigador que había contratado para que me pasara datos de mi hijo.
-señor Uchiha buenas tardes- dijo el investigador de nombre Shikamaru –tengo que contarle que la abuela de su hijo ha muerto
Rápido lo mire con toda mi atención –y mi hijo?
-él está aquí en Sunagakure- respondió a lo que me sorprendí, deje mi copa en el escritorio y lo mire.
-¿Cómo que está aquí?- dije acercándome a Shikamaru mientras mi corazón se aceleraba por completo.
-su hijo se casó con Rasa y ahora es el viudo del que tanto se habla
Fruncí el ceño, tenía que ser una broma –es mentira…- agarre del cuello a Shikamaru y lo estampe contra la pared –te pago para que me informaras de todo y ahora resulta que mi único hijo se convirtió en el viudo de un Sabaku?!!- termine por soltar al investigador
Shikamaru tocio un par de veces –s-señor…todo fue muy rápido y muy bien cuidado, yo me entere hasta que se anunció la muerte de Rasa…y ya sabe que a mi nada se me escapa
Apreté mis manos en puños y mire serio a Shikamaru –quiero que vayas a la mansión Sabaku, le entregues una carta a mi hijo, esperes a que la lea y lo traigas contigo!!- le grite, saque la carta y se le entregue a Shikamaru –no me falles esta vez o no tendré consideraciones contigo
Shikamaru se aclaró la garganta y guardo la carta –no le fallare- dicho esto se retiró.
Me senté mientras maldecía; mi único hijo había caído en una cueva de lobos de la que tenía que rescatarlo. Yo amaba a mi hijo del que solo sabía su nombre Sai y ningún hijo mío la pasaría mal siendo un viudo así que tenía que llevar a cabo mi plan rápidamente.
Marque el número de mi abogado –Kabuto tráeme el documento para reconocer a mi hijo, el testamento será cambiado- colgué y sobe mi frente –mi hijo…no te voy a dejar lo juro por mi vida.
La tarde paso y yo seguía en mi oficina esperando alguna respuesta positiva de mi hijo; tocaron la puerta y casi corrí a abrirla, era Shikamaru, mi abogado y mi hijo, si, lo reconocí de inmediato era parecido en algunas cosas a Hashirama, lo único que me entristeció era que mi hijo se veía cansado y agobiado. Sin embargo Todos pasaron; mire a Shimakaru y este comenzó a hablar.
-el señor Sai leyó la carta
Yo mire a mi hijo, no había ninguna expresión en su rostro y eso me daba miedo –Sai…mi abogado está aquí para que pueda reconocerte como mi hijo- los ojos negros de mi hijo me miraron fijamente –sé que tal vez esto sea muy difícil de creer pero soy tu padre y no voy a dejarte solo
Sai no dijo nada por lo que procedí a hacer el reconocimiento de mi hijo y también firme el último testamento que había escrito sobre dejar a Sai como mi único heredero. Poco después Shikamaru y Kabuto se fueron.
Mi hijo seguía sin decir nada, me acerque a él y agarre su mano –hijo…si nunca aparecí en tu vida no fue porque no quisiera si no porque tu abuela lo impidió y yo creí que era lo mejor pero ahora que veo fue una mala decisión…¿Por qué te casaste con ese hombre? No importa ahora por fin puedo decir que eres mi hijo, puedo aprovechar todo el tiempo que perdimos separados, hijo mío, cuanta falta me hiciste- lo abrace y él no se movió, era más que obvio que estuviera en shock, yo igual lo estaría. Me separe de él y lo mire.
Sai sonrió y no pude evitar sonreír –me da alegría saber que no estoy solo…sin embargo ahora tengo responsabilidades, mi difunto esposo me dejo a cargo de todo y debo aprender…
Negué, no iba a dejar a mi hijo en ese lugar -ven a vivir conmigo, yo te enseñare a llevar lo que tu esposo te dejo y también lo que por derecho te he dejado- le dije y el dejo de sonreír, bajo su rostro –dije algo malo? Sé que estoy presionándote pero te quiero conmigo
Tras unos minutos en silencio Sai me volvió a mirar -está bien…-susurro más a la fuerza –viviré contigo
Escuchar eso no me permitió contenerme, lo abrace fuerte, al menos sabía que sería feliz y di gracias porque la vida estaba siendo buena conmigo.