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Twist and Turns por Bastianxt99

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Notas del fanfic:

Notas * Fiction ambientado en el primera año después del debut de  la banda.

            Twist and Turns =  Tira y afloja  

Se colocó la almohada directo en la cara, después de unos segundos suspiró resignado, negando con su cabeza lado a lado;  después de varios minutos  la tomó descubriéndose el rostro y la tiró contra la puerta. Por un segundo cierta satisfacción cubrió su rostro mientras fantaseaba que dicha almohada le acertaba justo en la cara a cualquiera de los siete, ni siquiera tenía preferencia cuál de todos, solo golpear a uno, callar a uno, y aunque el mundo no supiera la diferencia, él la notaria.

Respiró profundamente y exhaló, poniendo toda su atención en aquel barullo que provenía de la sala, a escasos dos metros de su habitación. Abrió los ojos y vio en su celular la hora. —Fantástico— vociferó.

Era el primer día libre que tenían después de trabajar exactamente diecisiete días sin descanso y la legión de gremlins con los que vivía le hacían despertar a las siete en punto de la mañana. Se levantó sin más, y cruzó la puerta. Oh santo remedio… en un segundo un silencio invadió el apartamento y un —Hyung— resonó haciendo eco de las voces de los siete, arqueó la ceja gesticulando en desaprobación de los menores y cruzó directo al baño, sintió incluso cómo le observaban, era como si contaran sus pasos,  de pronto se giró sobre sus talones y movió su mano por los aires. —Pueden seguir con su barullo señoritas, ya me despertaron— gruñó severo.

Ninguno siquiera pestañó, pero al cerrar la puerta del lavabo el escandalo volvió a apoderarse del lugar, podía distinguir sus voces, los maknaes querían un día al aire libre, los mayores refutaban sobre tener que hacer cualquier tipo de ejercicio físico y su propuesta era un poco más pasiva, minutos después de densa discusión pudo notar como Rapmon empezaba a ceder ante los razonamientos de Jung Kook.

—Annio, annio… A N N I O —fue la voz que se impuso a todos, asintió, ese sabía quién era, Suga, ahí estaba el pequeño demonio de Tasmania que la disquera había decidido no colocar de líder, aunque al principio la idea hubiera sido esa. —¡Cállense…!—gritó de nuevo, el silencio reinó y el chico se lanzó a un pequeño discurso que no duraría más de un minuto, luego el rapero propondría una votación y como siempre ganaba la idea sobre la que él había argumentado segundos atrás, pero haciéndoles creer que habían elegido la opción en democracia. Negó y sonrió por primera vez en la mañana. Esos chicos le simpatizaban; dictaminó dentro de sí y se dio una ducha. Al salir los siete enanos, mote el cual solamente los managers y dueños de la empresa conocían, desayunaban tranquilamente, celular en mano o jugando algún tipo de tontera en sus tablets como lo haría cualquier adolescente, sus ropas eran casuales sin ser extravagantes y sus rostros estaban completamente limpios de maquillaje.

—Decidimos qué hacer—le comentó Jimin con una sonrisa en el rostro al manager que le hizo sonreír, no contagiado por la del menor, si no por el “decidimos” y no un YoonGi decidió por nosotros.

—¿Ah, sí? —Contestó con cierta ironía— ¿Qué decidieron?

—Pues lo mejor para todos: ir al cine y luego comeremos por ahí.

Minutos después y con las llaves de su auto, empezó el conteo instintivo de los chicos cuando se subían a la camioneta… arqueó la ceja, y la expresión de extrañeza cubrió su rostro, metió su cabeza dentro de la camioneta viéndolos dispuesto a partir —Me faltan uno…—anunció repasando los rostros.

—Suga, como siempre — aclaró Taehyung.

Hoseok volvió su rostro y clavó su mirada en este, la voz del menor le había golpeado directo en la sien, sus ojos se enfocaron en él frunciendo su nariz, su pierna comenzaba a temblar, su rodilla brincaba ansiosa mientras su pie rebotaba en el piso una y otra vez, sus labios se abultaron. Y V  instintivamente se hundió en el sillón mordiendo su labio sin saber qué hacer, el rostro de su hyung no lucía nada amable, su, en otra hora, dulce mirada parecía disparar llamas quemando todo lo que veía.


—¿Y qué? Yunya nunca viene— masculló con ese lindo tono hostil que había adquirido los últimos días hacia Tae Tae.

—Hyung yo, yo solo de…

La palma al aire y el rostro girando para el otro lado, fue un claro "habla con mi mano" del mayor, quien de inmediato se paró, bajándose de la camioneta. —Ya no quiero ir, mejor me quedo descansando— anunció.

Caminó a paso ligero hacia el edificio, cerrando la puerta principal de un portazo, observó el auto partir, instintivamente cerró sus ojos e infló sus mejillas, de pronto una angustia se abrió paso hasta instalarse en su pecho, y su corazón comenzaba a latir con cierta rapidez, apresuró su paso hacia el apartamento, entró casi corriendo, justo a tiempo para que las primeras lágrimas rodaran por sus mejillas, en un lugar seguro.

Aunque mientras de sus ojos brotaban cuantiosas lágrimas, trataba de enfocar y buscar a su mejor amigo, no divisarlo le pareció más que genial, eso solo significaba que probablemente estaba dormido, no quería que este le viera o esa sería la segunda vez en tres días que Suga lo vería mal y no quería tener que hablar de nada. Bajó la mirada y caminó rápido hacia su cama, entró ocultando su rostro, yendo directamente a sepultarse bajo sus frazadas tapándose hasta la cabeza.

—¿Qué?... Tenemos un código: princesa en fuga— fue la voz de Suga llegando desde arriba de la litera de la esquina, el menor apretó sus labios y cerró fuerte sus ojos, sabía que debía contestar pronto cualquier cosa, disimulando su voz quebrada o inevitablemente Suga llegaría y… las frazadas le fueron arrebatadas. Con su rostro lleno de vergüenza,  sus lágrimas quedaron al descubierto.

—¿Hobie? —inquirió Suga de nuevo.  El menor negó fuerte y se giró hacia la pared.

—Oh…oh, esto no está bien— fue la voz que en ningún momento sonaba tierna a menos que hubieran unas cuantas docenas de fans en frente. —Ohh Hobie— repitió arrinconando a su amigo y se recostó a su lado, le abrazo por la espada y posó su mentón en el hombro del chico, sintiéndolo llorar—Y eres tan descarado para decirme que no te pasa nada—dijo mientras negaba.

—No, es que no me pasa nada…al menos nada que yo sepa— justificó el menor girándose en los brazos del contrario y le vio a los ojos—¿Me veo feo? —preguntó limpiándose las lágrimas.

—Horrible.

El menor golpeo leve su pecho y rio fuerte— Baka.

—Una palabra en japonés que sepas no te quita lo feo— dijo el mayor besando su frente. —Ya, venga. ¿Qué te pasa?

—E-es que no sé…

—Ay Hope, contigo todo hay que hacerlo largo y doloroso. ¿Dime por qué te regresaste?

Resopló y se encogió de hombros, esa respuesta sí que la tenía clara. —Por la culpa de V.

—¿De V?

El menor afirmó sintiendo como de nuevo, su cuerpo se llenaba de ese coraje que había sentido minutos atrás.

—¿Y qué hizo el alien ese…?

—Oh, oh…eso sí que está más que claro. —Comentó viendo a los ojos del mayor —Mira… el manager pregunto, ¿quién no está? —enarcó su ceja para hacer más expresiva su respuesta —Y él dijo… Suga.

—Mjm…prosigue.

—Eso fue todo—aclaró cruzándose de brazos.

Yoongi no pudo evitar sonreír y su rostro se llenó de extrañeza—¿Y entonces?

—Eso fue.

—Pero yo no estaba.

El menor asintió con su rostro enfáticamente.

—¿Entonces?

—Fue su voz…

—¿Ah?

—Su voz… En su voz hay algo feo, algo que no me gusta.

El mayor enarcó la ceja y negó levemente, había pocas cosas de las que presumía en la vida como conocer a Hoseok mejor que la palma de su mano, así que mientras el menor hablaba disparates él solo se dedicó a repasar en su mente los eventos de los últimos días: su mejor amigo con los ojos mágicamente cansados, lagrimeando más de lo común por el sueño a deshoras, sin contar la escena de hacía dos días en el ensayo.

Hoseok había aparecido diez minutos tarde después de la hora acordada en el salón de baile y dado  que estaban dentro del edificio, aquello descolocaba al coreógrafo tal vez un poco más de  lo racional así que este esperaba al menor con la mirada fija en la puerta y los menores sentados contra la pared; cinco minutos después y en completo silencio los pasos del menor corriendo anunciaron su llegada y todos fijaron su atención en su rostro al aparecer en el andén de la puerta —Lo siento— fue toda su disculpa y avanzó cabizbajo hacia el coreógrafo.

—Hyung, ¿estás bien? —inquirió Jimin casi de un salto llegando a su lado— ¿lloraste? —preguntó haciendo un poco más incómoda aquella situación, arte especial de su dongsaeng.

Suga observó la escena y con una mirada quiso aniquilar al menor —Jimin, cállate.— Ordenó en un tono de voz que lejos de sonar enojado, fue irónico —¿Nuestro Hope llorando? Nahh… es esa estúpida alergia que se carga, ¿cierto? —Dijo mientras llegaba frente a su mejor amigo y le veía a los ojos, arqueó la ceja cuando sus ojos se posaron en los de este. Ahora sí que estaba seguro de algo, este le mentía. 


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