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Un frágil corazón ha sido lastimado por chibibeast

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Notas del capitulo:

-viendo el título del cap- He leído peores...
Hola~
¿Hace dos semanas no actualizo, cierto? ¿Son dos? -va ver el cap anterior- Sí, la vez pasado fue el 27/12 xD

Yomi, no sé qué comes que adivinas (?) No me leyeron en año nuevo, pero sí una semana después lol
Haré una aclaración: Mameluco= es un trajecito de cuerpo completo del que sobresalen sólo las manos y cabeza. Por sí alguien no está familiarizado con esta palabra.


Eh, ¿qué más? ... Ah, sí. No soy tan maldita, dije que cambié varias escenas de la historia original y, pues, en este cap se darán cuenta.
Fangirleen como yo lo hice 7u7


Tal vez notaron que acorto los nombres: Omi, Shin, Kou, Aki, blablabla... Las chiquillas tampoco se salvan wajajajá ojalá no se confundan Un.ñ


Gracias a Marie (que cambio su nombre en fb 7-7) por enviarme una lista con nombres para elegir, me fue de mucha ayuda... Gracias ;u;
Eso... Abajo continuo..
 ¡A leer!

 [EDITADO]

Pasense por mi perfil, el mes pasado publiqué un One shot AoixReita (seh, Reita uke). Leánlo y comenten, si estuvo feo o les gusto o que no le entendieron ni J xD Se titula "Cuando te des cuenta de tu error..."

  Lágrimas resbalan por mis sienes, la angustia anegada en mi pecho, un nudo obstruye mi garganta. No, no, no me hagas esto, cariño.

 

El maldito silencio de los presentes me desconsuela. Lo único que se escucha son los pitidos emitidos por la máquina que marca mis latidos, que se aceleran a cada segundo que transcurre, los efectos de la anestesia me desconciertan y aturden; quiero levantarme para asegurarme que mi bebé está bien, pero unas enfermeras lo impiden agarrándome de los brazos. Quiero gritar que me permitan verla, pero susurros apenas audibles escapan de mi garganta. Las voces de los médicos por fin se oyen, también los pasos de los demás presentes de un lado a otro, no entiendo lo que dicen, sólo palabras sueltas como 'pérdida', 'sangre', 'respirar', 'líquido' y otras que suenan distantes.

 

Al ver frustrados mis intentos por elevarme, desisto. La razón: mi vista se nubla, mareos se presentan haciendo que vuelva a recostar la cabeza en la almohadilla sobre la mesa de operaciones, ya no veo la cortinita azul, sino las luces que cuelgan del techo; poco a poco mi percepción del alrededor se desvanece, mi respiración es pesada, escucho mi corazón retumbar en mis oídos, mi cuerpo se debilita. Antes de cerrar los párpados y hundirme en la oscuridad, escucho... lo que fue mi mayor temor hace unos segundos, se deshizo y ahora pasa a ser mi mayor alivio.    

 

 

 

 

 

  ***    

 

 

 

 

 

Calidez gratificante recorre de la parte posterior de mi cabeza a mis mejillas y bajo mi labio inferior, muevo la cabeza buscando de nuevo esa sensación cuando la siento alejarse, suspiro al sentirla posarse en mi mejilla derecha y da un roce suave en mi pómulo. Perezosamente, abro los párpados y doy cuenta de dónde proviene éste calor, no aparto la mano posada al costado de mi rostro, al contrario la acerco más con mi propia mano acomodando mejor la palma.

 

– ¿Cómo te sientes?– la grave voz de Shinji me trae a la realidad.

 

– Cansado, somnoliento y preocupado.– mi voz sale pastosa y más grave de lo normal.

 

– Duerme, yo me quedaré a tu lado.– habla en susurros, al igual que yo; no sé, me agrada su voz de esa manera.

 

– Gracias.– no hice esfuerzo alguno durante el alumbramiento, aún así mi cuerpo resiente la cesárea y la tensión que tuvo al final.

 

Nuevamente duermo, esta vez tranquilo porque tengo a Shinji a mi lado y sé que necesito estar lo suficientemente despierto para cuando consideren sea prudente verlas. No sueño, sólo caigo rendido.

 

Despierto despejado, no sé cuánto tiempo dormí, lo bueno es que he recuperado energías.

 

– Oh, despertaste.– Omi está sentado en una silla cerca de los pies de la camilla, hay cierto brillo en sus ojos– A pesar de ser todo tan repentino, hiciste un buen trabajo, muchacho.

 

– Pero... Yo no hice nada, sólo estuve recostado, esperando que terminaran.

 

– Vaya, que cuesta elogiarte, ¿eh?– rasca su nuca– Cargaste con peso adicional durante 8 meses, estuviste 6 meses por tu cuenta, soportaste el dolor, a Shinji y a mí durante el trayecto al hopistal y diste a luz hace menos de tres horas... al menos permite que yo me regocije por ti.– da bronquitis todavía sentado en la silla, parece un niño así de entusiasmado.

 

Río bajito.

 

– Está bien. Gracias.– sonrío casi igual de entusiasta– ¿Sabe cuándo vendrán?– no puedo esperar a acunarlas y mencionar sus nombres.

 

– Dijeron que en cuánto despertaras. Una enfermera estaba aquí cuando abriste los ojos, así que ya deben traerlas.

 

– Oh. Ya quiero conocerlas. ¿Dónde está Shi...?– el ruido de la puerta al ser abierta corta la pregunta. Volteo hacia allá y... es como si el tiempo fuese en cámara lenta, dos enfermeras traen consigo un par de carritos con barreras transparente, adentro se encuentran mis amores. No alcanzo a ver sus caritas, pronto lo haré.

 

– Miren a quiénes tenemos aquí.– dice una de las chicas con voz cantarina, ambas usan un traje típico de pediatría, estampado de animalitos o bebiberones, mientras acercan los carritos a la camilla.

 

Ahora que me doy cuenta, se notan muy alegres y para nada extrañadas de que son mías, tal vez ya han atendido casos similares. Lo que sea, me concentraré en mis preciosas.

 

No puedo evitar que una exclamación de asombro salga de mi boca, son... son lo más lindo, tierno y delicado que he visto. Una de ellas va envuelta en una manta púrpura, un gorrito del mismo color cubriendo su cabecita; la otra va igual, la diferencia es el color lila. El gastado rosa no hay en las ropas de mis pequeñas. Mencionan quién es la mayor y quién la menor, por 5 minutos.

 

 – Nozomi.– menciono el nombre de la mayor, al momento en que una enfermera la posa en mis brazos. Detallo cada facción de su dulce rostro: mejillas regordetas, labios abultados, nariz pequeña y ojos rasgados como los míos, su tono de piel es pálido. Las arreglan para dejar a cada una en un brazo mío, quedando así semi inclinadas y mis manos apoyadas en mis costados.– Kazumi.– su tierno rostro idéntico al de su hermana, con la diferencia de que sus ojitos son rasgados como los de Akira y es unos centímetros pequeña en estatura. Distingo eso porque cuando era adolescente vi muchas fotografías de Akira siendo un crío. Definitivamente, sin lugar a dudas son la combinación perfecta entre Akira y yo.

 

Las veo intercaladamente, concentro la mirada en Kazumi recordando la angustia que pasé en el quirófano al pensar que había partido de este mundo apenas nacer, pero suaves sollozos dieron el aviso de que no abandonaría y permanecería a nuestro lado; luego me desmayé, tal vez del alivio o la anestesia, no lo sé, me hubiese gustado presenciar su primer imagen externa a mi vientre.

 

Maravillado observo el intento de sus párpados por elevarse, Nozomi lo logra y revela unas irises achocolatadas, mueve los piecitos y las manitos aún envuelta en la manta, parece buscar algo, abre la boca y gira la cabeza en dirección a mi pecho como si supiera que lo que calmará su hambre se ubica allí. Sonido húmedo hace que voltee hacia Kazumi, quien revela unos irises marrón claro y tiene una manita hecha puño adentro de su boca, chupándola. Eso indica: quieren leche, no estoy seguro de poder proporcionársela.

 

– Kouyou.– otra vez es la voz grave de Shinji la que me saca de mi ensoñación.

 

– Shin.– mi voz sale rota, mi labio inferior tiembla y siento mis mejillas arden al paso de las lágrimas– Shinji, están aquí... ¡Ya nacieron y las tengo entre mis brazos! ¡Son lo más hermoso que he visto jamás!– digo con emoción, casi gritando, mientras un nudo de felicidad se forma en mi garganta– No puedo creerlo. Dime que no es un sueño, Shinji, que esto es real.– nuestras miradas se conectan, yo lloro, mientras el me mira con una gran sonrisa plantada en su rostro.

 

– Sí, por lo que estuviste luchando estos 8 meses, por fin, se encuentra delante de ti; es tangible. Sanas, fuertes y derrochando tanta dulzura, los tres... los tres...– traga saliva dificultosamente– Disculpa, yo...No sé que decir, este momento es...– Shinji trata de no llorar, lo sé, muerde su labio pero un jadeo escapa– Ellas y tú... Dios...

 

– Tranquilo, hombre.– Omi rodea por los hombros a su primogénito, dando leves palmadas cerca del omoplato izquierdo.– Vaya aguado que me saliste.– ahora, lo reconforta en un abrazo.

 

– Calláte. Tú estás aguantando, viejo, también quieres llorar, aceptalo.– se aleja de su padre y le saca la lengua infantilmente.

 

– No es cierto.– aunque lo niegue, sus pestañas humedecidas dicen lo contrario. Discuten acerca de quién es más llorón, algo tonto por cierto. Las enfermeras y yo los observamos, así son ellos, por sus discusiones bobas e inoportunas se desprenden del mundo. Esperen, ¿cuándo ingresó Shin a la habitación? Bueno, supongo que no importa, nos acompaña y ya. Omi quiere contar la historia del día que Shinji nació, pero el necio éste lo interrumpe y se gana un coscorrón por impertinente. 

 

Miro hacia abajo al sentir mojado la bata celeste cerca de mi pezón izquierdo, sorprendido descubro que la causa es Kazumi.

 

– Es hora de comer.– anuncian las enfermeras.

 

– No creo producir leche.– mis pectorales no cambiaron, no aumentaron tamaño como suele suceder en las mujeres por la acumulación de dicho líquido.

 

– Pues, lo descubriremos ahora.

 

– Hemos comprobado que los hombres también poseen glándulas mamarias y son funcionales, así que no se preocupe, estamos seguras que ustred podrá alimentarlas por su cuenta.

 

Se acercan a mí, una desanuda la tira de la bata amarrada en mi cintura y retira la parte superior destapando mi torso, ambas acomodan a las recién nacidas en cada pezón, Nozomi en el derecho y Kazumi en el izquierdo. Un increíble sonrojo adorna mis mejillas por tres razones: la extraña sensación de mis pezones siendo succionados a la vez, las sonrisitas de las chicas aunado a la mirada penetrante de Shin y que me acabo de dar cuenta que Omi sostiene una cámara de vídeo que apunta hacia mí... desde hace un buen rato.

 

Los ignoro, es lo mejor. Al principio duele un poco, sólo siento la succión y la presión que ejercen con sus labios, me empiezo a deprimir... pediré darles biberón; justo al separar los labios para pronunciar el pedido, una sensación distinta se acentúa, mi espalda se tensa y...

 

– Le dijimos, con la suficiente estimulación... –

 

El líquido fluye.– completan la frase.

 

Vaya, tenían razón. Nozomi y Kazumi chupan entusiasmadas, la primera vez que amaranto, tendré que acostumbrarme. Sonrío, puedo decir con seguridad que soy feliz. Sollozos escapan de mi garganta, no puedo reprimirlos ni trato de hacerlo, no tiene caso; llorar y sonreír simultáneamente es la forma en que desahogo lo que estoy sintiendo. Tengo sentimientos encontrados. Quisiera que Akira y los chicos estuviesen aquí compartiendo el evento más importante de mi vida, lastimosamente no es posible y eso me deprime; sin embargo, la presencia de Shinji y Omi me reconforta, son quienes han prestado su compañía, me dieron un hogar y forman parte de este evento especial.

 

Durante el amamantamiento, ingresa a la habitación el doctor que me ha atendido a partir de mi llegada a Kanagawa. Saluda a Omi con familiaridad, como varias veces en las consultas. Me huele a que algo se cocinó, cocina o cocinará entre esos dos... Meh, para mí que en sus años mozos sí hubo algo. Mi imaginación vuela demasiado.

 

– Kouyou, ¿Ha presentado alguna molestia la herida?– se planta a los pies de la camilla. Este señor, a pesar de que cuando lo vi por primera vez me pareció anciano, en las siguientes consultas me di cuenta de que no lo es... tanto, es dos años mayor que Omi. Nunca he interrogado de dónde se conocen, supongo que de su juventud, ya que también muestra confianza a Shinji. Yoshitake Takeda, al principio su nombre no era relevante pero pienso que es importante recordar el nombre de la persona que puso empeño en traer un par de vidas al mundo, además estoy agradecido.

 

– Eh, no mucha. De vez en cuando siento un jalón en cierta puntada y escose, si me inclino hacia un costado, también pasa.

 

– Es normal, no hay mucho problema, entonces.– se expresión se torna seria– Chicas, acuesten a las gemelas en las cunas. Es de suma importancia lo que debo hablar con Kouyou. Las muchachas obedecen, cuidando de no despertarlas las apartan de mi pecho. Claro, estando satisfechas duermen. Me dan algunas indicaciones para cuando sea necesario cambiarles el pañal y luego se retiran. Cierro la bata anudando la tira. Omi graba a las dormilonas y Shin se sienta en la silla próxima a la camilla.

 

– Tadaomi, no hagas el tonto y ven, que también debes saber esto. Omi guarda la cámara de vídeo y se sienta a los pies de la camilla, al lado de donde está de pie el doctor Takeda.

 

– No me mires y ya dinos lo que sea vas a decir.– interpone las manos en el campo de visión en medio del doctor y él para que no lo vea, similar a un niño. El doctor Takeda lo ignora y se dirige a mí.

 

– Como sabrás, la menor de las gemelas tuvo complicaciones al nacer.– asiento.

 

– ¿Qué sucedió con exactitud?

 

– A la hora de extraerla dimos con que el cordón umbilical estaba enrollado en su cuello, por suerte pudimos evitar pasara a más; sin embargo, no lloró como normalmente pasa, eso se debió a que líquido amniótico obstruía las vías respiratorias. Y tú tuviste una hemorragia, perdiste mucha sangre. Hicimos lo posible por mantenerlos estables y obtuvimos excelentes resultados.

 

Mi cuerpo se tensa al finalizar el informe. Digiero dificultosamente el hecho de que estuve a punto de perderme en penumbras, al igual que Kazumi y que Nozomi pudo haber quedado sola, sin mis cuidados y compañía de su hermana.

 

Aprieto la sábana que tapa mis piernas, una caricia en el dorso de mi mano hace destensar mís puños, giro la cabeza para encontrarme al peligro tatuado.

 

– Ahora todo está bien. Ellas ya están aquí, contigo... con nosotros.– enlaza nuestros dedos. –

 

Sí... Gracias.– trago saliva, suprimiendo el nudo en mi estómago.

 

Fijo la mirada en el carrito donde duermen las gemelas, expiden aura de tranquilidad y paz o al menos eso me transmiten.

 

– Son preciosas.– murmura mi acompañante, sólo estamos los dos. Quién sabe el momento en que Omi y el doctor abandonaron la habitación.

 

– Lo sé.

 

– Ni cómo negar que son tuyas.

 

Al salir del apartamento aquel fatídico día, solamente pude tomar una fotografía de Akira y yo juntos, la cual no he mostrado a nadie y creo que es mejor que no sepan de su existencia. No conocen el aspecto de Akira... ni lo conocerán. 

 

El apellido gravado en sus partidas de nacimiento es el mío, yo soy su progenitor, 'Takashima' será lo que pronuncien y escriban contiguo a sus nombres.    

 

 

 

 

 

  ****  

 

 

 

 

 

    Dicen que ser padres es el trabajo más agotador del mundo, si se es primerizo 'agotador' queda corto; sin embargo, yo no lo creo así. A tres semanas de nacidas, Zomi y Zumi son muy quietas, duermen la mayoría del día, comen mucho y, pues, el cambio de pañal sería lo tedioso. A nadie le gusta cambiar pañales, es obvio y si existe alguien a quien le guste, pues, que venga él o ella a realizarlo por mí. Durante la noche, ni un gimoteo se escucha, caen dormidas como piedra.

Acabo de ponerles el pañal, fue un poco difícil, ya que movían mucho sus piernitas y son tan pequeñas que temía lastimarlas. Su complexión las hace lucir tan frágiles, me da mucho miedo sujetar un brazo o pierna, me parece que podría romperlo. Los pelinegros me auxilian cuando no tengo idea de qué hacer, me animan a realizar distintas actividades con ellas, aunque son varias; sin embargo voy perdiendo el temor a lesionarlas, sé medir mi fuerza al cargarlas.

A la hora de amamantarlas es, hasta cierto nivel, incómodo. Ya me acostumbré al tacto y lo que conlleva,  a lo que todavía no me acostumbro es... a que Shinji se siente o pare frente a mí o un lado y me mire fijamente, algunas veces finje no verme. Dice acompañarme por si ocurre algún accidente, como que una de las niñas empiece a toser por mamar muy rápido o que realicen sus necesidades estando aún adheridas a mi pecho. Se lo agradezco.

Omi, recientemente, no se mantiene en casa. Pasa unas horas mimándonos a los tres, después se va y regresa ya entrada la noche. Eso se debe a que prepara un viaje a América, se me hizo repentino, pero dijeron que lo planearon desde antes que yo apareciera, unos cuántos detalles que arreglar y todo estará listo.

Recuerdo lo que Omi dijo hace unos meses: ~Acondicionaremos otra de las habitaciones para ellas, si todavía quieres continuar bajo este techo. Eres bienvenido a permanecer cuánto desees.~

¿Se refiere a que... Ellos se irán y nos permitirán continuar viviendo bajo este mismo techo? No, no puedo aceptarlo, suena como si me aprovechara de su amabilidad. Si llegase a confirmar mi 'teoría', discutiré este tema con ellos.  

 

 

  *  

 

 

  – Kouyou, presta la mayor atención posible a lo que diré. Si necesitas que lo repita, lo haré.

Sala de estar... Omi y Shinji se ubican sentados en el sofá grande paralelo al sofá individual, que es donde me ubico. Tadaomi me 'citó' en el recinto, tengo noción de lo que puede decir; no estoty seguro, pero pronto lo averiguaré. Trago saliva, al advertir su boca abrirse.

– Nos iremos a New York. No seré Mapa Mundi, pero sé que es una estado o ciudad de América y que hay miles, si no millones, de kilometros de distancia en medio de Japón y Norteamérica. Mis sospechas acaban de ser confirmadas.

– ... ¿Cuándo?– articulo, después de un denso silencio.

– Dos semanas. Todavía falta llenar ciertos documentos, formularios, revisar solicitudes al puesto de gerente de la tienda y otros papeles que no vienen al caso.– abanica restando peso.

– Entiendo. Buscaré hospedaje y previo a que partan, me iré también.– me levanto del sofá con la cabeza agachada– Si eso es todo... iré a la habitación de las niñas.– empezando a caminar el agarre a mi antebrazo me detiene y giro.

– No entendiste.– Shinji gira por completo mi cuerpo y me sienta de vuelta.– Nos iremos a New York.– repite lo dicho por Tadaomi, lento y fruciendo el ceño.

– Sí, lo escuché, lo entendí. No es necesario repetirlo.

– Entiendes que habrá un viaje, pero no comprendes lo que queremos decir. Shinji, las gemelas, tú y yo... viajaremos a New York, dos semanas próximas. Tus documentos y permisos de las gemelas son lo que faltan para completar el papeleo del vuelo, son nuestra famila, no los dejaríamos atrás. Primero pensé en convertirte en el propietario de ésta casa, le di vueltas, lo discutí con Shinji y coincidimos que sería buena opción llevarte con nosotros. Qué tengas un nuevo inicio. – sonríen sutil– También hay cierto asunto que debemos poner sobre la mesa.

No puedo creerlo... No puede ser. Piensan... Quieren llevarnos con ellos. Ir a otro país nunca estuvo en mis planes, ni lo estaría si no fuese debido a tal proposición.

– La estadía allá no está calculada con exactitud, así que habrá que conseguirles residencia permanente.– Shin se apoya en el reposabrazos a mi lado.

– De eso me encargaré yo. Estimo permaneceríamos allá de 3 a 5 años, aproximadamente.

– ¿Cuál es la razón de este viaje?– mi curiosidad sale a flote y no evito cuestionar. No quisiera hacerlo pero uno no decide algo sin propósito.

– Maximum Harmony se expandirá, hasta ahora hay tres sucursales: Kanagawa, Tokio y Manhattan;   muy pronto, añadiremos New York a la lista.– extiende los brazos juntos al frente, luego los separa a los costados como si fuese revelando un letrero, visualizado sólo por él.

– Exacto.– a pesar de que su rostro no denota entusiasmo alguno, sus ojos brillan como si tuviese un cartel iluminado frente a sí..

– De acuerdo. A excepción de que hay un pequeño, diminuto, imperceptible... gigantesco inconveniente.– observan dudosos– Mi pronunciación del inglés la considero inferior a la de un principiante, tal vez esté al nivel de un niño de primaria. Apartan sus miradas de mí y la conectan con las de su consanguíneo. Cuento 7 segundos, estallan a carcajadas... Sí, burlénse. 'Dun problem'. Ah, hasta en mi mente doy vergüenza.

– Espanta el susto, muchacho.– Omi abanica, nueva vez– En lo que restan los días aquí te enseñaremos lo básico. ¿Manejas el escrito?– asiento con la cabeza– Entonces, no andas tan perdido en el tema.– ríe.

– Cualquier duda, puedes recurrir a mí.– Shin posa su zurda en mi hombro diestro, elevo la mirada hacia él, pongo mi diestra sobre la suya y sonrío, él devuelve el gesto. Un flash nos desconecta, giramos a la dirección proveniente. Omi observa muy satisfecho la cámara fotográfica que sostiene.

– Agregada al álbum.  

 

 

  **  

 

 

  Me encuentro en mi habitación, acostado en mi cama y con Zomi jugueteando con su chupón encima de mi pecho. A mi lado, Shinji sentado juguetea con Zumi, moviendo sus extremidades y emitiendo ruiditos en respuesta a la 'conversación' que mantienen. Hoy cumplen un mes y una semana.

Ambas vestidas con trajes similares: mameluco* y gorrito, de color púrpura y lila. Shin usa camiseta azul oscuro con dibujo extraño, pantalón gris y botines rojos; yo uso una camisa celeste de algodón de mangas hasta los codos, pantalón negro-azulado y botines grises. Hoy es el día en que subiremos al avión y volaremos hacia un nuevo destino.

Las dos semanas previstas transcurrieron calmadas, los preparativos fueron finalizados, sólo hubo un pendiente; del cual Tadaomi se anda asegurando no pasar por alto.

El pelinegro se levanta de la cama, lo observo interrogante a lo que apróxima la carriola doble abastecida conciertas cosas indispensables por el momento, acomoda a Zumi encima de lo acolchado. Luego realiza el mismo proceso con Zomi, quitándola de mí. Par de angelitos yacen soñando profundamente.

  Me inclino a apoyar la espalda contra el espaldar de la cama, quedando semi sentado, contemplarlas se ha convertido en mi principal pasatiempo. Su imagen me atrae como imán.

Un airecito tibio choca contra mi barbilla, noto la proximidad de Shin a mi cara, me sorprendo pero no retrocedo. Su zurda la apoya a un extremo de mi cabeza en el respaldo y su diestra la coloca sujetando mi nuca, mientras enreda sus falanges entre mis cabellos. Su nariz roza la mía, su cuerpo semi abalanzado arriba del mío, sin aplastarme.

– No sé cómo explicarlo. Tú... me atraes, mas no es simple atracción física. No debería hacer ni decir esto, ya que sé alguien todavía ocupa tu amor y siempre habrá parte de él contigo. – ve de reojo hacia la carriola– Puedo reprimir los impulsos, mas es imposible suprimirlos. Han surgido sentimientos por ti, en el poco tiempo que llevamos de conocernos. No estoy enamorado de ti, así como tu tampoco lo estás de mí, pero me gustaría intentarlo... quiero forjar un vínculo sentimental contigo; tal vez has dejado creer en el amor...– realiza una pausa.

– Sigo creyendo en el amor, creeré siempre. Soy inseguro, en cuánto a mí se refiere; sin embargo, quiero creer lo que musitas. Si iniciaramos una relación, no será de dos, será de cuatro... Si quieres una flor, la querrás con cada pétalo.– mi corazón late frenético según las palabras articuladas.

– Aun si te negaras, querría a ese par de pétalos como si fuesen de mi propia flor.– junta nuestras frente y narices.

– ¿Sí?

Por toda respuesta, une nuestros labios. 

Ejerce una suave presión, se siente muy bien. Empieza a mover sus labios lento, parsimoniosamente; yo lo sigo a la misma velocidad. Los alientos y saliva se entremezclan, se han vuelto uno; al igual que nuestras lenguas, entrelazadas. Utilizó su pulgar para halar mi labio inferior e ingresar ese músculo húmedo, causando estragos en mí.

Corriente eléctrica continua abarca mi complexión, me estremezco por su toque, tanto de su diestra por mi cuello como por su lengua recorriendo los rincones de mi boca. Éste beso lo disfruto mucho, demasiado. Meses sin ser besado, me hicieron olvidar tan exquisita sensación; hoy, percibo la tibieza, suavidad y sabor de unos labios que bien podrían arrastrarme a la locura. Indescriptible, es la única palabra que acude a mi pensamiento.

Mi diestra se adhiere a la camiseta de Shin y mi zurda aprisiona sus cabellos azabaches, de alguna manera buscando descargar lo anegado en mi ser. Disminuimos la celeridad del ósculo, debido a la escasez de oxígeno. Ligeras mordidas son dadas no queriendo separarnos, un último mordisco y leve jalón a mi labio inferior para deshacer la unión. Abro los párpados, que mantuve cerrados lo que duró, encontrando la miradsa de Shin. Sonreímos, mientras nuestros belfos rozan.

El estruendo de la puerta siendo abierta bruscamente y gritos, nos distancia y las gemelas gimoteando por haber sido despertadas.

– ¡Hora de irnos! ¡Agarren sus valijas, nos largamos de aquí!      

 

 

 

 

    *****      

 

 

 

 

    REITA'S POV  

 

 

Hoy es el día en que encontraré a Kouyou. Después de 2 meses de dar con su paradero, por fin se ha presentado la ocasión de embarcarnos en su busca... Porque sí, Yutaka, Takanori e incluso Yuu vienen conmigo a ésta 'aventura'. 

Debido a festividades pasadas, estuvimos demasiado ocupados en nuestros trabajos, intentamos terminar rápido pero no fue fácil. Dormir de madrugada y despertar esa misma madrugada fue un martirio. Ir de un lado a otro, pasar sentado todos el día... Dios, espabila cerebro, espabila.

Vamos en un tren camino a Kanagawa, Yuu va a mi lado y Yutaka con Takanori en los asientos contiguos, quienes de vez en cuando se comen la boca y se susurran cuánta cursilería se les ocurra.

– Ya basta, me provocan náuseas.– ese es el anciano gruñón del grupo, se queja de y por todo. Nada lo complace ni el mismo se soporta.

– Dejalos, Yuu. Ni que fuese a ti a quien babearan.– ruedo los ojos, si no se calla lo patearé.

– Estaban bien sin ser una pareja empalagosa derrochadora de brillitos y estrellitas.– amurrado, cierra los ojos indispuesto a verlos, cubre su cara con la capucha de su chaqueta dando énfasis a su negación.

Ellos solamente ríen, dan piquitos, se abrazan y susurran. La pasan genial, supongo.

Yo apoyo la frente en el vidrio de la vetana, observo el paisaje borroso debido a la velocidad de la maquinaría, mi vista se pierde en las manchas coloridas; una serie de flashes atraviesa mi mente, recuerdos congelados del que fue mi mejor amigo y después mi novio... mi prometido, arruiné el compromiso, rompí promesas y lastimé su frágil corazón.

Las voces de los chicos exclamando mi nombre corta la línea de mis pensamientos.

– Ya llegamos.– Yuu palmea mi hombro, nos levantamos de los asientos y encaminamos tras los tortolitos. Yutaka es, prácticamente, arrastrado por Takanori hacia la salida del tren.

– ¡Por fin! ¡Estamos en Kanagawa!– medio grita el menor de los cuatro.

– ¿No quieres anunciar que guardamos 5 lingotes de oro en el equipaje? ¿No te jode, Taka?– ahí va gruñendo, ruedo los ojos.

– Basta. Taka no grites, aun el clima está frío y podrías dañar tu garganta.– ajusta la bufanda beige al cuello de su novio, deshaciendo y rehaciendo los cruces de tela.

– ¡Yuta!...Primero no podemos besarnos tranquilamente y ahora no quieren que grite.– refunfuña subiendo la bufanda hasta tapar su nariz. Yutaka lo mima revolviendo sus cabellos castaños y rozando sus narices.

Viro el cuerpo, comienzo a avanzar hacia la salida de la estación siendo seguido por los demás. Abordamos el taxi que nos permitirá llegar al sitio dónde permanece Kouyou.  

 

 

Notas finales:

¿Qué hago?- se hace bolita- Dije que iba a continuar aquí, pero no sé qué decir ;-;

Son 12 páginas, no se atrevan a reclamar que estuvo corto >:u 9

Aaaam, pues, las que querían que Uruha se quedara con Shinji... se les cumplió, ¡Hagan party hard! :v /

La frase: "Si quieres una rosa... la querrás con cada pétalo" fue tan... Tan... Iugh ._.

-levanta un cartel con dos nombres adornados por corazones multicolores- ¡Yoshitake y Tadaomi! ¡YoshiOmi! Wajajajá >:B 

Esto no es parte de la historia original, surgió mientras escribía la escena del informe ggg además en un cap se mencionan miradas cómplices entre ellos 7u7 Quisiera escribir un One shot contando si hubo o no relación de pareja, no estoy segura... ¿Lo leerían? ¿Les gustaría? 

Si leyeron esto, dejen review owo

Pasense por el One shot Aoita, ¿sí?


¿Qué pasará en el siguiente cap? ¿Será que el maldito destino -yop- complacerá a Akira aunque sea una perra vez en esta historia? (?) ¿Actualizaré la próxima semana o hasta el otro mes? Quién sabe :'v

 


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