Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un frágil corazón ha sido lastimado por chibibeast

[Reviews - 104]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

He aquí el último capítulo de… La Rosa de Guadalupe… quiero decir de Un frágil corazón. (Resubido)


Hubo un rw que menciona a La Rosa, al principio me molestó la comparación, pero me reí porque sí, hay tanta autocompasión en los caps anteriores.


Todavía no contesto rws, ¡son muchísimos y extensos! ¡Genial! A lo largo de esta semana obtendrán mi respuesta.


Whatever, a nadie le gusta leer excusas pero tengo una coartada de por qué no había actualizado este fic y no he actualizado los demás… aparte de cuando participé en el DIK 2016. La universidad es un monstruo que consume la vida de las pobres almas que pisan su territorio y de fanfics no se viven, obviamente.


Ruego sepan perdonar mi ausencia durante cuatro largos meses. Decidí actualizar el 30/04/16 porque es una fecha especial: mi cumpleaños, cumplo 20 años; la vejez me alcanza y yo no puedo huir. Vendría siendo un regalo de mí para mí (Pathetic :v) y para todos ustedes amados lectores


No los aburro más con mi palabrería.


- Recuerden que cuando Uruha se fue nadie supo cuántos meses tenía de embarazo.


- Nueva York aparte de edificios, tiene casas también… creo, si no pues imaginen que a las afueras hay residenciales, así como en las películas.


- Advertencia: FINAL… 

REITA’S POV

 

Acabamos de arribar a la dirección en la que se supone Kouyou debería estar. Es una casa grande, en comparación a las otras es lujosa, ya no hay nieve regada por el suelo, aun así el aire se mantiene frío y la mayoría de la gente se abriga; al menos usan bufanda. Estamos a mediados de Marzo, la primavera es extraña este año, pero no importa; no vine a buscar respuestas sobre el clima.

De pie, enfrente de la hermosa vivienda, me paralizo. Un sinfín de preguntas, cada una más desalentadora que la anterior, azotan mi atribulada mente. ¿Qué pasa si no quiere verme? Lo entendería, le grité y le dije cosas hirientes, ni yo querría verme. ¿Me permitirá verlo? Para este tiempo el bebé ya habrá nacido, me apena no haber estado con él… Si bien Kouyou no es rencoroso, sí debe de estar muy dolido. No sé por qué, tengo un mal presentimiento.

¿Y si encontró a alguien más? Es imposible, ¿verdad?

Un par de topecitos en uno de mis hombros corta el hilo de mis divagues, es Yutaka quien está parado frente a mí viéndome con preocupación; Takanori y Yuu, a mi lado, miran fijamente cada ventana por si hay algún movimiento adentro o si alguien se asoma.

− ¿Listo para lo que viene?

− No.

No estoy listo, para nada. Me pone nervioso e inseguro imaginar el tipo de personas con las que ha estado viviendo Kou, para tener una casa así en Kanagawa no creo que sean simples oficinistas o trabajadores de media jornada; además el hombre que investigó su paradero no nos dio más información que la dirección, unas cuantas fotografías y nos dijo que convive con dos hombres, de las cuales no conocemos su apariencia. Empiezo a dudar de la veracidad de todo esto.

» − ¿Qué tal si es mentira? ¿Qué tal si perdimos tiempo y dinero en falsos?

−  No digas eso, Akira. No seas tan negativo. 

− Pero es que, Yutaka, es demasiado bueno para ser verdad. Ustedes salieron a buscarlo por Tokio, pensando que todavía podría andar por allá , luego un desconocido viaja al primer lugar que ustedes descartaron debido a la historia con sus padres y justo lo encuentra vagando por aquí, no creo que… 

− ¡No pensaste eso cuando viste sus fotografías!− Takanori se acerca enojado, se afianza a mi abrigo y lo sacude.− Te emocionaste al creer que era cierto, ¿por qué ahora, que ya estamos aquí, te empeñas en desconfiar? ¿Por qué hasta hoy usas la lógica que hace una semana nadie hizo caso?− puedo ver sus pestañas humedecerse y la tristeza reflejada en sus facciones. 

− Suéltalo, Taka.− el menor es alejado de mí, ahora busca refugio en los brazos de Yutaka.

− Tienes razón. Pedimos permiso en nuestros trabajos para viajar hasta este lugar con la ilusión de dar con Kouyou, creímos en lo que ese sujeto nos dijo; sin embargo, venimos a comprobar que realmente es así, porque si no hubiésemos venido no podríamos deshacernos de la incertidumbre. El que Kou esté ahí o no, determinará si esto fue una pérdida de tiempo.− habiendo dicho eso, Yuu emprende marcha hacia la puerta principal, atravesando en el corto camino del jardín delantero que la separa de la calle. La pareja le sigue unos segundos después.

Yo continúo plantado en el mismo lugar, mirando cómo Yuu da topes en la puerta; al no recibir respuesta luego de un minuto, Taka se desespera y toca el timbre, que al parecer no notaron antes, obteniendo el mismo resultado.

 

Cuando estoy por dar un paso hacia ellos, una señora de aparentes 60 años se acerca a mí y nos observa sospechosamente…

 

− Disculpe, joven, ¿podría decirme a quién buscan?

 

− Sí… buscamos a un hombre llamado Kouyou Takashima, de cabello negro y corto…− por centésimas de segundos no supe qué más decir− nos dieron la dirección de esta vivienda.

 

Los chicos al darse cuenta que la señora habla conmigo regresan sobre sus pasos y, prácticamente, tenemos la rodeada, lo hace que nos hace vernos aún más sospechosos.

 

− ¿Qué asuntos tienen con él?− pregunta, mientras retrocede un poco.

 

No diferencio si cuestiona para asegurarse que somos conocidos o si sólo quiere saber para después ir con el chisme, de las ancianas nunca se sabe.

 

− ¿Para qué quiere saber lo que tenemos que tratar con él? Sólo díganos si Kou vive ahí o no.− Taka se para frente a ella queriendo intimidarla, creo, y así acabar rápido.

 

− Qué muchacho tan mal educado.− indignada, intenta irse pero Yutaka la detiene posando su diestra en el hombro de mujer mayor.

 

− Perdónelo, por favor.− realiza una venia, a la vez que obliga a Taka hacerlo también− Está alterado debido a una discusión que tuvimos previamente.

 

− De acuerdo. Se nota que tú sí eres muy educado y gentil, contrario a otros.− mira de reojo al menor todos, quien al saberse aludido quiso alegar, cosa que Yuu impide al cubrirle la boca con sus manos.

 

− Gracias.− le sonríe a la mujer, marcando ese hoyuelo que deja encantado a cualquiera y ella no es la excepción.− Respondiendo a su pregunta: Kouyou Takashima es un amigo nuestro, por circunstancias desafortunadas viajó a esta prefectura, justo a este distrito; hace una semana supimos su ubicación y hoy venimos de visita, pero al parecer nos equivocamos de casa.

 

− Puede ser. Aquí vivía un Kouyou, aunque no sé si su apellido es Takashima, calza con la descripción que me dijo el castaño con voz de recién levantado. Muchacho, tu voz es demasiado ronca, deberías de ir donde un médico, seguro tienes algo malo en la garanta; el chaparrito también, esa voz para esa estatura no es normal. Estos jóvenes de hoy, quién sabe lo que se meten en el cuerpo.− niega con la cabeza.

 

Mi voz no suena tan feo, ¿o sí? Llevo mi diestra a mi garganta y carraspeo. Yo no me meto nada, mi voz es grave por naturaleza. Es lo que quiero decir, pero me lo reservo, no discutiré con una anciana. En cambio, Taka no piensa lo mismo, está rojo de la furia y su ceño tan fruncido que parece una sola línea; su tono ronco no es lo que le importa, sino que le haya dicho «chaparrito», le han insultado y es imposible para él quedarse callado. De nuevo, Yuu lo apresa y se aleja un par de metros de nosotros.

 

» − A como te decía, había un Kouyou. La primera vez que lo vi fue con el señor Amano, cargaban unas maletas, supuse que eran familiares, pero al ver la barriga que el muchacho tenía lo descarté; estaba asustada de que Tadaomi tuviese una pareja tan joven y más que fuese un hombre, después de todo lo que pasó en su juventud no me lo esperaba.− niega con la cabeza y suspira, pareciendo decepcionada. ¡¿Un viejo?! No lo creo, no puede ser.− Un día lo intercepté y le hice algunas preguntas.− me imagino al señor encerrado en una sala diminutas alumbrada por una bujía, como esas de las que aparecen en las series policíacas y a la anciana amenazándolo con un rollo de periódico.− Resultó que era un amigo de su hijo y él lo cuidaba, mientras su hijo regresaba de fuera de Japón, cuando Shinji regresó, ambos cuidaban de él; aunque entre nos, esos dos jovenzuelos eran muy cercanos para ser sólo amigos.− susurró al final.

 

No… puede… ¡No! Me niego a creerle a esta anciana chismosa, que Kou haya cambiado tan rápido, si la última vez que nos vimos dijo amarme… dijo estar feliz de llevar consigo una parte de mí; pero, si me pongo a pensarlo detenidamente, yo mostré lo contrario a él y lo eché, era obvio que no estando conmigo otro iba a tomarlo. Porque conociéndolo, Kou no iría buscando con quien estar, sino serían otros quienes querrían estar con él.

 

− Anciana.− me fulmina con la mirada, pero no le doy relevancia− Ha estado hablando en pasado, explíquese. ¿Qué pasó?

 

− Irrespetuoso.− hizo amago de irse, Yutaka volvió a detenerla.

 

− ¿Podría continuar contándonos, por favor?− pone la mirada de cachorro apaleado y la anciana cae redondito, mientras Taka casi arroja lava de la boca.

 

− De acuerdo.− hace una pausa estresante, todos mis músculos se tensan, afino el oído para no perderme nada de lo que diga; parece que los otros tres hacen lo mismo.− Hace dos días se mudaron. Shinji cargaba a las gemelas, preciosas por cierto, mientras Amano acomodaba sus pertenencias dentro de la cajuela del auto y Kouyou conversaba con ambos. Minutos después, los Amano iban camino al aeropuerto.

 

− ¿Aeropuerto?− preguntamos los cuatro al unísono.

 

− Sí, se mudaron a algún lugar del mundo. No sé a cuál ni por cuánto tiempo, sólo sé que salieron de Japón.− encoge los hombros como si no importara.− Bueno, debo irme. Fue un gusto toparme con un joven tan lindo y simpático como tú.− le sonríe a Yutaka, quien le responde de igual manera, aunque sorprendido por lo que la mujer ha contado.− Ten, los jóvenes como tú necesitan muchas proteínas.− de una bolsa plástica, la cual no había visto, tiende una barra de avena o parecido, la cual mi amigo toma y agradece por todo; ella se despide agitando una mano.

 

Gemelas. Ha dicho «Gemelas». Siento la boca seca, mi respiración entrecortada y mis latidos acelerados. En mi familia no hay historial de embarazos dobles, por lo tanto en la familia de Kou sí debe haber. Él es hijo único, nunca se me ocurrió preguntarle acerca de tal suceso, ya que no le gustaba hablar de su familia, tampoco le escuché mencionar sobre primos idénticos.

 

En cualquier caso, esto me hace sentir peor que antes. Con esta noticia es como si el destino quisiera estrellarme en la cara que arruiné y me privé de lo que pudo ser el complemento que le diera mayor vigor a mi vida. Dije un frío «No», cuando en realidad debí decir un caluroso «Sí».

 

− No te desmorones, Akira.− la voz de Yuu hace que corte mis pensamientos.

 

− Nos tienes a tu lado, no te dejaremos solo.− Taka me atrapa en un fuerte abrazo, lo sujeto de la misma manera.

 

Sus palabras duelen y calan en lo más profundo de mí ser, me hacen odiarme y detestarlos por darme el ánimo y apoyo que debieron ser para Kouyou, tengo pensamiento oscuros en los que ellos tienen tanta culpa como la tengo yo; sin embargo no nos considero en la misma categoría, ellos son superiores a mí porque hicieron el esfuerzo de buscarlo y quisieron enmendarse.

 

− Me di cuenta demasiado tarde de lo que hice, ahora mis oportunidades han sido reducidas a cero. Otro hombre ocupa mi lugar junto a Kouyou, ese mismo hombre ocupa el puesto que nunca quise mío, él será a quien mis hijas llamen «Papá»… él es quien ahora tiene el derecho de presentarlas como «sus hijas».− dejo salir todo lo que me llena y desborda, quiero sacar todo hasta quedar vacío… tan vacío como me siento sin él.− Si tan sólo pudiera regresar en el tiempo.

 

− Pero no es posible. Estas son las consecuencias de tus actos, acéptalas y hazlas parte de ti, márcalas en tu cerebro para que nunca se te olviden y no vuelvas a cometer el mismo error, para que no escupas hacia arriba, para que aprendas a no dejarte llevar y valorar lo que tuviste, tienes y tendrás.− Yutaka aparta a Taka de mi pecho y se planta frente a mí, con una expresión que es la primera vez le veo.− Aquello que perdiste úsalo, hazlo tu fortaleza, piensa en ello, no como algo que recuperarás porque no podemos estar seguros, sino como algo que algún día en el futuro podrás observar aunque sea a lo lejos; si no siendo parte de su vida, sí podrás estar en paz sabiendo que ellas y él están a salvo y son felices, lo cual es una daga de doble filo porque no estarán contigo. Sé que lo amas y él te ama, no se fue sólo porque sí, tiene cuatro razones suficientes para querer irse y tener un nuevo inicio.

 

» Quién sea lo haya acogido bajo su manto, se lo agradezco. ¿Qué pensabas que iba a hacer Kouyou cuando nos viera? ¿Cómo creías reaccionaría? Seamos sinceros, no iba a lanzarse a tus brazos y gritar «Te amo»; no sonreiría resplandeciente al percatarse que los cuatro tipos, que lo abandonaron durante un año, se encuentran frente a su puerta, ni haría maletas para desligarse de las personas que le tendieron ambas manos cuando un grupo de ignorantes y mentes cerradas le dieron la espalda y estuvieron de brazos cruzados, siendo nosotros quienes hoy llegan para regresarlo a sus vidas fácilmente. No es así cómo funciona.

 

− Entonces, ¿Por qué estás aquí? ¡¿Para qué viniste?!− Cada palabra que suelta me destruye, porque tiene razón, porque dice la verdad… porque ha deshecho el nudo de la venda que volvió a enceguecerme en cuanto supe que tendría una segunda oportunidad, que podría convencer a Kou de regresar a los días en que sonreíamos y nos amábamos como tontos, pensé que me permitiría amar al diminuto ser que es un gran tesoro.

 

− Para darme de tope con la realidad. Estoy aquí porque quería confirmar con mis propios ojos lo que suponía: Que Kou tiene una buena vida y a pesar de no tenernos pudo seguir adelante, también mi intención era disculparme pero no será posible. En las fotografías que Yuu nos mostró, él sale sonriendo, ¿eso no te hizo pensar en qué pudo causar tal emoción en él? No tengo la menor idea de quiénes sean los tales Amano, pero deseo que permanezcan con ellos el tiempo que sea necesario y que no les causen ningún daño.

 

− Tú, maldito hipócrita.

 

− Tal vez.

 

− ¿Prefieres que esté con ellos antes que con nosotros?

 

− Piensa bien en lo que dices, Akira, porque si lo ponemos en una balanza… nuestro lado es el más liviano.

 

No lo acepto. Yutaka es el más sensato y el que medita fríamente en cualquier situación, pero en este momento no quiero escucharlo. Kouyou tiene una historia con nosotros, conmigo, deberíamos tener ventaja por sobre todo lo demás; sin embargo, ¿un año de distanciamiento es suficiente para ganar desventaja y perder contra los que apenas acaban de aparecer en su historia?

 

− Yutaka, basta. Discutiendo no ganaremos nada.− Yuu interviene, colocándose en el espacio libre entre el mencionado y yo.− Akira, él no está siendo hipócrita ni menos; cada uno vino con algo en mente, nuestras razones son diferentes. Yo sólo quería asegurarme de que tuviese un techo bajo el cual refugiarse, que se alimentara correctamente, que su hijo nació sano y que viviera acompañado de personas amigables. Quería verlo, no planeaba pedirle regresar, a menos que mostrara signos de querer hacerlo.

 

− Yo…− oímos un susurro provenir de Taka− Sólo quería decirle que estaba sorprendido y asustado, tenía miedo de lo que pasaría, pero que no lo rechazaba; que para mí Kouyou es Kouyou, no hay más. Me duele su ausencia, lo considero mi hermano y no tenerlo cerca como antes me hace extrañarlo… ¡Lo extraño mucho!− con sus manos limpia la humedad en sus mejillas, o eso intenta, las lágrimas que desbordan de sus ojos no pausan de mojar su desconsolado rostro.− Desde el principio, no estuve de acuerdo con lo que hiciste, pero me rendí de buscarlo cuando supe que ya no estaba en Tokio; luego de que dijeras que lo querías de vuelta junto a su hijo, renové mis fuerzas y juntos hicimos lo que pudimos. No obstante, ahora, ni siquiera está en Japón; hace dos malditos días se fue.

 

Luego de sus palabras, lo único que se escucha es su llanto ahogado contra el pecho de Yutaka, este lo aprieta contra sí con tal delicadeza, acaricia sus cabellos castaños claros, consolándolo para que deje de llorar.

 

Mientras, siento mi interior romperse, como si cada trozo desprendido de mi ser se desvaneciera antes de tocar la superficie.    

 

El pelinegro mayor se aleja unos metros para atender la llamada a su teléfono celular, quizás sea Naomi, su esposa.

 

No presto más atención a mi alrededor, centro mi mirada en el suelo, pensando en esto y aquello… sumiéndome en mi propia inmundicia.

 

− Ya deberíamos irnos, no hay razón para continuar parados frente a una vivienda vacía.

 

Hacemos caso a lo dicho por Yutaka, cogemos el poco equipaje que traemos. No pensábamos quedarnos más que tres días, como mínimo, pero ya no hay razón para seguir aquí.

 

− ¿Les parece si regresamos a Tokio mañana? Quisiera ir a otro lugar.

 

Voltean a verme, como interrogándome.

 

» Quiero visitar a mi madre.

 

 

 

 

 

 

 

*

 

 

 

 

 

 

 

Arrodillado ante la tumba de mi madre, lloro amargamente. Pido disculpas por no haber venido durante un tiempo a visitarla y le he contado lo que ha sucedido desde hace un año; mientras los chicos esperan en la entrada del cementerio.

 

Esta maravillosa mujer apoyaba nuestra relación, nos alentaba a hacer frente a lo que se interpusiera en nuestro camino, nos ayudaba en lo que necesitábamos y consideraba a Kou como su hijo. Decía cosas lindas sobre nosotros y siempre estaba ahí cuando la necesitábamos o cuando eran necesarias un par de bofetadas. Fue una estupenda mujer. Si estuviese viva estaría confundida y feliz a la vez por tener nietas, también tan decepcionada de mí, triste e iracunda; me hubiese mandado a cualquier parte del mundo al azar para traer de vuelta a su yerno y nietas. Lastimosamente, ella desde hace 3 años no pertenece a este mundo y… no me queda nada.   

 

Me despido de mi madre y salgo a reencontrarme con los chicos. Noto el cielo oscurecido, no sé cuántas horas estuve allí, creí que pasaron minutos. Ya es de noche, ahora vamos en busca de un lugar para dormir.

 

Al amanecer, a primera hora abordamos el tren que nos llevará de regreso a Tokio. Devuelta a aquel lugar frío, oscuro, silencioso e impersonal en el que se ha convertido mi apartamento.

 

Un lamento afligido abandona mi garganta al instante que mis cavilaciones asaltan. 

 

 

 

¿Mi destino es atravesar las puertas que conducen a mi propia soledad?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

*****

 

 

 

 

 

 

 

 

 

URUHA’S POV

 

 

 

Hace dos días arribamos a New York.

 

Me llevé una gran sorpresa al ver la nueva casa, es mucho más grande que en la que vivíamos en Kanagawa. En el primer piso, atravesando un corto pasillo entre la puerta principal a la sala de estar, los muebles están en perfecta armonía con los colores de las paredes y los adornos; después está la cocina, una pared y un marco sin puerta los divide, con muchos utensilios, gabinetes, una isla y un refrigerador enorme. En el segundo piso, están las habitaciones, seis puertas, tres a cada la lado del extenso pasillo para ser exacto; la primer habitación pertenece a Tadaomi, la segunda es de Shinji, la tercera es mía y la cuarta es de las niñas, las dos sobrantes están vacías. Tal vez en el futuro una de estas sea ocupada por una de las gemelas y con la otra luego veremos qué hacer.

 

La habitación que era de ellas en la casa anterior, no tenía muchas cosas. Sólo había una cuna amplia, el cambiador de pañales, uno cuantos juguetes y un pequeño armario; era una habitación muy linda y pintada con colores pasteles, al ser de tan corta edad no pensé que necesitaran nada más que miles de pañales y ropa hasta que cumplieran los 4 años. En cambio, la que ahora es su habitación tiene objetos que jamás imaginé podrían existir. Trajimos lo que había en su antigua habitación, ya estando todo en su lugar, sólo parpadeé un par de veces y unos sujetos que salieron de la nada estaban agregando más cosas, entre ellas: una mecedora, ropa, más pañales, un armario más grande, etc.

 

El jardín es muy espacioso, podría decirse enorme. Varios arbustos rodean la valla que divide está casa con la de los vecinos, hay dos árboles frondosos al final del jardín y uno al costado derecho de la construcción, el césped fue podado hace poco y se ve tan bien que dan ganas de acostarse y rodar.

 

No me acostumbro a este sitio, sé que ha pasado poco de que llegáramos, pero es la primera vez que estoy en un lugar así; he salido mi zona de confort. Antes podía salir a la calle yo solo, al menos a la tienda de víveres e intercambiar palabras con las pocas personas que se acercaban; contrario a estar aquí, empezando porque no hablo el idioma, no conozco ni dónde estoy parado y me avergüenza salir, ya que todos me quedan viendo tan fijamente como si así pudieran descubrir los secretos del universo. Creo que exagero, pero así me siento. Además, me invade un miedo terrible de que alguien intente hablarme y yo me quede como idiota callado sin saber qué contestarle porque sólo sé hablar japonés, de inglés sólo sé escribirlo y no voy a sacar un lápiz y una libreta para comunicarme.

 

En este momento, me encuentro sentado en una banca de asientos acolchados, ubicada en la parte trasera de la vivienda, con ambas piernas cruzadas encima del asiento; el techo sobresaliente me cubre de los rayos solares. En mi diestra sostengo un radio pequeño con diseño de animales usando pañales, por medio de esto puedo escuchar a las gemelas, quienes se encuentran dormidas en sus cunas; si lloran esto me advertirá. 

 

El aire agitando mis cabellos negros, los cuales dejé crecer desde la última vez que los corté, me encanta, es una brisa tropical que se siente genial; inhalo profundo y exhalo el aire lentamente, disfruto del apaciguador silencio de la tarde y el apenas perceptible sonido de las ramas de los árboles moviéndose.

 

Cierro los párpados un segundo, los abro al percibir a alguien detenerse frente a mí.

 

− Shin, creí que volverías más tarde.− me acomodo bajando un pie al piso. 

 

− Así era, hasta que a cierto viejo se le ocurrió mandarme de vuelta. Sus berrinches son insoportables y sus paranoias fastidian a todo el personal de la tienda.− cae sentado a mi lado izquierdo, mientras bufa con el ceño contraído.

 

− ¿A todos o solo a ti?− río por su expresión boba− Eres al único al que se le acerca haciendo caras o diciendo alguna tontería, con los trabajadores es serio, no tanto para intimidarlos pero sí para imponer respeto; toda su confianza está puesta en su hijo, en ti. Eres quien más lo conoce, han estado toda su vida juntos, son muy unidos… aunque lo niegues.− agrego al ver que quiere refutar− Además, Omi sabe tus puntos débiles, como lo es la paciencia, la amabilidad, la cortesía, la gentileza…− enumero hasta que me interrumpe.

 

− Bien, ya entendí. Disculpa por carecer de virtudes.− sarcasmo, su mayor gracia.

 

− La delicadeza con la que te diriges a las personas. El punto es: Omi se aprovecha de tu mal genio y lo usa para divertirse, quiero decir, por ti tiene una gigantesca sonrisa.− elevo mis índices para señalar las comisuras de mis labios, simulando lo dicho.

 

− Entiendo.− quita su mirada de mí para ver hacia otra parte.

 

− ¿Por qué te regresó?

 

− Unos hombres aparecieron haciendo escándalo, llamando a mi papá. Salí a ver que sucedía, pero él me empujó afuera del local e inició a recitar una sarta de estupideces como: «Acabo de describir que el Calentamiento Global es culpa del internet»− una carcajada se me escapa− De cierto modo, llegamos a la salida trasera y me cerró la puerta en la cara, después de gritar que regresara a casa. Quise entrar, pero me detuve. Ya está lo suficientemente grande para que yo tenga que resolver sus problemas, aunado a que esos hombres no representan ninguna amenaza.

 

− Ya veo. Omi es muy ocurrente, ¿no crees?

 

− Ve demasiada televisión, es eso.

 

El silencio hace acto de presencia.

 

» Y… ¿Cómo estás?− rompe el silencio, aún sin voltear a verme.

 

− Estoy bien, creo. Me siento desubicado, incomodo cuando quiero salir y… extraño las puertas corredizas.− encojo los hombros, no es significativo− Me gusta el clima, aunque de repente hace mucho calor, el jardín luce estupendo y los dormitorios son muy espaciosos. Me agrada lo que es la casa.− sonrío, en lo que subo de nuevo los pies a la banca, quedando recostado al reposa brazos y mis pies al costado de la pierna de Shin.

 

− No me refiero a eso.− esta vez sí me ve− ¿Cómo estás, respecto a haberte ido sin avisar a nadie? Sé que recuerdas sus direcciones y número de teléfono, ¿por qué no te despediste? Al menos, sabrían que los tres están bien, que con o sin ellos eres capaz de sobrevivir.− realiza una pausa, posa mis piernas encima de sus muslos acercando nuestros cuerpos− Que hay un hombre que sin importar lo que suceda perdurará contigo en la medida de lo posible, que velará por ustedes; halla o no amor de por medio, siempre estaré para ti.

 

Un nuevo inicio significa no tener contacto de ningún tipo, ¿cierto?

 

Quise comunicarme con ellos para decirles lo que ocurría… deseché esa idea cuando un ataque de pánico se hizo presente. Mis manos temblaron y mis ojos se aguaron, el teléfono regresó a su posición original.

 

Su rostro cada vez más cerca del mío hace mis latidos apresurados, pasa su zurda en mi cintura, con la diestra se apoya en el reposabrazos de la banca; nos miramos directo a los ojos, sus iris pardos me hipnotizan, su nariz roza la mía, nuestros alientos de mezclan, cierro los párpados y al momento que nuestro labios se unen… mi alrededor desaparece.

 

 

 

 

 

*     

 

 

 

 

 

Nozomi y Kazumi no paran quietas, a pesar de estar próximas a cumplir dos meses son muy activas. Mueven los pies cuánto pueden, agitan sus manos en todas direcciones y en ocasiones chocan con sus mejillas sonrosadas y regordetas provocando el llanto. Fue lo que pasó unos minutos atrás, ahora cargo a Zumi en mis brazos, mientras le doy de tomar un biberón, el cual succiona con mucha efusividad; en lo que Shinji le habla a Zomi, le cambia el pañal luego de que hiciera sus necesidades fisiológicas.

 

− Espero que cuando seas adolescente y me trates peor que un perro a sus juguetes, recuerdes que yo te cambiaba los pañales sucios.

 

Le dice frases parecidas o ilógicas, haciéndome reír y haciendo a Zomi removerse aun recostada en el cambiador, Zumi suelta sonidos de disgusto al yo separar el biberón de su boca al reírme.

 

Sin dudas, Shinji y Tadaomi son individuos con los que me alegro de haber coincidido. De vez en cuando me recuerdan a Yutaka y Akira ejecutando bromas entre ellos o Akira y Yuu peleando por quién hizo cuál desastre o Takanori emberrinchado queriendo captar la atención de Yutaka. En fin, tienen ese aire familiar y acogedor al que estaba acostumbrado, con la única diferencia de que las escenas son interpretadas por distintos personajes.

 

Habiendo terminado de alimentar a la menor de las hermanas, la coloco sobre mi hombro dando leves palmadas a su espalda para hacerla expulsar gases; después la acuesto en la cuna, sobre la cual cuelga un velo color celeste pálido protegiéndolas de cualquier insecto que quiera acercarse, cubro su cuerpecito con una bonita manta que tiene bordado un patito en una esquina. Le beso la frente, al segundo que cierra sus ojitos. Suspiro gustoso de poder apreciarla el tiempo que yo desee.

 

Alcanzo a oír unos quejidos combinados con sollozos, rápidamente volteo hacia Shin, quien desesperadamente realiza intentos fallidos de hacer calmar a Nozomi; la pequeña se sacude enérgicamente entre las manos del de cabello oscuro, que a la vez trata de soltar un mechón atrapado en una de las maños diminutas, sin lastimarla. Me arrimo, freno la tentativa de venganza de mi hija y la abrazo delicadamente, mas a él le dedico una mirada de cólera. La marca rojiza en el moflete de mi retoño indica que este «carroñero» fue grosero con ella, doy un beso en la zona afectada y la balanceo, adormeciéndola.

 

− Qué brusco eres. ¿Qué le hiciste?

 

− Nada.

− No te hagas el disimulado, este colorete no apareció porque sí.

− Tal vez, yo…− gesticula con las manos, demostrando nerviosismo− accidentalmente, mordí su mejilla.− revela, sale corriendo de la habitación.

Aclamo su nombre y lanzo al aire maldiciones, en voz baja para no despertarlas, ya que ambas yacen dormidas. Coloco a Zomi en la cuna, junto a su hermana, las observo durante cortos minutos antes de salir en busca del agresor.

 

 

 

 

*

 

 

 

 

− We are having a wonderful time in New York City.

Gui ar ha-having a guon-guonderuful time in New York Chity

Este soy yo, disque, hablando inglés. Shinji me instruye en la estructura de las oraciones y la pronunciación, la escritura no representa inconveniente, sino mi lengua robótica. Me es extraordinariamente complejo anular mi acento japonés, hay palabras en las que no acierto e igual hay cuales sí quedan a cómo son. Me exaspera, irrita, etc.

A lo largo de 1 hora y media, sentados en el piso de la sala de estar, apoyados en la mesa de centro, cinco oraciones simples me tienen con ganas de tirar el libro a la chimenea y prenderle fuego.

− Estuviste cerca de pronunciarlo correcto, continuemos.− apunta una oración impresa en el libro de inglés básico que consiguió para mí y auxiliarme durante las horas libres− Repit after me… 

− Today is Therthday.− como salido de las sombras aparece Omi atrás de su hijo, casi provocándonos un ataque al miocardio. 

− ¿Therthday? ¿Qué eso?− indago, no he leído eso antes. 

− El pésimo garabato de Thursday.− carcajea, a la vez que se sienta enfrente de mí, resultando la mesa en medio.− Este huraño gato solía trabarse a la hora de escribirlo, le hice bullying como por tres años. 

− A partir de aquello comenzó mi odisea. Por su culpa fue una de las tantas palabras que me costó aprender.− suspira, dramatizando− ¿Sabes lo tedioso y engorroso que es tener a este anciano jodiendo con cada desatino, con la mísera errata?− estira una mano hacia Omi y cerrándola en puño como si lo ahorcara, el agredido sólo sonríe como es habitual en él: con inocencia fingida.− Besides, is not like you were best than me when you start to learn english, Mr. “Does stack kit toes the car neat as”.− el atisbo de burla y la sonrisa chueca de Shin hace que yo tome distancia de él.

El de cabello cano ante lo mencionado por el deslenguado de su descendiente, agarra el cojín que estaba situado en el piso y lo estrella contra su cara en una clara muestra de vergüenza, del cual no deduzco la origen. En realidad, entendí cero de las no-sé-cuántas palabras articuladas por Shin.

− ¿Qué fue lo que dijiste?− averiguo.

Un diccionario del grosor de una enciclopedia antigua es lanzado hacia el progenitor, haciéndolo caer de espaldas al piso.

− Dije: Por otro lado, no es como si tú fueses mejor que yo cuando iniciaste a aprender inglés, señor «Dos taquitos de carnitas»− ah, qué cruel y gracioso.− Lo último es español, bueno, suena como si lo fuese. Lo dijo en un restaurante, el mesero era Latino y, pues, lo entendió de esa manera.− explica. 

The society not can let us be, screaming loud and proud we won’t don’t back down− se retira hacia la cocina cantando, a decir verdad, muy desafinado.

− ¿Va aniquilando Dignity*, cierto?− ruego por equivocarme.

− Querrás referirte a que… va haciendo mierda Dignity.

 

 

 

 

 

*  

 

 

 

 

Siendo de noche, avanzo al ventanal en mi dormitorio. Las cortinas se mecen al compás del soplo del viento frío, mis cabellos tinturados en castaño oscuro casi negro y semi largo son alborotados, algunos mechones se interponen en mi visión; estos son desviados por el toque sutil de los dedos del que hace promesas susurradas a mi oído. Su gentil voz y caliente exhalación colisionando en mi cuello, me hace turbar, origina escalofríos en mi nuca y se extienden por mi piel. Cierro los párpados… sólo aguardando lo que acontecerá. 

− ¿Qué pasa si lo que quieres lograr no funciona?– digo un murmuro parco.

− No tengo un plan B, ni algo que pueda considerarse de ese estilo. En casos como este, si no cumples lo que te propones, es mejor dejarlo por la paz.

− Sí. Todavía hay una astilla enterrada, profundamente. Si tú supieras… si repitiera la historia…− un suave toque a mis labios hace a mis dientes dejar de presionarlos.

Cara a cara contemplamos nuestros iris, pardos unidos al marrón.

− Has sido lastimado, por todo lo que has atravesado creo que no podrías soportar más desazón, pero presta atención a esta voz que está llamando para que te des cuenta que es preferible olvidar el pasado y poder soñar con el mañana; es difícil de creer, lo sé. Una cosa es segura, no me iré ni haré nada que pueda perforar en las fisuras de este frágil corazón.− coloca su mano en mi pecho, mis latidos aumentan.

− No creo soportar algo peor. Tengo miedo de perder, tampoco es que tenga demasiado para darte... yo...

− ¿Realmente? No hay mucho que perder, dices. Al contrario de lo que parezca, hay mucho que ganar. No permitas que tu pasado destruya lo venidero.

− ¿Cómo lo haré, si me atormenta cada segundo? Mi mente es un estanque, que cada vez se llena de temores e inseguridades, gota a gota llegará al punto de rebalsar. 

− Entonces, yo estaré ahí para sostenerte e impedir que te conviertas en un paranoico, inestable y desquiciado padre sobreprotector... Bueno, no te conviertas en un Tadaomi 2.

− No puedes hablar seriamente, ¿o sí? – suspiro con gracia. Supongo que está bien que sea de tal manera.

− Disculpa, no puedo evitarlo. Quiero que te despejes, mírame a los ojos, confía en mí y en mi padre. Nosotros nos encargaremos de que la historia no se repita, tú también pondrás de tu parte. Tal vez me precipité al pedirte ser mi pareja, pero si de algo estoy seguro es de que podremos funcionar juntos. Habrá altos y bajos, pero los cinco, sí, el veterano también, lo superaremos. Y si en algún dado caso, aquellos que desatendieron su papel de amigos o familia, como los hayas considerado, estuviesen dispuestos a manifestarse… entonces, actuaremos sobre la marcha. Pese al porvenir, gocemos de lo inusitado que la «Gran Manzana» nos ofrece. 

Creeré en él, aceptaré lo supuesto como genuino.

 

La vida no cambiará mi destino, no obstante… ¿Quién es la vida y por qué controla el destino?

Notas finales:

*Dignity = canción de Bullet For My Valentine. El señor Amano la canta como quiere xD

** El titulo del fanfic es la traducción de la canción Fragile Heart de Westlife, dos estrofas fueron utilizadas como base de los últimos diálogos de Tora (Shinjii)

*** La vida no cambiará mi destino [Life doesn’t change my Fate], verso la canción Undying de the GazettE. 

AVISO IMPORTANTE:

Final de la PRIMER temporada, no el último fanfic.

Planes a futuro:

[EDITADO, 20/11/17]

SEGUNDA TEMPORADA CANCELADA


Sepan perdonar la molestia, por favor.

[FIN EDITADO]

Agradecimiento especiales a: Junji (los rws más motivadores y sentimentales, eres un amor <3), Fearless Sacrifice (que me leyó desde mis inicios chafas, aunque tiene rato de no comentar), Yomi (los rws más largos en varios de mis fics y mi proveedora de chocolates), CrimsonQueen (ella me dio ánimos cuando publiqué mi tercer fic, es la crueldad hecha persona y la quiero, punto), Marie (me acosa en Facebook (no es cierto). Ella se daba cuenta de casi todo antes que nadie y también es un amor), Akira_delgrupodefb (también me acosa (mentira), emoción total al exponer sus ideas y es una de las que adelantaban los hechos haciendo que replanteara lo que debía escribir)… Caroshii, Karen_D_Flowrite, Koi-chan (hace mucho que no sé de ella)... AGRADECIMIENTOS A LOS LECTORES FANTASMAS Y A LOS RWS QUE NO MENCIONE, son bastantes y la nota sería muy extensa.

Bye~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).