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Un frágil corazón ha sido lastimado por chibibeast

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Notas del capitulo:

¡Hola! Aquí yo con un nuevo cap :D 

Aclaraciones:

-Sigue con el Kairu.

-Queda un cap más de esta pareja.

-Acepté un desafío en un grupo de Facebook, así que tardará para traerles el siguiente cap, de este fic y de Eres como una tormenta.

-Recuerden que no todo es lo que parece :D

-Gracias por sus rw ♥

- Fearless me das mello (?) 

Disculpen algún error ortográfico.

¡A leer!

KAI'S POV

 

“¿Qué he hecho? Eso fue un error. Maldito alcohol que me hace hacer cosas indebidas.”

 

Maldigo al alcohol una y otra vez por lo que sucedió anoche, es que aunque fluya en mi torrente sanguíneo todavía soy consciente de las acciones que realizo. Soy despistado y torpe estando sobrio, borracho eso se acentúa más y para empeorarlo mis impulsos toman el control en vez de la razón.

Jamás en mi vida me había dejado llevar tanto como en ese momento, no pude resistirme, se veía tan hermoso ahí , regalaba una vista espléndida de lo que alguna vez quise poseer pero que estaba justo frente mío y aproveché la oportunidad que se me presentó; lo tomé desprevenido sin asegurarme de nada, sin importarme si alguien me veía o no, bajo los efectos del alcohol uno se encuentra en una ilusión tan borrosa que piensa que no habrá consecuencia alguna, no piensa en nada y eso es debido al descontrol al que uno está expuesto cuando el cerebro no se encuentra en estado óptimo. Me aproveché de eso que se encontraba indefenso frente mío, lo toqué cuánto pude, acaricié hasta donde me fue permitido, saboreé ese momento y me sentí tan bien que apenas recuerdo cómo llegué a mi casa.

Me encuentro en mi habitación, echado boca arriba viendo al techo, recordando lo que para mí fue una completa irresponsabilidad e irracionalidad; ¡Vaya, estúpido fui! Adentrarme a una tienda de música en deshoras, cuando el local estaba "cerrado", no recuerdo muy bien cómo fue que logré entrar, tal vez encontré una entrada alterna en mi desesperación por tener entre mis manos y tocar eso que mis ojos observaron a través del vidrio. Recuerdo que al ya estar sentado en el banquillo dispuesto detrás del enorme instrumento, que desde adolescente me enamoró pero que nunca pude poseer, tomé las baquetas y di inicio a lo que, en mi estado etílico, me pareció la repercusión más idílica y extraordinaria que alguna vez se hubiese interpretado.

La batería, mi " amor platónico" desde hace años, al fin me había atrevido a posar mis manos en ella, me siento feliz pero la avergüenza opaca cualquier sentimiento; ahora, sin una sola gota de alcohol en mi sistema me siento un completo zopenco. ¡Mierda! Sólo a mí se me ocurre invadir una propiedad ajena luego de, por fin, haber besado a Takanori.

Ah, Takanori, suspiro. Ese chico apenas un año menor que yo, con actitud infantil, de carácter fuerte, de personalidad avasalladora y de baja estatura, me cautivó desde el primer instante; lo conozco hace tres años y hace uno que me siento atraído por él, digo atraído porque no quiero estar enamorado, por eso a veces me comporto indiferente cuando él da alguna muestra de cariño. Sé de sus sentimientos por mí, es muy evidente. El amor para mí es sólo una frágil ilusión que puede ser rota con una simple palabra o acción, es tan delicado que no puede entregarse a cualquiera ni decirse a la ligera, lo digo por experiencia y porque lo aprendí por las malas.

Taka es un chico muy tierno y lindo, aunque él lo niegue y diga que es todo lo contrario. La razón por la que besé a Takanori en parte fue por culpa de mi embriaguez, pero también fue por mi gusto, hace mucho que quería darle una probada a esos labios tan rosas y carnosos, se me antojaban tanto que quise comprobar si sabían cómo yo pensaba y vaya que sabían deliciosos; se sintió tan bien la calidez que me embargó cuando respondió a mi beso, cuando enrolló sus brazos en mi cuello, cuando su lengua acompañó a la mía en el juego de conocerse, fue exquisito pero la cordura regresó a mí y tuve que separarme; al ver su rostro estaba con las mejillas tan rojas, sus labios brillantes debido a la saliva entremezclada de ambos y con la mirada pérdida como si estuviera en un ensueño, sentí un cosquilleo recorrer mi parte baja, quería tomarlo en ese mismo instante pero no lo haría, no en el estado en el que nos encontrábamos, por eso decidí dejarlo ir; detuve un taxi para él y yo me fui caminado, seguro en mi caminata fue que me topé con la tienda de instrumentos y cometí tal estupidez.

No puedo dejar de pensar en él ni en la textura de su boca y labios, su sabor combinado con el alcohol, si cierro los ojos y me concentro puedo revivir cada sensación: mis manos tomando su estrecha cintura, la sedosidad de sus cabellos, el latir tan acelerado de mi corazón, la forma en que nuestras bocas se acoplaban, lo escalofríos de satisfacción que recorrían mi columna vertebral, el modo en que él se estremecía entre mis brazos. Una sola palabra viene a mi mente para describir ese momento: sublime.

Estoy acorralado, atrapado sin salida… no me queda de otra más que decir: Lo acepto, estoy enamorado de Takanori; pero no quiero estarlo, no quiero volver a salir lastimado ni lastimarlo a él.

Será mejor que deje de pensar en ese pequeño rubio y me ponga a hacer algo productivo con mi vida en este día, es sábado, no hay nada qué hacer realmente pero creo que ya remoloneé mucho.

Me levanto de mi cama en la que he pasado la mañana acostado sin hacer nada, salgo de la habitación que se encuentra en el segundo piso, bajo al primer piso y me adentro en la cocina, veo el reloj en la pared que marca las 11:50 am, es casi mediodía. Desayuno/Almuerzo, lavo los trates ocupados y me dirijo a la sala para ver algo de televisión.

Encuentro una película bastante interesante, ambientada en la época en que los samuráis dominaban, la historia es así: El Rey hace amistad con un niño que entrena para convertirse en samurái y proteger al Rey, ya adulto es nombrado General y sostiene una relación de “amantes” con el Rey ocultos de los demás, especialmente de la reina; el rey es incapaz de procrear un heredero y le pide a su General/amante que tome su lugar bajo las sábanas de la reina, ambos (General y Reina) se niegan al principio pero luego le van tomando el gusto a sus encuentros, el Rey establece fechas para sus encuentros que ellos ignoran y se encuentran cada que quieren a espaldas del Rey, éste no tiene sospecha alguna hasta que se entera de la manera más cruel: los encuentra a ambos en pleno acto carnal; tantos encuentros dieron resultado, la Reina queda preñada; el General encerrado en el calabozo y el Rey le ofrece que todo sea como antes, a lo que se niega y esa misma noche escapa pero regresa al creer que la Reina ha muerto, cegado por sed de venganza por la muerte de la mujer que amaba decide matar al Rey, se envuelven en una lucha hasta el final donde el corazón del Rey es roto en mil pedazos al General negar su amor por él y afirmar lujuria. Al final… la Reina vive y los que fueron amantes por años apagan sus vidas manchando el piso con su sangre, la última imagen en mostrarse es un hermoso sueño del Rey que jamás se cumplirá y que quedó plasmado en un lienzo que el General se encargó de destruir.

Al finalizar la película mi vista queda fija en el televisor, viendo sin ver nada en realidad. Un amor unilateral y un engaño que termina en tragedia… Eso me recuerda tanto a mi pasado, sólo que no hay ningún Rey ni General ni Reina; en cambio hubo un pueril adolescente, un malnacido aprovechado y una mujercilla, por suerte, un bebé no forma parte de mi historia.

“Un bebé.”, a mi mente acude el recuerdo de Kouyou, cuando nos informó con una gran sonrisa sobre la vida que resguarda en su interior. Han pasado cinco meses desde ese acontecimiento, no hemos sabido nada de él a partir del momento en que lo abandonamos en el apartamento que compartía con Akira.

Un hombre embarazado no es común ni de buen ver, algunos no se explican cómo puede ser posible pero lo aceptan en su medida y otros simplemente se niegan a aceptar tal aborrecible creación científica que va en contra de la naturaleza; si tuviera que catalogarme en alguno de los dos diría que: en ninguno, no lo acepto como tampoco lo aborrezco, soy indiferente y prefiero evitar relacionarme con ese tipo de personas.

Cuando supe que hombres podían embarazarse gracias a la intervención de un tratamiento, no me pareció una buena idea. ¿Por qué? Ni yo mismo lo sé.

Antes me preguntaba a mí mismo: ¿Qué haría yo si llegara a conocer a un hombre con esa capacidad? ¿Podría convivir normalmente sabiendo que hay algo creciendo dentro de un cuerpo masculino? ¿Podría evitar sentirme incómodo al saberlo? ¿Podría continuar guardando el cariño?

Ahora que estoy viviendo esa situación sé cuáles son mis respuestas, en realidad es una sola respuesta: No. Sin embargo, la ausencia de Kouyou es notoria, ya no hay con quien pueda compartir una conversación seria sobre una gran variedad de temas, no hay quien le dé mucha importancia a mis palabras aunque tenga que repetirlas porque la primera vez no prestó atención, no hay quien me detenga a la hora de querer tomar venganza contra las bromas de Yuu y Akira… No hay con quien hablar de las cosas de la vida sin querer ahorcarlo en el proceso; Takanori es un gran conversador pero hay temas que no comprende o no ha vivido la experiencia sobre la que quiero comentar, así que no me queda más que guardarlo para mí e imaginar cuál sería respuesta que Kou diría. Lo extraño, no es lo mismo sin él; hay algo dentro de mí que no me permite hablar de él frente a los demás, ellos no hablan de él como si tuviéramos un acuerdo silencioso.

Desde niño me prometía a mí mismo que cuando encontrara amigos verdaderos no los perdería, los mantendría a mi lado, haría de todo por protegerlos y los querría mucho; los encontré y perdí a uno, no supe ni sé cómo manejar la situación.

¿Qué hacer cuando una noticia te cae como balde lleno de agua fría? ¿Qué hacer cuando sabes que la sola mención de una palabra o nombre podría desatar un caos en la mente de tus amigos? ¿Si al menos uno de nosotros hubiese tenido una reacción distinta, habría hecho lo posible para evitar que Kou se fuera, aunque eso implicara romper lazos?

Esta vez no tengo una respuesta concreta, no en general; lo que hice fue dejarlo a su suerte, no sé qué hacer cuando los cuatro estamos juntos y su nombre viene a nuestras mentes o algo nos recuerda su estado, sospecho que Takanori intentó dar con él, pero no funcionó. Ninguno sabe dónde está, cómo está, cómo va su embarazo, si se alimenta bien, si tiene un techo que lo cubra del abrazador sol y de la fría noche, si se enfrenta al mundo solo o si hay alguien a su lado que le impida caer; no tenemos la menor idea de nada y tampoco hacemos el esfuerzo por averiguarlo.

Me siento un maldito hipócrita, doble cara que estando solo piensa en que pudo cambiar algo si hubiese hecho “esto o lo otro” pero que cuando está frente a los otros tres hace cualquier cosa por eludir el tema y prevenir malas reacciones o malos comentarios, los cuales han salido de nuestras bocas en distintas ocasiones; no sé qué piensan Akira y Yuu, pero Takanori para mí es como un libro abierto.

El sonido del timbre me saca de mis grises pensamientos, me levanto del sofá y me dirijo a abrir la puerta al desesperado que toca el timbre como si nunca en su vida hubiese visto o tocado uno.

Lo primero que veo es el ceño profundamente fruncido de Yuu, eso no es bueno.

─ Hola. ─ saludo que es ignorado por mi pelinegro amigo, quien pasa de mí y se encamina hacia mi habitación, cierro la puerta y lo sigo.

Se tira boca abajo en mi cama, desarreglándola.

─ ¿Qué pasó? ¿Por qué traes tan mala cara? ─ me siento a la orilla de la cama, a su lado.

Gruñe antes de responderme. ─ Naomi se volvió a enojar conmigo, eso pasa. ─ se acomoda boca arriba viendo el techo.

─ Eso se está volviendo pan de cada día, ¿no crees? ─ no es la primera vez que pasa ni tampoco será la última.

─ De cada día y de cada hora. ─ dice con voz cansada ─ Acuéstate a mi lado y escúchame. 

─ ¿Es un pedido o una orden? ─ elevo una ceja fingiendo molestarme.

─ Es una orden, así que obedece. ─ con voz autoritaria, pero la media sonrisa que se forma en sus labios denota que finge.

─ Dicen que hay que obedecer a los mayores. ─ me recuesto a su lado ─ Habla ancestro. ─ bromeo y recibo una palmada en mi brazo como protesta.

Me cuenta con detalles la discusión que tuvo con su esposa, por lo que me dice no pasa nada bueno entre ellos.

 

 

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RUKI’S POV

 

 

 

Me siento a morir. Mi cerebro está a punto de estallar, estoy tan cansado mentalmente que podría desfallecer en cualquier lugar o momento.

 

 

 

Me encuentro en la universidad, acabo de terminar un examen de lo más horrible: 4 hojas con preguntas en las dos caras, lo que da un total de 8 páginas y sólo nos dieron 2 horas para responder; pase estudiando toda la semana para este examen que es de la clase más pesada que recibo, espero que mi casi muerte cerebral valga la pena.

 

 

 

Veo a mis compañeros salir del salón igual que yo, casi arrastrándose por el piso o sosteniéndose de las paredes, podrá sonar exagerado pero eran 15 preguntas de reflexión, tres gráficos, 7 incisos de completar el concepto y 10 verdadero o falso con justificación; ah, de sólo recordarlo hace que me duela más la cabeza.

 

 

 

Voy caminando casi como zombi hacia la salida, gracias a Dios no tengo más clases. Observo mi reloj de muñeca, son las 5pm, los chicos todavía se encuentran trabajando, así que no hay nadie que me impida ir a casa y descansar; estamos a mediados de semana, deben tener mucho trabajo. No tengo un auto propio con el cual moverme libremente, por lo tanto me veo en la necesidad de viajar en autobús; normalmente es Yutaka quien se ofrece a pasarme recogiendo y a veces paseamos antes de que me vaya a dejar a mi casa… pero desde la vez que nos besamos no lo he vuelto a ver, eso me pone triste porque me prometí que le diría mis sentimientos la próxima vez que lo viera.

 

 

 

Unos cuantos pasos más y estaré en la parada de autobuses, camino con mi vista fija en el juego de mi celular, es frustrante, no puedo hacer que la maldita bola celeste llegue al lado de la rosa, un puchero se forma en mis labios cuando vuelvo a reiniciar el juego; un pitido hace que voltee a mi izquierda viendo que un automóvil negro me sigue el paso, guardo mi celular y me detengo, el automóvil también detiene su andar y baja el vidrio de la ventana del copiloto.

 

 

 

─ Hola. ─ una sonrisa con hoyuelos es lo que se muestra al bajar el vidrio por completo.

 

 

 

─ Hola. ─ digo con voz tímida y un ligero sonrojo.

 

 

 

─ Lamento no haberte avisado que vendría por ti, olvidé dónde dejé mi celular. ─ ríe nerviosamente.

 

 

 

─ No hay problema. ─ niego con la cabeza y sonrío un poco ─ Creí que no vendrías por tener mucho trabajo que hacer. ─

 

 

 

─ Sí, bueno. En estos días me he esforzado mucho y ahora el trabajo es mínimo. ─ se estira y abre la puerta del copiloto ─ No te quedes ahí, entra. ─

 

 

 

Asiento con la cabeza, entro al auto y ubico mi bolso sobre mis piernas, arranca el auto.    

 

 

 

─ ¿Qué tal tu día? ─ inicio la conversación.

 

 

 

─ Meh, lleno de papeles, reuniones, café derramado… lo normal. ─ ríe, al parecer recordó algo gracioso, yo río bajito al escucharlo a él. ─ ¿Qué tal estuvo tu día? Te veo cansado, parece que tienes sueño y ¿eso bajo tus ojos son ojeras? ─ me ve de reojo.

 

 

 

¿Ojeras? ¿Tengo ojeras? Dios, debo de verme horrible, eso explicaría por qué un bebé empezó a llorar cuando pase cerca y le sonreí. Rápidamente saco de mi bolso un pequeño espejo que siempre llevo conmigo.

 

 

 

─ ¡Eres un mentiroso, Yutaka, no tengo nada! ─ ríe burlándose de mí por haberle creído ─ No es gracioso, en verdad creí que me veía espantoso. ─ hago un puchero y cruzo mis brazos.

 

 

 

─ Te ves tan tierno así. ─ toma mi barbilla con dos de sus dedos y voltea mi rostro hacia él, aprovechando que nos detenemos en un semáforo en rojo.

 

 

 

Siento calor subir por toda mi cara hasta mis orejas, nuestras miradas están fijas la una en la otra, de manera lenta nuestros rostros comienzan a acercarse, puedo sentir apenas su aliento rozar mi piel; descruzo mis brazos y los apoyo en medio de nuestros asientos, cuando ya estamos a sólo unos diez centímetros de que nuestros labios se junten un pitido hace que nos separemos velozmente; el semáforo ha cambiado a luz verde, Yutaka aclara su garganta y emprende marcha de nuevo, yo llevo mis manos a mi rostro cubriendo mi rubor.

 

 

 

─ ¿Tus padres continúan en su trabajo, cierto? ─

 

 

 

Descubro mi cara.

 

 

 

─ Sí. Hoy padre partió a un viaje de negocios y mamá tendría una reunión hasta tarde. ─ volteo hacia la ventana viendo el camino, evitando su mirada.

 

 

 

─ Ya veo. ─ dobla en sentido contrario a la dirección de mi casa.

 

 

 

─ ¿Eh? ¿A dónde vamos? ─

 

 

 

─ Iremos a cenar y, si quieres, luego te llevo a tu casa. ─

 

 

 

─ Ah. ─ trago saliva ─ De acuerdo. ─ ¿Será ésta la oportunidad para decirle lo que siento?

 

 

 

No hablamos más en el camino. Varias frases y formas de decirle vienen a mí mente, pero la mayoría me parecen demasiado cursi o algo que diría una colegiala “enamorada”, lo cual es ridículo porque ni siquiera soy mujer para tener pensamientos tan… fantasiosos e ilusionados; no me esforzaré demasiado sino sonará forzado y muy elaborado, entonces, sólo dejaré que fluya naturalmente.

 

 

 

Llegamos al local que Yutaka eligió, bajamos del auto y nos adentramos. Es un restaurante familiar, nada lujoso pero muy bonito, había muchas familias, amigos y parejas; tomamos asiento en una mesa ubicada en una esquina cerca de una pareja. Comimos tranquilos, charlamos amenamente, olvidamos lo que sucedió en su auto.

 

 

 

Estuvimos una hora y media en ese sitio, aproximadamente. Ya es de noche, el cielo está bastante oscuro y las luces de la cuidad brillan en todo su esplendor.

 

 

 

─ ¿Ya quieres ir a casa? ─ me pregunta estando ambos en el auto, apunto de arrancar.

 

 

 

─ En realidad, me gustaría hablar contigo antes de ir. ─ lo veo de reojo ─ Claro, si tú quieres. ─ decidí que es el momento y me puse nervioso.

 

 

 

─ Está bien. ─ asiente ─ ¿Te parece si vamos a un lugar tranquilo? ─

 

 

 

Hago un sonido de afirmación y conduce hacia un lugar que desconozco. Arribamos a un parque, es hermoso, los postes de luz alumbran la mayoría del lugar, varias personas se encuentran allí; bajamos del auto y Yutaka me guía atravesando el parque hasta llegar a una fuente en el centro de éste. Nos sentamos uno al lado del otro en el borde de cemento, nuestros meñiques se rozan, trago saliva tratando de pasar mi nerviosismo, inhalo profundamente.

 

 

 

─ Yutaka. ─

 

 

 

─ Takanori. ─

 

 

 

Hablamos al mismo tiempo, reímos por la coincidencia.

 

 

 

Un ruego atraviesa mis pensamientos… “Por favor, no me rechaces antes de expresar lo que siento por ti.”

Notas finales:

Les dije nada es lo que parece xD (por lo de la batería)

¿Qué les pareció? Ouo A mí se me hizo medio no-sé-cómo (?

Creo que es obvio lo que va a pasar.

Otras aclaraciones:

-La película que se menciona es “Una flor congelada” (película coreana de 1999), el rey es el uke asdfgasdfg eso me emocionó xD No lo pude evitar, me gustó mucho :3 aunque hubo hetero ¬¬

- La parte del examen de Ruki, se me ocurrió después de salir de la clase de Sistemas Operativos, el tema fue Sistemas de Tiempo Real, es tan complicado TcT así cómo se sintió él, me sintí yo xD

-El juego frustrante es “Brain Dots”, ¡Malditas pelotas! ònó

¿Me dejan rw?

¡Gracias por leer!


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