RUKI’S POV
─ Yutaka. ─
─ Takanori. ─
Hablamos al mismo tiempo, reímos por la coincidencia.
Un ruego atraviesa mis pensamientos… “Por favor, no me rechaces antes de expresar lo que siento por ti.”
*****
Nuestras risas descienden el volumen de a poco, nuestras miradas se conectan y el silencio abarca el ambiente.
─ Habla tú primero. ─ le cedo la palabra y mi nerviosismo aumenta, miro hacia abajo.
─ De acuerdo. ¿Puedo decirte algo que me lleva rondando la mente desde hace unos meses?─ guarda silencio durante unos minutos mientras ve hacia el cielo estrellado ─ ¿Alguna vez has sentido que el día va a ser genial sólo por volver a ver a una persona en específico? ─ elevo la cabeza y lo veo sorprendido, asiento afirmando a su pregunta ─ Una sensación gratificante me recorre cuando estoy cerca de esa persona. ─ me ve directo a los ojos. Siento una opresión en mi pecho, él está enamorado y… ¿Por qué me cuenta esto? Ah, porque somos amigo, eso duele. ─ A veces cuando voy en el auto escuchando música o simplemente caminando por la calle y suena “X” o “Y” canción que me recuerda a esa persona, en ese momento sonrío como un tonto y mi corazón late raudo cuando mi cerebro reproduce imágenes de momentos al lado de esa persona. ─ su mirada todavía sigue observando el oscuro cielo, en sus labios una gran sonrisa pintada y un casi imperceptible rubor en sus pómulos.
Frunzo el entrecejo y vuelvo la mirada a mis manos entrelazadas en mi regazo, mi pecho punza por los celos de que la persona de la que habla Yutaka permanece en su mente a lo largo del día sin esfuerzo alguno y yo que tanto empeño he puesto en que se fije en mí no he conseguido más que apenas me recuerde cuando estoy a su lado.
─ Lo he sentido, es una sensación agradable. ─ lo contrario a lo que siento ahora, quiero irme para no seguir escuchando cómo otro u otra lo hace sentir.
─ Todos los días le pienso aunque ni siquiera pueda cruzarme en su camino o verlo. ─ “Ya basta, por favor.” ─ En ocasiones me desconcentro en el trabajo porque paso preguntándome: ¿Estará bien? ¿Habrá comido algo saludable? ¿Cómo irá su día? ─ hace una pausa ─ ¿Estará pensando en mí? ─ Abro desmesuradamente los ojos, mis latidos son dolorosos y mis ojos arden ─ Cuando nos vemos de frente al finalizar el día o en alguna salida casual, las repuestas a esas preguntas vienen por sí solas, sin que yo tenga que formularlas. Esa persona se encarga de resolver mis dudas sin ser consciente de ello; al encontrarnos de frente puedo saber su estado de ánimo, sus orbes son tan expresivos que no puedo retenerle la mirada por mucho tiempo porque demuestran tanto que siento el aire escasear. Tiene tantas cualidades como defectos y eso hace que sea perfecto a mi ver; su personalidad, su carácter, su forma de pensar y hablar, sus expresiones faciales con ligeros toques infantiles… Todo eso junto me atrae, todo eso y más me hacen desear permanecer a su lado. ─ finaliza con una sonrisa ladeada seguida un suspiro y una mirada ilusionada.
“¡Ya basta! ¡No quiero seguir escuchando que amas a alguien que no soy yo!”
Muerdo mi labio inferior para no gritarle lo que pienso. No debí dejar que él hablara primero, dolería menos si me hubiese rechazado de forma directa antes de decirme que ya hay alguien que ocupa su corazón; trato de retener las lágrimas que quieren escapar de mis ojos, con esfuerzo lo logro y aclaro mi garganta para continuar la conversación aunque no quiera, él ha abierto su corazón y espera que yo hable.
─ Vaya. Por cómo te expresas puedo deducir que estás prendado de esa persona y que es sumamente especial para ti. ─ mi voz y mis manos tiemblan.
─ Así es. Puedo asegurar que es mucho más que especial para mí, se ha adueñado de mi mente y corazón como hace años nadie lo hacía; es una persona bastante peculiar, no encuentras a muchos así, por eso atesoro cada momento que pasamos juntos. Es un chico genial con un gran sentido de la moda, es muy inteligente y terco como no te imaginas. ─ suelta una risilla y voltea hacia mí ─ Bueno. Creo que es todo. ─
─ ¿Es un chico? ─ sorprendido y con una opresión mayor en el pecho, ya no puedo retener nada, las lágrimas salen sin permiso.
─ Oye, ¿por qué lloras? ¿Taka? ─ se acerca a mí y trata de que lo vea, pero antes de que sus manos me toquen aparto el rostro y seco de manera brusca las lágrimas.
─ Bueno. Creo será mejor que me vaya ya es tarde; no te preocupes por llevarme, yo puedo caminar. ─ me levanto rápido de la orilla de la fuente ─ Les deseo mucha felicidad a ti y a tu novio. ─ sin mirarlo en ningún momento, empiezo a caminar.
Lo sabía. Kai no me ve como un buen partido, no piensa en mí como yo pienso en él… sus sentimientos no corresponden a los míos. Fui un tonto iluso al creer que, de alguna manera, sería él quien me declarara su amor.
Al principio creí que se trataba de una chica, pensé que era una batalla pérdida sin siquiera haber iniciado, sentí que sería lo correcto que estuviera con una mujer; pero cuando aclaró que es un hombre, sentí mi mundo derrumbar y mi corazón sangrar. Entiendo que elija a una mujer en vez de a mí, pero el que sea un hombre el que ocupe sus sentimientos y el lugar en su corazón me hace sentir molesto y celoso porque yo quiero estar allí, quiero ser yo la razón por la que esa bella sonrisa permanezca en sus labios.
Cuando ya me he alejado cierta distancia escucho pasos que se acercan, acelero mi andar creyendo que Yutaka me sigue para terminar de contarme lo que alguien que no soy yo le hace sentir, cada vez se acerca más y yo empiezo a correr a todo lo que mis piernas me permiten, lo que no es mucho ya que son cortas en comparación a las de Yutaka y tropiezo cayendo estrepitosamente al suelo.
Maldigo todo lo que se pueda maldecir en este momento.
*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*v*
KAI’S POV
La idea de llevar a Takanori a ese parque y sentarnos en la orilla de la fuente, no fue más que para darle fin a mi poco elaborado y sencillo plan: exponer mi sentir ante él, pero al parecer lo hice de la manera equivocada o no usé las palabras correctas. Normalmente, me dirijo a las personas de manera directa sin importar lo que sea, pero hablar de lo que siento y decirlo a la persona a la que lo provoca me resulta un tanto difícil por eso lo hago de manera indirecta; al parecer Taka lo malinterpretó y piensa que estoy enamorado de alguien más.
Ver su cuerpo temblar ligeramente y pasar sus manos por su rostro intentando quitar lágrimas me hizo pensar que debí ser directo y en lugar de utilizar palabras, debí atacar sus labios con un beso apasionado, pero no puedo regresar el tiempo y corregirme.
Ahora, al ver que se aleja de mí con lágrimas mojando sus rechonchas mejillas no hago más que seguirlo y llamar su nombre para que se detenga, para que me deje explicar de una buena manera lo que quise decir anteriormente y que entienda que esa fue una declaración para él. Acelera su andar y veo cómo cae al suelo, correr no es su especialidad; me acerco y escucho las maldiciones que le manda a todo lo que existe y lo que no, mientras con una mano intenta levantarse del suelo y con la otra sostiene su tobillo derecho, también me maldice entre el llanto.
Me posiciono frente a él y, contra su voluntad, lo ayudo a ponerse en pie. Se sostiene de mis brazos y flexiona el tobillo adolorido, lo envuelvo en un fuerte abrazo por los hombros y ubico mi boca cerca de su oreja para susurrar.
─ No me dejaste decirte quién es el chico del que estoy enamorado. ─ se estremece un poco.
─ No quiero escucharlo. ─ se remueve queriendo liberarse de mi agarre ─ Suéltame, quiero ir a casa. ─ su cabeza está inclinada hacia abajo, no puedo ver su expresión.
─ Yo te traje y yo seré quien te lleve de regreso. ─ deja de removerse y apoya su frente en mi pecho.
─ Di su nombre para que nos vayamos de una vez. Termina de… ─ solloza ─ Sólo dilo y ya. ─ una de sus manos se ase de mi camisa y pasa raspando mi abdomen con sus uñas.
Termina de romper mi corazón. Es lo que sus palabras me dan a entender. Lástima, porque no es eso lo que pienso hacer.
─ Eso dolió, ¿sabes? ─ acaricio su espalda.
─ No más de lo que me duele a mí. ─ dice en un tono tan bajo que apenas lo pude escuchar.
─ ¿Por qué huiste? ─
─ No lo hice. ─
─ Claro, correr después de confesar mis sentimientos por ti no es huir. ─ digo con sarcasmo.
Él despega su cabeza de mi pecho y ve directo a los ojos, puedo ver los caminos que han surcado las lágrimas al descender.
─ ¿Qué? ─ su labio inferior tiembla y sus manos se aferran a mi cadera. ─ ¿Qué dijiste? ¡Repítelo! ─ desesperado agita mi cadera.
─ Dije que, es una lástima que hayas huido antes de terminar mi declaración amorosa. Eso me hace sentir triste, ¿sabes? Yo que tanto me esmeré en darle coherencia y sentimentalismo a mis palabras, dije cosas bastante vergonzosas y tú te fuiste dejándome como un idiota abandonado en la fuente. ─ finjo estar molesto y dolido por su actuar y cierro los ojos mientras deshago el abrazo. Doy media vuelta, quedando de espaldas a Takanori. ─ Yo que guardaba la esperanza de poder besarte y decirte cuanta cursilería se me viniera a la mente. ─ suspiro con tristeza, sigo fingiendo. ¿Por qué finjo? Porque es divertido, simple. Soy malo, lo sé. Pero es una buena forma de hacer que Takanori también exprese lo que siente; al no verlo directo a los ojos y hacerlo sentir culpable, expulsará todo de su interior sin vacilar, dirá todo lo que ha estado guardando para sí mismo y la última fase de mi plan estará completo.
Eso suena maquiavélico, parece como si estuviera planeando matar a alguien o dominar el mundo.
─ ¿Eh? ¿Tú estás enamorado de mí? ¿No te referías a alguien más? ─ capto el nerviosismo en su voz, jala una de las mangas de mi chaqueta ─ Responde. ─
─ Desde el principio me refería a ti, lo hice de forma indirecta porque pensé que captarías que mis palabras iban dirigidas a ti… ─ hago una pausa ─ Pero como siempre, te fuiste por la tangente y sacaste tu propia conclusión. Siempre dejas a uno hablando solo. ─ bufo.
─ ¿Lo que dices es verdad? Por favor, no juegues conmigo. ─ su voz suena dolida, vuelvo a quedar frente a él y hago qu nuestras miradas se crucen.
─ Nunca jugaría con los sentimientos de alguien, menos con los tuyos. ─ con mi pulgar evito que una traviesa gota resbale de uno de sus ojos ─ Todo eso que dije, tú eres la persona que me gusta, de quien estoy perdidamente enamorado. ─ sus ojos brillan según voy afirmando lo dicho, acaricio su mejilla ─ Admito que fue difícil aceptar lo que siento por ti. Al principio me negué debido a lo que ocurrió en el pasado, no quería volver a lastimarme ni lastimarte, no quiero que se repita lo que pasé por Murai; mentalicé todo eso y lo dejé atrás, pasado es pasado, no hay más. Estoy dispuesto a tomar tu mano y caminar a tu lado de ahora en más. ─ poso mi mano en el sitio donde se encuentra su corazón ─ Sé lo que sientes por mí. Tus acciones, los latidos presurosos de tu corazón y el sonrojo violento en tus mejillas me lo confirmaron desde hace un tiempo, pero quiero escucharlo de tu boca… ¿Me amas, Takanori? ─ doblo un poco mis rodillas para que la distancia entre nuestros rostros sea casi nula, una fina capa de vaho acompaña nuestras exhalaciones debido al invierno que recién inicia.
*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u*u
RUKI’S POV
Me ha tomado por sorpresa. Realmente creí que ya no tendría una sola oportunidad de que se enamorara de mí, creí que su amor pertenecía alguien más y ahora resulta que la persona a la que describía, el chico del que está enamorado soy yo. En mi interior todo es un maldito desastre, todas mis emociones se encuentran entremezcladas; no sé si estoy feliz o molesto por lo que acaba de decir, me hizo creer algo que no era, bueno, yo me precipité pero fue su culpa por no ser directo y decirme todo eso desde un principio.
Comprendo su miedo a salir herido, el puto de Murai es culpable de eso; lo utilizó y manipuló como un títere, se aprovechó de su amabilidad y amor para jugar con él, tomó todo lo que era Yutaka, lo hizo bolita y jugó a encestar a la basura. Lo engañó con quién sabe cuántas personas y lo pisoteó al final, hizo añicos todo lo que representaba a Yutaka en el pasado.
Sus amigos hicimos lo que estuvo a nuestro alcance para unir pedacito por pedacito lo destruido, cada pieza quedó en su lugar recuperada en su totalidad gracias a la amistad y hermandad que profesábamos los cinco; excepto la pieza más importante: su corazón, parecía que sólo se mantenía en su lugar debido a la delicada cinta adhesiva que apenas cubría las grietas.
Después de eso los que lo pretendían no tenían posibilidad de llegar más allá de, mínimo, tres o cuatro días; se negaba a establecer una “relación” mayor a eso. Pero ahora…
─ Eres… Eres… ─ respiro agitado ─ ¡Eres un tonto, idiota, estúpido! ¿Cómo pudiste hacerme esto? ─ de nuevo se mojaban mi mejillas, pero en esta ocasión está bien que salgan ─ De verdad creí que… que… ─ doy golpecitos en su pecho sin terminar la oración, me siento afortunado.
Reparto golpecitos por su torso y brazos, algunas pataditas en sus piernas, él no hace nada más que reír de buena gana y dar uno que otro quejido sin evitar nada.
─ Me encanta tu faceta de niño llorón y berrinchudo. ─ en cuanto termina de emitir esa oración detengo los golpes y lo miro con el ceño fruncido, en mis labios inconscientemente se forma un puchero ─ Te ves tan tierno con ese pucherito, me dan ganas de… ─ con sus dedos índice y medio dibuja la forma de mi labio inferior, un terrible sonrojo invade mis pómulos y un escalofrío recorre mi espalda ─ No hagas eso. ─ susurra de una manera rara.
─ ¿Hacer qué? ─ pregunto inocentemente, en verdad no estoy haciendo nada.
─ Eso. ─ da un besito en mi nariz ─ No hagas pucheros ni arrugues la nariz de ese modo porque dan ganas de… besarte. ─ esta vez sí completa la frase, me apego a su cuerpo.
─ Entonces, hazlo. Bésame, Yutaka. ─ digo cerca de su boca, entrecerrando los párpados pero él besa mi frente y se mantiene ahí durante unos segundos.
─ No me has contestado. Te besaré cuánto quieras cuando contestes a mi pregunta. ─ toma mis manos entre las suyas, las eleva a la altura de su abdomen ubicándolas en medio de nuestros cuerpos para darles calor.
─ Eso… es obvio, ¿no? ─ trago saliva nervioso ─ Tú dijiste que ya lo sabes. ─
─ Sí, pero también quiero escucharlo. Quiero saber qué es lo que resguardas en ese corazoncito, qué es lo que soy para ti. ─ su mirada ilusionada y a la vez ansiosa me poner peor los nervios.
─ Yo… ─ carraspeo ─ Estoy enamorado de ti desde hace un par de años. Desde el momento en que te conocí supe que eras especial, tienes algo que capta mi atención y me hace querer estar siempre cerca de ti, tu sonrisa es… ─ suspiro ─ la más hermosa y cautivante que he visto en toda mi vida. ─ paso el índice por el borde hasta la comisura de sus labios, que se estira en una sonrisa ─ Pero no creas que no me he dado cuenta que ocultas algo tras ella, ¿eh? ─ reímos ─ Los momentos a tu lado son geniales y gratificantes, siento algo cálido en el pecho cuando estoy contigo, las conversaciones que tenemos me parecen de lo más interesantes que me gustaría que nunca acabaran, tu mirada me estremece e intimida por igual y cuando compartimos momentos a solas una guerra de mariposas sin vencedor se desata en mi estómago. ─ mi cara debe estar tan colorada como la luna roja que dijeron por la televisión que habría hoy. ─ El resto lo sabrás con el avance del tiempo que pasemos juntos. ─
─ Entonces, me tomaré un largo periodo para descubrirlo. ─
Soltó nuestras manos para rodear mi cintura y ejercer una suave presión sobre mis labios, un estallido de fuegos artificiales y el incendio de un almacén de pólvora es cómo puedo describir lo que me abarca en este instante, la alegría se rebosa y la euforia hace que yo empiece a mover a los labios; el ósculo es lento, apenas nos separamos volvemos a juntarnos sin dar mucho para tomar un respiro. Pasados unos minutos, rodeo su cuello profundizando y aumentando la velocidad del beso; al tener diez centímetros de diferencia me veo forzado a pararme en las puntitas de los pies, Yutaka me tiene casi cargando, sin permiso ni consentimiento su lengua se adentra a mi cavidad bucal para iniciar un reconocimiento por cada parte, al roce de nuestras lenguas siento varios espasmos en la espalda y extremidades.
Nuestro segundo beso, es incluso más maravillo que el primero, ambos prevalecerán en mi memoria. Todo lo relacionado con Yutaka prevalecerá como lo más preciado para mí.
Enredo los dedos entre sus negros cabellos, es lacio y se siente bien al tocarlo; deslizo las palmas desde su clavícula hasta su codo y viceversa. No sé cómo… No sé cómo describir todo lo que percibo en este instante, no tengo palabras, únicamente puedo concentrarme en transmitir el amor que profeso hacia el hombre que me besa con tanta pasión y desenfreno; este hombre que promete amarme en igual medida en que yo lo amo.
Este es el fin de nuestra amistad y el inicio de nuestro amor. Este es el preámbulo de nuestra historia, todavía falta por contar de nosotros y de nuestros amigos.