Kim Hansol se encontraba en esos momentos sentado en un rincón de la sala de ensayos, con un semblante serio, los brazos rodeando sus piernas, observando todo a su alrededor.
Podía ver a algunos practicando baile, otros preparando sus voces, ¿y él? No quería hacer absolutamente nada.
Desde hace un par de días que su motivación para hacer cosas comenzó a bajar considerablemente, la verdad no sabía por qué. Él era el que muchas veces ayudaba a levantar el ánimo de los demás, pero ahora ¿quién lo ayudaba a él? Por supuesto que Jiho había sido parte importante tratando de hacerlo reír en muchas ocasiones.
Era un gran amigo.
También tenía a un grupo de amigos con los que pasaba todos lo días dentro y fuera del edificio. Entonces... ¿qué andaba mal? Era lo que se preguntaba.
—¡Hansol!
Un grito lo sacó de sus pensamientos, sacudió la cabeza para reaccionar y miró a su alrededor. Todos lo observaban atentamente, quietos, en un gran silencio. Por un momento se sintió intimidado.
—Yo... este...
—¿Estás bien? -preguntó Sehyuk preocupado-. Te veo algo distraído.
Hansol sonrió, la escena que se presentaba ante sus ojos le había causado gracia sin saber por qué. Se levantó de su lugar y caminó hacia Sehyuk.
—Por supuesto, sólo me siento cansado.
—¿Cansado? Pero si no has hecho nada -Jiho se había unido a la conversación dando ese comentario seguido de una carcajada. Hansol frunció el ceño y le dio un golpe en el brazo.
—No molestes -se defendió y volvió su vista al líder-. Prometo practicar ahora.
—Pero ya es hora de irnos -Hansol se sintió un estúpido por haber dicho eso, así que sólo se limitó a asentir-. Aunque... podría quedarme contigo para que practiques un poco.
—¿Qué? -intervino Jiho-. Pero ya es hora de irnos -se cruzó de brazos dando a entender su molestia.
—Dije que yo me quedaré -respondió Sehyuk-. Ustedes pueden irse.
Jiho asintió y fue directo hacia los demás para decirles que podían adelantarse. Todos tomaron sus cosas y salieron sin ningún apuro por la puerta. Pero había alguien que parecía no querer moverse.
—Byungjoo, ¿no piensas ir con los demás? -Sehyuk volteó para verlo después de pregutar, y Hansol miró atentamente por detrás de él. Byungjoo se encontraba apoyado en uno de los espejos con las manos detrás.
—Oh, sí, es verdad -respondió-. Yo sólo... no importa -tomó sus cosas y salió de la habitación corriendo lo más rápido que pudo. Cuando la sala ya se encontraba vacía, Sehyuk se acercó al reproductor de música para seleccionar una canción.
—Byungjoo a veces puede ser muy raro -habló Hansol con un tono divertido-. Pero es buen amigo -comenzó a dar vueltas por la sala esperando que el otro pudiera seleccionar una canción.
—¿Raro? rara es la persona que a veces pasa días enteros acosándolo.
Hansol se detuvo y lo miró indignado, como suponiendo y acertando que esa indirecta iba hacia él. Y aunque supiera que Sehyuk estaba exagerando al decir "días enteros", no podía negar que muchas veces lo hacía por diversión, y es que le causaba gracia la forma en que Byungjoo respondía. Pero eso nunca lo admitiría.
—Oye, eso n-
—Ya empezó la canción, es hora de practicar -intervino el mayor haciendo que la música comenzara y no quedó otra opción que obedecer.
Esta vez Hansol decidió practicar baile, tenía una buena memoria así que sentía que estaba teniendo una practica casi impecable. Y con "casi" se refiere a que a veces unos pasos no los podía hacer bien. Pero a pesar de eso, Sehyuk seguía dándole comentarios de apoyo como: "vas bien", "no te rindas", "¡muy bien! Así se hace" que lo hacían sentir orgulloso de sí mismo.
Esa hora y media bastó para dejar a Hansol conforme. Hubiera durado más, pero ver a Sehyuk a punto de caer en un profundo suelo tirado en una esquina de la sala hizo que se preocupara más por él.
Sehyuk era una gran persona, incluso se quedó con él a practicar a pesar de estar cansado, no podía ser tan egoísta. Esa situación le recordaba cuando apenas eran unos simples chicos esperando por debutar.
Sonrió al recordar esos tiempos.
Después de despertar al mayor, tomaron sus cosas y se dirigieron a la salida e ir hacia el departamento. Hansol propuso caminar. El otro chico no se opuso, quería llevar comida para el resto de los miembros, debían tener hambre.
—¿Me dirás lo que sucede contigo? -preguntó Sehyuk mientras caminaban.
—No lo sé, en verdad estos días me he sentido muy cansado. Tal vez sólo sea cansancio mental, ya sabes.
—¿Seguro?
—Sí.
—Bien, pero recuerda que siempre estaré por si necesitas algo, ¿sí?
—Por supuesto y lo agradezco mucho -Hansol lo miró mostrando una pequeña sonrisa.
Después de eso el camino fue totalmente silencioso hasta que entraron a una tienda y se dedicaron a esperar su turno para pedir la comida.
—¿Crees que debería llevar variedades? -preguntó Sehyuk-. No todos disfrutan de la misma comida -pero al voltear para ver a Hansol, se dio cuenta de que él no estaba detrás suyo como hace unos minutos-. ¿Hansol?
Recorrió con la vista el lugar un poco preocupado hasta que lo encontró. Estaba entrando nuevamente a la tienda, pero ésta vez con una bolsa de papel.
—Lo siento, mientras esperaba vi esto en la tienda que está al lado y pensé en dárselo a Byungjoo -le mostró la bolsa de papel con una sonrisa.
—Estoy seguro que sea lo que sea, le gustará.
—¿De verdad piensas eso?
—¡Por supuesto! Si yo fuera él y me dieran algún obsequio, sería muy feliz pese a lo que sea. Después de todo, es algo que me han dado, ¿no?
—Sehyuk, eres el mejor -dijo Hansol con una sonrisa-. ¿Ya nos vamos?
—Pero ni siquiera he comprado.
—Oh, sí, por supuesto.
Sehyuk sólo se limitó a soltar una carcajada.
—Eres un distraído, Hansol.
Ya al terminar de comprar, se dispusieron a ir hacia el departamento. Al abrir la puerta, sólo encontraron a Byungjoo sentado en el sofá viendo televisión y un par de almohadas en el suelo. Hansol supuso al instante que quizás estuvieron todos juntos hace un rato atrás en una de esas tantas reuniones que hacen. Sehyuk por otro lado, supuso que ahora estarían en la cocina o en sus habitaciones, así que se dirigió al primer lugar.
—¡Chicos, a comer! -gritó desde la cocina para llamar la atención de todos y poco a poco fueron saliendo los que se encontraban en sus habitaciones.
Por su parte, Hansol se acercó hacia el sofá donde estaba su amigo y se sentó a su lado.
—Byungjoo -le habló moviendo cuidadosamente su brazos-. Traje esto.
Byungjoo volteó curioso a ver lo que tenía Hansol, lo tomó y abrió la bolsa para confirmar lo que era.
—¿Ambos son para mí? Wow, gracias.
—Bueno, la verdad es que...
—¡Byungjoo! ¿Qué tienes que no me das? -Jiho apareció sentándose al otro lado del chico.
—Son pastelitos, ¿quieres?
Un momento, ¿acaso le había dicho "quieres" a Jiho? Hansol no lo podía creer, él había comprado eso porque su plan era compartirlos los DOS, nunca había un tercero en la historia que armó en su cabeza. ¿Qué estaba pasando?
Ya cuando pudo reaccionar, Jiho había desaparecido por la entrada de la cocina con uno de los pastelitos en la mano.
—Hansol, gracias nuevamente, ¿tú sabías que... -al dar la vuelta para agradecer, Byungjoo pudo ver a un Hansol que mostraba un semblante totalmente serio.
—Byungjoo, eres un... -gritó tomando una de las almohadas que había en el suelo y comenzó a darle golpes por todas partes.
—¿Qué? Espera, ¿por qué reaccionas así? -preguntó confundido mientras se cubría con los brazos para evitar que le llegara un golpe directo.
—Ya verás -y eso fue lo último que pudo decir antes de sentir cómo alguien lo tomaba y lo arrastraba hacia el pasillo.
—Hansol, ¿qué fue lo que pasó? -Sehyuk preguntó, el otro chico sólo se cruzó de brazos con el ceño un poco fruncido.
—En la tienda vi los pastelitos que le gustan a Byungjoo y compré dos, uno para él y uno para mí, y de ese modo hacerlo feliz. Fue un obsequio de MI parte y el le da el otro a Jiho, ignorándome. Entonces eso me molestó -habló tan rápido que apenas Sehyuk sí pudo entender.
—Quizás sólo se equivocó.
—¡Pues que se disculpe!
Hansol caminó hacia su habitación y de un portazo cerró la puerta. Sehyuk no pudo hacer nada más después de eso.
A veces Hansol podía ser muy dramático.