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Il Fuoco è la Vita por SirPsychoSexy

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Notas del capitulo:

Me tardé un poquito pero aquí estoy con el noveno capítulo. *^*
Disfrútenlo.

 


El demonio caminaba de un lado a otro, absorto en sus pensamientos. Acababa de oír la propuesta que tenía DongWook para él, sobre el tema de lo que había decidido el consejo, sin embargo, aquella era una opción arriesgada.

El “Consejo” era un lugar en donde se reunían los distintos líderes de los clanes, nueve en total, para decidir qué hacer exactamente con aquellos problemas que solían haber en el mundo, y es que a pesar de ser un mundo regido por el caos, era bastante riguroso y tenía una infinidad de reglas. Pero aquellos demonios no solían ser tan racionales como lo era DongWook, y la idea de dejar a su humano bajo las garras de esos demonios, era casi estar ofreciéndoles un trozo de carne jugosa a un montón de leones hambrientos.

Sus pies no dieron más y simplemente se dejó caer sobre el sofá, tomando su rostro entre sus manos, mientras exhalaba un suspiro pesado y frustrado.


Sé que es una decisión difícil... — Dijo el castaño de pronto, el cual había seguido sus movimientos desde que le había comentado lo que se había hablado en aquella reunión.

SeungHyun le dedicó una mirada casi asesina. Para él no era solo una decisión “difícil”... Era algo totalmente peor.

JiYong es un humano, DongWook... — Murmuró el menor, mientras miraba sus pies nuevamente, aun sosteniendo su rostro entre sus manos. — Sabes lo que pasa si un humano se acerca a esos demonios.

Es la única opción que tienes... Sabes que los miembros del consejo no permitimos a “invitados” además de nosotros mismos. Sabes que tengo fuerza y puedo controlarlos... Lo voy a proteger y-

¡MALDITA SEA, DONGWOOK! ¡Son ocho! ¡No puedes tú solo contra ocho líderes! — Exclamó enfadado. — No puedo... No puedo dejar solo a JiYong... Menos  si es para hacerle... Esas supuestas pruebas. ¿Qué mierda de pruebas necesitan? Ya todos sabemos que es un alma pura, todos sabemos que es peligroso, pero... ¿Para qué son esas pruebas?


El mayor miró al demonio menor, el cual ahora le dedicaba una mirada inquisidora, la cual estaba anhelante por una respuesta coherente por parte de su líder.


...Porque un alma pura puede ser la perdición para nosotros. — Susurró.

JiYong, no... Es solo un humano... ¿Cómo se supone que pueda?

Si mantenemos un alma pura cautiva con nosotros, se puede desatar una guerra entre nosotros y... Los ángeles.

Pero nosotros tenemos un trato... Es decir... Con JiYong hemos cerrado el trato y... Cuando cumpla su deseo...

Su deseo es de bondad, SeungHyun. Su deseo no va ligado a ningún capricho de todas las almas que están en este mundo. Si él hubiese invocado a otro ser, y no en específico un demonio, él habría podido salvar a su hermana. — DongWook se cruzó de brazos, mientras miraba el rostro serio del menor. — La desesperación de ver a su hermana morir lo hizo invocarte, y su pureza es la que te esta absorbiendo... Tú... Tarde o temprano, si sigues con ese humano... Terminarás muerto.



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Caminaba por el pasillo, sumido en sus pensamientos, sin saber realmente qué hacer. ¿Debería dejar a JiYong con los otros líderes? Dios... No podía pensar siquiera en algo así. Imaginar que otro demonio tocara a su humano lo hacía sentir furioso. Su sangre hervía de la pura rabia.

Los sonidos de sus pasos haciendo eco por el lugar era lo único que podía mantenerlo un poco más calmado. Iba a conversar con el humano... No iba a obligar a JiYong ir a esa reunión para aceptar las pruebas si es que éste no lo deseaba... Y esperaba realmente que se rehusara a ir.

Finalmente se detuvo frente a esa enorme puerta en donde estaba el humano. Su mano se acercó al pomo de la puerta, pero justo al momento en que quiso abrirla, se detuvo de golpe. Sus oídos se agudizaron, logrando oír algo que le heló la sangre por completo.

“Aahh...”

JiYong... SU JiYong... Estaba jadeando dentro.

No, no, no, no... Iba a matar a SeungRi...  Con sus propias manos arrancaría sus alas para hacerle agonizar del puro dolor, y luego de ver su rostro lleno de lágrimas, suplicándole por perdón, sería que terminaría por arrancar su cabeza.

Sus ojos estaban anaranjados y su mano apretaba con tanta fuerza el pomo que sus nudillos estaban mucho más blancos. Sentía como el metal de la manilla comenzaba a enterrársele en la palma de la mano y, de un solo tirón, terminó por abrir la puerta, de golpe, haciendo que esta chocara de plano con la pared, haciendo un ruido seco que sobresaltó a los otros dos que estaban dentro, al punto en que el humano soltó un pequeño grito por el susto.

Y vio la escena.

La ropa de JiYong estaba descansando sobre una silla, un poco alejada de los otros dos, mientras que la camisa de SeungRi reposaba sobre la misma. JiYong intentaba vagamente cubrir su cuerpo desnudo con sus manos, mientras que se sonrojaba terriblemente, luego de aquella sorpresiva entrada del demonio. Estaba dentro de la bañera, la cual tenía un agua rojiza que cubría un poco más arriba de su ombligo, dejando ver uno que otro tatuaje en su nívea piel.

Tragó en seco, sintiéndose estúpido entonces.

Miró a SeungRi para ver como éste estaba sin su camisa, entendiendo que era para que esa prenda no se mojara con aquella agua rojiza con la cual estaba limpiando el cuerpo del otro. Sosteniendo vagamente una esponja, la cual estaba pasando por la espalda del humano.

Se sonrojó, avergonzado de sí mismo.


¿Qué estás haciendo aquí? — Habló SeungRi. — Aún no estamos listos...

E-El... El agua... Está muy roja... — Fue lo único que pudo decir el mayor.

JiYong desvió su mirada, aún avergonzado por estar desnudo frente al pelinegro, el cual le miraba.

La excitación de JiYong era muy fuerte. El agua se tornó rojiza apenas puso un dedo en el agua. — Comentó el demonio menor, volviendo con su labor de pasar la esponja por la espalda del humano. — El aire realmente hizo un efecto fuerte en él...


SeungHyun se acercó un poco más hasta la bañera, pero antes de llegar, la voz del humano le hizo detenerse.


No... No te acerques... Yo... No quiero que me veas. — Susurró. — S-SeungRi ha dicho que queda poco... Ve afuera, hasta que cubra mi cuerpo...


SeungHyun sonrió.  Ese ya se parecía un poco más al JiYong que había conocido... Uno tímido y vergonzoso, que intentaba ocultarlo bajo ese porte altanero. Volvió a caminar, pero esta vez hasta la puerta para salir del baño, buscando no incomodar al humano, mas no cerró la puerta y solo la juntó, quedándose fuera. Aún no confiaba en dejar a solas a JiYong con alguien más.

Los minutos pasaron y JiYong finalmente salió de la bañera, con un poco de la ayuda del demonio menor. Una vez afuera, envolvió su cuerpo en una bata, sintiéndose más relajado realmente. SeungRi comentó que no podía ponerse su ropa pues debía ser lavada y limpiada igualmente ya que era ropa que no provenía de ese mundo, y de igual manera, al ponérsela, iba a ser más fácil el volver a sentir los efectos del supuesto “afrodisíaco”.

Y sin más, se acercó a la puerta para asomar su cabeza, en busca del demonio.

Estaba ahí, mirando por la ventana que daba al frente de la puerta del baño. El cielo estaba más morado, casi bordeando el púrpura, haciendo que sus ojos se vieran más enigmáticos que nunca. El demonio volteó entonces para mirarle y dedicarle una sonrisa sutil, en lo que estiraba su mano para invitarle acercarse.

JiYong con un poco de vergüenza por solo vestir una bata, tomó la mano que le ofrecía el pelinegro, el cual de un solo jalón, lo acercó a su cuerpo para abrazarlo y seguir mirando por la ventana, en la compañía del otro.

Se quedaron en un completo silencio que no incomodaba a ninguno de los dos, mientras SeungHyun acariciaba con suavidad la espalda del humano y de vez en cuando besaba su cabello, a la vez que el otro simplemente lo abrazaba, apoyando su cabeza sobre su hombro, ambos mirando el cielo ponerse cada vez más morado.


¿La noche es púrpura?... — Sintió el asentimiento del mayor. — ¿Estás preocupado por algo?... Digo... Estás muy callado...

Lo estoy. — JiYong se alejó un poco, solo lo suficiente para poder mirarle, cosa que el demonio correspondió. — ¿Tienes hambre? Debes comer algo...

¿Por qué estás preocupado?

Vamos a comer, Yongie... — Susurró de manera suave, acercándose para alcanzar sus labios y besarle de manera casta y casi dulce. — Debes tener fuerzas aquí... Si te hayas débil por lo que sea, el afrodisíaco acabará contigo en menos de una hora.

¿Pasó algo con DongWook? — El pelinegro rodó los ojos al ver que el humano simplemente no le hacía caso. Su curiosidad podía llegar a ser exasperante. — ¿Es porque estoy aquí? Prometo no alejarme... Haré caso en todo y-


SeungHyun no lo aguantó y simplemente tomó el rostro del rubio y atacó sus labios en un beso profundo. Sintió la torpeza del otro, al intentar corresponderle, y de un momento a otro, el demonio mordió su labio, logrando que un quejido saliera de la boca del menor, para así aprovechar ese espacio y adentrar su lengua.

JiYong de pronto se comenzó a sentir mareado, absorto por aquel beso agresivo y demandante por parte del mayor. De forma no muy hábil intentaba seguir el ritmo de aquel beso, pero no podía. Sentía como de pronto sus piernas comenzaban a flaquear, pero al momento en que creyó, iba a caer, sintió los fuertes brazos del contrario abrazarle por la cintura, aferrándolo a él.

Pequeños gemidos escapaban de la boca del humano para ser ahogados en la boca de aquel demonio que casi se lo estaba devorando. La espalda de JiYong se arqueaba cada vez más, hacia atrás, mientras que el más alto se encargaba de mantenerlo apegado a su cuerpo, encorvándose hacia adelante para evitar cortar aquel beso; hasta que finalmente se detuvo, separándose lentamente de aquellos dulces y prácticamente adictivos labios, de los cuales un jadeo escapó.

SeungHyun miró con una sonrisa ladina a aquel sonrojado y embobado humano bajo sus brazos.

Sin decir nada, y de un simple movimiento, el demonio lo cargó en sus brazos como a una princesa, mientras sentía como éste rodeaba su cuello para afirmarse, sin dar una protesta alguna.


Realmente está siendo absorbido por él, padre... — Susurró SeungRi, al mayor, quienes miraban aquella escena, ocultos bajo la densa oscuridad del pasillo.

O está siendo absorbido, SeungRi... O se está enamorando.


SeungRi miro con sorpresa, casi con estupefacción al mayor.

¿Podía ser eso posible?



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¿Qué... se supone que es esto? — Dijo JiYong, mirando lo que sea que fuese eso que estaba en el plato.

Te juro que sabe mejor de lo que se ve. — Se rió el demonio que estaba sentado al lado suyo, con una copa de vino en sus manos. — Tenemos comida de tu mundo aquí, pero al no estar acostumbrado a este, debes comer algo proveniente de aquí para que te hagas más resistente.


JiYong picaba con desconfianza aquella cosa en el plato, mirándolo con todo, menos con ganas de comerlo. Y es que eso, fuese lo que fuese, no se veía muy apetecible. Se veía viscoso y de un color que variaba entre el verde y el amarillo, o eso creía, pues la luz de las velas no alumbraba mucho en ese preciso momento. El mayor sonrió y arrastró un poco la silla para acercarse a él. Tomó el servició de las manos del rubio y comenzó a cortar “eso”, para luego, aquel trozo que había cortado, acercarlo a la boca del contrario.


No voy a comerlo, Seung... — Dijo, alejándose cada vez que el mayor le acercaba el bocado.

Cómelo... — Gruñó el demonio, pero a pesar de eso, el joven se negaba a aceptar.


Rendido, SeungHyun se llevó una mano a su cabeza e hizo sus cabellos hacia atrás, en un acto de frustración. Sonrió entonces, mirando la expresión divertida del humano. Con su mano libre, atrapó su pequeña nariz, haciendo que el chico abriera la boca para poder respirar luego de un par de segundos, y en ese preciso instante, el demonio hizo entrar aquel trozo de comida a su boca.

JiYong mantuvo la comida en la boca, con una expresión de total desagrado y sin atreverse a masticar. Ahora entendía esa cara llena de emoción del mayor cuando fue a cenar a su casa.


No saldremos de la mesa hasta que te comas todo, JiYong. — El joven le miró con miedo, mientras negaba, aun con la boca llena. — Mastica, Yongie... Verás que no es tan malo.


Luego un par de minutos, el rubio se dio por vencido y terminó por masticar, aún no convencido. La sensación en su boca no dejaba de ser desagradable, pero a decir verdad, a pesar de lo extraño de su sabor, no era tan malo. Tragó y suspiró.

En esos momentos extrañaba mucho la comida de su madre.

Vio como SeungHyun sonreía y volvía a cortar un trozo de esa cosa y la acercaba a su boca una vez más.


¿Vas a darme de comer?

Quiero salir hoy del comedor. — Rió el demonio, aunque aquello no duró demasiado pues la mirada perdida que tenía el humano le hizo mirar algo curioso.

¿Sabes?... Eres muy considerado conmigo... — Susurró JiYong, comiendo entonces lo que el mayor le ofrecía, mientras notaba su mirada aún más curiosa, por lo que luego de tragar, prosiguió. — Eres un demonio... Se supone que los demonios son malos, sin embargo, tú eres uno muy dulce...


SeungHyun se mantuvo en silencio, mirando sus manos cortar otro trozo de comida. ¿Por qué lo hacía? Era cierto... Realmente siempre procuraba cuidar al humano, quería verlo bien y saber que no estuviese en peligro alguno...

Peligro como el de dejarlo ir al consejo.

Soltó entonces el servicio y se rascó la frente, como si eso lo ayudara a pensar.

¿Cómo iba a hacerlo? Estaba seguro que si se lo decía al humano, él accedería a ir... Si ya había accedido venir al supuesto “infierno” ¿Qué lo iba a detener ahora el ir al consejo? No quería que le hicieran daño alguno, no podía dejarlo ir, al menos no solo. Sabía que DongWook no iba a ser capaz de controlar solo al montón de demonios que se reunían siempre, y sabía que si al menos él estaba como la escolta del demonio, no se atreverían a acercarse.

Si él tenía fama, era por ser un maldito asesino a sangre fría.

Suspiró, frustrado.

El reloj de la sala sonaba cada vez más fuerte en su cabeza, dejando absolutamente todo en segundo plano. Debía tomar una decisión rápido, pues la respuesta debía ser para mañana, antes del mediodía. Tenía muy poco tiempo y ese maldito reloj no dejaba de recordarle que los segundos pasaban más rápido de lo que él quería.

Pero de pronto sintió una cálida mano sobre la suya, la cual le hizo volver a la realidad. JiYong le miraba preocupado


¿Estás bien?... Me estás preocupando...


SeungHyun tomó entonces la mano del humano y la besó con cuidado, cerrando sus ojos un momento.


No te alejes de mi... — Dijo en un susurró.


JiYong no entendía, realmente no lo hacía y la actitud extraña que estaba tomando el mayor estaba alarmándolo un poco. Su mano viajó hasta su mejilla, la cual de manera suave comenzó a acariciar. SeungHyun le miró nuevamente.

Sus ojos estaban azules.


SeungHyun ¿Qué pasa? Tus ojos...

No te alejes de mí, JiYong... — Repitió del demonio, observándole de manera tan fija que estremeció al rubio.


Su otra mano se alejó del agarre que tenía con la del demonio. JiYong se levantó de su asiento para poder alcanzar bien al demonio y abrazarlo entonces, acurrucándolo un poco en su pecho de manera protectora. ¿Era eso posible? Ser un humano y proteger a un demonio...


Estoy aquí, en tu mundo, contigo... porque no quiero alejarme de ti, Seung... -- Sintió las manos del mayor aferrársele, mientras podía sentir como reía suavemente.


Se quedaron en silencio nuevamente, mientras JiYong acariciaba la espalda del demonio y éste seguía fuertemente aferrado a ese delgado y menudo cuerpo.

Debía decirle. Debía contarle al humano lo que pasaba, pero ¿Cómo iba a reaccionar él? Temía. Pero temía no por la negativa que pudiese tener JiYong... Temía porque había una posibilidad alta de que accediera a ir con DongWook.

Sintieron de pronto las puertas del comedor abrirse, haciendo que el humano diera un pequeño salto, alejándose de SeungHyun para ver la imponente figura del líder cruzar por el umbral, mirándoles de una manera inquisidora, con una ceja levantada.

JiYong soltó de a poco el abrazo que tenía con el demonio, agachando la mirada hacia el plato que aún tenía la comida que el otro le había dado.


Lamento interrumpirles la cena. — Dijo DongWook, en cierta manera sarcástica. — Pero necesito saber la respuesta ya.


JiYong miró sin entender a qué se refería el mayor, para luego ver la mirada cabreada de SeungHyun.


¿No que íbamos a dártela mañana antes del medio día?

Veo que aún no se lo dices, SeungHyun. — El aludido le miró seriamente, mientras que el mayor tomaba una silla de aquella enorme y larga mesa, para sentarse en la punta. — Me voy a quedar aquí, para oír como se lo cuentas.

¿Contarme qué?... — Habló el rubio, observando confundido al pelinegro.


SeungHyun se llevó una mano hasta las cienes de su frente para acariciarlas, como si eso pudiese ayudarle en algo, mientras que un suspiro frustrado volvía a escapar de sus labios. Sintió la cálida mano de su humano acariciar su cabeza, razón por la que lo miró unos momentos, en completo silencio, mientras que recibía esa sonrisa que le reconfortaba y en parte, sentía que le apoyaba.

Sus labios se abrieron pero no salió palabra alguna.

No podía.

Sentía el miedo de perder a su humano en esa maldita reunión.


Puedes contármelo... — Susurró el humano, mientras continuaba con aquellas caricias, ignorando por completo el hecho de que el otro demonio estuviese ahí, observándoles cómodamente, como el espectador de alguna obra de teatro.

Ellos... Quieren que vayas con ellos... — Terminó por murmurar SeungHyun, cerrando sus ojos.

¿Ellos?

Los miembros del consejo... Quieren que vayas a la reunión de mañana para... hacerte pruebas. — SeungHyun tomó las manos de JiYong, mirándole nuevamente, pero esta vez con unos ojos tan oscuros que alarmaron en cierta medida al humano. — Pero yo... Yo no puedo...


JiYong tragó, mirando entonces al líder que seguía sentado en la silla, guardando un completo silencio. Sintió las manos de su demonio cerrarse con más fuerza en las de él, como si le estuviese llamando.


¿No puede ir SeungHyun conmigo? ¿Por qué?... — Preguntó el humano al líder.

Porque no es parte de las reglas del consejo. — Respondió el otro, encogiéndose levemente de hombros.


JiYong se mordió los labios, desviando su mirada a la flama de las velas que se meneaba suavemente, pensativo. Podía sentir todavía las manos del demonio aferradas a las suyas, como si estuviese pidiendo por él en aquellos momentos, mientras él seguía pensando en qué hacer. Por una parte, quería saber qué era lo que estaba pasando, por qué todos se interponían entre él y SeungHyun... Aunque claramente sabía que su relación no era para nada normal. Quería entender qué era exactamente a lo que temían, porque sí, ellos temían por esa relación. Ellos temían de lo que él representaba ¿Pero qué representaba? ¿Qué era eso?... Pero ir a un lugar incógnito, en un mundo totalmente desconocido y, sobre todo, peligroso, sin el único ser por el que confiaba, no le daba buena espina.

Observó nuevamente la mirada fija que mantenía SeungHyun en él, su semblante serio, pero aquellos ojos fijos en cada movimiento que hacía, le ponía aún más dudoso de lo que debía decidir... ¿Era eso lo que tenía así? ¿Tan callado? Desde que había salido del baño, que sentía al demonio ido, ido en sus pensamientos, en soliloquios que compartía nada más que con él mismo, aunque a veces volvía a la realidad, lo sentía lejano. Sumido en sus pensamientos. ¿Y era por eso? ¿Por qué el demonio estaba preocupado? Tal vez temía lo mismo que él temía ahora...

Una sonrisa se volvió a dibujar en sus labios, bajo una mirada atónita de su demonio.


¿Has estado preocupado por eso?...

JiYong... — El pelinegro cerró sus ojos cuando pudo percibir su mano soltarse del agarre y sentirla en su rostro para acariciarle.

Yo no voy a alejarme de SeungHyun. — Dijo el humano, para luego mirar desafiante a DongWook. — Si quieren que yo vaya a esa reunión, él tiene que acompañarme.


El demonio mayor se levantó de la silla, tenso, en lo que daba un golpe a la mesa que alarmó al humano, mas éste no dejó aquel porte desafiante al mirarle.


¡No puede ir! ¡No está permitido! ¡Son las reglas!

También eran las reglas, según tengo entendido, el que un humano pudiera venir y salir de aquí. — Dijo él, callando al castaño, que le miraba molesto. — Estoy aquí por él, y no iré a ningún lugar sin él.

Notas finales:

Espero que les haya gustado y así.
No, no les puse Gri para que no me asesinen, no soy tan malo. JE.

Déjenme muchos reviews y así me animo a actualizar más rápido. ¬u¬

Auf Wiedersehen~.


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