Si miraba de reojo de vez en cuando al conejo,este no se percataba.
Aveces Lavi era un poquitín despistado,en verdad, y eso que era un aprendiz de Bookman.
Asi que Kanda tenía que ser más directo.
Y eso lo mesqueaba.
Lo irritaba.
Y lo enfurecía.
Llevában ya tres días en aquella misión, lejos de la orden , y de los inoportunos.La oportunidad estaba Dada, los dos solos, sin moscas revoloteando cerca (llamense Allen, y demás miembros de la orden) el Akuma había Sido eliminado exitosamente gracias y sin apoyo del estúpido conejo, ya q este solo se limitaba la mayor parte del tiempo a observarle.,pero bueno era mejor así o terminaría estorbando le.
Y aún así, si él, Yu Kanda realizo todo el trabajo y por ende era el principal exhausto por la tarea, por qué diablos Lavi Lavi no se percataba de las necesidades de ese hermoso y sexy espadachín?
Claro. Era obvio.
Lo que Lavi quería.
Era que le rogara.
Por eso había dicho que esa situación le mosqueaba.
Sin embargo las ganas eran más poderosas. Y sus hormonas revoloteaban en su delgado cuerpo ofuscandolo.
Pues bien. Si el conejo quería un espectáculo.
Pues eso tendría.
Se puso de pie, frente al conejo quien se encontraba recostado en aquella esponjosa cama. Y con una mirada dura y sería comenzó.
El pelinegro comenzó a desabrochar lentamente su gabardina, Sus pectorales se descubrían lentamente.Y la Gabardina callo al piso.
Lo mismo ocurrió con el pantalón.
Y sus largas y torneadas piernas brillaban con la luz de la luna que se colaba atravez del ventanal.
El pelirrojo se relamia los labios tras ver ese encantador cuerpo.
Y con un dedo llamo al pelinegro.
Kanda no había terminado, y verse observado por el pelirrojo solo lo exitaba más, y bajo lentamente sus calzoncillos, dejando ver un ya ergido miembro.Ahora si,estaba más que desnudo.
Pero Lavi quería más.
Y Kanda lo sabía, pero sonrió de lado al saber que en ese lugar no había trajes de mucama , o de enfermera, o de Lolita.
Grave error.
Si lo que tenía Lavi y todo mundo lo sabía, era que tenía una mente retorcida.
Kanda se posicionó a orcajadas sobre el regazo del pelirrojo y lo beso, con besos candentes y llenos de lujuria.Se saboreaban, se toqueteaban, se frotaban.
- Hazlo Yu. - susurro entre besos.
- que cosa - respondió Kanda.
- Tócate.
- No.
- Vamos hazlo. - insistió Lavi guiando la mano del espadachín sobre su propio miembro produciéndose un sonoro gemido.
Guío con lentitud,de arriba abajo,una y otra vez. Después más rápido, y más rápido.
Yu comenzaba a sudar, se está dando auto placer.Pero sentirse observado le exitaba más.
- Hazlo conejo. - le pedía en gemidos, necesitaba al conejo dentro.
-espera un poco. - respondió el pelirrojo, y esque verlo así, nesecitado de él, le gustaba.
- Estúpido conejo...- decía jadeando - solo hazlo ya.
El conejo sonrió, dejando salir su miembro erecto de la prisión de su pantalón.
Tock tock tock
Kanda se posiciono para penetrar.
Tock tock tock
Sonó nuevamente.Y seguía el sonido, y no se detenía.
Tan inoportuno, molesto e irritante.
Tock tock tock
-Vamos chicos se que están ahí ,habranme - Se escucho la voz alegre de Allen al otro lado.Yu creyó imaginar la voz del estúpido enano.
Digo era imposible,estaban en una posada, lejos de la orden.Que posibilidades había que estuviera ahí un ena...
Tock tock tock.
-Vamos chicos hace frío.- Pero si. Allen estaba del otro lado de la puerta.
Allen?- pregunto Lavi.
Ignóralo. - ordenó Kanda.
Tock tock tock.
- chicos?? - insistía el pelo blanco.
Tock tock tock.
Y un Kanda furioso, más que furioso, echando cólera por cada poro de su piel tomo el abrigo del piso cubriéndose con el.
Y antes de abrir miro con ojos de asesino a Lavi. Y Lavi entendió con un dejo de miedo.
Después un Allen gritando y corriendo por su vida.
Y un revuelo en aquella tranquila posada,cosas rompiéndose y gritos de auxilio de un exorcista.
Por eso cuando Kanda quiere Cuchi Cuchi y más.
Es mejor que se lo den y no interrumpan, o terminaran peor que un Akuma.