En el cuarto de un castillo, un par de jóvenes conversaban alegremente, uno de ellos en especial hacia grandes espavientos mientras se dirigía al otro chico de aspecto bastante delicado y femenino.
— ¡Guau es fue sorprendente Haku! Lo mandaste a volar por la aires! —Río con diversión Naruto recordando el incidente ocurrido hace apenas una hora, al parecer la condición del peli-negro era más notoria que la suya y atrajo la atención, de algunos tontos, que se apresuraron a rodearlos cuando estaban sentados en una pequeña taberna junto a los amigos del rubio.
— No fue nada no necesitas exagerar—replico sonrojado el peli-negro.
— ¿No? ¡Le diste una patada en sus partes privadas y lo mandaste directo a la pared vecina, casi sentí lastima por el imbécil eso debió doler.
Peinando sus largos cabellos y envuelto en su bata rosa, el jovencito frunció el entrecejo a lo dicho por su nuevo amigo, antes de señalar—Se lo tenía merecido, esos tipo eran muy vulgares en mi palacio nunca fui insultado de tal manera.
— Bueno siempre hay idiotas de esos en cada reino, supongo que es algo que no se puede cambiar, además creo que tu papá los castraría de intentar algo como eso y mandaría a exponer sus vergüenzas en un lugar público.
— No, mi papi pensaría que se estaría convirtiendo en muy blando— Ambos empezaron a reír con ganas ante el chiste de mal gusto, cuando recupero su seriedad el joven vampiro se sentó al lado del zorro y pregunto seriamente fastidiado recordando el incidente— ¡¿Pero en verdad no podía ocurrírsele algo mejor que decir a esos hombres!? ¡Fue tan repulsivo! ¿¡Quien les ha dicho que cualquier mujer o portador va encontrar atractivo que se toquen sus genitales mientras dicen?! ¡Ven preciosura, mira lo que tengo para ti, voy a mostrarte lo que es un hombre de verdad! ¡Que estén borrachos no los exime de ese comportamiento tan despreciable!
Naruto hizo una mueca— Lo sé son unos idiotas, creo que es mi culpa debí darte un disfraz más adecuado, al principio también pasaba lo mismo conmigo pero fue por culpa de un retrasado mental y su pandilla, el imbécil dijo que me iba a convertir en su mujer y parir a sus hijos, creo que no escogí bien mi atuendo la primera vez y el tipo se dio cuenta que no era varón.
— ¿Cómo tu padre puede permitir que existan gentes de esa calaña, en su pueblo?
— Porque no puede estar en todos lados y ordenarle a los demás como deben pensar o actuar, siempre habrá alguno que otro cretino.
—…Mi papá si podría.
— Bueno pero tu papá es bastante aterrador, en comparación con el mío y tu papi también, apuesto a que todos piensan que puede salir de improviso de algún lugar del suelo si dicen algo malo.
— Supongo tienes razón— Ambos se miraron e intercambiaron risas suaves, luego con una sonrisa el ojos negros señalo— Pero por lo que dijiste tus papás también pueden ser aterradores especialmente tu mamá.
— Como no tienes idea especialmente cuando se enfurece, sin embargo creo que todas las mamas dan miedo cuando se enfadan…oye Haku.
— ¿Sí?
—Que se siente que tener un papi y no una mami.
— … No sé, nunca he tenido una mamá, así que no puedo hacer una comparación pero no creo que haya mucha diferencia.
—Ya... lo siento fue una pregunta tonta, únicamente pensé qué debe ser más fácil hablar con el tuyo, porque entiende exactamente como te sientes, ya sabes el no ser una chica pero tampoco un varón, que te gusten las espadas luchar el deporte pero también algunas cosas no tan masculinas.
—…Y que te gusten los hombres en lugar de la mujeres.
Naruto entorno los ojos, antes de comentar—Eso no, nunca me ha interesado ningún muchacho.
— No es de extrañar, si sólo te has encontrado con idiotas como esos.
— ¿Pero porque me hiciste esa pregunta tienes novio?
— ……
— ¡Si lo tienes, te pusiste rojo como un tomate!... ¿Y tus papas lo saben?
El vampiro asintió antes de dejarse caer de espaldas en la cama totalmente avergonzado.
— ¡Oooh! Por la apariencia creí que tu padre sería muy celoso y no permitiría que nadie se te acercara.
—Al principio no le gustaba Sabuza, porque es un tritón, pero Sabuza es muy paciente y supo ganárselo, tal vez tiene que ver con que es uno de los hijos del rey del mar, aunque por un tiempo creí que papá lo había echado y estuve muy triste.
— ¿Y eso?
— Es que se fue después de una conversación privada que tuvieron y no regreso por varios días, papá desestimo el asunto y menciono que probablemente Sabuza se sentía muy avergonzado, pero si me quería volvería, pero que tenía que asegurarse que no habría problema de incompatibilidad de especies…realmente no se qué quiso decir, pero mi papi lo regaño por decir esas cosas delante de mí.
Naruto se encogió de hombros el tampoco entendía que quiso decir, supuso sólo es algo que el padre de su amigo entendería o tal vez los suyos, sin embargo no le preocupaba, por el momento solo quería conversar más con el peli-negro, se sentía muy bien el estar sentado en su cama con sus pantaloncitos cortos de dormir sin estar recibiendo las miradas escandalizadas de las chicas o las incomodas de sus amigos, era triste pensar que el primer doncel que conocía ( aparte de él) se marcharía al día siguiente, por lo que decidió tratar de permanecer despierto lo más tarde posible.
En la madrugada en otro lugar un hombre se removía continuamente entre las sabanas intentando inútilmente de conciliar el sueño, esto…esto era un desastre, se pudo dar cuenta por el ambiente cargado de la sala y la ausencia de su prometido que algo serio ocurría, suspiro a veces quisiera ser como Maito Guy , el oso raras veces notaba lo que sucedía a su alrededor, pero eso era tan difícil, como el no enterarse de que probablemente el niño se había fugado, dejándolo plantado y con un compromiso que no podía anular, el lobo se sentó inquieto en la cama, frotándose el cuello ante el inminente dolor de cabeza que estaba a punto de obtener, los Uchiha no tenían más hijos lo que significaba que su futura pareja pasaba a ser el primogénito y heredero al trono… lo que quería en el sentido más llano y literal de la palabra que estaba bien J***d*.
Había sido un golpe a su ego el haberse enterado, que por el bien de su gente debía casarse con un varón, él que se había acostado con los portadores y mujeres más bellas de su reino… iba a comprometerse con un macho, fue una fortuna que mandaran un retrato del joven junto con la propuesta o probablemente hubiera hecho alguna tontería, llego rápidamente a un acuerdo con eso y acepto su destino, una paz duradera entre sus reinos y obtener un lindo y hermoso jovencito como esposo no parecía un mal trato y para ser sinceros no es que representara un gran sacrificio…pero las cosas se tornaban increíblemente complicadas tratándose del heredero a la corona, no parecía del tipo que tomara las cosas sin luchar ya él le gustaban sus partes donde estaban, pegadas a su entrepierna.
Gruño era inútil conciliar el sueño, se levanto y se dirigió a la ventana tal vez una caminata en el bosque le ayudaría a despejar la cabeza, se paso la mano en la maza hirsuta de cabellos plateados y se paro en el alféizar, una mirada distraída a un lado le hizo captar una figura parada en el techo del castillo, cabellos negros como el ébano y ojos rojos como la sangre contrastaban con la pálida piel que parecía brillar con la luna, al parecer no era el único que se encontraba angustiado ante las perspectivas de un apareamiento, el príncipe lucía extremadamente joven sin la expresión severa que le vio horas antes y se dio cuenta de algo, de los dos él era mayor y al que le correspondía encontrar la opción más viable para resolver éste dilema, pero necesitaba la soledad de la naturaleza y el bosque para enfocar sus ideas, no dudaba que el rey Fugaku había hecho tiempo para encontrar a Sasuke pero no lo había logrado o hubiera llamado tanto a su padre como a él para darle la noticia, de un salto toco el suelo y se adentro en la vasta arboleda que se extendía a sus ojos, para dejar correr en desenfreno y libertad su lado salvaje, esperando encontrar en la velocidad frenética sino la solución, por lo menos la inspiración para encontrar un medio para hacer ésta unión aceptable para ambos.
El amanecer llego sin que éste hubiera regresado entre tanto Itachi había sido informado por su padre que debía escoltar a su Tíos y a su primo, de la frontera del territorio de los zorros hacía al castillo, el príncipe vampiro rechazó la idea de llevar una escolta, acariciando con suavidad los flancos de su caballo demonio antes de montarlo ágilmente y cortar camino por el bosque llevaba más de cuatro horas a galopando a gran velocidad, cuando una voz lo detuvo casi llegando a su destino.
— ¿Vas muy aprisa no, hacía donde te diriges?
El jinete detuvo violentamente a su caballo el cual soltó un atronador relincho al ser parado tan abruptamente y miro hacia arriba hacía un árbol especialmente alto, de donde salto ágilmente el peli-plateado, el vampiro enarco una ceja al ver el estado del hombre, con el pelo despeinado, oliendo a sudor, llevando puesta únicamente una camisa blanca desarreglada abierta hasta el pecho con unos pantalones ajustados y una bostas altas de cuero suave, pero lo más sorprendente, sin la máscara, no había que negarlo Kakashi era atractivo…pero desafortunadamente no era su tipo, no viendo motivo para ocultarle el motivo de su viaje, ya que de todos modos se enteraría en cuanto llegara la palacio respondió.
— Voy en busca de mis familiares, se supone que debo recogerlos unos pasos más halla en la frontera, con Magic royal.
— ¿El reino de los zorros? No sabía que permitían a alguien aparte de ellos viajar por sus tierras.
— Al parecer, el consorte de mi tío es un conocido de ellos y por eso han hecho una excepción, por lo menos es lo que deduzco.
— Ya veo ¿No tienes inconveniente en que te acompañe? Creo que esta sería una excelente oportunidad para ver a alguno de los miembros de ese esquivo pueblo.
Al peli-negro no se le escapo, que era un pretexto para entablar una conversación por parte del licántropo y que se quito la máscara en un intento de ganar un poco de confianza, realmente no se sentía inclinado en entablar una conversación con éste, pero tampoco podía rechazar de plano tan loables esfuerzos de tratar de conocerse mejor y establecer un trato más o menos soportable entre ellos, sin embargo no pudo evitar ser un poco mordaz al señalar.
—¿Sabes que no ganaras nada con esto verdad? Ambos somos varones y alfas por añadidura, no es algo que una conversación pueda cambiar.
— Ma, ma, guarde sus colmillos y garras su alteza que no vine a pelear, yo también estoy muy consciente de ese hecho, pero es mejor para ambos si empezamos a conocernos un poco, en lugar de intentar matarnos ¿No crees pequeño príncipe?
El ojos rojos cavilo unos momentos en lo dicho por el otro hombre y asintió—De acuerdo puedes acompañarme, pero no cuento con otro caballo y Kazuma no aceptara llevar a otro jinete que no sea yo.
— Hm, no hay problema por eso, puedo ir a tu lado si tu caballo va trotando lentamente.
Enarcando una ceja, ante la sonrisa despreocupada y jovial del hombre mayor, Itachi soltó las riendas de su caballo dejándolo caminar a su antojo, buscando un tema con el cual entablar una conversación con el peli-plateado, mientras se acercaban a la garita de los guardas, que parecía estar siempre engañosamente vacía pero cuyos ocupantes estaban al acecho en las copas de los arboles vigilando todo lo que sucedía bajo ellos, los minutos pasaron hasta volverse treinta, cuarenta, casi una hora, hasta que vieron llegar al carruaje ambos hombres se levantaron del suelo donde estaban sentados, habían concordado en tener un encuentro amistoso para evaluar sus habilidades de combate, Kakashi respiro con profundo alivio no es que la compañía no fuera hermosa y en cierta forma grata…pero el chico era demasiado callado no parecía del tipo hablador, no es que él es el que no lo fuera capaz de disfrutar de largos momentos de ocio de manera silenciosa… pero esto era demasiado, hasta tuvo la tentación de sacar su libro favorito pero no sabía si el joven se sentiría ofendido ¡Dios! ¡Le resultaba imposible imaginarse al vampiro dormitando sobre su pecho, mientras el leía el libro! ¡Y eso que le habían dicho que tenía una imaginación muy grande!
Por su parte el príncipe hizo caso omiso, al suspiro del hombre lobo y observo acercarse a la carroza de viaje, de pronto tuvo la sensación incomoda de que lo observaban, sus ojos se movieron rápidamente de un lado a otro en búsqueda del peligro, cuando un olor dulce fragante llego a su nariz, aroma de excitación y virginidad sus colmillos se alargaron un poco en busca del dueño de esa tentador perfume, gruñido gutural a su lado le informo que su acompañante opinaba igual, por un instante creyó ver unos ojos de un azul hermoso, más hermoso que la más brillante de sus joyas, y más azul que el propio cielo.
Ojos de Naruto se desviaban hacia el carruaje, donde Haku se despedía de el moviendo la mano, no consideraba justo que los apartaran apenas conocerse, era el primer amigo con que el que podía hablar con libertad de tantos temas sin sentirse juzgado o avergonzado, se mordió los labios con determinación no se alejaría de él tan pronto, se escabullo a las caballerizas reales tomando a Kouko con él y fue tras la comitiva, ataviado con una capa con capucha que ocultaba sus rostro, cuando se detuvieron justo en el límite de la frontera que colindaba con el reino de los Uchiha, sus ojos se abrieron de golpe lanzando una exhalación que más parecía un suspiro, al ver el cuadro que se desarrollaba frente a su ojos, dos varones hermosos como nunca antes había tenido la oportunidad de ver en su vida, estaban esperando a la comitiva a la vera del camino, cabellos de plata y de oscuridad combinados con una piel de marfil, con el latir enloquecido de su corazón noto como los ojos de ambos estaban escaneando los alrededores, por un momento fugaz, azul negro y rojo coincidieron, lo que hizo que el joven príncipe diera vuelta a su caballo y se fuera velozmente.
Por un instante el licántropo tuvo la tentación, de ir tras el desconocido, pero se contuvo viendo hacia un lado, sería un mal comienzo para ambos, si el empezaba a desear el olor de otro en lugar del de su pareja, porque quisieran o no los dos estaban en el mismo barco, fue cuando se le ocurrió la solución a su problema, tendría que proponérselo a su padre para ver qué opinaba y éste se lo mencionara al rey Fugaku, trato de ocultar la pequeña risa pervertida que se le escapo del fondo de su ser ¡Y todavía decían que los libros des escritor cuyo seudónimo era el “Sanin sapo” no servían! Por su parte un escalofrió recorrió la columna vertebral del pelinegro a su lado, el cual se pregunto de donde demonios había salido ese sonido escalofriante.