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CERCA DEL CIELO por hermanas yaoi

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Notas del capitulo:

 

Y como todo  lo que tiene un comienzo llega su final, he me aquí con el cierre de la historia, mi primer fic, publicado hace un año, que gratos recuerdo, no muy buenos si me pongo a pensar en la ortografía y gramática, sin embargo creo que he mejorado y eso gracias a ustedes, quienes me apoyaron en su momento.

Dedico este último capítulo a esas lectoras y autoras.

Ryuichi Asami

Ryuichi (Anónimo)

Zephirad

Mikashiian

Brenda

KarinaRo

Nuriyihan

Kobato

La kawai del yaoi

KUROKO takaba

Izayoi namida

Usami sensei

Sekai de ichiban

Leslie

Carlablfi

MATSUOKA HARUKA

Entre algunos anónimos, y bueno todos somos humanos, yo más, entonces por allí si tuve alguna equivocación respecto a nombres háganmelo saber y lo corregiré.

Ahora sí, vámonos a leer.

Asami presintió un desfavorable desenlace en el momento que Mikhail  le aseguró el desconocer al chino que sin piedad le traicionó cruelmente, por otro lado no se explicaba el por qué Kuroda le había ignorado durante todo el proceso de escape que se vio obligado a vivir solitario, con la única fe que podían brindarle los  subordinados a su cargo.

Por esa razón decidió dirigirse a Sion, en donde se suponía estaba Kuroda para exigirle una explicación,  sin embargo al adentrarse a este edificio impactante fue la sensación de encontrarse con Takaba deambulando en el primer piso. Lucía desesperado, molesto, agotado y sucio.

Poco le duró el gusto  de volver a ver a su castaño cuando vislumbró  la presencia  de Fei Long con arma en mano.

El sonido de ovación concluyó y el pelilargo comenzó a dialogar expresando en sus palabras la inmensa felicidad  en la que se regocijaba de  ver juntos dos ángeles y  al yakuza que deseaba destruir reunidos en un mismo lugar.

-pero que grata sorpresa tenemos aquí Asami-sama… y Takaba Akihito-sonrió ladinamente reflejando en sus pupilas el rostro de Akihito quien  no alcanzaba a comprender como era que el otro sabia su nombre, además de ser  capaz de verlo, ya que no conocía a Fei Long de rostro. Aun así algo dentro de él comenzó a sentir familiaridad y tristeza, el lazo de ángel humano que los unía lo obligaba a compartir  la agonía que experimentaba  el alma del individuo dentro de aquella fuerte manipulación que estaba recibiendo de parte de Haitani.

Asami desfundo otra automática y dirigió directamente al lado de Akihito para sostenerlo fuertemente de la mano.

-¿en dónde te metiste?-susurró el yakuza consiente  que no era el mejor escenario para cuestionarios sentimentales. Pero Akihito se encontraba demasiado impactado por la figura de su protegido como para prestarle atención a su amante.

-no me reconoces Takaba-kun, yo soy Liu  Fei Long tu humano a procurar- comentó como trampa al disponer un acercamiento.

-apártate -reaccionó Akihito alzando sus alas dejando  al yakuza detrás suyo  -¿A quién crees que engañas Haitani Shin? –expuso el castaño sin miedo alguno.

-mmn- murmuró el pelilargo decepcionado mas no sorprendido, mientras con una mano peinaba sus cabellos sueltos  hacia  tras.

La situación era que Haitani jamás espero encontrarse con los ángeles, era a Kuroda a quien buscaba ya que fracasó en su principal objetivo de encontrarse con Sudou e Ijuuo, por lo que optó a aliar fuerzas con el demonio Shinji a cualquier precio. Sin embargo ante su obvia fortuna  que le amparaba eso ya no sería necesario, pensó él.

-como sea angelito mío, no tienes una idea del gusto que me da conocerte en persona-alagó con descaro causando silenciosos celos en el ojidorado-  bueno ya que conoces mi verdadera identidad dejémonos de formalidades ¿Qué te parece?- y como si de un espejismo se tratara la imagen del ojinegro  se deformó por completo  mostrando a un pelinaranja de ojos ámbar y tez blanca, cuyo rostro resaltaba la presencia de una cicatriz en el ojo derecho.

-¿Qué se supone que haga?- inevitablemente  se cuestionó el castaño  sin poder encontrar respuesta, completamente paralizado, mientras Haitani continuaba acortando distancia.

-demonio o humano, créeme si te mueves te mató-amenazó Asami disparando su arma en contra del espectro, causándole una rozadura de bala en la pierna como advertencia y muestra de que sus palabras no eran mentira.

De inmediato Haitani se dio cuenta que  el  arma de fuego que ostentaba Asami no era  humana, puesto que sintió el cuerpo entero entumecer.

-Hey casi me olvidaba  de ti, Asami Ryuichi, poseedor de Kuroda Shinji hasta el día de tu muerte, por cierto ¿podrías decirme cuanto más  piensas vivir?-sonrió sacando de la túnica obscura  que vestía  una espada negra de empuñadura purpura resplandeciente.

-A…Akihito…-llamó Misaki al recuperar la conciencia  distinguiendo   a su amigo en lo que se había convertido una lúgubre habitación.

La voz del ojiverde  hizo a Haitani volver su rostro y prestar suma atención a cada una de las facciones del chico, pero fue el hecho que carecía de alas lo que causó que su rostro expresara odio y deseo de muerte.

-tu, maldito mocoso- entonces Misaki también le reconoció, no era la primera vez que Haitani y Takahashi se veían las caras, todo un mar de recuerdos invadió ambos corazones, ya que había sido el pelinaranja durante la guerra del purgatorio  quien le despojó de sus alas- vaya,  a esto llamó bendición, por fin tengo al lindo serafín del arcángel que pulverizó mi ser y obligó a vagar como simple espíritu.

-Misaki… no permitiré que le hagas daño, Haitani - defendió Akihito.

-tu cállate, eres una molestia- ordenó con fastidio,  impaciente por experimentar con el cuerpo del ojiverde  y  poder comprobar que fuera el adecuado para practicar el sacrificio que rompiera barreras entre cielo, infierno y purgatorio para así finalmente alzarse contra los ángeles.

-Akihito espera- intentó detener Asami al pronosticar un conflicto difícil de superar.

-dejémonos de juegos- vociferó Haitani fastidiado de escuchar voces inútiles, haciendo visible unas gruesas y aparentemente pesadas cadenas obscurecidas que en un pestañar enredaron  y separaron  de su lado al desprevenido yakuza que dejó caer el arma al suelo al sentirse preso e inmovilizado.

-carajo, que demo…-pero  sin oportunidad de reclamos Haitani se encargó de callarlo con una especie de telar del mismo color que las cadenas.

-¡ASAMI!- gritó Akihito con impotencia y  miedo de lo que pudiera hacerle Haitani, al mismo tiempo que se reclamó el haberle permitido que éste se lo llevara.

Entonces la telaraña que sostenía a Misaki se tornó obscura y al igual que Asami le  colocó un telar en los labios clausurando el dialogo.

 - silencio o te sucederá lo mismo – advirtió el pelinaranja desenvainando la filosa arma  para una obvia agresión a Takahashi.

-no permitiré que dañes a Misaki- discutió   Akihito  con su propia espada desenvainada, cuya hoja resplandecía un  brillo  especial de luna, aun así el miedo de ver a su amante en posesión de Haitani hacia que su mano temblara y la espada se viera como un simple juguete.

-¿Qué pasa Takaba? Si fuera ciego me causarías miedo, pero con verte lo único que me provocas  es risa-criticó  a su inseguridad-¿o será que te da miedo lo que pueda hacerle a este humano?- dio a conocer abalanzando su arma al pelinegro rozando su cara suavemente con la punta de la espada causándole una leve  cortada que no tardo en exponer y dejar correr pequeñas gotas de sangre.

-¡DETENTE!- gritó Akihito demostrando a Haitani lo cierto de su discurso, el angelito, su angelito se había enamorado de un humano, reflexión que le hizo reír.

-dicen que el amor es la peor de las maldiciones querido Takaba, y tu pareces desesperado por este asesino. Te propongo un trato- fingió- dejare libre a uno de nosotros.

-“nosotros”-se repitió el castaño de ojos azules cuando vio que Haitani regresaba a ser el asiático de cabello largo y ojos negros

- sí, este humano también participara en el juego ¿dime a quien salvaras? A tu encomendado-se amenazó a si mismo cambiando de lugar la espada a su cuello- a tu Asami- dirigió la espada a él- o al pobre e indefenso ángel sin alas-le apuntó de lejos con la misma hoja afilada.

-ya basta…- dijo con resentimiento, pues en el fondo Akihito sabía que esa propuesta solo era una manera de hacerlo perder el juicio. Nunca podría tomar semejante decisión, su amante, su amigo o su trabajo.

Pero fueron los ojos de Misaki los que le hicieron consiente de una sola opción, al menos para ganar tiempo. Usagi podía aparecer en cualquier momento y aunque no le callera en gracia, estaba seguro que actuaría a favor de Misaki. Además aún faltaba que le alcanzara su padre y Onodera, confiaba plenamente en que no tardarían.

Lo bueno de convivir con humanos se dijo contemplando las pupilas enfurecidas del yakuza, era que las mentiras resultaban bastante útiles en momentos difíciles.

Era tiempo de que Akihito fingiera, aunque eso significa arriesgar la existencia de  sus seres querido  incluyendo la suya propia.

-… en realidad no creo que Misaki te sirva de nada- comentó fuera de lugar sin importarle que Haitani le tachara de loco.

-¿de qué rayos hablas?, ¿es que no te importa siquiera pensar en ayudar a una de estas sabandijas? Eres un ángel bastante cruel.

- vamos al grano, Haitani, tú no tienes intenciones de liberar a Misaki porque deseas experimentar con él como llave del cielo y purgatorio- argumento que tomó por sorpresa al espectro.

-¿Qué sabes exactamente sobre los planes que pueda tener?

-lo suficiente para asegurarte que Misaki no es el ángel que buscas, porque él…-le mira como anticipando una solicitud de disculpas- él tuvo un amorío con ese humano- señala a Asami que a diferencia del ojiverde no dio expresión ocular.

El plan de Akihito era muy sencillo, deseaba purificar el cuerpo de Fei Long para para sacar de su ser el espíritu de Haitani, pero para ello primero tenía que, ganar su confianza y desviar el interés que tenía en Misaki y Asami.

El rostro de Fei se mostró dudoso, porque hasta donde el sabia Misaki era el amante de Usami Akihiko, no de Asami Ryuichi, por otro lado tenía a dos ángeles con los cuales podía experimentar. Así que si con Misaki no resultaba el plan podía usar a Akihito.

-da igual, será el pentagrama el que diga si su sangre es pura o no- y dejó caer al suelo una tarjeta con el dibujo de una estrella de cinco picos dentro de una circunferencia  que se expandió en el suelo e hizo de las líneas zanjas.

-en ese caso déjame ayudarte, después de todo tú tienes razón respecto a que debo servirte por ser tu ángel.

-qué garantía me das de que no estas mintiendo – puso a prueba seguro de que le estaba engañando.

-qué te parece ser el primero con el que experimentes-y extendió sus manos  como invitándolo a cortarlas.

-ohhh,  esa sí que no me la esperaba, tan desesperado estas por ayudar al buen Fei, sabes este pobre humano te ha estado llamando sin parar desde que le poseí, que estúpido porque todos sus ángeles cayeron igual que tu caerás.

En un movimiento rápido lanzó a los pies de Akihito una daga cristalina.

-adelanta Takano Takaba Akihito, corta tus muñecas de manera vertical y entra al círculo. Si no lo haces yo lo haré con Misaki Takahashi.

……………………..

Kuroda, aunque fuerte no se podía comparar con el arcángel Akihiko, demasiado bravo para su gusto, pensó al ser golpeado brutalmente, aun así no podía permitir que ese mismo espíritu atacara al otro ángel Takaba, ya que si el batallaba por sobrevivir, el otro de seguro caería como mosca.

-¿en dónde está Misaki?, si no me lo dices te matare ahora mismo- dijo el peliplata con una  mirada de asesino que desde la guerra no reflejaban sus ojos.

Pero Kuroda desde el suelo, que era el lugar donde lo tenía Akihiko se levantó y tomó distancia, su espada ya había sido partido por el sable de Usagi, y de continuar callando el ojilila cumpliría su palabra, cuando de la nada una marca en su cuello le ardió, era Asami cuya vida corría peligro.

De nada servirá querer proteger al ángel del jefe si mure él-se dijo Kuroda en un pensamiento fugas, mientras intentaba invocar de vuelta al castaño de ojos verdes, para aplacar la furia del arcángel,  pero entonces se percató de que aquella manipulación no funcionaba, como si alguien más le estuviera deteniendo.

Y  aunque no era su estilo prefirió huir de Usagi para dirigirse directamente a la planta baja, de vuelta al Sion, lugar del cual Asami  le llamaba.

Como era de esperar Akihiko le siguió con furia  de no obtener la ubicación de Misaki, su lindo e indefenso Misaki, tan amable y confiado, sentía la sangre hervir de recordar que Takaba le había usado y engañado por motivos obscuros.

………………

Asami incapaz de hablar odio por primera vez  ser sólo un ser humano, si tan solo pudiera adueñarse del arma que había dejado caer, pero era imposible, todo su cuerpo estaba inmovilizado, no quería ver a su Akihito cometer suicidio, ¿Qué podía hacer?

-muy bien, olvida a Misaki, ¿sí? Lo haré- sudó frio mientras se agachaba para coger la daga con los ojos de Fei Long puestos sobre él. Para a continuación  realizar  el primer corte en su muñeca izquierda.

Cuando repentinamente hizo presencia Kuroda yendo directamente a donde estaba Asami.

Haitani reaccionó de inmediato, volviendo su rostro a donde estaba su compañero del averno.

-Kuroda-sama-llamó digno de respeto.

Pero penas transcurrió un segundo cuando Usagi llegó como alma que lleva el diablo a mitad del escenario y aunque fue el rostro de Akihito el primero que diviso, Haitani no dejó  correr más tiempo y con rapidez desplegó nuevas cadenas atando al peliplata.

-parece que los invitados siguen y siguen llegando.

Carcajeó viendo fijamente las gemas lilas de Usagi.

Jubiloso por su fortuna no se daba cuenta que  Akihito se aproximaba lentamente hacia  él.

Entonces Usami  al poseer mayor fuerza despedazó los metales con ideas equivocadas que relacionaban a Takaba y Haitani, ya que al ser un arcángel podía ver claramente a través de la imagen de Fei Long y sabía que no era más que un vil demonio que manipulaba al humano.

-lo que pretendas, se acabó en el momento que incluiste a Misaki- avisó Usagi con antipatía que se podía distinguir a quilómetros, y con espada en mano dispuso su dirección hacia  Haitani, cuando vio a su Misaki. Sus ojos brillaban al mismo tiempo que pedían ayuda, pero él  otra víctima de mayor odio lanzó con furia su espada a Haitani con intenciones de perforarlo.

Todo se hubiera podido interpretar con miradas de aborrecimiento, pero para el yakuza, para él fue ver correr en cámara lenta a Takaba recibiendo por la espalda la filosa espada que cumpliendo su mandato atravesó el costado derecho del menor, hiriendo su ala.

Un sollozo se sintió cautivo en la  garganta de Asami, mientras Misaki liberado por el arcángel  si pudo gritar en voz alta.

-¡AKIHITO!-deseó correr   a su lado, pero Usagi lo retuvo.

Akihito por su parte ignoró el dolor, y colocó ambas manos sobre el pecho de Fei Long presionando con fuerza purificando el cuerpo, que no tardo en sacar fuera el espíritu de Haitani. Dejándose caer al suelo. 

-suéltame-ordenó Asami a Kuroda para comprobar la salud de Akihito, llegó a él y le ayudó a levantarse debido a que él había quedado de rodillas a pocos se centímetros del pelilargo.

-¿te encuentras  bien?-fue la incógnita del pelinegro.

El rostro angelical e  inmutable de Akihito seguía siendo el mismo, sin embargo al levantar la cara una sonrisa demoniaca se dibujó en sus labios y sujetó por el cuello al ojidorado, que con una sola mano logró poner ese perfecto cuerpo de Asami al aire.

La entidad  de Fei Long se había liberado de la esencia de Haitani, tal como se lo había propuesto Aki, sin embargo en el proceso, este aprovechó la conexión y saltó a Takaba, que al no ser un ángel de corazón puro resultó el  contenedor  perfecto para el espectro.

-Asami-sama-nombró Kuroda, dispuesto a intervenir, pero Asami negó con la mirada.

- así que esta es la diferencia de poseer a un humano de un ángel- comparó burlón tiñendo las alas blancas de Akihito con un lúgubre anochecer. 

Después con aquellos poderes misteriosos hizo que la daga que el castaño había soltado volviera a su mano, misma que colocó debajo de la barbilla de Asami.

-Akihito detente, ¿por qué haces esto?, no se suponía que estabas enamorado de Asami, que revelaste tú identidad, cuidaste de él e incluso  le perdonaste el haberte mentido porque lo amas- expuso Misaki, testigo de la acción que estaba por ejecutar su compañero, pero ajeno a la posesión. Hecho evidente  por Usagi y Shinji.

-ja,ja,ja puedes parlotear cuanto quieras Takahashi, pero de nada servirá, este niño es mío, aunque si es verdad que estaba enamorado de Asami, no imagino lo que debes sentir al ser asesinado por mano del ser querido- se dirigió a Asami haciendo mayor presión en sus cuello viendo fijamente como la desesperación se reflejaba en un  rostro carente de oxígeno.

Retiró la daga del mentón  de Asami y se propuso  apuñalarlo, pero…

La sangre corrió del pecho de Akihito, él mismo se había dañado, al instante dejó en libertad al yakuza y dando pasos a tras cayó dentro del pentagrama.

 Su sangre derramada dentro de la primera zanja  hizo  que esta se levantara creando una pared de brillante luz plateada, formándose un cilindro cuyo techo obstruía la salida. Otra prisión, que a diferencia de la pasada provocó en el  cuerpo del castaño desconsuelo y  agonía.

Levantó el rostro para mostrar una llamativa heterocromacia, un ojo azul y otro ámbar, que comprobaba el inquebrantable  espíritu que yacía en   Akihito  cuando se trataba de defender al pelinegro, a su Asami.

Mientras que fuera, Asami recuperaba el aliento para ver sufrir al castaño en una insoportable oleada de dolor. Que le obligaba a permanecer en cuatro, era como si la fuerza de gravedad en ese único espacio fuera mayor y le impidiera mantener su rostro levantado.

-…Akihito, tenemos que sacarlo de ahí- exigió el yakuza, pero todos guardaron silencio mientras los ojos de Misaki se llenaban de lágrimas.

-es imposible, Akihito está muriendo- dio a conocer para después cubrirse los labios y recibir el consuelo de parte del arcángel que en un abrazo lo acogió suavemente.

-¿Qué?

 

……………………

 

Flashback

El frio de la noche cubría por completo el lecho del arcángel del oeste. Takano Masamune continuaba en agonía a poco de su muerte, resignado a terminar su existencia en soledad pero consiente de haber realizado hasta lo imposible por proteger a su hijo. Cuando el silencio que le acompañaba fue interrumpido por unos golpes en su cara, eran bofetadas constantes y fuertes que consiguieron despertarlo.

-Takano…Takano….carajo despierta de una maldita vez, me pones a cuidar a tu molesto escuincle como si fuera una niñera, no lo soy, no lo soy y si te mueres te juro que mato a Takaba para que traiga tu miserable alma de regreso a  tu cuerpo. Él…él realmente espera volver a verte, con vida…

Onodera había conseguido librarse de las cuchillas a último instante con lo que llamaban  sombra de otoño, un especie de escudo que le hacía intangible cuyo precio era extremo agotamiento.

El castaño no quería que su azabache muriera, no frente a sus ojos.

Takano sonrió levemente, pues aunque Ritsu estaba sucio y desalineado resplandecía una enigmática belleza, que le recordaba el florecer de los cerezos, no pudo evitar alzar su mano y posar la palma fría de su mano sobre la mejilla de Onodera.

-…Ritsu- inmediatamente los ojos verdes del menor se llenaron de húmedas gotas de rocío  que amenazaba con derramarse.

-Takano-san, Takano, Takano-repetía su nombre con anhelos de rebelar la verdad de sus sentimientos que le iban  atormentando desde el día que  desistió su sita bajo el gran cerezo-….Takano-san yo lo am-pero antes de poder terminar Takano puso su dedo índice en los temblorosos labios del ojiverde.

-está bien Ritsu, no te forces - comentó ignorante a los sentimientos de Onodera-… Ijuuo está muerto, pero si no hago algo por limpiar mi sangre le alcanzare pronto-continuo aunque presentía que el purificar su sangre podía resultar imposible.

-de acuerdo, déjamelo a mí- propuso Onodera apareciendo una aguja de cinco  centímetro con la cual hizo un dibujo de naturaleza desconocida en la palma de su mano.

Takano no tardo en reconocerlo y lo detuvo-¿estás loco?-regañó pues sabía que el símbolo que el otro se disponía a conjurar era un lazo que podía costarle la existencia.

-tu no debes morir, si Haitani sigue allá, nadie más que tu puede proteger a  Takaba y Misaki, yo salgo sobrando, al menos déjame hacer esto por ti-sollozó negándose a dimitir.

-…de acuerdo…-admitió Takano y Onodera continuo el proceso, que consistía sacar todo el veneno de Masamune para luego compartirle toda su energía, vida y sangre hasta cedérsela por completo…pero justo a la mitad del transcurso Takano más recuperado tomó suavemente los cabellos de la nuca del ojiverde y lo obligó a bajar su rostro hasta capturar sus labios, mediada necesaria para dejar  el conjuro como un mero contrato de vida,  que les obligara a estar juntos si sedeaban seguir viviendo.

-¡Takano-san! ¿Por qué lo hiciste?-dijo cortando el beso.

-¿tanto te molesta seguir viviendo?

-eso, no, pero… ahora estamos atados – tartamudeó nervioso y avergonzado por el beso.

-todo estará bien mientras no nos separemos, ahora…

 

Fin de flashback

…………………………….        

Con miles de dificultades por fin Takano con ayuda de Onodera llegaron a Sion, para encontrarse con Takaba, grande al igual que  desagradable fue la sorpresa de ver la luz plateada signo  de sacrificio, en seguida pensaron lo peor, que Akihito había fallado y Misaki estaba siendo sacrificado. Pero una vez que se acercaron, el corazón de Takano se partió al ver a su hijo agonizar de manera aislada.

Dentro del pentagrama Akihito no distinguía silueta o sonido, todo era  tinieblas, dolorosas y abrazadoras sombras.

A pesar de ello los de fuera podían verle claramente.

Comenzaba a  derramar lágrimas mientras que su ojo izquierdo, ámbar combinaba agua salada con sangre tornándose gris.

-Haitani está desapareciendo, no durara mucho como simple espíritu- pensó Usagi.

-tenemos que hacer algo, carajo- maldijo Asami acercándose lo más posible a su querido Takaba.

-¡Akihito!-expreso Takano, volteo a ver al peliplata pero este cerró los ojos incapaz de responder alguna frase.

-Akihito, hijo, estoy aquí- se colocó a un costado de Asami ignorándole totalmente mientras este reconocía al otro como padre de su amante.

Takano no soportó demasiado cuando intentó palpar la brillante pared, de inmediato se quemó, al parecer el cilindro contaba con su propia medida de protección.

Ritsu por su parte también lloraba en silencio la agonía del castaño, aunque poco, le había tomado cariño, extraño el motivo, le recordaba a Nai-chan.

Masamune cerró las palmas y golpeo fuerte el suelo, como era posible que no fuera capaz de ayudarlo, no estaba haciendo nada, cuando Akihito levantó un poco la cara y sonrió.

Improbable que supiera que su padre era quien estaba de frente, aun así sus labios pronunciaron un te quiero, perdóname Otōsan- ¡NOOOO!-gritó Takano con desesperación al instante  que un misterioso vapor comenzó  a destilarse dentro del recluido espacio que habitaba su hijo.

Asami sintió miedo y apoyó ambas manos sobre la superficie ardiente que de inmediato le hizo dibujar una mueca de dolo, pero eso no logró que él las retirara.

La respiración de Akihito se distinguía forzada, estaba perdiendo oxígeno, solo Dios cuanto sufrimiento experimentaba.

Cuando con todas las  fuerzas restantes que poseía  desde adentro  colocó  una de sus manos en el mismo lugar que Asami mantenía la suya.

Y volvió a sonreí. Cerró sus ojos y para Asami fue fácil leer los labios del menor.

-…te amo…- sus pupilas se contrajeron al momento que todo se nubló a causa de la densa niebla, privándole  de la imagen que Akihito exponía.

Takano volteo a verle entonces, percatándose de como la muñeca del ojidorado se  adornó  con un brazalete de cascabeles.

Al poco rato la pared se disolvió,  desafortunadamente ni rastros quedaron  del ángel Takaba.

Misaki estaba desconsolado, Onodera trataba de ser fuerte, pero Takano, él estaba totalmente fuera de sí, por lo que Usami tuvo que encargarse de Asami, como humano no debía guardar recuerdo de seres de luz, pero Kuroda defendió su contrato, a lo que el peliplata sonrió amargamente.

-lo siento, yo me equivoque-refiriéndose a la traición de Akihito. Que aunque si había roto incontables códigos siempre procuró fidelidad al cielo y sus allegados.

-pero eso no tiene importancia, y lo sabes-se dirigió a Kuroda -por su bien, si es que gurdas alguna admiración por este humano, hazle un favor y termina su sufrimiento- comentó Usagi a Shingi al haber notado el respeto que demostraba, después de eso los ángeles se marcharon purificando el edificio y curando las heridas producidas en el pelilargo que también fue retirado del área.

Kuroda lo pensó cuidadosamente, eliminar los recuerdos de un amor que concluía en tragedia, fue en ese instante que un cascabel en la muñeca de Asami sonó melodioso.

Y el demonio sonrió con burla-que confiados pueden ser los serafines…-dijo a luz del crepúsculo.

-señor Asami, cuando firmó el contrato conmigo pensé que al morir tendría el alma de un humano fuerte y ruin, sin sentimientos, me ha decepcionado…por eso ya no estoy interesado en servirle.

Asami le vio como a cualquiera, que le importaba si Kuroda se largaba, Takaba ya no estaba, y ahora era para siempre.

-haz lo que quieras-respondió.

-así lo haré, y procure cuidar bien ese regalo-fijó su mirada en el brazalete a la vez que desaparecía con los sutilmente rayos de un melancólico  amanecer.

 

 

……………………………………

Akihito se sintió flotar en un mar de tranquilidad que clausuraba todo  sentimiento de aflicción o pena, cuando una voz masculina al mismo tiempo que cautivadora  le despertó con suavidad y se vio en un espacio lleno de destellantes luces que iluminaban la obscuridad que habitaba.

-… ¿en dónde estoy?- dijo viendo su atuendo impecable.

-mi querido Takaba Akihito, ¿es que acaso no lo recuerdas?, tu moriste en la tierra hace ya seis días de cielo y un año terrestre- se volvió a presentar la imponente voz, sin distinguirse  imagen alguna.

El semblante del castaño palideció notablemente al recordar vagamente haber actuado en contra de Asami, después de ello todo se tornaba  confuso.

-kamisama-se animó a conversar- ¿ahora voy a desaparecer?

Ya que Akihito sabía bien que si alguien conocía la verdad de sus  acciones, era el mismísimo Dios. Este dejó escapar un profundo suspiro, y comenzó a exponer hechos que podía condenarlo y salvarlo. Redactados en el conocido pergamino que su amigo Misaki había creado.

-oh Takaba, desde serafín fuiste bueno y justo, hasta el día que tu madre falleció, culpaste a tu padre, y negarlo a él es negarme a mí, aun así lograste superar ese rencor con ayuda de un amigo, el  ángel caído al cual orientaste de vuelta al camino de bien …sin embargo violaste muchas de las reglas primordiales  dentro del ministerio celestial, te hiciste ver por humanos, descuidaste a tu alma encomendada, persuadiste a otro compañero de mentir, y te relacionaste sentimentalmente con un humano al punto de entregar tu corazón…-Akihito bajó la mirada, ya sentía que lo extinguirían, si bien le iba-…de todos los ángeles que he labrado tu eres sin duda alguna… uno de los más inquietos y maravillosos del cielo.

Akihito levantó la cara con desconcierto.

-¿entonces no está enojado? ¿No se arrepiente de haberme forjado?- preguntó con sincera duda.

-tu causante muchos problemas Takaba, pero fuiste lo suficientemente inteligente como para enfrentarlos, y sin darte cuenta mientras buscabas como resolverlos ibas ayudando y haciendo amigos, lograste limpiar tu corazón,  liberaste y cuidaste de tu alma encomendada, reivindicaste   dos mafiosos que se odiaban, incluso despertaste bondad en un demonio, e hiciste ver sus errores a un arcángel enamorado, ¿Cómo podría entonces estar molesto contigo? 

Akihito sintió sostenerse por unas enormes y firmes  manos que impedían cayera al vacío.

-…desafortunadamente tú ya has sido extinguido como ser de luz, y a tu anterior pregunta debo admitir que si lamento el haberte dado alas, Takaba.

-entiendo-admitió el castaño con un cercano llanto a emerger, aunque estaba contento de haber escuchado a su kamisama reconocerlo y perdonarlo.

-antes de desaparecer, Takaba Akihito, ¿hay algo que quieras pedirme?-preguntó la voz con un poco de melancolía.

-si digo “no desaparecer”, ¿se negara verdad?-bromeó con angustia sin recibir comentario alguno-…yo creo que al lugar a que iré, no necesitaré de  mis alas,  por eso deseo dejarlas al cuidado de Misaki Takahashi, él es un buen amigo, quien se sentirá  feliz de recibirlas – terminó de informar despojándose de dichas alas hasta la última pluma- también quiero donar mis vestiduras blancas a Onodera Ritsu, para que con ellas tiña de blanco sus alas y recupere por completo la imagen que perdió de pureza por culpa de una mala decisión…y por ultimo aunque sé que es casi imposible quisiera abogar por Asami Ryuichi de la tierra, para que nunca lo desampare y perdone sus acciones … -solicitó quedando totalmente  desnudo, y presa de un pesado sueño  completamente inerme. Sin alas, sin pureza y  sin conciencia.

-Takaba – platicó al dormido castaño-los ángeles tiene alas para volar alto y los humanos sueños para llegar hasta el infinito…me equivoque contigo tengo que aceptarlo, pero ahora mismo corregiré ese error,  tu cielo cuidara de ti y tu cuidaras de tu enamorado, porque de ahora en adelante dejaras de ser un ángel para volverte un humano, como debió ser desde un principio- El cuerpo de Akihito brilló como un sol y la oscuridad despareció- anda ve y busca ese amor que tanto ilumina las pupilas azules que te di y guíalo por un buen camino, los quiero volver a ver, Siempre juntos…

……………………………

Habían transcurrido casi dos años   desde lo sucedido en Sion, Asami fuerte como debía serlo  se concentró en olvidar lo sucedido y todo lo relacionado con ángeles y demonios, que tontería se decía al pensar el tema, esto no es una película, repetía en tono burlón,  al inmortalizar  aquellas batallas entre seres de luz y obscuridad, pero cuando el rostro de Akihito perturbaba su mente, entonces se deprimía y pensaba en el amuleto que el castaño le había dado.

Una pulsera de cascabeles.

¿Qué significado podía tener?, ninguno se resignó.

De pronto uno de sus empleados entró a su oficina y de manera educada indicó que tenía una llamada pendiente.

Asami cogió el teléfono y conversó.

-¿Qué tal van los negocios? – Preguntó a una voz desconocida que resonaba del otro lado del artefacto -quieres que nos veamos en Italia… ¿Roma?… no lo sé- dudó a la propuesta que el otro personaje le hacía.

Era uno de sus socios internacionales, que tenía el sueño de abrir un club en Roma desde hace mucho tiempo, pero Asami se negaba porque le fastidiaba viajar fuera del país.

- no lo sé, si te autorizo es necesario que seas consiente de que no pienso viajar continuamente a Italia ¿comprendes?-  y rio, parecía que el tipo estaba dispuesto a seguir todas y cada una de la ordenes que pudiese formular Asami.

-está bien Alberto, nos vemos en Roma, partiré mañana y más te vale no quitarme mucho tiempo- cerró conversación.

Sin ansias de tomar lugar en la avioneta privada que tenía abordó, el vuelo resulto  tranquilo, cuando llegó a la capital, Roma en punto de las 11: 00 am.

Su limosina ya lo esperaba, las calles de Roma le seguían pareciendo exquisitas propias de una arquitectura impecable, hacía ya cinco años que no pisaba esa nación, entonces su teléfono sonó.

- estoy en un restaurante, cerca de la Iglesia santa María Della Vittoria- confirmó el italiano.

-bien,   voy  en camino- cortó y frunció el ceño cuando el chofer  detuvo el medio de transporte.

- no hay paso Asami-sama- mencionó a modo de disculpa al momento que Asami bajó la ventana y se asomó, era cierto  una concentración  de personas obstruía el paso.

-¿quiere  que de vuelta, señor?- continuó el hombre, y el ojidorado dejó escapar un pequeño suspiro, para después abrir la puerta de la limosina y  bajar.

-no importa, caminare- optó emprendiendo marchan por la calle,  la gente, al parecer se hallaba concentrada a causa del turismo  que atraía  la iglesia que Alberto había comentado, pues de lejos, la construcción se hacía distinguir como un exótico y hermoso templo.

Asami pensó entonces  en entrar, como si algo lo llamara de manera misterios, pero se dio vuelta a poco de cruzar  la entrada rocosa en arco.

-es solo una iglesia, echare un vistazo- reflexionó adentrándose.

Una vez en el interior se sintió apretado entre tantas personas, no le agradaba la gente, cuando prestó atención a los detalles que lucía la iglesia, esas representaciones de ángeles y demonios dispersas por las paredes de manera tridimensional, que le hacía   punzar el alma.

Cerró los ojos y vio en su mente los labios del castaño intentando resonar  un te amo.

Se dio vuelta inmediatamente enojado y arrepentido por su decisión errónea. Cuando el sonido de un flash lo hizo dirigir su mirada al lugar de origen.

Una esquina libre de concurrencia que pintaba la estatua de un ángel de rodillas que parecía sollozar que estaba siendo  fotografiado por un joven de complexión atlética, cabellos castaños y piel blanca. Fue lo que vio, aunque su rostro le era difícil de descifrar, debido a la cámara y ángulo del joven que impedía distinción clara.

Asami trago saliva,  y lentamente dirigió sus pasos a él. No sabía por qué, pero quería ver el rostro de ese chico, tal vez  por qué de lejos le pareció  conocido, o  por simple curiosidad.

- peculiar  estatua ¿No?- inició la conversación con voz fría, que ocultaba un inquisitivo deseo de investigación nacido de la nada.

-no me lo parece -respondió él con un timbre que helo la  sangre del pelinegro  e hizo sus pupilas dilatar  al momento que  el castaño bajó la cámara de su rostro- Gabriele Mancini – se presentó el chico idéntico a Takaba que extendió su mano hacia Asami a modo de presentación.

Pero debido a la impresión el pelinegro tardo y Gabriele, posible copia de Akihito bajó su mano. Girándose un tanto ofendido por la falta de cordialidad que el mayor había dado.

-Hey, espera-detuvo Asami inquieto, al tomar por el hombro al joven.

Este volteo y aparto su mano,  ¿qué le pasa? – Pensó el ojiceleste.

-¿tu, tu nombre cuál es?- exigió Asami entre feliz y asustado de volver a ver a su Akihito.

- Gabriele Mancini, señor-repitió  con fastidió indispuesto a seguir dialogando con un total desconocido que  a su parecer también le resultaba sospechoso y desequilibrado.

-Asami se apartó de él, por  su cara pensaba en Akihito, pero por su actitud dudaba, además su castaño había muerto. Se quedó completamente quieto atando cavos. ¿Podría ser posible una segunda oportunidad?

Pero el castaño presuroso emprendió la retirada caminado a la salida.

En ese momento Asami recordó el  brazalete de cascabeles que Akihito le había dado y aunque la figura del joven se alejaba actuó tranquilo al buscar dentro de su saco esa posesión, una vez en su mano, lo supo, comprendió las palabras y motivos por los cuales Kuroda le había dejado,  y sin más sacudió esa pulsera haciendo resonar todos los cascabeles.

-si eres tú, por favor no te vayas-pidió Asami en silenció. Caminando por el sendero que había tomado el menor.

Se detuvo apenas distinguió nuevamente la esbelta figura del castaño. Quieto como una de las estatuas que enriquecía  la iglesia.

-…Akihito…-llamó Asami sin importar que este volteara, para su sorpresa si lo hizo.

El ojiazul podía recordar por su ultimo sortilegio contenido en los cascabeles el amor que profesaba a la persona que le nombraba.

Entonces Asami, a pasos largos llegó a su lado, frente a frente se quedó contemplándole.

Sus delgadas piernas temblaban, sus mejillas enrojecidas parecían encender una luz escarlata que alumbraba  la profunda oscuridad que se había apoderado de él desde que su ángel le  abandonó.

-¿Akihito?-pronunció Asami en pregunta, y el castaño sonrió terminando esa distancia que aunque mínima insoportable dejándose  abrazar por el pelinegro que inmediatamente lo enredo con sus fuertes brazos.

-estoy devuelta-sollozó Akihito apretándose al cuerpo de Asami.

Mientras que dos castaños de ojos verdes reían de manera oculta testigos de la dicha que su querido ex Compañero gozaba.

-creí que estos dos nunca se rencontrarían, me debes un pase  al jardín del edén- exigió en broma Onodera ángel de Asami a Misaki, que al ser poseedor de las alas de Akihito había terminado siendo asignado como ángel protector  del mencionado, con o sin el consentimiento de Usagi las ordenes de arriba eran inquebrantables,  aunque  Misaki  se sentía  muy feliz de poder pagarle a su primer amigo un regalo tan bello como el poder volar y ser nuevamente un ángel completo.

- si-suspiró Misaki de verlos tan felices- mejor vámonos Ritsu, porque Takano y Usagi nos esperan, además no puedes estar tanto tiempo sin Masamune-san- Molestó Misaki.

-ja, claro que si- se sonrojó al pensar en su pareja, pues aunque había intentado huir de Takano al final no pudo contra el destino y  acabo siendo pareja del azabache -…pero Misaki ¿no se supone que debemos cuidar de estos dos?-cuestionó Ritsu algo preocupado.

-vendremos más tarde, además, estoy seguro que esos dos ya se deben sentir muy cerca del cielo como para tener a dos ángeles de guardaespaldas…

-de acuerdo- obedeció Ritsu alzando vuelo  junto a  Misaki cual palomas blancas,  satisfechos con aquel rencuentro, un mandato de Dios, un simple encuentro de almas que daba sentido a dos vidas fervientes por amarse.

 

THE END

Notas finales:

Últimamente se han visto muchas noticias acá en México referentes a la iglesia y sinfín de cuestión relacionadas con   homosexuales, yo soy católica, pero creo que Dios, porque creo en él, es un ser de amor, que solo busca eso, por eso ayudó a Akihito a rencontrarse  con Asami, porque sentía que ellos tenían que estar juntos y se arrepentía de haber hecho a Takaba ángel en lugar de humano, pues le había negado la oportunidad de encontrarse con el amor de su vida, Asami.

Nuevamente gracias por acompañarme,  y soportar mis largas vacaciones que a veces   me tomaba sin permiso.

Besos y abrazos, de las hermanas Kazz.

 


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