– Al llegar al departamento Asami dejó abierta la puerta como esperando que esa voz entrara.
–Es imposible que me esté volviendo loco, yo vi con mis propios ojos como esa bala parecía ser manipulada…por él, además me hablo dijo estar de mi lado, es muy interesante podría utilizarlo a mi conveniencia – pensaba el pelinegro mientras se serbia un vaso de whisky con hielo, cuando de la nada escucho cerrar la puerta.
– ¿Eres tu …voz? – El castaño había llegado e instintivamente cerró la puerta.
–Qué raro que me hable… ¿Me estaba esperando? …–pensó algo desconcertado.
– ¿Dijiste que eras un ángel?, deberías de responderme, además también ¿dijiste que…me protegerías? – Akihito lo escuchaba atentamente mientras se dirige a la ventana del departamento, una muy grande que daba vista a la ciudad, era simplemente extraordinario, era la primera vez que veía tantas luces, simulaban estrellas, le recordaban el cielo.
–Joder, no vas a decir nada – el mafioso se despertaba por continuar hablando solo.
– Quieres callarte por favor, mira que linda vista tienes desde aquí – alegó el castaño molesto por no dejarlo disfrutar del panorama.
– …Sabía que era imposible equivocarme sobre ti– miró hacia la ventana suponiendo que él estaba allí
– ¿A qué te refieres?, ¿sabes? yo me presente hace rato– contestó al voltear a verlo y se le paralizó el corazón al notar que sus miradas coincidían, como si el realmente pudiera velo.
–…Como no querías hablar, creí que había imaginado cosas, ¿cómo es que puedo escucharte y no verte? – preguntó mientras se acercaba a la ventana, tratando de seguir su voz.
– Bueno…am, yo controlo eso y…pensé que sería…bueno que …que tuvieras conciencia de vez en cuando , ya sabes alguien que te guie por el buen camino– tartamudeaba y se ponía nervioso al ver como el pelinegro se acercaba más y más a donde estaba él, sentir esos ojos sobre su figura , era imposible , una mera coincidencia que él lo distinguiera y aun así …
– ¿Conciencia?, creí que habías dicho que eras “mi ángel de la guarda”, mío– contestó con voz ronca y seria mientras le intentaba ubicar con ojos coquetos.
– ¿Cuándo dije que era tuyo? , los ángeles no pertenecen a los humanos, es estúpido–reflexionó molesto por el cinismo de su protegido, era el primero que le hablaba de esa manera, mejor dicho era el primero con el que hablaba.
– Hey, no deberías decir malas palabras, eres un ángel, además quiero verte…
– ¿De qué hablas eso no está permitido, es imposible? – dio marcha atrás como huyendo de Asami.
– ¿No digas estupideces SERAFIN, vamos muéstrate?
–…De acuerdo, y no me digas Serafín…yo soy…– La verdad es que ya puede escucharme, qué más da si también puede verme, soy su guía, tiene que respetarme -dijo para sí mientras rompía nuevamente otro hechizo.
La habitación se iluminó como el flash de una cámara al tomar una fotografía y se distinguieron en el aire la presencia de finas plumas blancas volando con una brisa inexistente mostrando la presencia de un joven de complexión atlética, de traje blanco y cabellos castaños que aparentaban ser rubios, además de ser dueño de un par de hermosos ojos azules como el mismo cielo, dejando sin aliento al mayor con tan sublime belleza que brotaba de aquel muchacho.
– …Takaba Akihito – terminó su frase mientras veía como el ojicafe se acercaba más a él hasta quedar a sólo unos centímetro de separación.
– ¿Eres real, Takaba Akihito? –Asami continuaba anonadado, apenas conseguía el habla jamás había visto tal perfección, era… era ciertamente celestial.
No logró resistió las ganas y quiso tocarle pero, se afligió al atravesarlo, era como un fantasma, no podía palparle.
– ¿Qué demonios?, ¿por qué no puedo tocarte? –dijo realmente molesto, era la primera vez que sentía tal atracción y no podía ni rozarlo.
– ¿Para qué quieres tocarme? , ya he roto muchas reglas el día de hoy, no quiero más problemas, además ya es bastante poder verme y escuchar –respondió mientras cruzaba sus brazos en señal de negación dándole la espalda, lo que provocó que el pelinegro posara sus ojos sobre su bien formado trasero de ángel .
–Eres más lindo de lo que imagine.
–Déjame en paz, ¿sabes?, se supone que deba ser invisible, ahora será más difícil– se le escapó un suspiro de pensar que debía quedarse a su lado hasta el día de su expiración.
– Oye, lo haces sonar muy mal… ¿te ofrezco algo? , ¿Tienes hambre? , ¿Los ángeles comen? – al parecer Asami quería saber todo sobre ese joven que había llegado a su vida sin previo aviso.
–No gracias, nosotros no necesitamos de alimentos humanos para sobrevivir, tampoco necesitamos dormir, a menos que estemos extremadamente desgastados… mientras tu estés bien yo también lo estaré – le decía mientras se dirigía a la terraza para tomar aire y ver más de cerca esas luces, aunque el clima no era muy bueno, estaba oscuro, las estrellas eran cubiertas por nubes grises, al parecer se avecinaba una tormenta, Asami lo observaba de arriba abajo, simplemente no podía creerlo, un ángel , su ángel , su hermoso ángel .
– ¡¡¡Vaya es realmente bellísimo!!! – Dijo Akihito con aquella expresión de niño emocionado por trivialidades.
– Claro que lo es –respondió el mayor pero refiriéndose a él.
–… ¿Puedo preguntarte algo? … – Asami se sorprendió por las palabras del joven.
– ¿Qué ocurre? Habla.
– ¿Cuál es tu nombre completo? , la verdad es que no me dieron todos tus datos y…quisiera saber más de ti…¡¡¡por trabajo!!! – se sonrojo un poco, pues no podía ni verlo a la cara, cosa que fue notada de inmediata por el mayor y no sabía bien por qué, pero le agradaba.
– Escúchame con atención niño y mírame a los ojos cuando te hable – se acercó, dejando muy poca distancia entre sus cuerpos mientras se miraban directamente el uno al otro – Mi nombre es Asami Ryuichi, y soy nada menos que el jefe de toda la mafia japonesa, un yakuza por naturaleza, que no se tienta el corazón con nada, ni con nadie… también soy propietario de la mayoría de los clubs en Tokio y suelo tener muchos altercados, ¿cómo ya te habrás dado cuenta?
– Realmente era un hombre de las sombras pensaba el ojiceleste –si, eso sí lo sabía, que sueles tener problemas de nivel 5, es decir de vida o muerte.
–….Entonces parece que te informaron bien –le contestó a la vez que sacaba un cigarrillo del cual disfrutar.
–Lo que no me cuadra es, ¿porque Dios sabe de mí?, ¿qué hace alguien como tu aquí? –Expuso mientras le daba una fumada a su cigarro.
–Cualquier humano con vida tienen un registro en el cielo, y Dios se preocupa por todos, por eso estoy aquí contigo –respondió mientras le brinda una tierna sonrisa infantil.
– ¿Cuántos años tienes? – preguntó curioso al ver de cerca su impecable rostro agraciado.
-¿Yo?, yo tengo 150 años laborando para el ministerio de los ángeles protectores – Asami sonrió sin querer, no daba crédito a ese dato tan lejano a la realidad, estaba casi seguro de no sobrepasar los 25.
-… Sí, que te mantienes en forma –comentó con sarcasmo.
-por supuesto, soy de los ángeles más jóvenes del cielo –haciendo uso del mismo tono, con ojos coquetos y sonrisa juguetona.
–Carajo, no puedo dejar de pensar en follarmelo –dijo Asami para sí mientras tiraba su cigarro y lo pisaba, haciendo visible una mueca de disgusto y desesperación.
– ¿Te ocurre algo Asami?, pareces afligido – vociferó Akihito preocupado por la expresión de sufrimiento que esbozaba su humano mientras entraba nuevamente al departamento pues el clima amenazaba con una tormenta.
–La verdad, es que me siento un poco mal –confesó el yakuza fingiendo dolor al tomar asiento en uno de los sillones que amueblaban su departamento.
– Tranquilo te ayudare –al instante sintió una mano que lo tomó del hombro con delicadeza y este se levantó con rapidez para sostenerlo con fuerza por la cintura.
–¡¡¡ te tengo!!! …
Continuará