De nuevo en el departamento de Asami
–¿Por qué se siente tan increíble? –pensaba el castaño con la poca cordura que le quedaba después haber sido penetrado incontables veces por el mayor, finalmente sus cuerpos terminaron exhaustos, el ojiceleste desfalleció posándose sobre el pecho de Asami mientras sus manos se deslizaban por su espalda .
–Tranquilo, ya hiciste suficiente –susurró suavemente en el oído Akihito para acariciar el húmedo cabello de su niño.
–Si eres un sueño , has sido el mejor que he tenido en mi vida – dijo para si el yakuza quien se percataba que su pequeño temblaba de frio por las ventiscas de aire helado que se colaban por la ventana, con el mayor cuidado sacó su miembro del interior del ángel y lo recuestó en el sofá para ponerse de pie y cerrar el vidrio al igual que las cortinas, llamándole la atención la tormenta que fuera se desataba, los árboles se sacudían fuertemente y el agua se dejaba caer con potencia sobre el asfalto de la calle.
-¿Cómo es posible que no noté el terrible clima? – se preguntó el ojicafé mientras corría la cortina al momento que el cuarto se obscurecía, encendió una lámpara de burock y caminó hasta una mesita donde había dejado un vaso de whisky con hielo sin terminar, aunque ahora era más bien whisky con agua, le puso un poco más de licor y cubos fríos, se acomodó en otro sofá, bebió lentamente su elixir, lo termino…volteo hacia donde se encontraba aquel joven inconsciente y totalmente desnudo, se levantó nuevamente y lo cargó llevándolo hasta su recamara , lo recostó sobre su gran cama y limpió el cuerpo de Akihito como si fuera lo más delicado que hubieran tocado sus manos , lo arropó y observó cómo preguntándose.
– ¿Eres real? , ojalá que sí, porque si lo eres a partir de ahora no dejare que te vayas de mi lado –finalmente se metió a bañar, al salir el seguía allí, dormido profundamente, el yakuza se recostó a su lado rodeándolo con sus fuertes brazos como aprisionándolo en lo más profundo y obscuro de su corazón.
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La mañana era fresca y el pelinegro sonrió al ver de nuevo el rosto de…
–Takaba Akihito –murmuró al mismo tiempo que acariciaba su semblante pero, la vida continuaba y tenía que presentarse en su oficina a las 8:00 AM, se levantó con cuidado para no despertar al menor, se ducho y cambio, se puso su traje negro, se colocó el porta armas, acomodó su corbata, volvió al baño y se peinó hacía atrás con goma escapándosele unos mechones que se veían juguetones en su frente, después regresó a la recamara y recorrió la cortina para que la luz despertara al dormilón.
– ¿Qué pasa, dónde estoy?- preguntó el ojiceleste frotando sus ojos y bostezando.
– ¿Que no piensas saludarme Takaba?, si realmente estas aquí para acompañarme tendrás que madrugar un poco más… –Asami lo contempló con frialdad, lo cierto era que Akihito le gustaba, pero no era del tipo de personas románticas.
–am, lo siente, buenos días… no se supone que duerma –su cuerpo se iluminó y en un pestañar ya traía puesto un traje parecido al de Asami pero de color blanco.
–…Así está bien, ¿verdad? –Akihito tartamudeó, el mayor estaba muy sorprendido y prefiere guardarse su opinión de lo bien que lucía, únicamente salió del cuarto tomó su porta papeles y dijo…
– ¿Tu cuerpo está bien? – Por tal incógnita Akihito se ruborizó.
– Me duele un poco aquí – sobó sus caderas.
– …¿Oh? , ya pasara… no me hables cuando este acompañado, así me ahorrare el ignorarte…vámonos – al darle la espalda al menor sonrío levemente por el dolor que le había causado a su ángel, el castaño siguió a su protegido de cerca y al llegar a la recepción vio que la misma limosina de ayer nuevamente aguardaba por él.
– Al abrir la puerta quiero que entres primero – dijo a manera de orden y en voz baja .
– Pero yo me puedo orbitar o ir volando hasta donde estés tú – sin embargo, al ver los ojos con los que le veía Asami comprendió que no debía negarse a sus órdenes.
– Ok, me subiré – aceptó resignado a que debía hacer lo que él dijera.
– No quiero que me causes problemas ¿De acuerdo Takaba? sólo obedéceme y todo estará bien.
– Oye no me trates como si fuera un niño, se lo que debo hacer, y no necesito que un humano se ponga a darme ordenes – no le agradaba la ida de someterse ante un mortal, aunque fuera condenadamente apuesto.
– Diablos sólo… – llegó Kirishima.
- Buenos días Asami –sama, tenemos agentado para hoy la firma de doscientos cheques y cuatrocientas autorizaciones para conciertos en los clubs del norte, ah y también esta lo de la hija de… – pero el yakuza interrumpió evitando que diera a conocer el último pendiente.
– Solamente dame la lista de pendientes yo mismo la revisare – el guarda espaldas le proporcionó una carpeta negra y abrió la puerta para que Akihito abordara de mala gana, entonces Asami volteó a ver como se retiraba Kirishima..
– Vaya que eres problemático – murmuró subiendo al auto y Akihito se posicionó lo más lejos que podía de Asami, sujetándose fuertemente del cinturón de seguridad como si estuviera a punto de vivir un calvario.
– ¿Primer viaje? – comentó el pelinegro sin despegar los ojos de aquella carpeta negra.
–…Claro, jamás me había subido a estas cosas, ¿Cómo se llaman?
– Es un auto, para ser más específico una limosina.
– ¿Limosina?, que mierda, es más rápido orbitar – pensó el castaño molesto por la actitud superior de su protegido , cuando de repente sintió algo raro, como si alguien lo llamara por lo que se llevó la manos a la cabeza , lo que hizo voltear al mayor.
– Hey… ¿Qué ocurre, te sientes mal? – preguntó mientras lo contemplaba con genuina preocupación.
– Esto…esto es imposible, no puede ser un llamado, a menos que sea del ministerio pero… ¿Por qué? – Akihito estaba confundido ya que se suponía que al estar al lado de su predilecto esos llamados cesarían.
–…Te hice una pregunta, ¡responde!- exigió impaciente.
–… ¿Qué?...oh, lo siento, no yo estoy bien, es que, es como tu dijiste la primera vez…-le miró incomodo, aunque Akihito sabía que el llamado era algo inusual y preocupante…
Un ángel no debía sentir el llamado…A menos que fuera una emergencia del cielo….o no se encontrará al lado del alma que debía cuidar.
Continuará