En un almacén abandonado perteneciente a Shion se encontraba el yakuza acompañado por sus subordinados dispuestos a saldar una deuda pendiente.
-por favor señor déjeme ir….yo no he hecho nada malo –la pequeña niña de apenas 7 años lloraba al ver como el pelinegro le apuntaba con un arma dispuesto a todo.
-…no hay vuelta de hoja, si quieres culpar a alguien, culpa a tu padre y muere odiándolo –jaló del gatillo sin pestañar, pero la bala fue desviada por el impredecible castaño quien apareció justo a tiempo evitando que sangre inocente fuese derramada.
-¿estás loco?,¡¡es sólo una niña!!- vociferó el ángel con todas sus fuerza , pero Asami simplemente le dedicó una mirada llena de odio por haberse entremetido en su camino, mientras tanto sus hombres se preguntan ¿Cómo era que su jefe había fallado estando tan cerca?
El yakuza dio un profundo suspiro y se giró ignorando totalmente al castaño, quien corrió al lado de la pequeña, la cual quedó inconsciente ante el sonido de la detonación.
-Kirishima llévatela de aquí y no permitas que se escape.
-como usted ordene.
El guarda espaldas tomó a la niña y salió del cuarto, dejando al yakuza aparentemente solo.
-eres más estúpido de lo que imagine –se acercó y lo tomó por el cuello de la camisa- Ni se te ocurra volver a interferir en mis asuntos, ¿Entiendes?...
-… yo…yo jamás permitiré que mates a una persona…si esta en mis manos ¡¡¡te detendré aunque me cueste la vida!!!- mostrando en su mirada seguridad y fuerza, capaz de enamora a cualquiera, pero en este caso terminó por atrapar al yakuza, quien continuó sosteniéndolo de la camisa.
-tienes mucho valor, pero si sigues poniéndome a prueba yo mismo te matare…-lo liberó empujándolo hacia atrás.
-vaya, Asami sí que da miedo cuando se enoja –cruzó por la cabeza del castaño, cuando repentinamente entró uno de los hombres de Asami.
-Asami –sama, Arbartov está causándonos problemas –avisó el individuo que estaba al servicio de pelinegro al mismo tiempo que se percibieron varias detonaciones.
-vamos…-el yakuza salió de la habitación con rapidez y cautela mientras era seguido por Takaba, que aunque temeroso por la advertencia de Asami se mantenía firme en lo anteriormente dicho -¡¡¡Te detendré aunque me cueste la vida!!!
El almacén era un lugar grande y obscuro que ambos bandos podían utilizar en contra del otro, pero Asami tenía ventaja ya que conocía a la perfección dicho lugar, por otro lado Mikhail había asesinado gran parte de los hombres que le estorbaban en la búsqueda de su hija.
-Asami –sama, será mejor que se vaya es muy peligroso quedarse en este lugar –dijo su subordinado sosteniendo un arma calibre 50 lista para detonarse en cualquier instante.
-…no pienso marcharme hasta ver agonizando al miserable de Mikhail…
………….
Llegaron a un pasillo iluminado por una escasa luz que parpadeaba por un posible corto, de pronto la iluminación fue arruinada tras recibir un disparo que redujo la bombilla a simples fragmentos de cristal que terminaron cayendo al suelo.
-Ryuichi si no quieres morir como el perro que eres devuélveme a Miriam…- amenazó el ruso desde un lugar desconocido.
-el único perro sarnoso que hay aquí eres tú, además lamento decirte que esa mocosa ya está muerta.
Akihito sabía perfectamente que si no hacía algo las cosas se pondrían peor, así que como medida de protección para ambos mafiosos intentó localizar al rubio , situándolo al final del pasillo cubriéndose con el muro de concreto, acompañado por otros cuatro tipos.
Uno tras otro los proyectiles fueron liberados con intenciones de matar al yakuza, y aunque Akihito deseaba proteger al padre de la pequeña, era algo muy difícil ya que una distracción le podía costar la vida al pelinegro.
-creí que tu hija te importaba más, pero me equivoque, tardaste mucho en rescatarla y ahora está muerta…-comentó Asami como táctica para enfurecer a Mikhail y así saliera de su escondite.
-eres un maldito –el ruso estaba en aprietos, sus hombres habían perecido en el tiroteo dejándolo solo, pero a él no le importaba morir, lo único que desea era acabar con el hombre que según él había matado a su pequeña.
-Asami, ya déjalo, tu ganaste…-expresó el castaño molesto de ver como a los humanos no les afecta la sensación de guerra y muerte -el pelinegro simplemente lo ignoró pero, en ese momento el subordinado que le acompañaba cayó al suelo por una herida en el pecho, al parecer una bala había logrado darle.
-no te preocupes yo lo ayudare – Takaba se inclinó colocando sus manos sobre la lesión para sanarlo.
Mikhail se percató de la distracción momentánea del yakuza y aprovechó para plantarle un disparo en la pierna, a lo que Asami reaccionó con otra detonación que lo hizo soltar el arma ya que el pelinegro había apuntado a su mano derecha.
- ¡¡¡ ASAMI!!!!- Akihito temía que el mayor matara a otra persona, por lo que dejó al herido y fue a encontrarse con los mafiosos.
-nunca te perdonare lo que le hiciste a Miriam…-el rubio estaba hincado en el suelo en espera de la ayuda.
-eres un maldito hipócrita, tu sabes perfectamente por qué hago esto…-el pasado del yakuza lo ínsita a vengarse del ruso a cualquier costo.
-…lo de Hiroki fue un accidente y tú lo sabes, además si Fei Long me prefirió fue culpa tuya por no preservar lo que tenían…
- de cualquier manera esto se acaba aquí y ahora –apuntó su arma en contra de Mikhail con intenciones de asesinarlo, pero Akihito volvió a interferir, esta vez colocándose en medio de los gánsters.
-por favor Asami, déjalo…esto no te dará paz – intentó hacerlo entrar en razón.
-¡¡¡cállate, tú no sabes nada!!!-no le importaba parecer un loco a ojos de Mikhail, quien se preguntaba ¿A quién demonios le estaba hablando?
-vaya Asami finalmente estas cayendo en la locura –el rubio sonrío forzadamente, pues no terminaba de hacerle gracia que un lunático le amenazara.
-… no permitiré que mates a este humano, aunque me cueste la vida…-Takaba estaba decidido a detener al enfurecido mafioso.
-…de acuerdo, si así lo deseas–Asami jaló del gatillo confiado en que la bala lo atravesaría y terminaría matando al rubio, sin embargo…al igual que un trueno la detonación se dejó escuchar…
-¿mhg?- de pronto surgió una mancha de color rojo carmesí en el impecable traje del castaño que se extendió rápidamente, haciendo que Takaba se llevara las manos al abdomen.
-…Akihito… –susurró Asami quien había quedado desconcertado, no sabía por qué la bala lo había impacto a él.
-¿esto es sangre?-sus manos temblaban, era la primera vez que veía su propia sangre y antes de poder decir más fue orbitado al cielo.
(Los ángeles que están en la tierra tienen una medida de seguridad proporcionada por el ministerio de protectores celestiales, que consiste en orbitar al ángel de regreso al cielo en caso de que se registre una situación de peligro que involucre lesiones, aunque este mecanismo también puede ser interrumpido por seres oscuros)
--------------------En el cielo -----------------
El castaño reapareció en el pasillo del centro sanatorio del cielo (aclaro que no es lo mismo que el ministerio de protectores celestiales)
-¿Dónde estoy?
Cuando distinguió un ángel malhumorado de ojos grises y cabello negro con destellos azules que hablaba por teléfono.
- ya te dije que no lo he visto con un demonio…- de un momento a otro el ángel se percató de la presencia de Akihito.
-¿Yokozawa-san?- al parecer era un viejo amigo de su padre.
-¿Takaba –kun?-pronunció sin soltar el teléfono del cual se escuchó un tremendo grito.
#-¡Akihito! , dijiste que no lo habías visto… –sin más Yokozawa colgó el teléfono.
-… ¿Qué fue lo que te pasó?, ¿por qué estás aquí?-interrogó al castaño.
-bueno, no estoy seguro, estaba en la tierra y…-se llevó las manos al estómago dándose cuenta que no tenía nada…(al ser una herida leve sanó inmediatamente )
-¿fuiste atacado por caídos?...
-…no, soló…no lo recuerdo –decidió omitir que fue herido por su propio protegido evitándose muchas explicaciones y regaños.
-…escucha, han estado reportándose varios inconvenientes con los caídos, la tierra se ha vuelto un lugar muy peligroso, te recomiendo que tengas mucho cuidado…
-sí, bueno…yo tengo que volver, así que…. –Akihito deseaba regresar a la tierra para ver lo que pasaba con su yakuza que seguramente estaba que echaba lumbre por la boca o al menos así se lo imagina.
-aguarda – lo detuvo Yokozawa –quiero que le lleves este documento a Usami-sama ¿es tu superior verdad?-apareció una sobre de color blanco.
-¡¿HEEEEE?! Pero…pero…está bien, yo se la llevare –le arrebató el documento para marcharse.
-…Akihito, saluda a tu padre de mi parte –sonrió a modo de despedida.
-…lo siento pero no pienso toparme con ese tipo…-orbitó al ministerio de protectores celestiales de muy mal genio.
…………Recepción del ministerio de protectores celestiales …………
Akihito llegó directamente al lugar en donde se suponía que debería estar Misaki, pero el puesto se encontraba vacío.
-genial ¿y ahora?-se molestó por ser usado como mensajero por el impertinente de Yokozawa, pero al instante vio a una serafina pasearse por el lugar.
-oye, disculpa sabes de casualidad ¿en dónde se encuentra Usami –sama?, es que tengo un documento que darle.
-lo siento pero los arcángeles de cada ministerio se han reunido y están en una junta muy importante, pero ya casi termina, ¿si gustas esperar?
-imposible, tengo prisa por regresar a la tierra y…
-en ese caso se lo puedes dejar con Takahashi-kun…aunque –notó el escritorio vacío – bueno supongo que tendrás que buscarlo –sonrió para después marcharse.
- supongo que tendrás que buscarlo-imitó a la serafina -…dime algo que no sepa- comenzó a recorrer los pasillos de las oficinas hasta toparse con una voz familiar.
-es un problema dejar que estos ángeles oscuros divaguen por la tierra – se dejó escuchar en voz de Takano.
– no hay duda es la voz de mi padre – confirmó Akihito en silencio.
-sí, sólo necesitamos encontrar la manera de exiliarlos del mundo humano –comentó Usagi-san.
Akihito entró en pánico al saber que se toparía con su padre, ya que no deseaba verlo, así que se adentró en una oficina sin llave, apoyándose en la puerta para evitar que ellos entraran o lo vieran y cerró sus ojos…
-¿y qué has sabido de mi hijo?-la voz de Takano se escuchó nuevamente.
-es un chico muy energético –contestó Usagi. Poco a poco el sonido de sus diálogos fue disminuyendo indicando que se alejaban.
-lo último que quiero es encontrarte… –reflexionó Akihito refiriéndose a su padre ya que lo culpaba por la muerte de su madre –suspiró y preparó para abrir la puerta y continuar la búsqueda, cuando nuevamente escuchó otras voces y se asomó al interior de la oficina para ver de quien se trataba.
-vamos Misaki -kun, nadie lo sabrá, será nuestro pequeño secreto –murmuró al tomar de las muñecas a quien parecía ser el recepcionista del puesto vacío.
- no, déjame en paz Ijuuo-san, esto es inaceptable-el castaño fusco se negaba intentando apartar al tipo.
-hey, si ya te dijo que no, deberías soltarlo –Akihito decidió intervenir al ver que el mayor pretendía besarlo a la fuerza. Ambos voltean a ver a Takaba.
-¿Y tú quién rayos eres?, sal de aquí si no quieres problemas –amenazó separándose de Misaki.
-si claro, el único que tendrá problemas aquí eres tú, ¿Qué pasaría si le digiera a Usami-sama lo que intentabas hacerle a su novio?–cuestionó extendiendo sus alas en señal de reto.
-¿oh, en serio?
- por favor detente Takaba –kun –Misaki recordó el nombre de ángel y de esta forma le pidió que se contuviera.
-¿Takaba? , Takaba Akihito…eres el hijo de Takano Masamune, seguramente eres igual de débil que él, ni siquiera pudo salvar a su esposa…no vales la pena –soltó a Misaki y se encaminó a la salida ganándose una mirada llena de odio por parte de Akihito.
-muchas gracias por ayudarme, pero…me harías un gran favor si no le mencionas nada a Usagi-san -comentó al ojiceleste.
-¿Estás loco? , ¿Por qué no te defendiste?, pudiste poner a ese pervertido en su sitio tú solo, ¿por qué lo dejaste llegar tan lejos?
-¿eh? , bueno yo estoy en contra de la violencia…además, llegaste justo a tiempo –sonrió amablemente como si no hubiera ocurrido nada.
-eso no importa, ¿Qué hubiera pasado si no hubiese estado por aquí?…ya sé, yo te enseñare a intimidar a los acosadores como él, vamos muéstrame tus alas –dijo decidido a ayudar a Takahashi.
-…no es necesario, además…
-¿Qué dices? , no seas tímido –ocultó las suyas y se acercó al ojiesmeralda.
-…no es eso, pero…yo perdí mis alas durante la guerra –las pupilas de Akihito se contrajeron al escuchar lo ocurrido.
-…lo siento…-encogió sus hombros, se sentía muy avergonzado de haberle hecho recordar eso.
-no te preocupes, eso fue hace mucho tiempo…lamento lo de tu madre – expresó por el comentario de Ijuuo.
-…eso también fue hace mucho… ¿cómo es que lo sabes?, ¿Y también mi nombre?-intrigado del conocimiento que poseía el otro.
-no te asustes, lo que pasa es que eché un vistazo a tu expediente, además conozco a tu padre…
-oh, así que de eso se trataba…estás bien, ¿Ese tipo no te lastimo?
-no, estoy bien…por favor no se lo menciones a Usagi-san –pidió nuevamente ya que no deseaba causar más contrariedades.
-¿Misaki -kun verdad?….pues no lo sé….con una condición-mostrado ojos paradójicos.
-¿Cuál?-respondió preocupado por la petición, ya que la mayoría de los ángeles que conocía eran algo crueles y lo subestimaban por saber que carecía de alas.
-…la próxima vez que tengas problemas, ¡¡¡llámame!!!- sonrió amistosamente dejando anonadado al ojiesmeralda
-… ¿Por qué?-farfulló desconcertado.
-no es obvio, quiero que seamos amigos –extendió su mano hacia Misaki–soy Takaba Akihito si quieres puedes llamarme solamente Akihito.
- yo soy Takahashi Misaki, Misaki está bien –estrechó la mano de Takaba en señal de una nueva y duradera amistad.
-muy bien ahora salgamos de aquí, ah por cierto este documento es para Usami –sama –admitió entregándole el sobre –es urgente que lo atienda –exageró sin malas intenciones.
-muy bien yo se lo hare llegar- Al salir de la oficina Akihito chocó de frente con alguien.
-¿Ahora qué?-reclamó molesto por más retrasos.
-¡Akihito! –vociferó Takano, quien al ver que se trata de su hijo lo estrechó fuertemente en sus brazos feliz de ver a su pequeño.
-¿Papá?
Continuará