Los ojos del azabache se iluminaron al ver a su hijo, aunque le parecía extraño ya que se suponía que estaba en la tierra pero, no le restó importancia ya que tenía la oportunidad de estrecharlo en sus brazos.
-Akihito, ¿Cómo has estado?
-Estoy bien papá, pero tengo prisa así que…- descaradamente intentó huir haciendo entristecer a Takano, ya que tenía mucho de no ver a Takaba y esperaba pasar un poco más de tiempo con él, por lo que su mejor amigo Akihiko interfirió.
-vaya, Akihito cuanta prisa tienes, ¿Es que hay alguna emergencia en la tierra? , ¿O simplemente eres un malcriado que no desea pasar tiempo de calidad con su padre?
-…bueno, no, pero…yo –lo cierto era que el yakuza está fuera de sus pensamientos, pero estar al lado de su padre era algo que simplemente no deseaba.
-Usagi-san, deje que Akihito –kun y Takano –san arreglen sus asuntos, que usted también tiene obligaciones pendientes –comentó el ojiesmeralda al ver como su nuevo amigo era incomodado por Usami-san, así que tomó al pelipata del brazo y se lo llevó de ahí a la vez que le entregaba el sobre que le había cedido Takaba .
-Misaki…-dijo el ojiceleste al ver como los amantes se marchaban.
-parece que te has hecho amigo de Takahashi –kun ¿cierto?-su padre intentó entablar conversación, ya que su relación no era la mejor desde que Nai-chan, su querida esposa había muerto.
-…si… ¿Sabías que él también estuvo en la guerra del purgatorio? , la misma que me quitó a mi madre…
………..Flashback……………..
Los padres de Akihito se encontraban despidiéndose del castaño para combatir en la guerra del purgatorio (imaginen un Takaba de 10 años)
-mamá, papá, por favor no vayan, hay muchos ángeles que pueden ir en su lugar…. Por favor –el castaño insistía para que sus padres permanecieran en casa.
-eso no se puede amor, no te preocupes volveremos muy pronto – su madre intentaba calmarlo, una hermosa serafina de ojos azules como los de Akihito y largos cabellos castaños.
-pero…-el pequeño ángel no deseaba quedarse solo, por lo que su padre le brindo ánimos.
-Akihito, que te parece si hacemos una promesa…
-¿cuál? – preguntó intentando retener las lágrimas que lo acechaban.
-te prometo que cuidare de tu madre y si algún peligro la envuelve la protegeré con mi vida, porque la amo al igual que a ti –acarició la cara de su pequeño que terminó por estallar en llanto al mismo tiempo que abrazaba a su padre con todas las fuerzas que tenía confiándole el cuidado de su querida madre.
-…y yo te prometo que los estaré esperando…-de esta manera el castaño despidió a sus padres con lágrimas en los ojos rogándole a Kami-sama que se los devolviera pronto.
………….Fin del flashback…………..
-¿Qué dices, si te quedas conmigo esta noche?-pidió el azabache con ilusión de saber sobre su hijo.
-…yo…-le dio la espalda a su padre intentando disimular su antipática actitud.
-sólo hoy…-continuó insistiendo Takano.
El castaño soltó un suspiro y accedió -…de acuerdo…
-no vas a arrepentirte –agregó su padre satisfecho con la respuesta.
-Da igual, mañana a primera hora regresare a la tierra…
-de acuerdo, no quiero interferir en tus deberes- mencionó mientras se dirigían a la salida. .
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-Usagi-san, yo le juro que no sé de qué se trata esto, yo no lo hice…
El peliplata derivó al ojiesmeralda dejándolo debajo de él.
-Misaki no seas tímido, si querías más atención sólo debiste decirlo –dijo mostrándole la hoja que le había entregado alegando que era urgente de atender, cuyo contenido había resultado una broma de Yokozawa que se reducía a un dibujo de una cara triste y un corazón roto que simulaba los sentimientos de Takano ante el rechazo de su hijo, pero el ojilila creyó que era Misaki quien se sentía ignorado.
-esa hoja me la dio Akihito, ¡Y no soy tímido!-Aseguró dando vuelta al asunto quedando sobre Usagi.
-te he extrañado…- comentó el mayor en tono melancólico mientras tomaba por la cintura al menor.
-pero si siempre estamos juntos…-se acercó poco a poco al arcángel deseoso por unir sus labios en un beso.
-Misaki, quiero hacerte mío…
-Usagi –san…-el peliplata comenzó a quemar el frágil cuello del castaño con sus ardientes besos mientras sus manos se entretenían desabotonando la camisa de Misaki.
-Usagi -san, estamos en la oficina – el castaño tartamudeaba a la vez que intentaba liberarse del fuerte agarre del mayor quien lo puso boca abajo para depositar besos en su espalda y una que otra mordida haciendo que el cuerpo de Misaki se estremeciera.
-Misaki, te quiero Misaki –repetía una y otra vez en el oído del castaño al mismo tiempo que se escuchaba caer el pantalón del menor y sonidos húmedos producidos por los dedos de Usagi quien estimulaba la entrada de su niño.
-u..Usagi…-san…-el ojiesmeralda intentaba calmar su respiración, pero le era imposible ya que tenía mucho tiempo sin disfrutar de las caricias de Usagi, a causa de su excesivo trabajo que le había surgido por culpa de los caídos.
Sin más preámbulos el peliplata introdujo su miembro en la entrada de Misaki para comenzar las embestidas.
-ahhh,usagi uh mmm- el menor jadeaba a la vez que se aferraba a la alfombra y deja escapar suspiros que exigían ser vociferados.
-Misaki, Misaki, uh –tomó con delicadeza el rostro del castaño para girarlo hacia a él y poderlo besar con el inmenso deseo que se apoderaba de él al apreciar de cerca tan pulcros ojos de color primavera.
-Te amo Misaki…
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-¿Y qué has hecho estos años fuera de casa?-preguntó el azabache quien se encontraba con su hijo en la sala de la casa que le habían otorgado.
-…trabajo…
-… ¿Y no has encontrado a nadie especial aún?...
Pregunta que tomó por sorpresa al ojiceleste pues le vino a la mente el yakuza, un mortal que no solo le había robado la virginidad, sino también el corazón.
-¿Estás bien hijo? te has ruborizado-sin poder evitarlo sonrió al darse cuenta que su pequeño estaba enamorado.
-…no, bueno no estoy seguro de a que te refieres con especial…-intentó disimular el sentimiento que lo recorría al pensar en Asami.
-alguien especial es…es la persona con la que quieres estar, compartir tu vida, alegrías y tristezas, pero más que nada proteger.
A causa de la última oración el ambiente se volvió tenso.
-¿proteger?...
Takano se dio cuenta que Akihito estaba a punto de reclamarle por la muerte de su madre, después de todo fue un hecho muy trágico en el que no pudo estar presente por ende no pudo auxiliarla.
-…y si mi madre era especial para ti ¿por qué dejaste que la mataran, Takano? –cuando Akihito se molestaba llamaba a su padre sin ningún respeto cosa que le molestaba al progenitor.
-soy tu padre y me debes respeto.
-¿por qué no lo aceptas de una maldita vez?, por tu culpa mamá esta…-su frase fue interrumpida tras recibir una bofetada de parte de Takano quien solamente intentaba tranquilizarlo.
-…Akihito -de inmediato sintió una enorme culpa que provocó que su mano temblara.
El menor se desconcertó ya que raras veces era golpeado.
-…lo siento…no debí venir –dio vuelta para marcharse sintiendo unas tremendas ganas de correr al lado de Asami.
-ya es tarde, el portal debe estar cerrado…quédate, yo voy a salir…-sin más el azabache salió de la casa con una secuela de culpa que llevaba desde que su esposa había muerto durante la guerra.
-…no entiendo por qué si cupido me digo que mi alma gemela nunca me dejaría…te fuiste…-reprochó el azabache para sí, sin imaginar que su alma gemela nunca lo dejo y pronto estaría de nuevo con él.
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-¡Onodera, Onodera!
-¿Qué demonios quieres Sudou?-respondió molesto a su compañero desde las profundidades del averno.
-sólo recordarte que estés al pendiente de las órdenes de Fei Long –sonrió divertido por haber hecho enfadar al castaño.
-no seas entupido ese es un nombre humano…
-disculpa, de Haitani…muy pronto conseguiremos nuestra venganza en contra del cielo y el Arcángel del noreste.
-…y oeste…-incluyó pensando únicamente en Takano Masamune su nunca correspondido amor.
Continuará