No pude aguantar ni un segundo más, antes de cerrar la puerta eche el último vistazo.
¡Me vio! ¡MIERDA! ¿Y ahora como voy a poder actuar delate suya? ¡Espera un momento! ¡ELLA DEBERIA SENTIRSE MAL… NO YO!
Baje a toda mecha las escaleras, por suerte no me tropiezo y por fin llego a encontrarme con la muchedumbre de antes. Ellos seguían a su rollo, mientras que yo, más bien mi mente no paraba de repetirme una y otra vez aquella imagen, un gran mal estar, una amargura, un vació y un dolor punzante todos a la vez apuntaban a mi corazón. Me sentía utilizado, una mierda total ¡NO LO ENTIENDO! ¿Qué tiene él que no tenga yo?
Salí de la casa agonizando, tenia unas ganas tremendas de patear algo para que mi rabia se calmase pero…
¡SIEMPRE TENGO QUE SER TAN DEBIL! ¿Por qué? Mis…mis lagrimas no paraban de salir ¿Por qué duele tanto? ¿No hay ningún remedio? ¿Ninguna cura? No esta bien que un hombre llore, ¡JODER!
Y por si fuera poco empezó a llover ¿en pleno verano? ¡Venga ya! Quede empapado gracias a la lluvia, ya ni siquiera recordaba donde había aparcado el coche, estaba muy mareado todo me daba vueltas y de pronto alguien me abraza por detrás.
- ¡ALEX…ALEX! Lo siento mucho (llorando) ¡NO SE PORQUE LO HE HECHO! Solo te quiero a ti, mi Alex…- mi mente se quedo en blanco, inmovilizado, pero no tarde mucho en reaccionar me di cuenta de quien era.
Realice un movimiento rápido, empujándola al suelo así cayendo en un charco. Las lagrimas pararon en seco y solo se desato toda esa ira que tenia dentro.
Por unos segundos me fije en su vestimenta, ¡QUE ASCO! Llevaba una camisa de hombre sobre ella, la cual le cubría más o menos por las rodillas, todo su cuerpo se le transparentaba, pero eso ya no me agradaba sabiendo que otro hombre la ha tocado.
-¿¡QUE MIERDA HACES AQUÍ!? – dije gritando a todo pulmón.
- yo…yo…Alex yo te…- la interrumpí no podía soportar más escucharla y menos verla así, al menos no hoy.
- ¡CORTAMOS! ¡MAÑANA RECOJE TU ASQUEROSA ROPA DE MI CASA! – por favor, no llores delante de ella, cuando llegues a casa te desahogaras.
- pe…! NOO ¡ ¡ALEX! Solo te quiero a ti – se levanto del charco acercándose a mi muy despacio ¡POR FAVOR QUE ACABE TODO ESTO! Aun la quiero mucho, pero no puedo perdonarla, es demasiado lo que hizo, ¡NO, NO Y NO!
Debo de relajarme, concertarte y compórtate como un adulto, seguro que Chris no se pondría a llorar delate de esa zorra.
- Veras, Sara no me vuelvas a llamar Alex, para ti desde ahora soy Alexander, olvídate de ser amigos, ya no quiero tener nada que ver con tigo y ¿Quererme? ¡SABES… ACABAS DE ECHAR UN PUTO POLVO, CON MI MEJOR AMIGO! ¿¡A ESO SE LLAMA QUERER A ALGUIEN!? ¡DIME! – la cogi por los hombros volviendo a gritarle, pero no pude más estalle de nuevo las lagrimas salieron.
- Esta… bien, tienes toda la razón yo soy la culpable…yo una infiel y lo siento, pero te juro que solo te quiero a ti…no se…de verdad ¡NO SE PORQUE LO HICE! ¡EN TODO MOMENTO ESTABA PENSANDO EN TI! – y allí fue cuando me vino un flash back oyéndola gemir mi nombre, puede que tenga razón…pero no puedo perdonarla.
- Por favor… (sollozando) al menos…para despedirme de ti… ¿me podrías… besar? – me quede sorprendido, ¿Qué? ¿Por qué? Si la beso ahora me dolerá más, pero también si la beso es para despedirme de ella.
Tome mi decisión, no se si me estoy equivocando pero…creo que la voy a besar. Lentamente solté sus hombros y baje hasta su cintura, de la cual estaba empapada, no me extraña con la que esta cayendo, después choque lentamente mi nariz con la suya ¿enserio voy a besarla? Y rose lentamente mis labios con los suyo hasta que…
Alguien me empujo haciéndome caer en un charco esta vez un poco profundo, no me había fijado quien era esa persona hasta que levante la vista, no me lo podría creer ¿Cómo sabia que estaba aquí? ¿Por qué Chris?
Empecé a estornudar frenéticamente, la vista se había vuelto muy borrosa y solo escuchaba pitidos, la vista se me nublo hasta perder el rumbo.
Desperté en un asiento de coche, me frote bien los ojos y comprendí de que era mi coche ¿Cómo lo encontré? Note la calefacción a tope y una chaqueta sobre mí cubriéndome. Mi vista fue a parar cuando encontré la respuesta, mi hermano Christian conducía el coche, el también estaba empapado, se notaba por el pelo mojado y sor sus sudadera ¡joder la bronca que me voy a llevar!
En todo el camino no hablamos nada, mire la hora era casi la dos de la madrugada, impresiónate ¿tanto tiempo estuve afuera?
Llegamos a casa, aparco y salimos aun sin mencionar ninguna palabra, mire por todos los lados a ver si el capullo de Eduard seguía en la casa.
- Se ha ido, hace tiempo, si eso es lo que estas buscando- ¿Qué? Tan fácil soy de leer, la primera conversación que tenemos y lo más raro y tétrico es que su voz sonaba muy apagada, ronca y sin ganas.
Suspire mientras observaba como abría la puerta, pase por delante de él y de pronto note su mano calida que me detuvo de mi muñeca derecha.
- ¿Acaso no me vas a decir nada? – me soltó y cerro la puerta con la llave, luego encendió las luces del salón donde nos hallábamos los dos mojando el suelo.
- ¿Por qué debería decírtelo? ¿no eres mi madre? – dije en un tono amenazador.
- Yo no soy tu madre, pero soy tu hermano mayor y no puedo soportar ver a mi peluche llorar por una tonta niñata – una corriente eléctrica paso de pies a cabeza dejándome aturdido ¿acaso lo vio todo? ¿Cómo sabe todo eso?
De nuevo volví a estornudar. La piel se me puso de gallina, estaba temblando más que una gelatina.
- ¡Idiota!, nunca llores por amores tontos ¡NUNCA! – entonces volví a sentir esa calidez, mi cuerpo dejo de temblar, gracias a que Chris me había abrazado, ya hacia varios años desde que no nos mostramos aprecio él uno por el otro.
- ¡Gr…gracias! – aguantaba las ganas de llorar, no se porque pero cuando me abrazo todo el dolor desapareció.
- Alex…!yo nunca te abandonare!