Un niño de pelo negro desordenado seguía corriendo, sin rumbo fijo. Su cuerpo dolía, al igual que su mente. Por detrás seguía escuchando los pasos de la gente que le seguían, mientras le insultaban una y otra vez, con insultos diferentes.
Aunque el de 'niño maldito' era el insulto más común.
Finalmente llegó hasta una ciudad y notó como aquella gente decidió dejar de seguirle. Se permitió descansar un momento y recuperar el aire, antes de seguir andando. Quizás y con algo de suerte, alguien le daría algo de comer. Se sentía cada vez peor, cada vez más cansado y notaba como su visión se oscurecía por momentos. Se detuvo delante de un edificio gigante debido a que sus piernas ya no le respondían.
... Y esa fue la mejor decisión de su vida.
De pronto, un niño algo más alto que él salió del edificio y le miró con una gran sonrisa. El niño se extrañó, debido a que su cabello era de color rosa.
— ¡Ey! ¿Qué haces aquí delante? ¿Quieres unirte a Fairy Tail? —Le preguntó, de manera animada.
— ¿...Fairy... Tail...? —
— ¡Sí! ¡Fairy Tail, el mejor gremio de magos! ¿Quieres unirte? ¿O simplemente estabas de paso? — Volvió a decir, manteniendo su radiante sonrisa.
— Yo... No tengo dónde ir... O regresar...— Susurró, sorprendiendo al otro chico. Cuando el niño de pelo rosado iba a preguntarle que a qué se refería, vio como las piernas del otro chico cedían e iba a caer al suelo, pero por suerte, fue capaz de cogerle antes de caerse.
— ¡Ey! ¡Reacciona! ¿¡Qué te ocurre!? — Empezó a chillar, preocupado. Se empezó a fijar en el niño, el cual tenía moratones por todo su cuerpo, incluyendo una herida profunda en su pecho, la cual estaba sangrando.
— Oi, Natsu, ¿Por qué estás alborotado? — Preguntó de golpe una voz detrás de él y la reconoció al momento.
— Abuelo, este niño estaba delante del gremio, le pregunté si quería unirse, ¡Pero de pronto se desmayó! — El maestro del gremio, Makarov, miró con tristeza al niño que estaba en brazos de Natsu. Tenía muy poca edad, pero su cuerpo estaba lleno de heridas y moratones. Luego, se dio cuenta de un detalle en su cuello.
Ese collar... ¿No era...?
Luego, sonrió. Al parecer ese chico era mucho más interesante de lo que parecía.
— ¿Puedes cargarlo, Natsu? — Preguntó aún sonriendo y el chico de pelo rosa asintió animado. — Bien, pues llevale hasta la enfermería del gremio, hay que curar sus heridas. —
Cuando empezó a notar como su consciencia regresaba lentamente, se sorprendió, ya que apenas podía sentir un ligero dolor. Quizás su cuerpo estaba demasiado acostumbrado a estar herido, o quizás ni siquiera estaba vivo.
Lo último que recordaba con exactitud era que estaba delante de un edificio enorme y había un chico con el pelo... ¿Rosa? que comenzó a hablarle como si le conociera de toda la vida.
Se obligó a abrir los ojos y lo primero que dedujo era que no había muerto. Segundo, habían curado sus heridas, casi todo su cuerpo estaba vendado. Y tercero... No tenía ni idea de donde estaba. Se sentó con alguna dificultad e intentó identificar el sitio, pero no pudo. De pronto escuchó la puerta y entró el mismo chico que había conocido.
— ¡Woah! ¡Por fin estás despierto! ¡Creí que no despertarías nunca! — Comentó con una alegre sonrisa inocente. — ¿Estás bien? ¿Te duele mucho algo? — Preguntó mientras se acercaba con vitalidad a la cama del otro niño. El otro chico sólo negó, aún demasiado nervioso como para decir algo más. Luego observó como el chico rosado le miró de arriba a abajo. — Mmm... ¿Cuántos años tienes? Pareces más pequeño que yo. —
— Siete...— Respondió en apenas un susurro. Luego, el chico de pelo rosado sonrió.
— ¡Estonces realmente soy más mayor que tú! ¡Tengo 10 y mi nombre es Natsu Dragneel! ¿Cuál es el tuyo? — Curioseó aún con una gran sonrisa. El otro chico le miró e incluso una pequeña sonrisa se deslizó por sus labios. Por alguna extraña razón, se sentía bien tener a ese chico hiperactivo a su alrededor.
— ...Gray. Gray Fullbuster. —
Natsu Dragneel se despertó extrañamente de buen humor. Aún no sabía por qué, cada vez que soñaba con aquel recuerdo, se levantaba de buen humor. Ocho años habían pasado de aquel día y Natsu ya contaba con sus dieciocho años.
Habían pasado realmente muchas cosas en ocho años. Y la última importante era que acababa de llevar a una nueva chica al gremio y que por alguna razón algo le decía que gracias a ella iba a tener muchas aventuras.
Luigi o algo así era su nombre.
Habían decidido dormir en un hostal y luego por la mañana llegar al gremio, ya que aún quedaban dos horas de viaje. Cuando llegaron, la chica, Lucy Heartfilia, se quedó impresionada. Y no para bien.
Vasos, sillas y mesas comenzaron a volar mientras ella intentaba esquivar todo. ¡Ni siquiera Mirajane que era del gremio había podido evitar que una botella le golpeara! Estaba pensando en huir y volver cuando la cosa se calmara cuando de pronto lo vio...
Un chico de pelo negro desordenado leyendo tranquilamente en una de las mesas. Ella se extrañó, pensando que en un gremio de locos, aún quedaba gente normal. Se acercó animadamente a saludarle y resultó que el chico era más joven que ella, tan sólo tenía 15 años. Pero extrañamente, era muy cálmado e inteligente, a parte de compartir su hobby por la lectura.
Luego, Lucy se presentó al maestro del gremio, quien estuvo reprochando a todos - sobre todo a Natsu - lo mal que lo habían hecho. Y luego, ocurrió algo curioso. Ella estaba animadamente hablando con Gray, cuando de pronto se acercó el maestro.
— Gray, tienes un nuevo encargo. De los reyes de Fiore...— Informó Makarov, con una pequeña sonrisa. El menor lo cogió y se dispuso a salir del gremio.
— Lo siento, Lucy-san, seguiremos hablando después. Ha sido un placer conocerte. — Comentó con una sonrisa, antes de salir. Ella estaba demasiado impresionada como para decir algo. ¿¡Un encargo de los reyes de Fiore para alguien tan joven y calmado!?
— ¿Estás sorprendida? — Le preguntó de pronto Natsu, quien se había sentado en el asiento que Gray había dejado libre. Ella asintió y luego Natsu sonrió con orgullo.— Él es Gray Fullbuster, uno de los magos más poderosos del gremio. —
— ¿Eh? Pero si parece muy tranquilo...— Comentó Lucy, sorprendida.
— Eso es por que no le gusta pelear. ¡Pero él es realmente impresionante! — Dijo aún sonriendo. — ¡Me gustaría tanto tener una pelea contra él y medir mi fuerza! —
Y Lucy Heartfilia se dio cuenta en ese momento que Natsu Dragneel hablaba de ese chico con mucho cariño, como si tuvieran un vínculo muy especial. Luego se encogió de hombros, olvidando sus pensamientos sobre ellos dos.
¡Tenía que buscar una casa para poder vivir ahora que era una miembro oficial de Fairy Tail!