Melifluo
Jongin menea alegremente la cabeza al son del acorde del instrumento. Un fino piano era tocado mientras tarareos eran escuchados en la solitaria aula. Hace un tiempo atrás Jongin descubrió esta habitación con el enorme piano en una esquina mientras quedaba un gran espacio para hacer lo que uno quisiese. En el caso del apiñonado encontró el lugar para poder bailar tanto como lo deseara puesto que el baile era su pasión.
El día que encontró el lugar donde podía bailar todo el tiempo que quisiera fue un momento alucinante y magnifico para el chico, pero a pesar de haber visto el piano en la habitación no imaginó que alguien más a parte de él ya había encontrado el lugar. No le cruzó ese pensamiento mientras ponía todo de sí mientras bailaba al ritmo de la canción.
No sabe realmente cuanto tiempo estuvo bailando, ni siquiera le importa, pero estaba por irse por una de las dos puertas de la habitación cuando la otra se abría y daba paso a una delgada y pequeña figura. Un chico de ojos castaños, piel nívea y porte elegante. Jongin pensó que el recién llegado era demasiado bonito para ser un hombre.
Encogiéndose de hombros giró, una vez más, para irse, pero entonces un sonido melifluo invadió completamente la solitaria aula. Jongin quedó estancado en el mismo lugar sin moverse ni un ápice, dejando que la bella voz que se escuchaba atrapara sus sentidos.
Como si hubiese renacido en un niño que no sabe nada, pensé que estaba soñando así que cerré mis ojos y los abrí de nuevo.
Y estaba parado enfrente de ti rezando con desesperación.
Quiero caminar a tu lado, igualando nuestros pasos, aunque sea sólo una vez.
Sólo una vez, sólo una vez.
Hacia tu mundo viajo en el suave viento.
Voy a tu lado y me preguntas de dónde vengo.
Lo preguntas con tanta inocencia, y yo respondo ‘es un secreto’.
Porque con solo caminar juntos, de esta manera, cualquier lugar será el cielo.
La canción era derramada como dulce miel para los oídos de Jongin que meneaba su cabeza por tan bella voz. Había sido atrapado por una voz de un ángel sin alas; bello y tan irreal. El sonido de aquella meliflua voz se detuvo como también los delicados acordes para dejar un silencioso funesto. Unos ojos encontrando los suyos y el comienzo de todo.
Jongin sonríe por el recuerdo de la primera vez que conoció a Kyungsoo mientras la voz de este último continuaba siendo tan melifluo como la primera vez que Jongin lo había escuchado, robando desde ese momento su corazón y una sonrisa expandiéndose por el rostro de Kyungsoo mientras cantaba la canción.
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