Algunas veces ellos juegan a un juego.
La primera vez, Jimin despertó con el corazón acelerado, las manos de alguien sosteniendo sus brazos y cubriendo sus ojos. Sin embargo, su temor rápidamente cambió a anticipación cuando otro par de manos comenzaron a deslizarse por sus piernas y alguien susurró contra su oído- ¿Adivina quién es?-
Él se equivocó las primera veces, y Jimin quedó adolorido y frustrado, juguetonas risas de decepción y burlas que llegaban sus oídos mientras era dejado solo para que se encargara de él mismo.
Aprendió, sin embargo, y ahora ganaba el juego con más frecuencia de lo que perdía. Porque Jimin ahora los conocía muy bien, sabe cómo juegan. Todos ellos tienen su manera, todo le favorecía sin importar que otras cosas pudieran hacerle.
Como Seokjin. A él le gusta terminar primero, esparciendo caliente líquido sobre el pecho y el estómago de Jimin antes de que Jimin se venga. Jimin pensaba que era un poco cruel, pero Seokjin era el mayor así que tenía ese derecho. Jimin no se quejaba porque él si llegaba a venirse, conseguía tener los labios de Seokjin contra los suyos, y eso era realmente agradable. Yoongi era ambos, mejor y peor. Dejaba que Jimin se viniera primero, pero era el más cruel provocándolo. Se tomaba su tiempo estimulando los pezones de Jimin, jugando con su miembro, llevándolo hasta el límite para después detenerse y hacerlo todo de nuevo. En esos momentos Jimin podría terminar el juego rápidamente diciendo el nombre de Yoongi. Sin embargo, nunca lo hacía.
Hoseok era un poco más rudo que los otros, sus manos se movían sobre el cuerpo de Jimin como si le perteneciera. Y después le gustaba frotar sus miembros juntos, friccionando contra Jimin hasta que ambos se vinieran…juntos, muy seguido. Hoseok era uno de sus favoritos, pero nunca se lo decía. ¿Dónde estaría la diversión en eso?
Namjoon era uno de sus favoritos también, pero Jimin no tenía que decírselo. Él no tenía que decir nada. Porque a Namjoon le gustaba usar sus dedos. Sus largos y hábiles dedos trabajaban dentro de Jimin, encontrando lugares que lo dejaban temblando y jadeando. Alguien siempre tenía que cubrir la boca de Jimin para mantenerlo callado cuando se trataba de Namjoon. Jimin era más tranquilo cuando se trataba de Taehyung, pero todavía susurraba en respiraciones agudas y se ahogaba en jadeos. Porque a Taehyung le gustaba morder. Por todas partes. Generalmente tenía cuidado de no dejar marcas, pero había días en los que Jimin despertaba con sus muslos marcados con manchas rojas y moradas. Se veían algo lindas esas marcas, pero esos días no podía concentrarse.
Jungkook, por lo contrario, era el infierno del autocontrol de Jimin. Él es el único que toma a Jimin en su boca, succionando descuidadamente, húmedamente, haciendo pequeños ruidos con su garganta como si no pudiera obtener lo suficiente. Jimin se vino en menos de un minuto la primera vez que Jungkook hizo eso. Ha sido una lucha no tener que pasar por esa vergüenza desde entonces.
Si, Jimin los había descubierto a todos. Él sabe exactamente quien lo está tocando con solo unos instantes. Podría ganar el juego todas las veces si quisiera, pero no lo hace. Él tiene demasiada diversión jugando.