-Chennie!-
Ahí estaba él, llamándolo con alegría, como lo estuvo haciendo durante las últimas semanas.
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Zhang Yixing, un alumno chino transferido a una escuela en Corea. Desde el primer día llamó mucho la atención, tanto de manera atractiva para las mujeres, como de manera celosa y competitiva por parte de sus compañeros hombres. Pero dentro de poco tiempo, fue integrado y aceptado. Yixing decía que su grupo era muy simpático, ya que las mujeres le dejaban cartas y dulces, en su escritorio o en forma personal. Él las leía con mucho gusto, y al otro día les regresaba el favor repartiendo golosinas con muchos “Gracias”. Por otro lado, sus compañeros hombres lo integraban en todas las actividades deportivas, halagando lo bueno que era en ello, y al mismo tiempo, deseaban superarlo para también conseguir algo de reputación con las chicas. Consiguió amistades aún más cercanas, como un compañero que era un año menor llamado Oh Sehun y su compañero de banco, Kim Jongdae. Este último era especialmente querido por Yixing.
En su primer día le intrigó mucho su persona y tenía muchas ganas de conocerlo. Pero se decepcionaba porque Jongdae no se le acercaba como las demás personas, él mantenía la distancia y de vez en cuando hacían contacto visual que ni siquiera duraba una milésima de segundo. Al finalizar el primer mes escolar, se anunciaron los nuevos cambios de lugar en el aula, cuando una planilla fue pegada al fondo de la habitación, los ojos de Yixing se iluminaron al ver el nombre a su lado en la lista, “Kim Jongdae”. Al fin, había conseguido la oportunidad que tanto esperaba. Al otro día, Yixing lo había estado esperando sentado, moviendo sus piernas nervioso bajo el pupitre. Hasta que lo vio llegar, simplemente hermoso, pensó nervioso esperando que nadie pudiera leer sus pensamientos. Entró con su uniforme bien abrochado, su pelo castaño con leves ondas y unas gafas que se notaban que solo estaban para adornar. Contempló el aula para encontrar su nuevo lugar, topándose con la mirada de Yixing, el cual con nerviosismo corrió su mirada. Se sentó acomodando su mochila a un lado, y sonrió a su nuevo compañero, al cual conocía muy bien por como hablaba su amigo Xiumin de él. Jongdae solo quería permanecer al margen, siempre tuvo su “estilo” y no se dejaría llevar por las masas alabando al nuevo estudiante. Aunque pareciera muy cínico, Jongdae era muy alegre y le gustaba jugar bromas, o eso era lo que había escuchado Yixing de su amigo Sehun.
-Zhang Yixing, un gusto- dijo el morocho extendiendo su mano.
-Kim Jongdae-sonrió el otro correspondiendo al saludo.
Yixing no sabía describir sus sentimientos hacia él, lo quería? Lo idolatraba? Le gustaba? Un misterio que pronto sería resuelto. Quizás tenía un poco de miedo por este último. Y si no era correspondido? Eso le dolería, por eso por ahora prefería quedarse en la posición de “admirador”, ya que no estaba totalmente claro lo que sentía por el castaño. Luego cuando de verdad supiera que le gustaba y que de verdad quisiera estar con él, si era rechazado por Jongdae, Yixing seguiría luchando por lo que quería.
Enseguida entró el profesor, haciendo que el sonido del aula cesara.
-Bien alumnos, hoy retomaremos el tema que nos quedó pendiente la clase anterior…-
“-Mucho blah blah. Cuando llegue a casa tengo que terminar los trabajos de…”-Pensaba Jongdae, con su cabeza apoyada en su mano.
-Bueno alumnos, más les vale que tomen nota, es un tema largo y que no es sencillo retomar, así que presten atención-Exclamó el profesor, sentándose en su mesa, como dispuesto a relatar una historia, o así lo veía el castaño. Las clases de historia eran sus favoritas, solo tenías que sentarte y escuchar como un niño a su abuelo contando distintos tipos de relatos.
Jongdae sintió un toquecito en su brazo con el cual sostenía su cabeza. Se dio vuelta para ver que era Yixing quien lo llamaba.
-Jongdae-ha, me prestarías un lápiz?¨-Preguntó el morocho.
Sin dudar, el castaño sacó un lápiz de su cartuchera y se lo entregó al morocho. Este lápiz tenía un nombre escrito en uno de sus dorsos.
-“Chen”…-Leyó Yixing.-Así te llaman?-
-Si, unos amigos me lo regalaron-Respondió rápidamente para prestar atención a la clase.
-Puedo llamarte así?-Preguntó el morocho con ilusión en sus ojos.
-Sí, si puedes-Habló el castaño. Aunque en realidad solo las personas cercanas a él le decían así, no creía que fuera un gran problema que su compañero de banco le dijera así, además, la clase estaba avanzando.
Aquello, Yixing lo creyó un poco atrevido, pero quería poder ponerle apodos a su nuevo “amigo” o así quería poder llamarlo pronto.
Terminada la clase, Jongdae aprovechó para salir y comer algo. Yixing se quedó en su escritorio, junto al del castaño, anonadado por la situación. Mientras este estaba en su mundo, moviendo el lápiz con sus dedos, llegó Sehun a su aula para sentarse a su lado, en la silla de Jongdae.
-Estoy muy cansado-Se quejó el menor-Quiero dormir-Se acostó en el pupitre del anterior nombrado.
Oh Sehun… Siempre tan… Activo? Refiriéndose a asuntos escolares, era muy flojo… Demasiado, quizás…
Yixing le acarició la espalda mientras este estaba en esa posición para mimarlo un poco. En eso entró “Chen”, acompañado por Xiumin. El castaño se dirigía a su pupitre, y al verlo, Sehun saltó, sentándose en las piernas de su amigo por miedo a una reprendida por ser “ocupa” de un banco ajeno.
-No te preocupes…-comenzó a hablar Jongdae, buscando una palabra.
-Hunnie-Ayudó Yixing.
-Sehun-Habló Xiumin.
-No te preocupes Sehun… No molesta que uses mi banco-Sonrió el castaño- Solo no babees mis libros-Rió, sacando más dinero de su mochila, entregándoselo a Xiumin.
Sehun solo asintió, volviendo a “su” lugar.
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-Espero que con esto puedas comprarle algo-Habló Jongdae a su amigo, mientras lo acompañaba hasta la puerta del aula, ya que el timbre de finalización del recreo había sonado.
Xiumin tenía su misma edad, o sea que iban al mismo año, pero distinto curso.
-Si si, es más que suficiente, muchas gracias Chen. Te lo devolveré apenas pueda- Sonrió su amigo dando saltitos.
Al fin podría comprar la bolsa de galletas que había en la cafetería de la escuela, y compartirla con su amor platónico, Luhan. Aunque Xiumin no lo definía de esa manera, porque tampoco era un hombre inalcanzable, solo le decía así para darle dramatismo al asunto. Siempre que lo veía se quedaba paralizado de lo bonito que se veía y no podía evitar hacer caras de asombro o hasta de aclamación. Xiumin creía que este acto lo delataba un poco, pero no podía evitarlo. Hasta Jongdae se reía de él cuando este ponía mala cara aquellas veces que Luhan se encontraba acompañado por Sehun, ya que iban a la misma división y a veces salían juntos al recreo. Pero por fin hoy había decidido efectuar su plan que había formulado algunas semanas atrás pero no se atrevía a llevarlo a cabo. Consistía en comprar esa bolsa de galletas e ir a sentarse en el almuerzo donde Luhan y preguntar si quería compartir la bolsa con él. Sonaba arriesgado y desvergonzado, pero si no lo hacía, jamás podría llegar a hablarle como él quería.
Con el plan en su mente, Xiumin salió del aula y tras el iba un apurado Sehun que se había olvidado que la profesora de matemática era muy puntual.
Chen se dirigió a acomodarse en su silla y dio vuelta su rostro para observar como unas chicas se le acercaban a Yixing a darle cartas con una bolsita de dulces.
-Muchas gracias-Sonrió Yixing, agachando un poco la cabeza al recibir los presentes.
-Por favor Zhang Yixing, considera mi propuesta en la carta- Habló una de ellas.
-Lo haré-Contestó sonriendo para luego guardar las cartas en su mochila, mientras las chicas se alejaban.-Otra declaración quizás…- Dijo en tono bajo, para que solo su compañero de banco lo escuchase.
-Tienes mucha suerte, si quieres puedes elegir a la que más te guste y ya-Habló Jongdae.
-No es eso, es que no me gusta decepcionarlas. Pienso en el empeño que ponen al escribir y adornar sus cartas, toda ilusión que luego yo mato al contestar un “Lo lamento, no puedo corresponder a tus sentimientos”-Respondió Yixing con desdén.
“Es muy buen chico, y yo que pensaba que se aprovechaba de su situación” Pensó Jongdae. -Por qué las rechazas? No son malas chicas y algunas son muy bonitas-Preguntó.
-Porque a mi…- Pensó- A mi me gusta otra persona-Dijo mientras abría la bolsita de dulces.
-Enserio? Quién es?-El castaño reaccionó asombrado. De verdad había una afortunada? Afortunada en el sentido de que él la había elegido a ella, sobre todas las demás enamoradas.
-No te diré-Rió el morocho- Quizás más adelante-Dijo Yixing notando la cara de decepción en su compañero. En realidad, no había ninguna chica en la que se interesara, y una mentirita piadosa no hacía mal.
Jongdae decidió no insistir ya que él no era su amigo y no había la suficiente confianza para andar preguntando esas cosas.
-Quieres uno?-Preguntó el morocho, sacando un caramelo amarillo de la bolsa.-Parezco malo al andar dando mis regalos a otro, es solo que no me gustan, y no quiero tirarlos-
-Esta bien…-Dijo el castaño recibiendo el caramelo.-No te gusta el limón?-
-No mucho. Quieres estos de menta también?-Dijo dejando más caramelos en el banco de Jongdae.
-Tampoco la menta eh…- Habló el castaño metiéndose los caramelos en su bolsillo.
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-Sehunnie-Canturreó Luhan, acercándosele cuando el timbre de fin de ahora había sonado.
-Qué pasa?-Preguntó este cerrando sus libros.
-Nada, solo quería estar contigo- Sonrió el castañito.
-Bien entonces, me acompañas a la cafetería?-Preguntó el morocho levantándose de su asiento.
-Sí!-Sonrió Luhan corriendo al lado de Sehun para caminar a su lado.
Llegando a la cafetería, el morocho le indicó a su amigo que se sentara en una mesa y que lo esperara mientras él iba al baño. Así lo hizo Luhan, mientras se distraía con su celular. Al sentir que alguien tomaba el asiento en frente suyo, levantó la vista.
-Hola soy Xiumin de cuarto año, te gustaría compartir esta bolsa de galletas conmigo?-Miedo era lo que sentía el mayor, más los nervios que recorrían todo su estómago. Lo dijo sencillo de entender para no tener que repetirlo, y se quedó expectante a la respuesta del otro.
Luhan quedó anonadado, hasta que sonrió por el acto del otro. Era mayor y aun así podía ser muy adorable. El castañito se había percatado de las miradas que recibía de Xiumin, no le parecía un mal chico y además era muy bonito.
-No tengo problema-Volvió a sonreír tomando la bolsa, poniéndola en el medio.-Y por qué compartirías tus galletas conmigo?-Preguntó. Le daba curiosidad qué era capaz de responder su nuevo compañero de mesa.
Xiumin quedó helado, lo sabía, pero no podía responder “Porque me gustas mucho y me gustaría empezar una relación, o simplemente ser tu amigo, pero tenerte cerca” Así que optó por una opción cercana.-Porque me parecías un buen chico y quería poder hablar contigo-Respondió nervioso.
-Ya veo… Está bien. Tu también me dabas curiosidad-Ambos sonrieron satisfechos y comenzaron a hablar.
La conversación iba muy bien, hasta que Sehun llegó a la mesa, encontrando que su lugar estaba ocupado por alguien más. No le molestaba en absoluto, solo le intrigaba porque Luhan estaba acompañado por el amigo del que antes le había ocupado el banco.
-“Ya tenía que aparecer este”-Pensó Xiumin.
-Sehunnie-Llamó Luhan para que este se le acercara y poder susurrarle algo-Estoy en una misión de alto riesgo, luego te cuento, te molestaría ir con Yixing por este recreo?-
-No hay problema-Miró Sehun con asombro. “Misión de alto riesgo” siempre usaba palabras raras para describir situaciones de la vida diaria. El morocho salió de la cafetería, dejando a Luhan y a un Xiumin contento charlando comiendo galletas.
Sehun se dirigió hacia el aula de Yixing, encontrándolo sosteniendo una entretenida charla con su compañero de banco… Solo eh? Se había quedado solo, así que se dirigió a su aula, para encontrar a alguien a quien hablarle. Divisó a un hombre, recargado en su asiento escuchando música, al cual conocía y con el que había hablado antes pero solo unas pocas palabras.
-Jongin!-Saludó sentándose al lado suyo.
Kim Jongin, el capitán del equipo de rugby, reservado en sus palabras hacia los desconocidos, con un aura “cool” a su alrededor. Querido por la chicas por su sensual cuerpo y su tez tostada. Pero para Sehun era uno más de sus compañeros, y se caían bien mutuamente.
El nombrado se quitó un auricular, mirando re reojo hasta reconocer quien le hablaba, y se quitó ambos.
-Cómo estás?-Preguntó enderezándose en la silla.
-Bien… Sabes, intenté jugar al juego que me recomendaste la otra vez-Comentó Sehun.
-En serio?-Rió- Y cómo te fue?-Preguntó el moreno.
-No tan bien… Así que esperaba que alguna vez hagamos equipo y juguemos juntos-Invitó el morocho.
-Está bien, no veo el problema- A Jongin le había parecido simpática la propuesta.-Debe haber otra razón para que vengas a mi-Habló.
El capitán lo había agarrado, pero bueno, decir la verdad sería lo más justo, pensó Sehun.
-Es que mis amigos me dejaron de lado por hoy, así que pensé en profundizar mis amistades con otros…-Respondió el morocho.
-Pobre Sehun-Dijo el moreno acariciando la cabellera del otro-Y bien, qué es lo que te cuesta del juego?-
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Y así pasaron los días, la amistad entre Yixing y Jongdae se profundizaba un poco más cada día. Luhan y Xiumin tenían almuerzos juntos, y Sehun, bueno… Iba a buscar consuelo con el capitán del equipo de rugby. Claro que luego de la llamada de atención de Sehun que estaba siendo marginado, Yixing y Luhan le dieron su tiempo, haciendo sentir mejor al menor.
A Yixing le parecían muy adorables aquellos momentos de clase, cuando el profesor daba actividades, y Jongdae cantaba en voz baja mientras los resolvía. Cantaba tan bonito, y de vez en cuando le hacía un cumplido por su voz. El cantante solo sonreía, porque sentía algo de vergüenza cuando le halagaban por su voz.
-Tienes más de esos caramelos?-Preguntó Jongdae, mientras veía como el morocho a su lado revisaba la bolsa.
-Hoy no me dieron de esos, pero hay unos de chocolate-Sonrió.
-Ah no no, esos son tuyos-Exclamó el castaño mientras abría su cuaderno de biología.
-Dar uno solo no me hará daño-Dijo Yixing haciendo cara de pobrecito para que su compañero aceptara la golosina.
-Dijiste que no te gustaba dar tus caramelos porque era insultar el trabajo que las chicas hacen por ti-Negó nuevamente Jongdae.
-Pero tu eres una excepción Chennie, vamos-Hizo un pucherito con sus labios- Acéptalo-
El castaño suspiró-Está bien, está bien- Se rindió tomando el caramelo.
Desde cuándo Yixing le había comenzado a decir “Chennie”, no lo recordaba, pero no le desagradaba, al contrario, le parecía adorable.
-Quieres venir a mi casa hoy?-Preguntó el morocho.-Compré un nuevo juego para la Play 3 y pensé en probarlo contigo-
Jongdae se quedó pensando. Nunca había ido a la casa de su amigo, y le parecía interesante conocer sus habilidades de juego en aquel artefacto que el castaño tanto anhelaba. Además era viernes, y si se quedaba hasta tarde jugando, no pasaría nada.
-Está bien-Sonrió dando su respuesta-Dónde vives?-
Yixing le pasó todos los datos que necesitaba para ubicar su vivienda.
-Te espero a las 4- Espetó el morocho un horario.
Ese día salían a las 2, pero el dueño de la casa quería poner todo en orden, bañarse y ponerse presentable para su amigo.
Lo que ambos no sabían era que ese iba a ser un día clave en su relación.