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Este es mi cielo y se llama tú por RandomRainbow2

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Notas del capitulo:

Pues con sinceridad, PERDON POR NO SUBIR pero esta semana he estado que me muero, maldita enfermedad, casi me mata una gripa XDDD (Encerio estaba en cama con fiebre y vomitos :s)

Pero aun asi disfruten la lectura.

Wirt solo salir del hospital, supero sus miedos y tuvo una cita con Sara, aunque al final no resulto como lo esperaba, pues ella simplemente le dijo que prefería tenerlo como amigo y aunque todas sus ilusiones se rompieron junto con su corazón, por lo menos dio un gran paso en su vida y aunque no gano a pesar de todo aprendió algo que para la próxima vez lo haría más fuerte.

Un día al salir de casa con Greg a buscar ranas como le había prometido y aunque las ranas estaban escasas en el momento prefirió hacerlo, para cumplir la promesa que alguna vez le había hecho antes de que todo ocurriera y aunque fue hace mucho, tenía ganas de cumplirlo. Al volver a casa, mientras escuchaba al pequeño hablar incoherencias sosteniendo una rana que encontraron por puro milagro en el lago, cuando se acercaba a la puerta fue detenido por el menor para darse cuenta al bajar la mirada, de que había una pequeña corona de flores en la puerta y tomándola entre sus manos se dio cuenta de que traía una nota pegada.

Quedo con un enorme sonrojo al terminar de leer la nota y entro a la casa sin palabras, confundiendo al pequeño que intentaba quitarle la nota de las manos, pero este la puso tan alta que no podía alcanzarla, hasta que a su lado paso su madre y se la quito juguetonamente de las manos junto a la corona.

¿Esto es para alguna chica, Wirt? – Le preguntó la mujer risueña mientras se reía entre dientes – Es muy bonita ¿Tu la hiciste?

Leyendo la nota, la mujer tan solo rio con un leve rubor en las mejillas y acaricio la cabeza del chico antes de colocarle la corona.

¡Mamá! Por favor…  – Dijo avergonzado con las mejillas sonrosadas tomando la nota y mirando al suelo – Es vergonzoso…

Que no te de vergüenza cariño, todos tenemos admiradores secretos – Musitó la madre riéndose en voz alta al ver tan sonrojado a su hijo – Vayan a lavarse las manos, la cena ya esta lista.

-.-.-.-.-.-.-.-

Tan solo habían pasado algunas semanas y cada día durante ese tiempo, una corona de flores era dejada en su puerta con una nota, algunas veces solo era una nota en blanco con su nombre y otras eran retazos de operas o poesías que alguna vez había escuchado. Era martes por la noche cuando escucho un ruido extraño en la entrada por lo que echo un vistazo y al abrir la puerta se encontró con un chico de espaldas, estaba vestido totalmente de negro y su cabello era también bastante oscuro, al mirar hacia abajo vio la pequeña corona de flores entendió que estaba ante su “Admirador secreto” y un gran sonrojo se formo en su rostro al pensar en la idea.

¡Oye! – Gritó con el todo el aliento que le quedaba, aunque su voz de todas formas se escuchara algo baja – ¡Tu, el chico de negro!

Al otro chico se le erizo la piel al escucharlo y tan solo salió corrió sin darse la vuelta, desapareciendo entre las calles y dejando a Wirt confundido.

Después de eso, durante dos días no hubo más regalos por lo que creyó que lo había asustado o se había cansado de estar haciendo aquello. El chico suspiraba esperando señales de vida, se pasaba las horas esperando que algo sucediera y revisaba mucho la entrada sin encontrar nada.

Los días seguían pasando y nada sucedía, en el fondo sabía que nada volvería a pasar aunque confiar no costaba nada, los regalos se los dejaba un chico y aunque le gustaban las chicas era un lindo gesto, pues nunca había tenido a alguien que lo amara en secreto, le parecía extraño pero lindo a su manera, algo confundido si podía decir que estaba, pero luego de que su madre le explicara que no tenía nada de malo y que era natural en algunas personas.

-.-.-.-.-.-.-.-

Toda iba con calma en el día, los arboles se balanceaban con parsimonia mientras los rayos solares se habían ocultado del viento frio que soplaba con firmeza y la nieve continuaba cayendo lentamente siendo la primea nevada del año. Mientras se preparaba rápidamente para salir a jugar con los primeros copos de nieve que estaban cayendo, apresuraba a su hermanito para que se diera prisa y estando listos, ambos chicos salieron corriendo haciendo una pequeña carrera hasta la puerta, ganando obviamente el mayor, quien victorioso abría la puerta para chocar contra alguien.

En el suelo, las dos personas adoloridas abrieron los ojos para verse y sonrojarse, el castaño tan solo se dispuso a ayudar al chico que había hecho caer, recogiendo un gran ramo de flores de múltiples colores para entregársela al otro avergonzado.

¡En verdad que lo siento! ¡Corría sin mirar adelante! – Se disculpaba el hermano mayor intentando recoger las cosas que con anterioridad llevaba el otro, hasta que tomo entre sus manos una pequeña corona de flores bastante bonita y unas notas de un azul pálido que parecían anotaciones  que decían “para Wirt” en la mayoría de ellas – Tu eres el admirador secreto…

Uhhm… Hola – Con timidez saludaba el desconocido extendiéndole las flores – Espero que te gusten son de mi jardín…

El castaño las tomaba bastante avergonzado, soñaba que el día en que se encontraran fuera  de diferente manera, algo menos incomodo, solo vio que el muchacho le extendía también una caja de bombones y no iba a negarlo se sentía bien que hubiera alguien que se esforzara en darte un regalo sincero o simplemente porque le gustara, nunca había experimentado esa sensación pero se sentía de maravilla, estuvo divagando por unos momentos antes de sentir como colocaban la corona en su cabello y el sonrojo en el rostro del contrario parecía aumentar.

Tan bonito como el primer día que te vi en el bosque… – Susurraba bastante bajo el extraño mirando hacia el suelo aunque Wirt pudo escucharlo perfectamente y al ver al pequeño tan solo le sonrió – Hola, chico listo.

¡Hola! – Le devolvió el saludo con entusiasmo saliendo de detrás de su hermano mayor – ¿Tu eres el que estaba enamorado de Wirt?

De repente un viento frio soplo haciendo que las notas salieran volando preocupando al dueño pues decían cosas que prefería quedarse para sí mismo que compartirlas al mundo, por lo que se agacho para tomar las que estaban en el suelo tocando las manos del otro que también hizo lo mismo, por lo que aprovechó para unir sus bocas en un casto beso provocando un gran sonrojo y una mirada confusa en el chico.

Y entonces el chico mayor se dio la vuelta y simplemente se fue caminando mientras aceleraba el paso hasta llegar a hacerlo una carrera y preguntando a sí mismo si pasaría la vida corriendo, aunque se lo pregunto al detenerse en la puerta de su jardín, donde algunos árboles cubiertos por la nieve sobresalían y resignado, entró pensando que quizás mañana no debería correr después de intentar hablar con el chico que le gustaba, pero sin darse cuenta de que alguien le seguía de cerca.

Continuará…

Notas finales:

Pues espero no me maten y que les guste, lo hice algo muerta de enfermedad asi que entiendan coño :v

Les quiero, y hasta la proxima ¡Chao!

 


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