Sentia su cuerpo adolorido, como si hubiese soportado el entrenamiento de Kasamatsu por toda una semana consecutiva, cada extremidad dolía y estaba seguro de que podía incluso sentir sus musculos contraerse al girar su cuerpo. Su cabeza deba vueltas sin paras mientras sentía como la comida que se encontraba en su estomago subia hasta su garganta amenazando con salir ¡Demonios! Pensó con fuerza llevando una mano hasta su boca intentando calmar aquel revoltijo de sensaciones.
Abrio los ojos con lentitud acostumbrándose a la iluminación de la habitación ¿Qué era aquel lugar? Su mirada detallo el amplio lugar en donde se encontraba; Paredes pintadas de un celeste claro con una franja horizontal blanca, había un pequeño escritorio, estantes con libros, un pequeño pero elegante mueble sobre el cual reposaba un gran helecho, cuadros de diversas ciudades del mundo y finalmente una gran ventana que daba luz a toda la habitación. Sakurai arrogo su nariz al percibir el aroma familiar de desinfectantes en el aire, entonces supo donde se encontraba, la enfermería.
Se sento con dificultad sintiendo una punzada de dolor atravesar su cuerpo centrándose principalmente en su zona baja, apretó con fuerza las sabanas que le cubrían, sintiendo los deseos de vomitar aun mas fuertes que antes. Lagrimas comenzaron a bajar por sus mejillas con sus labios temblando ante los sollozos que intentaba vanamente contener.
- Ryocchi –
Su cuello se giro con tal rapidez que pudo sentir perfectamente algunos musculos contraerse de manera dolorosa por aquella acción tan precipitada. Su mirada se dirigio al origen de aquel llamado, observando la figura de Kise en la puerta de la habitación ¿En que momento había entrado? Limpio con rapidez sus lagrimas, intentando inútilmente ocultar la evidencia de su llanto
– No lo hagas – freno el rubio acercándose a la cama en la que permanecía el castaño, tomando con suavidad las manos de este- Dejalo salir, llora, grita, patalea…-La voz de Kise era suave, tranquila, un tono comprensivo y maduro que nunca imagino escuchar del otro-…Desahogarte Ryocchi, ya todo termino –
Aquellas palabras causaron una mezcla de sentimientos opuestos en el pecho del castaño; Dolor y Alegria.
Dejo que sus lagrimas bajaran sin contenerse esta vez, permitiendo el paso libre a los sollozos y gimoteos que se acumulaban en su garganta. Kise se acerco a el, abrazándole con fuerza, ofreciéndose voluntariamente a ser su “cable a tierra” en medio de todo aquel mar de emociones que se liberaban sin freno.
Se abrazo al cuerpo del rubio con necesidad, sintiendo como el otro le daba suaves palmaditas en su espalda mientras su otra mano acariciaba su cabeza en un gesto de consolación que no hizo mas que aumentar su llanto pero, Kise tenia razón, debía dejar salir todo aquellos sentimientos allí porque no deseaba guardarse nada, no quería en el futuro recordar aquel suceso porque cuando su ultima lagrima haya caído se encargaría de borrar aquel recuerdo, daría lo mejor de si para enterrarlo en lo mas profundo de su memoria porque entre todo aquellos sentimientos de dolor, vergüenza y miedo estaba también acunada la alegría de saber que todo había terminado, que desde ese dia su vida volveria a ser la misma de antes.
- Los demás quieren verte – Hablo el rubio prodigio luego de unos minutos en los que su llanto había disminuido gradualmente – Wakamatsu e Imayoshi tuvieron que detener a Momoicchi para que no matara a Hiroki cuando llegamos –Rio Kise, llamando con sus palabras la atención del castaño- ¿Quieres saber que a ocurrido mientras duermes?
- S-si –Contesto apenas Sakurai alejándose del rubio para sentarse nuevamente en su cama
Kise mostro una sonrisa amplia, mientras limpiaba con su mano el rastro de la ultima lagrima que los ojos chocolate habían dejado libre. Las ordes ambarinos detallaron en ese momento las leves marcas rojizas que decolaban parte del pecho del castaño, afortunadamente no eran marcas demasiado notorias por lo que en uno o dos días no quedaría rastro de ellas.
- Bueno…realmente fue una situación un tanto graciosa cuando llegamos al campamento con Momoi – Declaro Kise mientras se sentaba mas cómodamente aun costado de la cama junto al castaño quedando frente a frente- Cuando logramos encontrarlos Aominecchi ya te había traido a la enfermería… Ya sabes, como todo buen “Príncipe” se aseguro de que su “Princesa” estuviera a salvo para luego ir a romperle nuevamente la cara al “villano”- Un fuerte sonrojo adorno las mejillas de Sakurai ante los términos usados por el rubio prodigio- El punto…-Aclaro volviendo su atención al tema principal-…Nos encontramos con el pobre de Aominecchi atado a una silla cortesía de Kasamatsu-sempai- La carcajada de Kise se dejo escuchar por toda la habitación
- ¿Atado? –Cuestiono Sakurai sin entender bien aquello
- Al parecer Aominecchi habría intentado volver con Hiroki para “Terminar el trabajo”….-Explico el rubio haciendo comillas con sus dedos en las ultimas palabras-…Imayoshi intento persuadirlo pero nada funciono ¿Ya sabes como es de testarudo Aominecchi, no? –Sakurai asintió ante aquella pregunta- Como querían evitar un posible homicidio kasamatsu-sempai intervino y, bueno…inmovilizo temporalmente a Aominecchi- Termino de explicar Kise con una sonrisa orgullosa, Sakurai sonrio también contagiado del aura alegre que parecía desprender siempre el rubio
Se quedaron allí, hablando por largo tiempo ¿Cuánto? Sakurai no estaba seguro si habían sido solo un par de minutos o horas y es que la compañía de Kise le resultaba agradable, le hacia olvidar completamente lo acontecido, arrancándole sonrisas con malos chistes o comentándole de sus vivencias junto a Aomine cuando estaban en Teiko. Pero había una duda que permanecia fija en la mente de Sakurai, una incógnita que no parecía querer desaparecer con nada y es que, inconscientemente anhelaba una respuesta claro ¿Podria ser Kise quien le ayudara a encontrar una respuesta?
Los ojos ambarinos miraron confundido el mutismo que invadio de un momento a otro la habitación, las facciones del chico frente a el estaban ligeramente contraídas, como si estuviese batallando consigo mismo. Levanto su mano, dando un pequeño golpe en la frente del castaño con su dedo índice para traerle de regreso a la realidad
- ¿Pasa algo? –Cuestiono de manera relajada.
Aquella actitud serena, centrada, mas madura era algo que no muchas personas conocían del rubio prodigio. Una faceta que solo revelaba a sus mas cercanos , una que mostraba ahora ante Sakurai para animarle en esa situación tan difícil y es que, sabia que algo tenia intranquilo al castaño.
- Yo…-Bajo la mirada sintiendo como su rostro comenzaba calentarse con rapidez, apretó los puños alentándose a si mismo-…¿Cómo supiste que estabas enamorado, kise-san?
- ¿Eh?
- Bueno…yo, a mi….bueno….-
El silencio reino en la habitación.
Un sonrojo se marco en las mejillas de Kise contagiado de la timidez que asaltaba en ese momento al castaño, pero en la mente del rubio prodigio seguía repitiéndose la misma palabra “Enamorado” ¿Podria ser posible que Sakurai sufriera el síndrome “Estocolmo”? La garganta de Kise se sintió seca de solo pensar en aquello, era imposible ¿Verdad?
- Ryocchi ¿Sabes lo que es el síndrome Estocolmo? –Cuestiono Kise nervioso, sintiendo la necesidad de aclarar lo antes posible aquella loca teoría que había maquinado su mente - ¿Tu…?
- ¡No! – Nego el castaño automáticamente, mirando al rubio casi ofendido con esa pregunta. Kise suspiro aliviado, ignorando completamente el puchero en los labios ajenos – Yo…hay algo que me tiene un tanto ancioso –Confeso mirando directamente a los ojos ambarinos – Cuando Hiroki estaba tocándome, yo realmente solo pensaba en pedir ayuda pero, entre aquellos pensamientos solo una persona estuvo siempre en mi cabeza….incluso llegue a llamarlo en voz alta- Kise escuchaba atento, prestando su total atención a cada palabra dicha- Yo siempre he tenido sentimientos por esa persona ¡No románticos! –Aclaro de inmediato sonrojándose un poco mas- Pero, siempre le he admirado mucho, y ahora….yo…-
Kise sonrio con nostalgia ¿Aquello no era un tanto familiar?
- Lo admiras mucho ¿Verdad? –Hablo en rubio interrumpiendo los tartamudeos del otro – Yo tuve ese tipo de sentimientos hace algunos meses –Confeso con una sonrisa amplia – En temas relacionados al Basquetball soy mejor que Kasamatsu-sempai pero, en todo lo demás el es superior a mi –Un suspiro abandono los labios del rubio, cargado de nostalgia – A pesar de ser el AS de Kaijou no tenia amigos en el club, las personas que me rodeaban siempre tenían una mascara hipócrita conmigo pero alguien llamo mi atención por su esfuerzo, por la forma en la que me trataba…como si fuese un simple novato –Una risilla escapo de los labios de Kise, levantando su mirada hacia Sakurai – Kasamatsu-sempai es la persona a la que mas admiro, de la que me enamore irremediablemente –Aquellas palabras sonrojaron a Sakurai; Tan sincero –
- P-pero…mi relación con esa persona no es muy buena –Murmurro el castaño bajo, siendo igualmente escuchado por Kise
- ¿Eh? Pero de que hablas Ryocchi…-Exclamo Kise en un puchero sobresaltando al aludido al saberse escuchado-....Ustedes dos, se ve que tienen bastante cercanía.
- ¿Que? –Cuestiono Sakurai sobresaltándose.
Kise sonrio triunfante al ver que sus deducciones no habían estado equivocadas. Porque en la cabeza del rubio prodigio había recolectado todo los momentos interactuados con el castaño notando en todos aquellos recuerdos un solo factor en común. A Sakurai le gustaba alguien, y solo había una persona que podía encajar en toda las piezas de su rompecabezas imaginario.
- Te gusta Aominecchi –
No había sido una pregunta, sino una innegable declaración de hechos.
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Masajeo con suavisas las marcas rojizas de sus muñecas mientras su mirada reflejaba clara molestia por el trato que había sufrido a manos del capitan de Kaijou, pero no diría nada realmente, de cierta manera estaba agradecido con aquel pelinegro por haberlo detenido antes de que la ira hubiera tomado control de su cuerpo nuevamente y lo llevara a cometer alguna locura, pero ¿Cómo podía controlarse a si mismo luego de ver las marcas en todo el pecho de Sakurai?
Chasqueo la lengua, llamando la atención de la pelirosa que se encontraba caminando junto a el.
Habia llevado a Sakurai a la enfermería mientras Imayoshi junto a Kasamatsu se encargaban de Hiroki, y Wakamatsu iba a dar aviso de lo sucedido a la oficina de seguridad del campamento. Agradecia que Sakurai se hubiera quedado dormido en el trayecto hacia la enfermería, su mente aun tenia grabada la imagen de Hiroki sobre el cuerpo desnudo del castaño, una escena que hacia que su sangre hirviera, al llegar a la enfermería recostó con cuidado el cuerpo de Sakurai en una de las camas fue al acomodarlo correctamente que la sabana que cubria su cuerpo se deslizo un poco dejando ver su torso desnudo una imagen que sin duda Aomine hubiese agradecido a los dioses de no ser por las marcas rojisas que decoraban gran parte del pecho contrario. Habia gruñido, literalmente como una bestia salvaje cuando su mente le jugo una mala pasada mostrándole la imagen de Hiroki besando aquella piel, marcándola como suya, aquella había sido la gota que rebalsó el vaso.
Imayoshi había intentado detenerle en vano, no importaba realmente si el chico era su capitan o su superior en ese momento solo quería poner sus manos en el cuello de Hiroki, pero sus pensamientos homicidas se vieron abruptamente interrumpidos cuando sintió una fuerte patada justo en el centro de su estomago y luego un segundo golpe en la espalda, su mirada se nublo perdiendo por segundos la noción del tiempo, cuando había recobrado sus fuerzas se encontraba atado a una silla con la sonrisa satisfecha de Kasamatsu frente a el; Aquel chico era realmente alguien de cuidado.
- ¿Aun estas molesto, Dai-chan? –Cuestiono Momoi con una sonrisa grabada en su rostro, el aludido alzo una ceja
- Podrias haberme ayudado ¿no? –Respondio mirando a su amiga con recelo- ¡Tu y ese idiota de Wakamatsu se la pasaron riéndose de mi! ¡Se supone eres mi mejor amiga! –Reclamo, aun recordando las burlas que debio aguantar por parte de su rubio compañero
- Moo~ Dai-chan no seas malo –Respondio la chica sin una pisca de arrepentimiento- Ademas, nada de lo que digas puede molestarme –
- ¿Se puede saber que te tiene tan emocionada? –La pregunta salio de sus labios sin su permiso, ganándole la curiosidad de saber el porque del tan buen humor de su amiga, aunque ya se daba una idea de cual era el motivo.
- Sakurai ahora es libre de ese malnacido hijo de perr…-
- ¡Satsuki! –Regaño Aomine un tanto sorprendido por el vocabulario empleado por su amiga
- ¡Oh vamos! ¿No me diras que tampoco estas feliz? –Rebatio Momoi mirando de reojo al otro, con una sonrisa que se hacia a cada momento mas grande – Aunque extrañare ver aquellos momentos AoSaku, realmente me había emocionado con ustedes – Suspiro la chica llamando la atención completa del moreno
- ¿AoSaku? – Repitio intrigado, pero la expresión en el rostro de Momoi al mencionar aquella palabra no le advertía nada bueno
- Si, ya sabes…- Comento logrando que Aomine frunciera el ceño sin entender realmente a lo que la chica quería referirse-…Tu y Sakurai…Aomine, Sakurao…¿AoSaku? – Momoi hacia movimientos con sus manos como si estuviera explicando un complicado ejercicio a un niño pequeño.
Aomine fruncio completamente su ceño sin entender completamente la referencia de aquel termino ¿Qué tenían que ver Sakurai y él en todo ese asunto? Pero algo dentro de su cerebro se activo de manera lenta, como si alguien estuviera intentando hacer rodar una piedra cuadrada. “AoSaku” se repitió internamente, llevo una mano hasta su barbilla poniendo toda su concentración en aquellas palabras, entonces se hizo la luz, o al menos eso fue lo que pensó Aomine al encontrarle sentido a aquel termino y las insinuaciones de Momoi; Las primeras letras de su nombre y el del castaño juntos, un acrónimo de pareja.
Un débil sonrojo adorno sus mejillas al escuchar la risa divertida de su amiga cuando entendio a cabalidad el significado en la palabra dicha.
- ¡Estas loca! –Exclamo Aomine, apuntando de manera acusatoria a la chica - ¿De donde sacaste eso?
- Oh vamos Dai-chan –Sonrio Momoi sin tomarle importancia a los reclamos del otro- Tu eres muy popular en el instituto por tu fama sexista y claro también por el basquetball, Sakurai también es bastante popular aunque en áreas completamente diferentes como los estudios por ejemplo…-Aomine no podía decir nada, el era consiente de aquellas diferencias-…El que de un dia a otro dos chicos como ustedes comiencen a tener una actitud tan cercana llama la atención de muchos, de un grupo especifico de fans para ser exacta – Las palabras de Momoi hicieron que recordaba instantáneamente la escena vivida a la entrada de la biblioteca días atrás, donde un grupo pequeño de personas les había visto de manera emocionada, incluso sacándoles fotografías
- Eso es…-Aomine no pudo encontrar palabra para expresarce correctamente, el decir que estaba sorprendido era poco-
- Si, bueno, todo terminara ahora…es una lastima –Expreso Momoi con un suspiro desganado.
Realmente había disfrutado ver un lado nuevo de su mejor amigo, uno que no conocía y que había descubierto e esos días; Un lado protector que parecía solo aflorar cuando Sakurai estaba cerca ¿Podria ser realmente que algo hubiera cambiado en los sentimientos del moreno? Mordio su labio de manera discreta para no llamas la atención del otro, aunque quisiera preguntárselo ¿Obtendria realmente una respuesta sincera? Conocia a Aomine, lo suficiente para saber que no diría nada a nadie sin estar seguro de tener aunque sea una oportunidad de éxito, pero estaba bien dejar solo al moreno en un tema asi, después de todo Aomine no tenia experiencia en el área del amor.
Dirigio su mirada al frente observando a unos pasos la enfermería, talvez podría intervenir de manera indirecta y obtener asi las respuestas que necesitaba para ayudar a ambos chicos porque si Momoi de algo estaba segura era de sus capacidades para la recolección de información.
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El sonido de una puerta siendo azotada con fuerza fue lo único que se escucho en todo los dormitorios creando una especie de onda expansiva que sumio a todos en un silencio breve. Kise parpadeo confundido, sorprendido y algo nervioso cuando la puerta de aquella habitación casi le golpea de lleno su nariz ¡Si hubiera estado solo un centímetro mas adelante la puerta le hubiera dado en la cara! Solto un suspiro contenido mientras rascaba su nuca haciendo un puchero, miro de reojos a la chica a su lado encontrándose con una expresión que irradiaba luz por todos lados.
- ¿Momoicchi, esta todo bien? – Cuestiono el rubio algo indeciso ¿realmente quería saber la causa de aquella sonrisa poco usual en la chica?
- Ki-chan creo que ellos serán mi nuevo OTP – Suspiro Momoi dando media vuelta dirigiendo sus pasos hacia la recepción del campamento donde Imayoshi y los demás les estarían esperando
Kise fruncio el ceño aun mas confundido que antes ¿OTP? ¿Era alguna especie de acrónimo especial? La cabeza del rubio prodigio se lleno de preguntar, teniendo solo una cosa en claro; La razón de la sonrisa de Momoi eran Aomine y Sakurai.
¿Podria ser posible que compartieran las mismas locas teorías que él? Corrio para alcanzar a la chica, mirando de reojo por ultima vez la habitación de la que habían sido, prácticamente expulsados.
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Una hiera de maldiciones salio de sus labios de forma baja mientra caminaba nuevamente hacia la silla en la que había estado minutos atrás, disfrutando de una tranquila platica pero ¿Qué había pasado para romper su quietud? Dos palabras, o mas bien, dos personas. Kise Ryota y Momoi Satsuki. Ambos chicos habían estado acompañando a Sakurai durante la tarde mientras Aomine daba su relato de los hechos tanto al jefe de seguridad del campamento como al entrenador y otros directivos, fue en común acuerdo de que aquel incidente no fuera divulgado a los demás alumnos para asi proteger la integridad de Sakurai y por supuesto también la del propio club de Basquetball ¿Qué ocurriría si un hecho asi llegaba a oídos del otros equipos? Nada bueno sin duda por ello, se prometió entre todo los implicados guardar completo silencio. Momoi se encargaría de mandar la evidencia en video y fotografías al director del instituto Tohou para pedir la expulsión inmediata de Hiroki, algo que por supuesto la chica había hecho con la mejor voluntad, mientras Kise se había encargado de levantar el animo del castaño siendo su compañía durante todo el tiempo que duro la reunión para definir las acciones a tomar.
Pero ¿En que momento habían convertido una tranquila conversación en una sala de interrogatorios? Aomine chasqueo la lengua, sentándose nuevamente en la silla que estaba al costado de la cama donde reposaba Sakurai.
- ¿Esta bien, Aomine-san? –Cuestiono el castaño con una sonrisa nerviosa.
- Si, no te reocupes Ryo –Respondio sin darle mucha importancia al hecho de haber prácticamente empujado a sus dos amigos fuera de la habitación - ¿No comeras mas? –Pregunto al observar como la bandeja de comida que tenia el castaño en sus piernas aun estaba casi intacta.
- Si ¿usted no comera, Aomine-san? – El moreno negó con la cabeza.
- Comi algo antes de volver a la habitación, asi que estoy bien…-Respondio observando como un débil sonrojo parecía no desvanecerse de las mejillas contrarias-…Come un poco, es tarde y necesitas dormir – Comento con un tono firme.
Un silencio se instalo en la habitación con cada chico sumido en sus propios pensamientos aunque estos estaban dirigidos hacia un solo hecho, la pregunta hecha por Momoi.
Lo que habia iniciado como una platica trivial se había transformado en un improvisado interrogatorio donde Aomine y Sakurai eran los objetivos ¿Te has enamorado antes? ¿Te gustan los chicos mas altos? ¿Chicos rudos? ¿Te gustan delicados y caballerosos o bestias salvajes? Cada pregunta soltada por Momoi era aun mas desconcertante que la anterior pero fue la ultima, la que acabo con la paciencia de Aomine, tocando de paso un nervio sensible de sus recién descubiertos sentimientos; ¿Te gusta alguien? Aquella pregunta desencadeno en el moreno un sentimiento arrojador, sintiendo por una efímera fracción de segundo el sentimiento del miedo al escuchar una respuesta. Por aquel motivo había dejado de pensar, permitiendo que su cuerpo se moviera solo sacando de la habitación tanto a Kise como a Momoi para recuperar un poco de tranquilidad que necesitaba para ordenar sus pensamientos. Pero había algo que llamaba la atención del moreno, el sonrojo en las mejillas del castaño ¿Podria ser que la pregunta de Momoi hubiera acertado? Y de ser asi ¿Qué haría el?
- ¿Aomine-san? –Llamo Sakurai sin obtener respuestas –Aomine-san –nuevamente no había respuesta de parte del otro.
El cuerpo del castaño temblo ligeramente al ponerse de pie, sus piernas aun temblaban aunque el dolor que sentía en su zona baja ya no era tan fuerte como antes. Se acerco unos pasos hacia Aomine quedando frente a frente, permitiéndose observar aquellas facciones marcadas, esos rasgos masculinos e imponentes que siempre había admirado, observo la mandibula del moreno tensarse dándole un aire intimidante ante cualquiera pero que hacia que su corazón latiera rápido.
- Aomine-san –Llamo nuevamente moviendo un poco el cuerpo contrario atrayéndolo nuevamente a la realidad- Creo que usted también debe descansar –Comento son una sonrisa, después de todo aquel dia también había sido agitado para el moreno.
- Creo que si - Respondio Aomine soltando un largo bostezo, observo como el castaño volvia a su cama.
Un recuerdo asalto su memoria.
Era calido, un gesto que en su infancia se encargaba de borrar toda la tristeza que sentía a momentos al sufrir una caida y golpe fuerte. Recordaba innumerables ocasiones en los que su madre con una sonrisa le consolaba, susurrándole un regaño para finalizar con un beso en la frente, aquel gesto que le dejaba con una tranquilidad tan grande que olvidaba de momento cual había sido la causa de su llanto.
¿Qué podía perder? Penso para si mismo.
Se acerco hacia la cama de Sakurai inclinándose un poco hacia adelanto, poniendo una rodilla sobre el costado de la cama para bajar su rostro hacia la altura del otro, sintiendo como su prpio corazón aceleraba el ritmo.
La respiración del castaño se detuvo al tener frente a frente el rostro de Aomine, tan cerca, tan condenadamente cerca que todo pensamiento se vio congelado al mirar aquellas ordez fieras. Sintio una caricia delicada en su mejilla y luego los labios del moreno sobre su frente, un beso casto. Cerro los ojos deseando que aquello no fuese un sueño, sintió un aliento calido rozar sus labios, abrió los ojos encontrándose con el rostro de Aomine aun mas cerca que antes ¿Qué hacer? ¿Qué decir?
- Buenas noches Ryo~- Susurro el moreno acariciando el cabello del castaño, un gesto que se había vuelto costumbre entre ellos. Se irguió nuevamente, tomando desde su cama un par de Toallas y su pijama –Tomare una ducha–Aviso caminando hacia el baño soltando un nuevo bostezo.
- S-si…Buenas noches, Aomine-san- Respondio Sakurai luego de varios segundos recobrando la compostura. Se acomodo en su cama cubriéndose completamente con las mantas sintiendo la puerta del baño cerrarse y momentos después el agua comenzando a caer – Un beso…-murmurro bajo, hundiendo su rostro en la almohada.
Su rostro se sentía caliente, inclusos sus orejas se habían coloreado al experimentar la cercana del moreno pero, aquel beso tan suave y calido en su frente había sido la estocada final para mandar a su corazón directo al cielo. Recordo la conversación con kise, como el rubio había descubierto sin mucho esfuerzo sus sentimientos por el moreno ¿Era tan evidente? ¿Qué haría ahora? Ni el mismo lo sabia, no deseaba guardarse para si mismos esos sentimientos pero tampoco deseaba alejar a Aomine de su lado.El recuerdo del beso de buenas noches dado por el moreno llego a su mente acompañado de una calides que ponía en clama todo sus nervios. Sonrio para si mismo, enterrándose aun mas en las mantas que le cubrían, llevo una mano hacia su frente aun sintiendo el calor de los labios contrarios sobre su piel.
El sonido distante del agua caer similaba a una nana para dormir.
Gruesas gotas caian por todo su cuerpo, borrando la suciedad y sudor de su piel. El agua caliente parecía relajar cada musculo, sintiendo asi un pequeño dolor en su pierna derecha seguramente consecuencia de haber forzado su cuerpo al limite aquel dia, pero era algo que podía soportar sin problemas sabiendo por experiencias pasadas que a la mañana siguiente solo quedaría el recuerdo de aquel malestar.
Llevo una mano hasta su cara sintiendo como sus manos aun temblaban ante el recuerdo de la cercanía del castaño ¡Habia sido un simple beso en la frente! Entonces ¿Por qué su cuerpo reaccionaba asi? Bufo molesto con aquellos sentimientos que se disparaban en su pecho sumado también a el cosquilleo suave en sus labios. Pero, de algo podía estar seguro, aquel contacto entre ambos le había gustado , demasiado talvez, y es que de no ser por su buen autocontrol y la situación vivida esa tarde, se habría apoderado de los labios de Sakurai sin pensarlo dos veces.
Sonrio, recordando las palabras de Momoi “Todo terminara ahora…es una lastima” eso no pasaría, claro que no. Por qué ahora que sabia de sus sentimientos por el castaño, ahora cuando ambos eran cercanos y principalmente, ahora que Hiroki no estaba en su camino ¿Qué tan difícil seria poder expresar todas aquellas sentimientos a Sakurai?
...CONTINUARA.