Yoongi había estado mirando la misma hoja de papel por lo que parecían ser horas. Las palabras que tenía la intención de escribir se arremolinaban dentro de su cabeza, como un huracán sin control. Sabía lo que significaba cada palabra; sabía para quien era cada palabra. Pero escribirlas hacía que todo esto se sintiera muy real. Era una realidad con la que había estado luchando desde hace ya varios meses, este sentimiento, esta necesidad. No sabe lo que quiere. No. Eso era mentira. Sabe muy bien lo que quiere. Pero no siempre obtenemos lo que queremos.
Empezó a escribir.
No sé lo que quiero. Eso no es cierto.
¿Por qué no podía mentir? ¿Por qué no podía decir que estaba confundido? ¿Por qué no puede simplemente decir que no está seguro de lo que siente? ¿Por qué Yoongi no podía olvidar al chico de suave piel e inocente sonrisa? ¿Por qué no podía olvidar los cálidos besos y caricias robadas? No podía mentir, porque no podía olvidar. Él sabía exactamente lo que quería.
Lo anota.
Quieres lo que todo el mundo quiere.
Todo el mundo quiere algo, Yoongi sabe eso. Pero si lo reducimos a la forma más simple, si tomamos todas las cosas que hacen que nuestros deseos parezcan tan complicados y difíciles de alcanzar. Probablemente descubriríamos que al final, todos queremos lo mismo. Sus pensamientos dolían. Escuchó una voz en su cabeza, la misma voz que desea escuchar en la vida real, haciéndole una pregunta.
Así que escribió.
¿Qué? Dime. ¿Qué es lo que quiero?
Quería responder. Yoongi tragó. Su mente se desvió a su último encuentro. En donde su estupidez tuvo lo mejor de él, y dijo muchas cosas que nunca quiso decir, sin haber dicho lo que en verdad debió haber dicho. Sus ojos están ardiendo. Y la respuesta a la última pregunta vino lentamente
Escribió.
Quieres un amor que te consuma.
El menor no quería solamente un amor que lo consumiera, Yoongi sabía que se lo merecía. La sonrisa del chico merecía ser apreciada. Su cuerpo merecía ser adorado. Tendría que haberlo bañado con el consumiente amor que sentía por él. Pero Yoongi estaba asustado. La vida lo había maltratado y lastimado, y tenía miedo de ceder ante lo que sentía. Tenía miedo de que si lo hacía, se volvería a encontrar solo otra vez. Sólo que ahora él estaba solo, pero no porque la persona que amaba se hubiera alejado; sino porque Yoongi había cedido a sus temores.
Continuó escribiendo.
Quieres pasión.
Pasión… besos atrevidos, piel moviéndose sobre piel. Ruborizado y ansioso. Moviéndose, balanceándose, y estremeciéndose juntos. El chico era la definición misma de la pasión. El solo estar alado de él hacia arder a Yoongi. El mayor se quemaba en este momento, solo con ese pensamiento.
Siente la creciente necesidad en la boca de su estómago. Siente el fuego ardiendo en su alma mientras recuerda cada toque, cada respiración que lo hacía estremecer de emoción. Recuerda el aroma y sabor del chico. Y Yoongi arde en deseo, pero no hay liberación para el fuego, por lo que continúa.
Y escribe.
…una aventura. Incluso un poco peligrosa.
¿Por qué había jugado en el lado seguro? Su vida no era segura. Para cumplir sus objetivos no dejó de mover rocas de su camino, montañas sin escalar. En el amor, que era la mayor aventura de ambos, solo jugó en el lado seguro. Nunca se aventuró a la medida, sin desviarse de la norma, preocupado de que algo, fuera de la caja en la que había escondido el amor, se rompiera. Pero esa misma caja fue la que lo destruyó. Y el ardor en sus ojos produce una gota, luego otra, luego otra y ahora las gotas son un salado río fluyendo por su rostro.
Escribió.
Entonces… ¿qué es lo que quieres?
La pregunta pide ser respondida de nuevo por uno de los deseos de Yoongi que está de pie frente a él. Lo que Yoongi sabía que era estúpido porque tuvo que haber respondido esa pregunta cuando tuvo la oportunidad. Tendría que haber contestado con las palabras que ahora nadan dentro de su cabeza. Limpia las lágrimas que se juntaron sobre el papel, que es ahora el hogar de sus emociones escritas. Su mente pregunta mientras piensa en que es lo que quería para el otro chico. O lo que todavía quiere para el otro chico.
Lo escribe.
Quiero que tengas todo lo que deseas…
Lo que quiere decir que sinceramente quiere que el chico tenga todo lo que siempre quiso. Todo lo que Yoongi estuvo asustado o fue demasiado egoísta para dar. Incluso ahora que estaba sentado escribiendo, Yoongi espera que algún día él sea quien pueda dárselo. Esperaba que el destino le diera otra oportunidad para hacer lo correcto, y le regalara la oportunidad para borrar los errores del pasado y comenzar de nuevo. El nombre del chico rueda en su mente e invade su espacio. Se siente como si cada aliento que respira lleva su nombre. Lo inhaló; su nombre está en todas partes y es todo.
Y Yoongi escribió.
JIMINNIE
Estaba terminado. Bajo la mirada hacia el rasgado y teñido papel. Leyendo sus pensamientos en secuencia:
No sé lo que quiero.
Eso no es cierto.
Quieres lo que todo el mundo quiere.
¿Qué? Dime. ¿Qué es lo que quiero?
Quieres un amor que te consuma.
Quieres pasión: una aventura.
Incluso un poco peligrosa.
Entonces… ¿qué es lo que quieres?
Quiero que tengas todo lo que deseas
Jiminnie
Dobla el papel cuidadosamente y lo guarda en un sobre. Él sabe que no merece otra oportunidad, sabe que ni siquiera debe intentarlo. Pero por primera vez en mucho tiempo no tiene miedo de dejar entrar a alguien.
Toma las llaves del auto y se dirige a la puerta. Abre la puerta lentamente, aventurándose hacia un futuro desconocido.
La puerta se balancea entreabierta.
Se frota los ojos.
Esto debe ser una alucinación.
Él alcanza su mano.
La piel es tan cálida como la recuerda. La sonrisa es igual de inocente; esto es real.
-¿Jimin-ah?-
El chico le da otra sonrisa.
Y Yoongi piensa para sí mismo.
“Esto es lo que quiero”