<< ¡Ya me las va a pagar cuando le ponga los puños encima…! ¡Ese maldito!>>
Grimmjow estaba furioso, esa mañana había tenido que pasar por la humillante situación de haber sido reducido por su propia presa, y más encima había tenido que gritar para que le oyeran pedir auxilio y liberaran de las cadenas que Ulquiorra le había puesto.
Estaba irritado, molesto, furioso… y lo peor es que tenía que lidiar con el constante recuerdo del extraño sueño de esa noche: soñaba disfrutar de la bella turca, como esa misma noche había hecho…y cuando la iba a besar en la boca, ¡se transforma en Ulquiorra! y lo peor es que aun así ¡no se quitaban las ganas de besarle!, despertó muy confundido y acalorado <<¡¿Será que me estoy volviendo eunuco?! >>.
A la mañana siguiente, apenas salió de la embarcación del Capitán Abarai Renji, se dispuso a recorrer el puesto en busca de Ulquiorra, había mucha aglomeración de gente así que no fue tarea fácil. Finalmente dio con una huella aun fresca que había dejado el desgraciado antes de partir, un buen marino afirmo haberlo visto muy temprano por la mañana embarcarse hacia Constanza, Rumania <<…con que el desgraciado me lleva tamaña ventaja>>.
Grimmjow se apresura a tomar el próximo navío hacia Rumania, pero el que más prontamente saldría, sería dentro de tres horas más… no le quedaba más que resignarse y esperar, <<…Y lo peor de todo es que si llega a Transilvania, le Rey le vera, y dará cuenta de mi falta!...n o hay opción, o lo mato o me matan a mi>>.
Gran Puerto de Bucarest, Constanza, Rumania.
El tormentoso Mar Negro había hecho difícil la travesía, lo peor es que parecía que la tormenta no era menos débil en tierra, así que Ulquiorra decidió posponer el viaje de regreso a Transilvania hasta la mañana siguiente, << Con este clima lo único que conseguiría sería un resfriado y con ello retrasaría aún más el viaje>>.
Por fin decide quedarse en un modesto hostal a las afueras de la ciudad, si Grimmjow venía siguiéndole los pasos, lo más seguro es que comenzara por la cuidad. <<Por fin solo…>>, luego de la cena Ulquiorra determino que necesitaba caminar en tierra firme y un poco de aire fresco, se puso la capucha y salió a transitar bajo los pinos de un bosquecillo cercano; la tormenta había amainado un poco y por ahora solo era una suave llovizna.
<<Donde estará Ichigo en este momento…Pero cuando llegue a Transilvania ese tal Shirosaki I va a tener que aclararme algunas cosas…>>. Ya casi llegaba a la cerca que delimitaba el fin del hermoso bosquecillo, cuando entre los arboles del otro lado divisa un ligero manchón anaranjado a lo lejos, <<… no es posible, Ichigo no puede estar aquí. No hay forma de que el supiera de mi ubicación y viniera en mi busca con tal rapidez>> el encapuchado hombre caminaba presuroso y empapado en dirección este, << ¿Sera que va hacia el puerto?>>.
-¿Ichigo?- susurró Ulquiorra casi inaudible.
Comenzó a seguirlo, sin dejar d preguntarse si sería posible que existiera en el mundo una persona con el cabello de un color tan chillón como Ichigo. Cuando estuvo a un a distancia más prudente al desconocido, se atrevió a preguntar:
-¿Ichigo?
-¿…Ulquiorra?- el encapuchado se voltea y descubre su cabeza.
<<Ichigo…>>, hubiese corrido a abrasarle y besarle, y esas ganas tenia de decirle cuanto lo había extrañado, pensado en él y amado desde su forzada separación…si no fuera por esa mil veces maldita cerca que los separaba. Ichigo corrió hacia Ulquiorra con su cabello anaranjado libre y al desnudo, ohhh… cuanto amaba ese cabello, sentía un deseo casi incontrolable de olerle, acariciarle…
Ichigo corría casi desesperado hacia Ulquiorra, <<será que tiene hambre>>.
-…o será qué…?- Ulquiorra no podía creer que Ichigo pudiera llegar a albergar sentimientos tan nobles y puros como los suyos, llego a tal punto que decidió eliminar de raíz tales suposiciones.
Al llegar a la cerca, Ichigo frena en seco y mueve los ojos en señal de desaprobación, da media vuelta y desaparece tras unos enmarañados pinos <<…pero qué…?>>. Confundido, Ulquiorra comienza a recorrer la cerca, pero de un momento a otro ve salir a Ichigo tras unos arbustos casi pegados a la cerca.
-Ichigo…
Corrió a abrazarle, y cuando lo alcanzo, lo estrecho en sus brazos como nunca antes lo había hecho; no le importo que estuviera empapado y lleno de hojas, no lo soltó hasta que sus cuerpos se entibiaron con el calor del otro. Desde ahora jamás volvería a dejar que alguien los separara, no importa que…
-Me alegra que estés a salvo Ulquiorra.
Ahora el abraso era mutuo, provocando el desborde de los sentimientos de Ulquiorra. Él nunca fue dado a albergar emociones y cosas por el estilo, y mucho menos a expresárselas a las personas que quería; pero con Ichigo era diferente, habían pasado tanto tiempo juntos, que el afecto entre amigos y hermanos se había transformado en algo más allá. El mundo le daba vueltas, pero aun así él sabía perfectamente lo que quería. Se separa levemente de Ichigo y le planta un acalorado beso en la boca, << Ya no me importa lo que pienses de mí, si me amas igual que yo y mucho menos si me correspondes… te extrañe demasiado como para poder dejar de besarte>>, a pesar del frio, la saliva de Ichigo estaba tibia y abundante al momento en que Ulquiorra se apresuró a meterle la lengua, parecía que el pelinaranja se iba a resistir, así que Ulquiorra determina tomarlo firme de la cintura con un brazo mientras con la otra mano le acariciaba suavemente los cabellos.
Cuando se despegaron, solo se quedó a escasos centímetros de sus labios, sintiendo la entrecortada respiración de su compañero sorprendido, por el repentino ataque amoroso de su amigo. A pesar de la oscuridad de esa noche, Ulquiorra alcanzo a notar el sonrojo en las mejillas de Ichigo; había querido expresarle tantas cosas, pero no lograba articular palabra.
-Ulquiorra, yo… lo siento, pero… ehhhh… estoy algo confundido ahora. Me siento mal, me siento algo ultrajado…
-… No, yo… lo siento, no quise hacerte sentir…
-No eres tú. Cuando fui a buscarte al castillo del rey transilvano… paso algo, luego de eso yo ya no sé quién soy, no entiendo nada… Shirosaki abusó de mí.
<<…Shirosaki abuso de mi…>>, las palabras le clavaron en lo más profundo de su ser. Sentía como la rabia y la ira le invadían por completo; cómo es posible que algo así haya pasado en su ausencia, <<Mi Ichigo, mi Ichigo>>. Como había sido capaz de tocarlo, de hacerle suyo << ¡Ese maldito me las va a pagar, juro que lo mato a como dé lugar!>>. Miró a Ichigo y vio a sus ojos, estaba realmente afectado, dolido en su orgullo << Y todo esto fue mi culpa…>>
-Lo siento… perdóname Ichigo, no debí dejarte solo. Pero fui amenazado y secuestrado, hasta Turquía me llevaron para venderme… créeme cuando te digo que hice lo que estuvo a mi alcance para huirlo más prontamente posible de las manos de mi captor.
-No fue tu culpa Ulquiorra. Yo también fui débil. Ambos sabíamos que al venir hasta acá, cada cual se hacía responsable de su propia vida. No cavilemos por errores del pasado. Envié un mensaje expreso a la Santa Sede del Vaticano, solicitándole refuerzos a Ukitake, creo que él se encargara de todo por ahora…nosotros deberíamos volver a Roma.
-¡No!, no me quedare de brazos cruzados mientras ese desgraciado hace de las suyas, al soñar con tu cuerpo desnudo!, me las va a pagar con sangre. Volveré a Transilvania Ichigo.
- Ulquiorra… yo no creo que sea una buena idea, le Rey tiene un gran ejército al mando.
-Lo retaré a duelo- dijo Ulquiorra con determinación
-Pero él enviará a su ejército!
-Pues entonces me escabulliré en su fortaleza y lo pillaré solo..-
-¡No es tan simple! Porqué mejor no volvemos a casa y hacemos como que nada de esto pasó? ¡Entiende que solo quiero olvidarlo!
- No puedo hacer como que nada, mientras ese hombre siga vivo.
Volvió junto a Ichigo a la posada. El silencio bastaba para expresar la delicada por la que ambas partes pasaban. <<Siempre quise ser el primero en tocar su cuerpo. Me lo han robado miserablemente. Esta tan afectado, me necesita tanto, soy el único a quien aferrarse y no me voy a resistir a apoyarlo >>. Luego de que Ichigo comiera un poco en la sala común de huéspedes, Ulquiorra le guió a su cuarto y fue en busca de un bracero de vuelta a la sala común. Cuando volvió Ichigo llevaba el torso desnudo y se estaba secando los alborotados cabellos anaranjados, dejó el bracero en medio de la pequeña habitación y se dispuso a secarse él también de la lluvia.
La habitación era estrecha, así que no había mucho que hacer antes de dormir. Sin preámbulos ambos se acostaron en la única cama disponible, luego de un largo silencio Ichigo se atreve a romper el hielo:
-Otra vez los dos en la misma cama… supongo que la última vez fue a propósito tuyo ¿verdad? Nunca pensé que tú llegaríais a pensar en mi de ese modo…- Ichigo parecía tener mucho frio y empezaba a tiritar, << Estuvo todo el día a plena intemperie, luchando codo a codo contra el duro clima de los bosques rumanos; a este paso amanecerá resfriado>>- Yo… ahhhh… yo no sé qué pensar…
Ulquiorra acerca su cuerpo al de Ichigo, para darle calor; lo abrasa. Ahora están frente a frene, a escasos centímetros otra vez. Ulquiorra mueve le brazo libre y toma las frías manos de Ichigo, acercándolas a sus labios, dándole calor con su respiración.
-Te estas congelando…
-Ahhh… ha… sí.
Más cerca, más y más cerca, hasta sentir el latir desbordado de su corazón. Besó sus manos, acarició sus cabellos, se apegó más a su cintura y se fundió en sus labios en un beso eterno…
-Te amo.