Hasta que él duerma
Por Katsumi Kurosawa
Capítulo 7
El día que nació
Uno de esos meses llegó Daesung. Nuevamente sentiste que fue enviado por Seunghyun pero ya ni te incomoda.
Sin embargo estás algo triste porque justo la noche pasada te han despedido del restaurante porque pues… estás embarazado, eres muy joven y todos los clientes se quejan de la tiranía del dueño al dejar a un niño embarazado ser mesero.
A lo que los clientes se referían quizá era a que te dieran las vacaciones obligadas y pagadas debido a tu condición de empleado. No obstante el dueño no quería pagarte las vacaciones así que te despidió para que dejaran de levantar quejas.
Dios… La cabaña es visitada continuamente.
El chico rubio te visita mientras está con su pequeña novia Minzy quien es muy amiga de SeungRi.
Daesung dice que quiere poner un hotel en la playa, muy cerca de tu casa y que quiere que seas uno de sus empleados.
Las familias que tienen qué ver con los Choi, aparentemente son muy adinerados. ¿Seunghyun también es un chico adinerado? Bueno si SeungRi te visita cada semana, probablemente sí.
—He oído que vas a estudiar administración ¿No es así? —te dice con una sonrisa.
—Pues sí… administración hotelera…
Levantas una ceja. Tratas de imaginar quién de las bocas sueltas le ha dicho pero no puedes concluir.
—Ya tienes un trabajo asegurado —el chico te ve esperando la respuesta, pero no respondes— Bueno… si es que aceptas claro está.
—Pues sí…
Musitas simple.
Después en una charla animada te pregunta la edad. Te sientes algo incómodo pero respondes que estás por cumplir los diecisiete
Él, comenta que a sus dieciocho, ha adelantado tantas materias (años escolares más bien) que está en el tercer semestre de Administración de Empresas en la Universidad de Seúl.
— ¿Cómo conociste a Seunghyun? —preguntas y el chico da un salto de sorpresa.
Seguramente ya sabe quién es el padre de tu hijo puesto que se pone nervioso y sudoroso.
—Pues… todos vivimos en el mismo barrio—se afloja la corbata azul—. En Seúl… El barrio de Gangnam… pero se cambiaron de casa algunos, otros se fueron a vivir a japón… otros a Busan etc. Como a SeungRi le gusta hacer fiestas, nos reunimos todo el verano y disfrutamos de la fiesta…—lanza una risita nerviosa—De hecho, te conocimos en la primera fiesta que él hizo en la playa para reunirnos.
Minzy platica con SeungRi en el comedor. Está en la casa como todos los fines de semana y sin que se lo pidan.
El chico presumido ha cambiado mucho aunque sólo en unos siete meses o quizá menos.
—Sé que te has quedado sin trabajo… tienes ocho meces de embarazo ¿No? —el rubio ha dicho eso con extrema cautela.
—Sí…
—También sé que pintas —mira a la pared que estaba decorada a mano, como una noche de la playa y la luna llena elevarse en todo su esplendor—Sería bueno que pintaras un cuadro para mí… —toce un poco y trata de sacar el tema siguiente—: Mi padre ha abierto una flota de barcos rentables muy cerca de aquí… ¿Gustas trabajar ahí?
Miras al piso.
¿De dónde viene tanta amabilidad? ¿Tanta preocupación? ¿Tanto amor que no mereces…?
Buscas los ojos de Daesung. Él está a la expectativa de lo que digas.
—Sí —murmuras algo seco—Muchas gracias…
Daesung te sonríe.
Se quedará esa noche y te pagará aunque tú te niegues rotundamente, porque estás agradecido, de eso mucho que está haciendo por ti.
Estás con SeungRi una de las noches más frías de esa playa… cosa que para todos los citadinos es bastante caluroso.
Miras al cielo. El mar danza nuevamente de esa manera triste como el día que Seunghyun se despidió.
Te llevas la mano al cuello para tocar tu nuevo accesorio. No sabes porqué te pones ese collar con el dije de la Virgen María… quizá es que te gusta torturarte…
SeungRi mira el mar también. Ambos están sentados en la arena, en lo que un azul exótico se pinta junto al cielo y el mar.
—Es increíble que él lo haya logrado y yo no… —la voz del pelinegro te deja helado de una manera inverosímil.
— ¿Qué cosa? ¿Quién? —le preguntas algo desorientado y al mismo tiempo sabes a que se refiere.
—Seunghyun, logró llegar —susurra sin demostrar una emoción clara, mirando ahora la arena.
— ¿A dónde? ¿A embarazarme? —aquello sonó más triste de lo que querías plasmar.
—A ti… a ti pudollegar—te mira.
No quieres sostener su mirar, así que te entretienes jugando la arena con los pies.
Pero sus brazos rodeándote han hecho que pierdas esa aparente concentración. Una rara sensación te recorre, un sentimiento extraño.
Se ha sentado detrás de ti y te rodea totalmente.
Tus manos tiemblan.
Aquel contacto te ha recordado a Seunghyun… es inevitable y bastante molesto. Sin embargo es de alguna manera algo que deseas y disfrutas.
SeungRi posa los labios entre tu cuello y tu hombro.
Ya sabías que es un experto si de mujeres se trata… eso es molesto también, puesto que Seunghyun sigue presente en tu cabeza.
Su boca sigue un camino de besos hasta tu cuello, luego a tu mejilla, poniendo todos y cada uno de tus bellos de punta.
Le miras en lo que tu cabeza puede girar para mantener el contacto visual.
¿Alguna vez consideraste a SeungRi como un pretendiente? Odiabas que se te acercara porque sabías que sólo quería follarte.
Fuiste tan estúpido que al que pensaste que no quería follarte, le abriste las piernas y te quedaste abandonado y preñado…
Quizá… SeungRi no es el equivocado esta vez. SeungRi ha estado a tu lado para apoyarte, te ha cuidado a ti y a tu bebé.
SeungRi ha caído del cielo.
—Desde que supe que el bebé es niño… he pensado mucho en su nombre… —SeungRi continúa repartiendo besos por tu hombro derecho— Se llamará SeungJi…
El beso que toca tu cuello se detiene.
—Seung como su papá… —murmura con melancolía.
—Sí… Seung como tú… —terminas y él te mira con la boca entre abierta. Le has permitido ser el padre de tu hijo… él un par de veces insinuó que quería serlo pero nunca le respondiste.
Él pasea sus ojos marrones por tus labios. Quieres que lo haga de una vez, no sabes por qué pero quieres que te bese en ese mismo instante.
Como si obedeciese tus órdenes, él se acerca, midiendo si lo vas a rechazar y concluye que no, así que posa sus labios en los tuyos de manera suave.
Sus manos no se quedan quietas y se deslizan por tu espalda, tu cuello, tu cabello, suavemente y sin cesar.
Sin embargo, el dulce momento es interrumpido por un extraño dolor. Sí… uno muy feo…
SeungRi te dice que es mejor que entren a la casa y descanses puesto que llevan la tarde afuera y quizá tu espalda no resiste la posición.
Al pasar de un largo rato, horas quizá, el dolor se hará más intenso y tiendes a tratar de resistirlo, sudando frío, de alguna manera no puedes dejar de hacerte el fuerte.
SeungRi se pasea por tu habitación con su teléfono celular y ese tono serio, casi tenso, que casi nunca le oyes.
Habla al Hospital cercano.
—Ri… —musitas.
— ¿Sí?
—Se me rompió la fuente…
Los ojos del pelinegro palidecen y habla con más desesperación a la señorita lerda que le está atendiendo. Lo bueno es que al ser hombre, el líquido amniótico tardará dentro de tu cuerpo mucho más tiempo.
Unos paramédicos llegan a recogerte en poco rato, cuando el reloj marca ya las tres de la mañana del día siguiente.
En lo que los dos jóvenes, están pálidos ante su extraña situación, no esperaban recoger a un muchacho embarazado seguramente.
SeungRi se agarra de los cabellos corriendo de un lado a otro por su cámara, aunque se lo habías prohibido terminantemente. Es tan raro verlo así… ni el verdadero padre tiene idea que podría estar en tal situación.
El camino al hospital fue doloroso. Entre las contracciones y los insultos que tu cabeza repite y repite hacia Seunghyun.
Entre la cámara, el dolor, el sudor, las personas preparándote, la maldita inyección que ha dolido una mierda cuando te obligaron a doblarte y agarrarte las rodillas; Sientes todo el jaleo en tu vientre aunque no hay dolor… y jadeas por la sensación… sientes muchas cosas a la vez y entonces a tus oídos el maravilloso llanto del bebé…
Tratas de recuperar el aliento buscando con la mirada al niño. Lo encuentras… ellos lo limpian con delicadeza.
SeungRi lo mira impresionado desenfocando ligeramente su cámara sin quererlo realmente…
Y es cuando los chicos deciden que es buena idea dártelo así que lo colocan entre tus brazos y tú le sonríes…
—Hola SeungJi…
Continuará…