El suave aroma del café por la mañana era la única manera de levantar a SeungHyun de la cama, Daesung lo sabía.
Preparo el desayuno de los lunes, americano bien cargado, sin crema, dos de azúcar y un par de tostadas con mermelada de fresa, coloco el periódico a un lado del plato en la charola y subió las escaleras hacia la habitación del pelinegro.
No sabía exactamente en qué momento las cosas terminaron así, él viviendo en casa de Seung, asistiéndolo como una fiel esposa, incluso usando un delantal para llevarle la comida a la cama, todo se había complicado a partir de la ruptura con Jiyong.
Si bien a Dae no le molestaba ‘ayudar’ con sus asuntos sentimentales a Seung Hyun aquello del delantal ya era ridículo.
-¿Es necesario esto hyung?-
SeungHyun miraba divertido la cara de vergüenza que experimentaba el castaño cada vez que le obligaba a vestir el cernedero, un mandil blanco con bordados de margaritas. -Es necesario, te hace ver lindo-
El castaño frunció el ceño ante tal respuesta y dejo la charola sobre la mesita de noche junto a la cama “Idiota”
¿Qué tan fuerte puede ser la amistad de dos chicos? El lazo entre Seung Hyun y Dae Sung era en verdad inquebrantable, creciendo en el mismo barrio, estudiando en el mismo instituto, saliendo con las mismas personas, naturalmente fueron amigos. A pesar de los años que los distanciaban eso no era problema para divertirse juntos.
Como un buen hermano mayor Seung le hablo de chicas, lo defendió de los peligros, como un buen hermano menor Daesung le enseño a relajarse cuando había problemas.
Seung creció como un hombre atractivo, alto, de buen porte, constantemente salía a citas con mujeres bonitas, siempre estaba ocupado con alguien, incluso le hacían regalos costosos. En cambio Daesung era un chico más bien simple, no muy alto, de buen cuerpo pero nada extraordinario, lo llamaban ‘feo’ por las facciones de su rostro, aunque en verdad no lo era.
Toda la vida Dae la pasaba escuchando los problemas amorosos de su hyung, aconsejando cuando sufría alguna decepción, regañándolo cuando salía con mujeres comprometidas, estaba acostumbrado a eso, sin embargo algunos meses atrás fue en verdad sorprendido por las confesiones de hyungnim.
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Las manos de Seung se movían insistentes sobre la mesa del restorán, había citado a Dae para contar algo importante, después de todo era su mejor amigo, más que eso era su hermano pequeño.
Antes de poder entablar una conversación decente se había asegurado de llenar con pastelillos de crema al castaño, le había ordenado al menos tres malteadas y una hamburguesa más grande que la cabeza propia, buscaba sin dudas ganar tiempo.
-Estoy saliendo con alguien- atino a decir el mayor después del extraño preámbulo
Los ojos de Dae hicieron su revés cotidiano, esperaba algo ‘diferente’ escuchar que salía con alguien no era una noticia precisamente nueva o importante para él. Su hyung salía todo el tiempo.
-¿Y cuál es la noticia?- cuestiono con algo de fastidio –Tú siempre sales con chicas-
-Es diferente Daesunggie- dijo mientras bajaba la cabeza con notable timidez
Eso en definitiva era malo, Seung no hablaba cariñosamente a menos de que estuviera en algo ‘chueco’.
No era una sorpresa que viviera alguna clase de relación tormentosa de nuevo, en realidad que no lo estuviera hubiera sido una noticia en serio. Tenía el don de elegir mujeres locas, histéricas, mentirosas, comprometidas, psicópatas, ambiciosas o viejas desesperadas por un hombre joven y apuesto como él.
-¿Está casada? Oh Hyun ¡vamos! Deja de buscar mujeres mayores, siempre es igual…-
-Es un chico- le calló de un tajo
“¿Un chico? Es la primera vez que Seung está con un chico ¿no? Jamás dijo que fuera homosexual o algo por el estilo ¡imposible! El siempre sale con mujeres muy hermosas, es del tipo galán, conquistando mujeres por todos lados ¡¿cómo que un chico?!”
-E-Es una buena broma hyung- la voz del menor se tornó nerviosa –Es imposible-
Hubo un breve silencio tras las palabras de Daesug, el mayor aún con la cabeza gacha buscaba la manera ‘correcta’ de manejar aquella extraña situación. Tomo un poco de aire y dirigió una cálida sonrisa al castaño.
-No lo es, me gusta un chico y está aquí-
Entonces él entro en el restaurante.
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“Desde que Seung hyung empezó a salir con Jiyong cambio definitivamente, de alguna manera ese tipo logro que dejara atrás sus malos hábitos, llegaba temprano a casa, dejo de beber constantemente y el cigarro también ¿qué había en él que hizo tan feliz a hyung? “
El castaño estaba de nuevo en la cocina, además de hacer el desayuno solía lavar los trastos y en general dejaba limpio el departamento antes de salir, sus ojos se encontraban perdidos en el chorro de agua, de la misma manera sus sentidos no previeron el toque indiscreto de Seung Hyun.
-¡H-Hyung!- soltó un pequeño grito al ser sorprendido por la varonil mano tomando su cintura -¿Q-qué estás haciendo en pijamas aún?-
-¿Por qué no me ayuda a elegir un buen traje mi dongsaeng favorito?- dijo el pelinegro divertido
Sin que pudiera hacer nada el rostro de Dae había sido invadido por un sonrojo intenso, su cuerpo temblaba cada vez que Seung se acercaba de esa manera, era un molesto juego que habían comenzado poco tiempo atrás, porque sabía que lo que hacían no era más que eso, un juego su hyung.
“No estamos saliendo ni nada”
Antes de notarlo se encontraban subiendo a trompicones la escalera rumbo a la habitación principal, el castaño se había aferrado con las piernas al torso del mayor mientras le devoraba los labios con premura, realmente podía transformarse cuando Seung lo tocaba, como una droga poderosa entrando en su cuerpo necesitaba sentirse amado por el pelinegro, necesitaba sentirse parte de él.
El pijama fue dejado atrás junto al resto de las prendas, los cuerpos desnudos danzaban sobre la cama en una lucha por obtener el control, Dae por encima pasaba con descaro su lengua por el abdomen bajo del mayor provocando algunas muecas divertidas, un par de gemidos ásperos salieron de su boca al sentir la placentera felación del castaño, un vaivén lento, torturándolo con los labios al apretar un poco más cada vez, era otro chico en la cama.
-hm… Dae- se quejó al sentir que estaba cerca, el menor asintió divertido –lo siento- murmuro por lo bajo al sentirse liberado
“Es un favor”
Los ojos del menor estaban cerrados, cada beso que depositaba el pelinegro en su cuerpo provocaba un choque eléctrico tremendamente delicioso, sus labios recorriéndole la espalda, sus manos atendiendo los delicados botones en su pecho, sujetando con firmeza su cintura.
-hmm- gimoteo al sentir el primer intruso en su pequeña entrada, dos y finalmente tres dedos moviéndose dentro, arrancando gritos guturales de sus labios rosas “¿por qué se siente tan bien?” las grandes manos de Seung le hacían sentir seguro.
-¿E-Estás ...bien?-
“¿qué clase de pregunta es esa cuando entras sin avisar?,” un dolor inmenso invadió el pequeño cuerpo,” ¿siempre es igual de terrible?, simplemente no recordaba lo mal que se sentía al principio, sin embargo después” …
el menor hizo un movimiento con la cabeza y Seung comenzó a moverse, lento, siendo cuidadoso, llegando al límite de lo desesperante –v-vamos- ordeno
“es tan placentero”
comenzaron las embestidas violentas, rápidas, sin cuidado, un movimiento bestial de caderas, provocando un par de lágrimas en sus ojos, el sudor parecía hacer brillar sus pieles que chocaban tan ruidosas, llenando del olor a sexo la alcoba
“siendo uno”
-Te quiero- murmuro por lo bajo el castaño, mientras se abrazaba al sentimiento de formar parte de aquel hombre herido.
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-Necesito que te apresures o tendrás problemas hyung- el menor movía a su hyung por los hombros, se habían quedado dormidos y él tenía una junta importante de trabajo
-mh, déjame Daesunggie- giraba dando la espalda al castaño
El menor se levantó de la cama dejando escapar un leve suspiro y arrastrando consigo la sábana que la cubría llego hasta el armario en donde eligió un traje azul de los cientos que llenaban el ropero, Seung era quisquilloso para vestirse.
-Usa este- lo aventó al pelinegro –es tarde- dijo y salió de la habitación, no sin antes notar la sonrisa en el rostro del mayor que miraba con aprobación el conjunto.
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“No es como si estuviera celoso, es que ahora que ese sujeto termino con hyung él tiene tiempo de nuevo para estar conmigo, era molesto llevándose a SeungHyung hyung lejos, a viajes o pasando las tardes en su departamento, se olvidó de mí.
Sé que hyung no me ve de esa manera, aunque no lo entiendo, si iba a enamorarse de un hombre ¿por qué no de mí?
Soy quien siempre está a su lado, Jiyong no sabía nada de hyung. Jiyong era un idiota de verdad.
Si ayudo a hyung a olvidarse de él podemos volver a la normalidad después, quizá incluso podamos convertir esto en nuestra normalidad, podemos ser uno al final… porque amo a hyung”