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Singular Amor por AkiraTetsuya

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Notas del capitulo:

¡Hola!, siento el retrazo, tuve que haber publicado el lunes pero desde el viernes se fue el internet en mi casa y estaba que echaba humo, ¡pero en fin!, ya les traigo el nuevo cap, espero que lo disfruten mucho. ¡Enjoy~!

Cap 5: Afrontándolo

Tomo su mochila con la única intensión de ir al instituto, sin importar lo que le dijera su hermano. Lo había decidido, hablaría seriamente con ese Juugo y ya verían que hacer, no pensaba arruinar su vida a los 17 años, ni si quiera era mayor de edad, pero si supuestamente estaba embarazado no sería capaz de quitarle la vida a un niño. Sabía que estaba mal lo que hizo, fue un descuido, una borrachera, sumándole el echo de que estaba deprimido,... aún así, cabía la pequeña oportunidad de que no lo estuviera, y se aferraría a ello

Abrió una nueva botella de agua en el rellano de la puerta mientras se colocaba sus zapatos, podía ver perfectamente a su hermano prender la motocicleta que poseía, aún sin dejar de mirarle. Él sin embargo, simplemente lo ignoro, así como le hicieron ignorar a él su sexualidad

No comprendía el porque le habían ocultado algo tan importante, ¿para protegerlo?, ¿acaso ellos tuvieron que comportarse de las mil maneras posibles para tener novia?, ¿tuvieron que soportar ver como todos le dejaban atrás por algo tan estúpido?. Obtendría respuestas pero ya

·····

Dio un suspiro y continuo caminando hasta la entrada del instituto. Un gran portón cubría el gran Instituto de Konoha, lo cual protegía a los estudiantes de cualquier ladrón o asaltante, e incluso de que se escaparan de clases, y una de su principal tarea era vigilar al nuevo estudiante desde el momento en que pisaba el lugar, incluso los habían acoplado en el mismo salón y año, ya que, según la directora Stunade, Juugo aún no tenía los suficientes estudios como para estar en la universidad, ya que prácticamente tenía 19

Saludo animadamente a alguno de sus compañeros, esperando notar a algún tipo de dos metros y cabello anaranjado en el lugar, pero parecía que no iba a llegar. Alzó los hombros en un gesto desinteresado y se giro con intensión de ir directo a su salón, hasta que escucho el grito de una chica. Extrañado se giro al ver a su amiga pelirroja detrás de su querido “Sasuke-kun” mientras que este mantenía una mirada típica de él, observo a los lados y escucho murmullos, hasta entonces no se había dado cuenta de que cerca de unos cinco metros suyo se encontraba aquel pelinaranja, al cual al parecer no le importaba lo que le dijesen mientras acariciaba a un pájaro

Dio un largo suspiro y se repitió mentalmente qué era lo que le iba a decir, pero no ahora, simplemente actuaría como siempre lo hizo, no quería que revelar sospechas a los demás

-¡Hey Juugo!, llegas tarde, las clases ya comienzan. Será mejor que entres, hoy nos toca con el profesor Iruka, cuando lo conozcas verás porque te lo digo. ¡Chicos, no se queden allí!- pasó al lado del mayor dándole leves toques en la espalda, aprovechando para susurrar -Será mejor que disimules. Luego de clases, en la azotea- y luego seguir caminando mientras bebía su botella

-Oye Karin, ¿por qué diste ese grito?- la pelirroja se dio cuenta de que había cometido un grave error. Se soltó del azabache avergonzada al ser tan descuidada riendo para disimular

-S-sólo fue la impresión, ¿habías visto a un chico tan alto Sasuke-kun?- dio un suspiro aliviada en cuanto el azabache simplemente bufo, por primera vez en la vida agradecía la indiferencia de el azabache, no podría decir que la verdadera razón fue saber que ese hombre era del que tanto habían hablado. Decían que era un hombre del cual debían cuidarse, ya que uno de los estudiantes había tenido a su padre en la cárcel y se había corrido el rumor de que había atacado a otros tres reos en ella. Deseaba internamente que el peliblanco tuviera la mejor de las suertes, pero bueno, ese chico era un idiota después de todo, y todo el mundo sabe que a los idiotas no les pasa nada

·····

-Ne, Sasuke-teme, ¿no te parece que tu amigo está un poco raro hoy?- miro disimuladamente al joven rubio que hasta ese momento se encontraba hablando con el azabache. Dio un suspiro de alivio al ver que este estaba más interesado en terminar su tarea que en la conversación del ojiazul -¡Teme!, ¿me estás ignorando?-

-No, es sólo que quiero terminar mi tarea- se sintió un poco mal por el rubio, ahora que se daba cuenta, siempre era el menor el que comenzaba a hablar

-Eres un verdadero teme, y yo que sólo quería hablar un poco contigo y mira como me respondes-

-Escucha, dobe, falta poco para que termine el primer semestre, y tenlo por seguro que luego podremos hablar tanto como quieras. Pero ahora necesito terminar esto- miro al rubio y este frunció el ceño mientras volvía a realizar su tarea, seguramente estaría insultando de mil formas al Uchiha, aunque también sabía que Sasuke era un desconsiderado, ignorar así a tu pareja, ni él haría algo así, y por lo que veía, al rubio le había dolido un poco ello, y el azabache lo noto, por lo que dio un suspiro y beso levemente los labios del rubio logrando que este se sonrojara -Dobe, no me gusta verte hablar de otra persona que no sea yo, ¿entendido?-

-¡Eres un teme autoritario y posesivo, un verdadero bastardo sin vergüenza, ¿cómo se te ocurre hacer eso eh?!- rió un poco al ver la reacción del rubio. Por parte del azabache, este simplemente siguió realizando su tarea

-Sí, sí, lo que digas usuratonkachi-

Volvió a mirar su el pizarrón sin tener ninguna de las respuestas echas, de todos modos no le importaba terminarlas, sólo quería que acabará la clase y irse a comer, sentía un hambre horrible, quería ver si ya tendrían esos nuevos chocolates con nueces por dentro, o incluso comerse una rica manzana, o unos panquecillos con mucha miel de maple, o mejor algo tradicional, unos dangos o unos takoyaki, incluso mochi de judías rojas o con helado, sentía que se le hacía agua la boca, y no era de tomar tanta agua mineral

-Suigetsu, Suigetsu, ¡Suigetsu!- escucho que alguien le hablaba, pero no era como si le importara mucho, aunque ahora que lo pensaba mejor esa voz se le hacía conocida... oh, sí, Karin

-Hey, ¿qué onda teñida?- dio un bostezo estirando un poco su cuerpo, se sentía entumecido

-¿Qué demonios te pasa?, ¡te quedaste dormido!- miro un poco extrañado a la chica, que él recordara no se había dormido, o sino, lo recordaría... ¡oh, así que por eso estaba recostado en la mesa!

-Con razón me sentía tan ligero- rió un poco al ver el alboroto de la pelirroja, por su parte, esta simplemente suspiro e internamente contó hasta 10, era imposible tener una conversación sería con este tipo, por lo que se cruzo de brazos y le miro fijamente

-Tenemos que hablar- recogió un par de cosas en su escritorio diciéndole indirectamente a la chica que aún no. Fingió tener ganas de ir al baño y le susurro

-Aún no resuelvo algo importante, luego de las clases hablaré con él, así que durante el almuerzo en el patio- salió de el salón dejando a la muchacha preocupada, no sabía porque pero sentía que algo pasaba, por el momento dejaría al peliblanco tranquilo, se estaba metiendo en algo que no le incumbía

Pero por otra parte, los ojos del pelinaranja siguieron sigilosamente al recién salido, tan sólo tendría que esperar a la salida

·····

-¡Ah, tengo hambre, y sed!- estiro sus brazos intentando aliviar un poco la tensión de sus hombros y espalda, extrañamente se sentía un poco cansado, aunque él era muy activo, claro que, si no tenía su botella perdía algunas fuerzas, quizás iría a nadar uno de esos días, extrañaba mucho el agua

Se dirigió a la cantina que estaba en el patio de afuera con intensión de comprar una nueva botella de agua, aunque su estómago pedía comida, aún así no tenía suficiente dinero... ¡ah, pero sí le alcanzaba para un tokoyaki!

-¡Hey, Suigetsu!- giro su mirada en cuanto escucho que le llamaban, ¿habrá imaginado eso? -¡Suigetsu-ttebayo!- nop, esa era la voz del rubiecito -Por fin te alzando-dattebayo-

-Hola Uzumaki, no eh tenido la oportunidad de hablar contigo frente a frente- sonrió intentando disimular la inquietud de sus manos para estrujar su estómago, de verdad tenía mucha hambre

-¡Sí, Sasuke-teme nunca nos ah presentado!, ah, pero eso no es para lo que vengo-ttebayo. Quería saber si te encontrabas bien, todos en la clase andan preocupados- sintió que su estómago sonaba con fuerza dejando un poco sorprendido al ojiazul. No pudo sentirse más avergonzado

-No... sólo, tengo un poco de hambre- al parecer, al rubio no le importo, porque prácticamente le arrastro hasta una pequeña tiendecita con el nombre de “Ichiraku Ramen” en donde le sentó obligadamente -¿Qué demo_...-

-¡Viejo, dos platos de ramen de cerdo... no, que sean tres-ttebayo!- miro extrañado al de mejillas marcadas y este simplemente sonrió con una sonrisa tan típica de él. Se limito a agradecer y esperar a que la comida estuviera lista -Oye, tú pagas-

-¡¿Qué?!, ¡tú fuiste quien me trajo hasta aquí, paga tú!-

-¡No tengo dinero, haslo tú!-

-¡Yo tampoco, paga tú mierda!-

-¡No-ttebayo!-

-¡Sí!-

-¡No!-

-¡Sí!-

-¡No!-

Miro retadoramente al rubio mientras este le devolvía la mirada. La encargada intento calmar las cosas mirando a su padre con una gota de sudor recorriendo sus nucas, era tan típico del Uzumaki

-¿Qué... demonios haces con “eso”, dobe?- se aguanto la risa al ver la cara de susto que puso el rubio mientras una risa nerviosa salía de sus labios. Oh, el Uchiha estaba celoso

-Jejeje, yo sólo... estaba, haciendo esto y aquello- fingió no hacer caso al ver como el azabache se llevaba al rubio de la camisa arrastrado mientras este lloraba a cantaros por su ramen mientras pedía perdón. Ahora el problema era, ¿quién iba a pagar esos tres platos?

-Ah... lo siento mucho señor, no creo poder pagar es_...-

-Los pagaré yo- sintió que su cuerpo temblaba levemente al escuchar esa voz, se mantuvo en silencio mientras el recién llegado se sentaba justo al lado de él mientras el señor servía los platos. Un largo silencio se hizo presente, no sabía de que hablar con el pelinaranja -No tienes que estar tan tensó-

-No es eso... aún así... gracias, supongo- tomo los palillos con intensión de comer, pero al ver el plato, sintió unas terribles nauseas, como si su garganta se hubiera cerrado mientras se le subía el líquido estomacal

-¿Qué pasa chico?, no has probado bocado- tragó saliva y cerro sus ojos intentando no pensar en eso. Sabía que podría significar esas extrañas nauseas, ¡aunque a lo mejor era que había comido algo en mal estado y por eso no quería comer. Sí, era eso!

No sabía porque, pero esa pasta se veía muy pegostosa, y el caldo parecía tener demasiada grasa, y la carne se veía rara y...

-Y-yo... hum....- tapo su boca corriendo fuera del local sintiendo que su estómago se revolvía y su cabeza daba vueltas, intento evitarlo tragando pero solamente ocasiono que lo devolviera con más fuerza del asco. En cuanto vio que el pelinaranja salía tras de él se sintió un verdadero idiota, ¿acaso podía cargarla más?

Tocio un par de veces esperando que las arcadas se fueran. Dios, todo era un desastre, seguramente se vería asqueroso con la boca manchada de vómito y esos fluidos raros, tenía que admitirlo, era un desastre andante. ¿Qué más le podría pasar?, lo único que faltaba es que los de su colegio pasaran por allí y le vieran en tan miserable estado

Dio un suspiro limpiando con la manga de su camisa su boca, hug, eso va a dejar mancha -Hey, toma esto- miro hacia atrás encontrándose con una botella de agua extendida hacía él. Vio la conocida cabellera anaranjada y en ese momento se dio cuenta de la situación. Lo único que podía pensar era que la había cagado, y bien grande -No es bueno que comas algo tan grasoso en tu estado-

-Ah... sí, creo- lo único que pasaba por su cabeza era la idea de que posiblemente la vida estaba en su contra.

·····

Bebió una y otra vez del envase hasta que se acabo su contenido. Sentía que su cabeza le daba vueltas, ¡incluso le provoco una jaqueca!, todo por esos insignificantes quince minutos que faltaban para la salida de clases. No tuvo ni tiempo de comer ya que luego de aquella bochornosa escena la pelirroja llego haciendo escandalo por dejarla esperando a la hora del almuerzo, aún recordaba con claridad las palabras que le dijo y ese maldito sobre que se encontraba guardado en su mochila

-Mi papi me dijo que si era verdad eso del embarazo, él se encargaría de hacer tus consultas, pero no podía darte un sí hasta que estuviera comprobado. Me dio esta prueba de embarazo, dijo que era una de las mejores del mercado. Me dijo que los donceles eran diferentes a las mujeres, no entendí mucho esa parte, dijo que los ovarios y los testículos estaban de alguna forma ligados y se podía saber con la orina. ¡Bueno, bueno!, lo importante es esto, si marca una linea, es que no lo estas, si marca dos lineas es que sí, y tienes que esperar cinco minutos, ¿entendido?. Mandame un mensaje hoy en la noche-

¡¿Qué mierda debería pensar en ese momento?!, ¿que ya no podría ser un nadador olímpico como siempre soñó?, ¿que no podría completar sus estudios?, ¿que tendría que matarse trabajando como camarero para comprar pañales y leche?

No sentía fuerzas ni para pensar en alguna solución, y aún quedaba el echo de que no sabría que hacer con Juugo, ¿le dejaría hacerse responsable?, ¿se llevaría al bebé (en caso de que hubiera uno)?, ¿le obligaría a hacerse su pareja?. Ni si quiera recordaba lo suficiente al muchacho, y además, ¡había estado en prisión!. En ese momento, se arrepentía de no haber visto uno de esos capítulos de “16 y embarazada”, ya no creía que esas historias dramáticas fueran de mentira

El timbre sonó llevándose con ese sonido a los estudiantes y también su cordura, ¿qué debería hacer ahora?, tendría que ir a la azotea, él le pediría explicaciones y... ¿qué le diría?. Ok, tenía que tranquilizarse si quería pensar con claridad, él era un hombre.... que quizás podría estar embarazado, ¡pero hombre al fin y al cabo!, así que lo único que tenía que hacer era calmarse, respirar hondo y caminar hacía las escaleras de la azotea, dejaría que todo fluyese

Abrió la puerta con cuidado de que esta no hiciera ningún sonido innecesario, intento calmarse, no ganaba nada alterado, así que lo mejor era no exaltarse y hablar con claridad. Apenas coloco un pie a fuera y sintió un terrible frió apoderase de él, ¿desde cuando había tanta brisa?

-¡Dios, que frió!, si alguien está aquí arriba por más de cinco minutos seguro se congela- froto sus brazos en un intento de darse calor a si mismo, cerrando instintivamente sus ojos, sentía que incluso se le congelaban las pestañas. Miro levemente a través de la repentina neblina notando que había otra persona en ese lugar, lo único que atino a hacer fue halarlo dentro de la puerta -¡¿Qué demonios?, ¿te das cuenta que casi estabas congelándote allá afuera?!, se supone que soy tu responsable y creeme que no me gustaría que me echaran la culpa porque tienes una pulmonía o algo, ¿en qué pensabas?- sacudió su propia ropa al notarla un poco húmeda, no recordaba que hiciera tanto frió en la mañana

-Pensaba en que podría hablar contigo- suspiro con cansancio sintiendo que su cabeza ya no le daba para más, odiaba con todas sus fuerzas el momento en el que termino en esa situación

-Escucha, quiero dejarte esto en claro. No te recuerdo, no sé quién eres, ni tu pasado, lo único que sé es que eres un criminal que ah pasado la mayoría de su vida en la cárcel con trastornos de bipolaridad. Pero de algo estoy seguro y ese es el echo de que tenemos que aclarar muchas cosas, así que antes de que todo se vuelva una mierda quiero escuchar lo que tienes que decir, así que, adelante, habla- se cruzo de brazos esperando que el otro dijera algo, pero lo que recibió fue una ligera y casi imperceptible risa

-De verdad no has cambiado nada Suigetsu- miro confundido como el pelinaranja sacaba algo de su mochila y lo entendía hacía él. No sabía porque, pero esa situación la había sentido antes... pero no recordaba -No queda remedio. Comencemos de nuevo, mi nombre es Juugo, protegido de la familia Kaguya, por favor, acepta este regalo en muestra de mi agradecimiento. Pero la verdad, no puedo agradecer más que volver a verte otra vez, Suigetsu- sentía algo extraño al ver ese peluche, su cabeza comenzaba a dolerle, no sabía porque, sólo sentía que su vista se nublaba y volvía otra vez

-...Usagi...- escucho ese nombre en su mente, se escuchaba a si mismo, pero... su voz, era aguda y se repetía muchas veces. ¿Qué era eso?... ¿por qué sentía que algo se repetía?

Notas finales:

Bueno, como siempre muchas gracias a todos por leer y comentar, ahorita respondo los review, es que no tuve tiempo n.n', ¡pero bueno, nos vemos pronto :D!


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