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Singular Amor por AkiraTetsuya

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Notas del capitulo:

No sé que decir... eh, lamento mucho la demora, tuve problemas con el internet y viajes por... escases, no tuve inspiración para nada y bueno, no tengo ni escrito el otro cap a pesar del tiempo, me siento realmente apenada. También que no puedo responder aún los comentarios, mi internet es horrible y me siento mal porque lo que motiva a un escritor es ver que a los lectores les gusta y dejan hermosos comentarios, aún así, agradesco infinitamente sus apoyos y espero que a pesar de todo les guste el capítulo y me perdonen por la espera, muchas gracias.

Cap 7: Y así se supo

El peliblanco le miro sonriendo nostálgicamente, y en cierta forma, él sabía porque. Se lamentaba siempre el haber arruinado la vida de la única persona que llego a ser algo similar a una figura paterna para él luego de aquel “accidente”, recordaba que siempre había soñado con ser profesor, y por culpa suya termino trabajando en un centro psiquiátrico en donde trabajaba con locos, irónicamente, no podía negar que en cierta forma, él también lo era

-Vamos, vamos, no pongas esa cara, estoy seguro de que tienes un montón de cosas que contarme ¿no?- asintió siguiendo a el albino con una mueca muy típica de él, por la seguridad de todos, siempre debía manterse al margen -¿Cómo van las cosas con Sui-kun?, ¿a que no está muy guapo eh?, como pasa el tiempo, hace tan sólo nueve años era un niño tan efusivo- rió levemente ante los comentarios de su protector

-Haces sonar como si nueve años no fueran nada- la risa de el otro fue su respuesta. Caminaron silenciosamente hasta una habitación demasiado neutra para él... no podía evitar recordar las paredes de esa estrecha habitación, esa habitación de tortura...

-Bien, supongo que debemos comenzar, sientate- dio un suspiro cansado mientras acataba la orden, por lo menos esa vez el asiento era cómodo y no esa fina cama entre rejas -¿Han ávido progresos en el método que te recetaron Juugo?-

-No mucho...- respondió escuetamente, no le gustaba que le interrogasen

-¿Por qué?- miro el rostro de su protector y notó que este se encontraba un poco desilusionado, pero no podía hacer mucho

-No lo sé... supongo que este método tampoco sirve- se sentía frustrado, más que nada por sentirse impotente ante si mismo, ¿cómo cambiar aquello?

-Ya veo... ¿qué dices de los calmantes?-

-Siento como si el mundo bajará de velocidad, pero nada, todo igual- escucho un suspiro de el otro lado y se mantuvieron en silencio por unos segundos, hasta que una pequeña sonrisa apareció en su rostro -Pero sabes, hay una cosa que si me calma- el rostro del otro se ilumino, escribió rápidamente en la libreta y volvió a poner su atención en él -Tengo el presentimiento... no, estoy seguro de que pronto vas a ser abuelo-

-...¿De verdad?- asintió completamente seguro de lo dicho, y aunque Kimimaro no fuese su familiar de sangre, le quería por igual, en ese momento, era la única persona con la cual podía compartir su anhelo -Eso es maravilloso Juugo, pero, ¿cómo?, ¿acaso Sui-kun no había...?- frunció el ceño al notar que el mayor tenía la intención de proseguir, pero lo que menos quería era recordar ese día, recordar la soledad que sintió y el vació, le enojaba -Calmate Juugo, no te alteres-

-No estoy alterado- presionó ligeramente su mano intentando calmarse, pero al recordar esos días... se sentía enfadado, y sobretodo deprimido al recordar la muerte de el matrimonio Hozuki y la desaparición de ambos herederos, si tan sólo no hubiera pasado ese maldito accidente

-Juugo, calmate, recuerda que no es bueno para tu sa_...-

-¡¿Y qué mierda importa mi salud?!, ¡por culpa de esta maldita “salud” perdí mi libertad y me perdí nueve años de mi vida en donde pude haber encontrado a Suigetsu, o incluso todo se hubiera quedado como estaba, de no ser por mi maldita situación mi familia no hubiera muerto y la de Suigetsu tampoco!... todo... todo por mi culpa- respiro profundamente al ver la mirada entristecida de su protector y apretó fuertemente los puños. Él lo sabía... sabía que todo era culpa suya, sólo podía lamentarse

-Juugo...- sintió el peso de el albino a un lado suyo y se dio cuenta de que este llevaba un vaso de agua y una pastilla que conocía muy bien, calmantes -No fue culpa tuya, lo sabes, nadie murió por tu culpa- rió con ironía ante ese comentario, ¿qué nadie había muerto por su culpa?, esa era la mentira más grande que había escuchado de su parte

-No lo ocultes Kimimaro, estuve preso, y no creas que durante nueve años lo único que hice fue esperar. Lo sé todo... ese incendio no fue simple casualidad, tú mismo viste los agujeros de disparos en los cuerpos calcinados de mis padres... también sé que ese accidente no fue sólo causa de la lluvia. Lo sé, y ¿sabes?... no puedo evitar sentirme preocupado, ellos pueden ir tras mi, ellos pueden ir tras él...- Kimimaro se mantuvo callado a todo momento, sabía que cualquier cosa, así fuera un simple recuerdo podía alterar a el pelinaranja, y que supiera todo eso... no pudo siquiera imaginar qué pasó dentro de esa fría y oscura cárcel

-Sui-kun es fuerte, sólo tienes que explicarle todo y verás que todo va a estar bien... yo mismo me encargaré de que todo este bien- aseguro el mayor tras unos segundos de silencio, sin embargo, la respuesta del otro solamente hizo que se desconcertara

-No puedo... no ahora, no permitiré que él se meta en esto aún- dándole un último vistazo al albino dio por terminada la sesión y se levanto con intensión de marcharse -Volveré a verte dentro de dos semanas más Kimimaro-

-Ya lo sé. Pero bueno, como tu psicólogo sólo puedo decirte que evites estresarte, pero como tu protector y sobretodo como amigo, te pido que te cuides- una leve sonrisa se instalo en su rostro. De todas, la única persona que le hacía calmarse de esa forma era él

·····

Salió de la habitación buscando un poco más de aire, sentía que comenzaba a sofocarse y no le agradaba la sensación de sentirse pegajoso, le gustaba más lo frió. Con pasos desinteresados caminó hacía una máquina de refrescos y presiono unos cuantos botones tras meter unos billetes, se entraño al ver que no hacía nada y se dio cuenta de que se había tragado su dinero, con enojo pateo la máquina frustrado al no conseguir su bebida, ¡maldita máquina estafadora!

-No deberías de tomar esas cosas- pegó un pequeño salto poniéndose en pose “defensiva”, aunque parecía más un gato erizado parado en dos patas que otra cosa

-¡Tú!, ¿qué haces aquí?- no estaba acostumbrado a mirar hacía arriba, mejor dicho, le molestaba, le hacía sentir un enano. Tcheo mientras se cruzaba de brazos en una pose altanera, aunque lo único que logro fue que el otro le mirara extraño -¿Y quién eres tú para decirme que hacer?, yo puedo hacer lo que quiera cuando quiera- sintió que una vena crecía en su frente al verse ignorado, por otro lado el sonido de que una lata había caído en la máquina le relajo, aunque justo antes de que tomara la lata, una mano se la quito y la alzó haciendo que frunciera como nunca el ceño -¡Hey, eso es mio idiota!-

-No- apretó sus puños golpeando con fuerza el pecho de el otro, aunque no logro nada, comenzó a golpear una y otra y otra vez, solamente para gritar con enojo

-¡Damelo!-grito pero en cambio recibió un cortante

-No-

-¡¿Por qué coño no?!- casi se arrancaba los pelos ante la terquedad del otro, ¡pero joder, ese tipo era como un costal de papa!, parecía que ni sentía sus golpes

-Porque podría hacerle daño al bebé- al escuchar aquello sólo pudo morder con fuerza su labio, ¿qué sabía él?, nadie podía estar en lo cierto, quizás simplemente era una falsa alarma, y si era así podía volver a vivir su vida como siempre, pero de no ser así...

-¿Por qué estas tan seguro de que yo...?, bueno, de que estoy en... ¡lo que quiero decir es...- revolvió su cabello harto de no poder decir lo que quería, ¿qué tan difícil era?, simplemente era pensar, y decir. ¡Bendita vergüenza que después de tanto tiempo desaparecida se le ocurre aparecer ahora! -¡Hag, eso mismo!- se cruzo nuevamente de brazos con el ceño fruncido ante la pequeña sonrisa que el otro reflejaba, ¿era su idea o acaso se burlaba de él?, porque así lo veía

-Podría decirse que es... intuición- sentía que una pequeña gota comenzaba a formarse en su nuca, la forma en la que aquel pelinaranja se expresaba era... monótona

-¡Bueno, bueno, de todos modos devuelveme mi gaseosa!- extendió su mano seguro de que obtendría su tan preciada bebida, pero a cambio de una lata lo que obtuvo fue un par de billetes. Lógicamente quería decir “compra otra cosa” -¡Tch!, ya qué importa- dio media vuelta metiendo de mala gana los billetes en su bolsillo, prácticamente todo el que le escuchara hablar y maldecir solo pensaría que estaba loco, en cambio, la única persona que le observaba deseo poder hablar más, aún así, sabía que en ese momento la lata que se encontraba en sus manos, poco a poco se deformaba por la presión que se le ejercía

·····

Ya con una galleta de chocolate y su eterna botella de agua en manos dio por terminado los quince minutos que el doctor le había dado en espera. Definitivamente se extraño al ver a Juugo justamente en ese hospital, se preguntaba que hacía allí, no era simple ironía que se encontraran de casualidad, incluso pensó en la loca idea de que le estaba siguiendo pero prfff, ¿en qué mundo estaba?, eso era ridículo

-¡Viejo, ¿ya está la vaina esa?!- pateo la puerta abriéndola de golpe como ya era costumbre suya, aunque en vez de una respuesta lo que tuvo fue una mirada mas fría que la de Sasuke... y eso era de por si, mucho -Ya, ya, no hace falta que te enojes- intentó mantener el buen humor, aunque fuera un poco falso. Sabía que era una situación seria

-Escucha Suigetsu, no eres un niño de diez años, ¿vale?, sabes que en este momento lo que digan estos papeles podría cambiar tu vida entera- suspiro hastiado mientras se sentaba frente al escritorio. El pelirrojo le entregó el sobre, y aunque no entendió la mayoría, en una parte decía claramente: Positivo

-Debe de estar jodiéndome... ¿no?- susurro presionando ligeramente el papel. En parte ya pensaba levemente en esa posibilidad, pero saber que ya no volvería a ser lo mismo, que sus posibilidades de vivir se acortaban por un descuido... era demasiado

-No estoy bromeando con algo tan serió. Suigetsu, eres un doncel, y estas embarazado-

-...Joder- coloco el papel en el escritorio mientras intentaba calmar el leve dolor de cabeza que comenzaba a sentir, pero ¿cómo no tenerlo?. Habían tantas cosas que aún no había echo, tantas cosas y ahora, ¿qué debería hacer?

-Sé que no es fácil, pero como doctor tengo que hacer esta pregunta, ¿deseas intervenir?- al escuchar aquella palabra negó fuertemente logrando sacar un suspiro de alivio por parte del mayor -Bien, si no es así debo de darte algunas indicaciones y indicarte algunas vitaminas para el crecimiento. ¿Tu familia sabe sobre esto?-

-Supongo que se hacen una leve idea- susurro mirando hacía la puerta. Entrecerró los ojos al ver una sombra detrás de ella, pero al parpadear ya se había ido. ¿Fue idea suya?

·····

Ya a medio día la mayoría de las personas se encontraban recorriendo las calles en busca de algún lugar para comer, en otras circunstancias hubiera preferido comer en un KFC, pero no, allí se encontraba, sentado en una banca de la plaza mientras observaba el suelo, que hasta ahora, era lo único más interesante además de esos pajaritos bañándose en el estante

En sus manos se podía observar el sobre manila con el resultado y algunos recetarios dentro, pero ¿qué más le daba?. Él no era del tipo de personas que se preocupaban por tales cosas, en ese momento sólo pasaba por su mente la posibilidad de perder todo lo que él consideraba su vida

Dio un suspiro y se levanto con intensión de irse de allí, de nada serviría pensar algo que solamente haría que le doliera aún más la cabeza

-¡Hey, Suigetsu, por aquí!- escucho algunos llamados y rápidamente identifico de donde, recordaba haberlo visto antes en el instituto -Amigo, ¿por qué no fuiste hoy eh?, el profe Deidara mando mucha tarea. Anda más irritable que de costumbre- se rió levemente al recordar la actitud del tan afamado profesor, no sólo por su físico era conocido, sino también por su indomable carácter

-Lo siento Kiba, tuve algunos... asuntos que atender- lentamente intento ocultar el sobre tras suyo, pero el chico lo noto

-¿Qué es eso?- frunció levemente el ceño, no deseaba que nadie se enterara, así que simplemente desvió su atención

-Nada que te importe, sólo una de esas pruebas de rutina- sabía que el pelicastaño no le había creído nada, y al parecer el otro sospechaba de tales pruebas -Oh vamos, ¿acaso nunca te han echo de esas revisiones medicas a cada año?-

-Claro, pero nunca eh intentado ocultarlos. ¿Qué escondes allí?- una sonrisa un poco burlona creció en el rostro del moreno, y justo cuando iba a reclamar sintió que algo era jalado de sus manos

-¡¿Pero qué?!- escucho un ladrido y el sonido de algunas pisadas le alertaron un poco -¡Dile a tu chucho que suelte eso!- un nuevo ladrido se escucho seguido de un gruñido, pero de todos modos el que estaba por gruñir era él

-¿Por qué?, ¿qué escondes que es tan importante?- sintió que su estómago se revolvía por dentro, no sabía que hacer, de por si ya era demasiado sospechoso, pero no podía permitir que alguien lo supiera, y estaba seguro de que Kiba les contaría a todo el mundo en el instituto

-Nada,... sólo, damelo- veía que el moreno abría el sobre y casi perdía el aire, pensó en una forma rápida, algo con que distraerlo, y lo encontró. Una roca

-¿Qué demo_... ¡Auch!- sentía un poco de pena con el muchacho por dejarle la cara casi desfigurada al no medir su fuerza, pero lo más importante allí era coger ese sobre y salir corriendo como si no hubiera un mañana, después de todo estaba seguro de que no había visto nada, y era mejor para su integridad que no hubiese visto nada, ya se encargaría luego para excusarse

·····

-¡Ya llegué!- dio un suspiro de alivio intentando recuperar el aire al haber corrido casi un maratón- Maldito chucho, casi me atropella un auto joder- se quito los tenis frunciendo en ceño al ver su ropa llena de polvo de la ciudad y algunas hojas, ya podía escuchar el regaño de su tío apenas le viera -¿Kisame-senpai?-

Escucho algunas voces susurrando en la cocina, la voz imposible de no reconocer de su familiar se escuchaba junto con alguien más, ¿quién era?

-Sí, últimamente se ah estado comportando mas cerrado que nunca. Sé que lo de Suigetsu fue muy repentido, sobretodo con la llegada de ese chico, pero aún así no debía comportarse así, ¿no Itachi?, es decir, no pudimos hacer nada para que no pasara- apenas escucho su nombre se ocultó rápidamente tras el mesón de la cocina. Una mueca de confusión creció en su rostro

-Era inevitable que le ocultaran siempre la verdad a Suigetsu, en parte, tú también tienes la culpa-

-Jeje, supongo que tienes razón... Sin embargo, hubo muchas veces en las que quise decirle, pero luego de aquel accidente...-

-No hace falta que te estreses más amigo, ellos aún son jóvenes, sabrán aprender de los errores y de las decisiones que toman. Además deberías relajarte, en una semana comienza el viaje ¿no?. Haber si el famosos Kisame aún puede ligar como cuando teníamos diecinueve-

-¡¿Qué dices? Jaja, ¿es un reto?!-

-Es un reto- sintió que una pequeña gota de sudor comenzó a crecer en su nuca ante el repentino cambió de la conversación, casi sin darse cuenta de que el extraño can perseguía a un ratón empujándose al acto

-¡Atch!, ¡Samehada, quedate quieto animal!- un pequeño silencio se prolongo hasta que una pequeña bombilla apareció en su cabeza al darse cuenta que había sido descubierto, giro el rostro con una sonrisa nerviosa y cuando apenas el mayor se dio cuenta de su presencia una nube de humo fue lo que quedaba del muchacho

-¿Suigetsu?- se levanto con intensión de seguir al peliblanco, pero algo llamo su atención. Tirado en el suelo se encontraba el sobre manila un poco maltratado, mientras que Itachi lo tomaba confundido por lo rápido que habían sucedido las cosas

-Oye Kisame, ¿sabes que es esto?- extrañado, tomo el sobre y lo abrió leyendo los primeros párrafos rápidamente. En uno de ellos, había un porcentaje de 80%, positivo, justo al lado de donde decía “Probabilidad de embarazo” -Oye, ¿qué pasa?-

Guardó silencio un momento apretando el sobre con una de sus manos, sin embargo sólo susurro con una leve sonrisa en su rostro -Nada... absolutamente nada-

Notas finales:

¡Espero que de verdad me perdonen y bueno les haya gustado, nos vemos espero que sea lo más pronto :'D!


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